04.| 𝐏ánico
J U A N I
✈︎UNA DE LAS MUCHAS cosas que Juani disfrutaba de su trabajo, claramente además de la actuación, era la presencia de ciertas chicas en el lugar.
Habían pasado unos cuantos meses desde que las grabaciones comenzaron y era cierto que había entablado relaciones con más de uno de sus compañeros, no solo de rodaje sino también de la parte de maquillaje, efectos especiales etc.
Como con Sara, por ejemplo, con quien había comenzado a hablar desde el día que ella lo maquilló.
Era divertida y bastante extrovertida, hablaba mucho y se reía tal vez el triple con carcajadas escandalosas. Totalmente distinto a su contra parte Alice, quien era callada, muy introvertida para el gusto de Juani, casi no compartía nada de ella mas que su gusto por la banda colombiana Morat, no se reía mucho y cuando lo hacía solía hacerlo muy por lo bajo, como si no quisiera que nadie la notara.
De cualquier manera había logrado entablar una bonita relación de amistad con la mexicana, y poco a poco se daba cuenta de que en realidad era muy divertida. Su seria e introvertida personalidad hacían juego con la desastrosa, loca y bastante extrovertida personalidad de Juani, él hablaba y ella escuchaba, perfectamente equilibrados.
También le había pedido perdón por lo sucedido aquel día que se burló de su banda favorita, y llegó incluso a preguntarle porqué era tan importante para ella, pero no tuvo más respuesta que un murmuro: "Les debo la vida"
No lo entenido, así que decidió continuar con su vida sin importarle mucho lo que ella había dicho.
Notó también ciertas miradas de Alice hacia él, casi siempre estaba observándolo y aunque eso no le incomodaba, tampoco le parecía del todo normal.
Aquella mañana, mientras Alice lo maquillaba cuidadosamente se detuvo a observarla. Tenía ojos verdes y recién lo notaba, era un color ligero que se confundía con el marrón en el centro de su pupila, pero era un bonito color.
No usaba una sola gota de maquillaje, se notaba en las oscuras ojeras que se extendían por debajo de sus ojos.
Sus mejillas eran rojas naturalmente, le daba un toque inocente y dulce a su imagen debido a que sus mejillas tal vez eran demasiado anchas.
—¿Qué pasa? —preguntó Alice sacando a Juani de sus pensamientos.
—¿Eh? No, no, nada —murmuró en respuesta. Sus rostros estaban cerca, y aunque el cubrebocas no le permitía ver más allá de sus mejillas, recordaba unos labios finos que se perdían con el color de su piel natural.
¿Por qué de pronto le interesaba tanto? ¿Por qué le prestaba tanta atención?
Cerró los ojos, tal vez así podía dejar de pensarla un segundo, pero ella solo tarareaba Causa Perdida de Morat.
—¿Por qué no fuiste el otro día con nosotros al bar? —preguntó Juani intentando distraer un poco sus pensamientos.
Alice se encogió de hombros mientras se alejaba para verificar el avance del maquillaje. —Bayona me dijo que si le ayudaba con unas cosas y pues... —dijo restándole importancia.
Juani asintió. Estaba acostumbrado a sus pláticas así de cortas, Alice no hablaba casi nada, era raro sacarle más de tres palabras y él no entendía por qué.
Miró su teléfono, tenía mensajes de algunas chicas que había conocido en el bar días anteriores, pero les restó importancia mientras Alice lo maquillaba.
—¿Cómo váis, chicos? —preguntó Sara apareciendo de pronto, colocando su brazo alrededor de los hombros de Alice.
—Bien, casi lo termino —dijo Alice dándose vuelta para tomar otra paleta de colores.
—Ay, te está quedando divino, Ali —halagó Sara dándole una sonrisa a la chica.
—Alice es re talentosa, viste —agregó Juani con la misma sonrisa.
Las mejillas de la mexicana se encendieron de inmediato, solo escucharon un débil murmuro a modo de agradecimiento.
—Juani, vamos a ir por un café en la noche, ¿Quieres ir? —preguntó Sara mirando al chico aún estando detrás de él.
—¿Quienes van? —inquirió Juani dejando que Alice maquillara sus manos.
—Los mismos de siempre, Yahir, Alejandro, Eduardo y yo —respondió la chica alzando los hombros —El café de la última vez, el que queda entre el restaurant y la farmacia
Juani lo pensó un segundo, quedaba un tanto lejos de su hotel, pero accedió.
