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014.

"Maté a un hombre por ti"


Los guardias rápidamente se acercaron a los jugadores que se mantenían vivos, haciéndolos poner sus manos sobre su cabeza y darse la vuelta, mientras se aseguraban que ninguno portara algún arma.

Yelena soltó la vara de metal, con su respiración acelerándose por los nervios de que algo malo pasara, a demás de el hecho de que aquellos golpes que había recibido antes ya comenzaban a doler de nuevo.

Maté a ese hombre... –Murmuró en ruso, temblando por los nervios. Viendo como se llevaban el cuerpo inerte de aquel jugador.

El sentir a los guardias con sus armas tan cerca de ella la alteraba aun más, tratando de mantener algo de compostura para no lucir débil ante los demas.

—Jugadora 217. –Dijo uno de los guardias a sus espaldas, sobresaltando a la mujer. —¿Hay alguien llamado Hwang In-Ho? –La mujer miró sobre su hombro tratando de no llamar la atención.

—No sabemos los nombres de los demás. –Dijo intentando reconocer su voz,  esperando no ser escuchada ¿Acaso ese guardia era el policía con el que había hablado hace un par de días atrás?Estaba sorprendida de que lograra infiltrarse. 

El guardia se fue para no lucir sospechoso, el resto de los guardias con la forma del triangulo mantuvieron sus armas arriba, revisando a cada uno de los jugadores.

Una gota de sangre rodó por la mejilla de la mujer, cayendo al piso, alertando a Sang-Woo quien podía notar la cantidad de heridas que ella tenía, tal vez por la adrenalina no se sentía tan mal ahora, pero si no las trataba, en los próximos juegos tendría desventaja.

—¿Podemos ir al baño? –Preguntó Sang-Woo a uno de los guardias, tomando el brazo de Yelena, por lo visibles de sus heridas, el triangulo no pudo negarse, dejándolos ir.

—Pensé que iba a morir. –Dijo la mujer con tristeza al sentir a Sang-Woo limpiando aquel corte en su mejilla, haciendo una mueca de dolor por el rasposo papel. —Realmente pensé que todo acabaría ahí. 

Una lagrima rodó por su mejilla, siendo limpiada por el hombre antes de que pasara sobre el corte, al hombre no le gustaba en lo más mínimo mostrarse emocional, pero había sido imposible guardarse el terror que sentía de perder a Yelena.

—Lo que hiciste fue muy valiente. –Comentó el hombre con una leve sonrisa, intentando no demostrar el miedo que aun sentía en su interior.

—¿Te duele? –Preguntó observando la herida que se había formado bajo el ojo del mayor.

La mujer mostró una triste sonrisa posando sus cálidas manos sobre el rostro de Sang-Woo, dejando un suave toque donde el había recibido un golpe antes.

—No. –El hombre negó con seriedad, moviendo la cabeza, sin dejar de limpiar las heridas de Yelena, a lo que la mujer volvió a hacer un gesto adolorido al sentir el papel, bajando su mirada. —Debí estar contigo, Yel, debí quedarme a tu lado para evitar todo esto. 

Soltó con molestia, estaba molesto con todo, aunque mas que nada molesto consigo mismo. 

—Pero tu no debiste alejarte... –Continuó su oración, haciendo a la mujer levantar la mirada confundida.

—Lo se, pero un hombre chocó conmigo y luego me persiguió,  no tuve tiempo de pensar, simplemente actué con lo primero que vino a mi mente. –Explicó la mujer sintiendo escalofríos al recordar lo que sintió en ese momento. —No fue mi mejor idea...

—No, no lo fue. –Respondió a secas Sang-Woo. —Como tampoco lo fue meterte con el 101 en primer lugar y golpearlo o llamarlo imbécil. —Soltó dejando ver más su creciente molestia, sin dejar de limpiar las heridas de la mujer.

—¿Estás molesto? –Preguntó la mujer extrañada, frunciendo el ceño apartando la mano de Sang-Woo delicadamente de su rostro.

—No lo estoy. –Mintió de una manera casi descarada. —Sólo digo que no debiste hacer todo eso, fue demasiado arriesgado de tu parte y mira como terminaste. –Señaló el rostro de la mujer, para luego tirar aquel trozo de papel.

—¿Querías que me quedara solamente mirando sin hacer nada? –Cuestionó Yelena retomando su palabra justo antes de que el hombre pudiera responder. —Tu sabes que nunca he sido esa clase de persona, sólo hice lo que creía correcto ¿Eso está mal?

—Estamos en un juego donde todos intentamos sobrevivir y matar no tiene consecuencias, pudiste morir y todo por querer jugar a "hacer lo correcto" –Reclamó el hombre, dejando salir toda la molestia que había ocultado antes. —Eres como Gi-Hun, no piensas en las consecuencias antes de actuar, sólo te gusta sentirte como el héroe. 

—¿Qué tiene que ver Gi-Hun en esto? —Demandó la mujer enfadada por lo que decía el hombre, Sang-Woo bajó la mirada dándose cuenta que había soltado algo que no quería mencionar. —¿Hay algo más que quieras decirme?

—No cambies el tema... –Sang-Woo trató evadir ante todo llegar a esa conversación.

—¿Hay algo más que quieras decirme? –Preguntó de nuevo, con tono insistente, haciendo que el hombre se rindiera. —¿Sang-Woo?