Miró a Alice, que recién terminaba de poner el pigmento anaranjado.
—¿Querés venir, Ali? —preguntó repentinamente, causando la sorpresa de la joven. ¿Por qué se sorprendía?
Observó las obvias miradas qué Sara y Alice compartían y no entendió su complicidad. Sara sentía velozmente dándole miradas de advertencia mientras Alice negaba a la misma velocidad y murmuraba cosas.
Alice lo miró finalmente, sus ojos verdes eran tan intensos que le costó no apartar la mirada. Ella no dijo nada y el silencio se volvió algo incómodo mientras Alice solo lo observaba.
—¿Querés venir? —preguntó una vez más, confundido por la actitud de la joven.
—N-no puedo, Bayona me pido quedarme hasta tarde hoy y tengo que entregarle unos reportes y... Y no puedo, perdón —murmuró la chica tan rápido que a Juani le costó entender lo que decía. Se había puesto notablemente nerviosa, pero, ¿por qué? Él solo había sido amable y la invitó al escuchar que el plan no la incluía...
Le dio un asentimiento y continuó mirando su teléfono, confundido ante la actitud de la mexicana.
A L I C E
✈︎ LA NADA AMIGABLE mirada que le dio Sara logró intimidarla un poco, parecía que le reprochaba no ir al café con ellos. Pero al mismo tiempo la española jamás la había invitado directamente a ella, solo se había dirigido a Juani.
No le tomó importancia y terminó de peinar al chico bajo la mirada recriminatoria de Sara. Los pensamientos la carcomían, pero ella no hacía nada que no fuera su trabajo.
Solo se sintió más tranquila cuando Andy se sentó en la silla de maquillaje.
—Che, te compré un café —dijo el chico sonriéndole amablemente.
—Gracias —murmuró mirándolo mientras le tomaba un sorbo al café.
No entendía porqué, pero Andy hizo que las cosas en su interior se calmaran, había algo en sus palabras que la hacían sentir bien. Últimamente se llevaba muy bien con Andy, era una de las pocas relaciones en su trabajo que se sentían bien, que sentía que podía palpar con sus manos.
Gracias a él, todo se sentía bien.
El problema era que hacía mucho que se había dado cuenta que Juani le despertaba también muchas emociones nuevas que en realidad no terminaba de entender. Las conocía, reconocía las sensaciones de estar enamorada, pero, ¿Por qué? ¿Por que era divertido? ¿Por que era atractivo? ¿Por que se reía demasiado con él?... ¿Por que era exactamente su tipo de chico?
Y lo peor de todo era que Sara lo sabía todo. Alice no era buena guardando sus sentimientos cuando alguien le agradaba, se lo decía todo a la primera persona a quien le tenía confianza.
Así que ni bien se dio cuenta de que confiaba totalmente en Sara, se lo dijo: Lo mucho que Juani le gustaba.
—¿Pero qué haces, Alice? ¡El tío que te gusta te invitó a salir y tú le dijiste que no! ¿¡Qué fue eso!? —exclamó Sara cuando estuvieron solas en el set de maquillaje.
—Es que de verdad no puedo, Ari, Bayona ya me pidió que me quede más tarde... ¿Te cuento un secreto? —murmuró acercándose a Sara, quien solo asintió e imitó su acción. —Me ofreció cambiarme el puesto, subirme a algo así como jefe de maquillaje... Dice que Yahir no le está dando el ancho y nos vamos a quedar hasta tarde para discutir eso, esos son los reportes que le debo entregar
—¡Ay, Alice! ¡Qué felicidad por ti! —exclamó Sara acercándose a abrazarla.
No es que Sara mintiera, ni que Alice estuviera paranoica, pero... Su felicitación le sonaba algo extraña.
Sacudió la cabeza y le respondió el abrazo a Sara.
Estaba loca, solo imaginaba cosas. ¡Sara estaba feliz por ella! Y solo pensaba en lo que ella creía ver detrás de las palabras de Sara.
Por la noche, cuando los turnos de todos habían terminado, Alice se acercó a Bayona con las carpetas en la mano, lista para hablar con el mayor.
—¡Che, Ali! —escuchó una voz detrás de ella, se dio vuelta solo para encontrar a Juani acercándose. Instintivamente sonrió al verlo correr hacia ella, con una sonrisa en el rostro, como si estuviera feliz de verla y como si no se hubieran visto hacía una hora cuando lo desmaquilló.