—¡Parece que te llevas mejor con Gi-Hun de lo que te llevas conmigo! –Confesó llevando una mano a su rostro masajeando su sien fastidiado. —¿Feliz? –La expresión en el rostro de la mujer se suavizó, sorprendida ante lo dicho por Sang-Woo.

—¿Estás celoso de Gi-Hun?

—¿Y qué si lo estoy? –Soltó con fastidio. —Cuando regresamos aquí prometimos ser un equipo, sin embargo parecemos todo lo contrario, pero ustedes dos parecen funcionar muy bien. –Reclamó haciendo retroceder a la mujer quien soltó un pesado suspiro. —Tu sabes que es cierto, te vi llorar por mi culpa tres veces en menos de una semana pero con el te vi muy emocionada hablando sobre ser soldados y crear un equipo ¿Cómo esperas que me sienta con eso?

Ella llevó sus manos a su rostro tomando un profundo respiro. 

—Sang-Woo, Gi-Hun es sólo mi amigo, no hay motivos para que te sientas celoso. –Respondió cansada, mientras el hombre apartaba su mirada evitando contacto visual. —¿Cuál es el problema de coincidir algunas veces? al final del día el único que amo es a ti. –Sintió sus ojos cristalizarse por el sentimiento. —Maté a un hombre por ti, ¿Crees que hubiera hecho eso por Gi-Hun?

—¿Sabes? No quiero discutir más. –Soltó el hombre cansado, sintiendo las lagrimas avecinarse a salir.  —Será mejor que vuelva a la maldita habitación... –Dio la vuelta para salir del baño antes de mostrarse débil.

 —¡Sang-Woo! –Gritó la mujer haciéndolo detenerse, sin el darse la vuelta, Yelena avanzó lentamente un par de pasos. Un "¿Qué?" seco salió de los labios del  mayor. —Aún nos quedan un par de minutos antes de que el guardia entre, no quiero que nos guardemos las cosas para después. Quiero discutir contigo. –Agregó con tristeza la mujer.

—Dije que no quiero discutir. –Respondió ladeando su cabeza para observar a la mujer por encima de su hombro, por alguna razón se sentía avergonzado de admitir sentir celos de Gi-Hun. 

—Entonces déjame usar esos minutos para limpiar tu herida. –La mujer cambió su tono, tratando de sonar con más calidez, posando sus brazos al rededor de los hombros de Sang-Woo, sin que el respondiera a su abrazo.

—Fue sólo un golpe, no es necesario... –Soltó restando importancia a aquella herida que mantenía un corto rastro de sangre en su mejilla, ella suspiró pesadamente antes de soltar su no correspondido agarre.

—Está bien. –Talló levemente su rostro con sus manos por el cansancio. —Vuelve a la habitación, yo me encargó de esto. –Señaló su rostro. Entendía el no querer pelear, pero odiaba quedarse con las cosas dentro de ella, por años trataba de mantener sus problemas fuertes y no mostrarlos a las personas, pero con el tiempo eso te dejaba tan deshecha, era como tener al diablo en ti.

El la miró unos segundos, quería decir algo, hacer algo, pero simplemente no pudo decir nada, no tuvo la valentía de hablar. Salió de el baño, dejando sola a la mujer.

La mujer miró su rostro fatigado, con leves cortes y golpes marcados, nada tan grave para preocuparse. Hasta que levantó la blusa de su uniforme, dejando ver su abdomen completamente lleno de moretones, por la cantidad de golpes que recibió, era una sorpresa que siguiera con vida.

—Eso estuvo cerca.

La mujer volvió a la habitación acercándose a su equipo, sentándose junto a Sang-Woo sin mencionar una palabra, haciendo una leve mueca por dolor en su abdomen cuando se posó en las escaleras cerca de las camas.

—¿Estás bien? –Preguntó Gi-Hun con preocupación, colocando su mano en el hombro de la mujer. Ella volteó a observar a Sang-Woo quien apartó su mirada de la escena.

—Oh, sí, estoy bien, no es nada. –Mintió ocultando el dolor que sentía, sin dejar del todo tranquilo al 456. Cambiando su enfoque, la mujer comenzó a jugar con el cabello de la 371, queriendo acomodarlo de una vez. 

—¿Puedo? –Preguntó mirando a la joven, quien asintió formando una leve sonrisa de tranquilidad en su rostro. —¿Ambas están bien? 

Preguntó con calidez, mirando también a la 067, preocupada por lo que podría haber recibido la joven, sabiendo los problemas que tenía con el 101.

—Estoy bien. –Respondió extrañada la de cabello corto, aun era nuevo para ella sentir que alguien se preocupaba por ella.

Sang-Woo miró la escena conmovido, ver a Yelena siendo alguien afectiva no era nuevo, pero verlo de esa manera sí lo era para el, sabía lo mucho que la mujer ansiaba con convertirse en madre y lo doloroso que había sido renunciar a ello.

El resto de horas ninguno había podido dormir de nuevo, por el miedo de que se desátara otra masacre o por el canto de la 371, repitiendo una y otra vez la canción Iris.




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Hola! Espero que les haya gustado!
Si es así voten y comenten me ayudarían mucho saber si estoy hacer un buen trabajo.

No tengo mucho que decir así que que les dejo esta imagen y me voy.

-Alessandra

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