—Juani, ¿Qué pasó? —inquirió sin poder dejar de sonreír.
—Nada, nada, solo venía a insistirte para ir al café —dijo el chico sonriéndole.
Ella lo miró sorprendida, pues él le insistía y no podía aceptarlo. Moría de ganas de ir, pero si algo caracterizaba a Alice Mora era su amor al trabajo y lo entregada que era. Y no podía desperdiciar la oportunidad que Bayona le estaba entregando en bandeja de plata.
Le sonrió amablemente a Juani y se acomodó el cabello, sintiendo como las manos le temblaban de los nervios al mismo tiempo que el corazón se le aceleraba golpeando su pecho con fuerza.
—Ay, Juani, es que de verdad no puedo, tengo... Tengo mucho trabajo y yo... —murmuró nerviosamente intentando que su voz no se notara tan nerviosa como en realidad lo estaba.
Juani le tomó los hombros y la miró directamente. Maldita sea.
El corazón se le salía por la garganta de la velocidad con la que le latía mientras él se acercaba. ¿Qué iba a hacer? Las palmas le sudaron mientras su respiración se alentaba, pero no podía sentir sus pulmones llenarse de oxígeno, solo podía ver los azules ojos de Juani. Esos malditos ojos azules que la miraban y ella simplemente se sentía paralizada por completo.
—Trabajo siempre sobra, Ali —dijo el chico mirándola, interrumpiendo lo que ella iba a decir. —¿Posta no podés dejarlo para mañana? Solo es una noche, Ali —pidió Juani haciéndole un puchero bastante dulce.
La tentación le hizo dudar un segundo. ¿Y si solo le entregaba a Bayona sus papeles, le decía que se sentía mal, y se iba con los chicos? Juani la miraba como si le suplicara su presencia, ¿De verdad le emocionaba tanto que ella fuera al café?
—Alice, ¿Estás...? —la voz de Bayona la interrumpió, llegando por detrás de ella.
—¡Jota! —exclamó la chica soltándose del agarre de Juani. —¡Sí, ya estoy lista! —dijo con una sonrisa extendiéndole los reportes. Se sintió tranquila por la presencia del mayor.
—Juan, ¿Tú qué haces aquí? —preguntó el director aceptando la carpeta y dándoles una hojeada antes de mirar al chico.
—Nada, Jota, yo ya me iba... Solo venía a invitar a Alice por un café, vamos todos los chicos pero dice que vos la tenés esclavizada —dijo agregando una risita al final.
Alice abrió los ojos sorprendida. —Y-yo no dije que... —balbuceó nerviosamente, intentando corregir la broma de Juani. Sin embargo, Bayona solo soltó una risa.
—Deberías ir, Alice —sugirió el mayor, regalándole una sonrisa.
—¿Viste? Jota ya te dio permiso, dale, vamos —dijo el chico sacudiendo a Alice del brazo.
—P-pero, es que, íbamos a revisar lo del maquillaje de Enzo y de Felipe, a reasignar maquillistas y... Y... Tenemos que tenerlos listos para el lunes —se apresuró a agregar Alice.
Lo cierto era que, aunque Juani le gustara (y mucho), no quería estar sentada en una mesa con él, Yahir, Alejandro y Sara. Todos eran sus amigos, y precisamente por eso los conocía a la perfección. Yahir haría bromas incómodas de las que solo Alejandro se reiría genuinamente, ¿Su tema favorito para reírse? Chistes sobre lo mucho que a Alice le gustaba Juani.
Juani se reiría, Sara lo haría aún más incómodo mirándola. Y francamente tenía pánico de que el chico se enterara porque... ¿Cómo alguien como Juani podía aceptar que alguien como Alice estuviera enamorada de él?
Bayona lo pensó unos segundos, y tal vez se dio cuenta de la expresión intranquila de Alice, así que solo negó.
—Entonces me parece que no va a poder ir, Juan, tenemos muchísimo trabajo por aquí —dijo el mayor, cerrando la carpeta y haciendo una mueca.
—Pero, ¿Cómo está eso de que van a cambiar maquillistas? —preguntó Juani frunciendo el ceño y mirando al mismo tiempo a ambas personas que estaban frente a él.
—Hay algunos chicos que tienen un estilo más distinto, y si te fijas estamos perdiendo mucho tiempo, así que Alice se tomó el tiempo de estudiar a todos y cada uno de ellos para adaptarnos y que todo sea más eficaz —dijo Bayona dándole una sonrisa orgullosa a la chica que, al lado de él, solo bajaba la mirada avergonzada.
—Pero vos no vas a dejar de ser mi maquillista, ¿No, Ali? —preguntó el argentino, mirando a la chica sin importarle mucho que Bayona estuviera ahí.
—E-eso depende mucho de lo que... Decidamos en cuanto a la cantidad de maquillistas y especialistas en efectos con los que contamos, y la estrategia que busquemos con Bayona —murmuró la chica sin atreverse a levantar la vista.
—No, Jota, por favor no me vayas a quitar a tremenda maquillista que tengo, te lo suplico —pidió el joven, juntando las palmas de sus manos en forma de súplica.
Esto debía ser un sueño, al menos para Alice. ¿Es que a caso Juani estaba suplicando que ella se quedara como su maquillista? ¿Era real? El estómago se le revolvió y sintió como su rostro se llenaba de sudor mientras sus mejillas comenzaban a ruborizarse.
—Vamos a hacer lo posible, Juan, pero por lo pronto necesito que me dejes con Alice que tenemos mucho trabajo —dijo el mayor, dándole una sonrisa amistosa.
—Dale, no me la vayas a quitar que me les voy, eh —bromeó Juani acercándose para despedirse de Bayona, quien solo asintió y rio ante su comentario.
Después se acercó a Alice y la abrazó por la cintura, dejó un beso sobre su sien y se acercó a su oído. —Nos vemos mañana, Ali, posta no quiero que dejes de ser mi maquillista, hacé lo posible, te lo ruego
Alice asintió y se separó del chico, sintiendo como sus manos sudaban de nervios. ¿Por qué hacía eso? ¿A caso había la mínima probabilidad de que ella le gustara también.
—Chau, nos vemos mañana —dijo dándole un guiño a la chica antes de retirarse.
—¿Qué fue eso? —preguntó Bayona.
—Eso mismo quiero saber yo, Jota... —murmuró Alice mirando a Juani alejarse cada vez más.
—Yo me refiero a que casi se pone de rodillas para suplicarme que seas su maquillista, ¿Es que hay algo entre vosotros dos que debería saber? —volvió a cuestionar, mirando a la chica con una expresión curiosa.
—Nada, al menos no que yo sepa... —susurró Alice acomodándose para ver al mayor. —Deberíamos trabajar en lo de la reasignación, mejor
Bayona asintió y la dirigió a una especie de oficina, donde ambos se sentaron a conversar durante horas, tantas que ni siquiera se dieron cuenta de cuántas horas llevaban sentados, detallado cuidadosamente un plan con los maquillistas que Alice había investigando.
—Debo decir, Alice, que estoy muy contento contigo, verdaderamente muy sorprendido de las habilidades que posees Y bueno, quiero hacerte una propuesta —dijo el mayor, dándole una sonrisa amigable. Alice se acercó para escucharlo más atentamente. —Me gustaría ascenderte a mi ayudante, como mis ojos en el campo del maquillaje. Es casi como un Jefe de Maquillaje, pero no puedo quitar a Yahir, porque analizando sus papeles, bueno, tiene contrato y no puedo despedirlo pero... Tú harías todas sus funciones... ¿Te parece?
La propuesta de el director no era precisamente lo que esperaba, pero estaba feliz, tanto como por ella por conseguir una oportunidad así, como por su amigo, quien no se quedaría sin trabajo y no la odiaría por quitarle su puesto, además, los anuncios los haría él, y ella no debería preocuparse por su pánico social.
Acepto gustosa y se marchó a su casa después del ajetreado día.
No pudo evitar mandar una cantidad exagerada de mensajes a su mejor amiga, Alia. Audios de quince minutos llenaron su chat, Alice le contó todo lo sucedido en el día, la invitación insistente de Juani para ir por un café, la propuesta de Bayona, todo.
Lo estaba haciendo bien, y todo estaba bien en su vida. Por lo pronto.
I'm back againnnnn
Holis de nuevooo
Ay wey, yo siento que aquí entre Alice y Andy andan cosas medias raras jajajaja
Y Juani se anda comportando medio raro..
Anyway, ¿Qué les pareció el capítulo?
Espero sus comentarios ;)
Ennn fin, ando haciendo otros capítulos, y ando bieeeen feliz.
Pero bueno, nos vemos despuéssss 🫶🏻
FÁTIMA FUERA 🤎✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro