008.
“Te convertí en mi templo, mi mural y mi cielo mientras veía como tu sólo me tolerabas.”
TW: Intento de Suicidio, contenido sexual
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Eran pasadas de las ocho, las calles estaban completamente oscuras y lo único que Yelena quería hacer era llegar a esa habitación y descansar un rato, esperando poder contactar a Alexey de una vez.
—¡Sang-Woo! –Exclamó al entrar en la habitación, soltando una risa pocos segundos después. —Es sólo una habitación, seguro molesté a todos aquí. –El silencio en la habitación la hizo extrañarse, ¿Por qué no había obtenido respuesta? —¿Sang-Woo?
No hubo respuesta.
La chica camino hasta la cama, notando una nota blanca doblada encima de esta, con temor tomó la nota lentamente y comenzó a leerla.
Lo siento tanto por todo
Sus ojos se aguaron, no se atrevía a seguir leyendo, no quería continuar esa nota. Pero un olor a humo llegó a ella, alterándola aun más, dándose la vuelta, viendo como humo salía bajo la puerta del baño.
—¿Sang-Woo? –Se acercó a la puerta, podía escuchar su lenta respiración a través de ella. —Sang-Woo abre la puerta, ¡Cariño, abre la puerta! –Exclamó preocupada, sintiendo la impotencia al no poder hacer algo. —¡Sang-Woo!¡Por favor abre la puerta! Estaría perdida si me dejas sola, amor, ¡por favor! –Golpeó la puerta con sus puños, llorando desconsolada, desesperada.
El mundo para Sang-Woo se había convertido en el mismo infierno después de todos sus errores, nada de lo que intentaba podía arreglarlo y era Yelena quien había pagado ese dolor que el sentía varias veces. No quería dejarla, pero para el hombre, esa era la única salida que veía para todos sus problemas.
Esos gritos, el llanto de la mujer, helaba a Sang-Woo, jamás la había escuchado así, era la manera más genuina de dolor, sus nudillos eran color rojo ardiente, por los golpes que había dado a la puerta. —¡Amor, por favor! ¡No puedo hacerlo sin ti!
La puerta se abrió frente a ella, los ojos rojos e hinchados del hombre se encontraron con los de la mujer, sin importarle el agua cayendo de su traje, abrazó a la mujer con fuerza, comenzando a llorar, ocultando su rostro en el cuello de su esposa.
—Lo siento tanto...Lo siento tanto. –Soltó el, sin dejar ir aquel abrazo. Ella lo apretó más a su cuerpo, dejando leves caricias por su espalda, como el hacía para tranquilizarla.
—¿Por qué lo hiciste? –Habló con su voz entrecortada por las lagrimas.
—Ya no tengo razones para seguir, destruí todo lo bueno que teníamos y no hay modo de que podamos salir de esto, ya no hay nada que hacer. –El se separó del abrazo, mostrando su rostro empapado, sus ojos lo decían todo, estaba completamente roto. —Todo se acabó.
—Cariño... –La mujer tomo el rostro de Sang-Woo entre sus cálidas manos. —No ha terminado, se que si lo intentamos podremos tener de vuelta todo lo que hemos perdido, te amo, y no planeo dejarte solo cuando parece que no hay esperanzas...
—Esa es la cosa. –El hombre se soltó de nuevo, caminando hasta la cama pasando las manos por su cabello, frustrado. —No podemos vivir de amor, las cosas no se arreglan así, ya tuvimos esta conversación varias veces. Lo único que nos quedaba por intentar era ese maldito juego, pero se acabó, no hay otro modo en que podamos resolver las cosas ¡Y tu lo sabes! No tienes que ser optimista todo el tiempo, ¡sobre todo cuando sabes que todas esas esperanzas que intentas darme son falsas!
Gritó el hombre molesto, dejando a la mujer sin saber que decir, bajando la mirada mientras sus lagrimas caían en la alfombra, sintiendo la vergüenza y el dolor sobre ella en ese momento.
—Tu sabes que las cosas no son iguales entre nosotros desde hace un tiempo, sabes que yo ya no soy el hombre del que te enamoraste, ya no soy el hombre con el que bailabas en la cocina todas las noches, ni el que visitabas emocionada al trabajo, cambié, tu cambiaste, discutimos casi todos los días, simplemente deja de pretender que seguimos siendo esa pareja joven que fuimos hace seis años. –La voz del mayor se entrecortó, sus palabras volaron hacía ella como cuchillos pero también lo destruían a el. —Deja de fingir que me sigues amando y que estamos bien, porque tu sabes que no es así.
—¡Claro que lo sé! –Exclamó soltando lagrimas de enojo. —Se que no ya eres el hombre tierno, cariñoso y detallista al que le di el sí en el altar, y que yo tampoco soy la chica bromista que siempre trataba de posar de la mejor manera para ti, se que esos años se fueron, y se que odias mi optimismo, pero es porque jamás he dejado de amar cada centímetro de ti. –Los recuerdos volaron por su mente, mientras señalaba al hombre. —A pesar de todo, te odié muchísimo cuando volviste de Estados Unidos con esas deudas, pero puse mis sentimientos por encima porque no quería pensar en que podía perderte por todos los problemas que cargamos. –Esta vez, el hombre fue quien quedó sin palabras, sin saber que podía decir al respecto.
—Hubo tantos días en que pensé que tu ibas a abandonarme, no dormía por ese miedo, de tener que lidiar en un mundo sin ti a mi lado. –Sang-Woo bajó la mirada, sintiendo en el todo el dolor que salía de las palabras de la mujer. —Te convertí en mi templo, mi mural y mi cielo mientras veía como tu sólo me tolerabas, pero mantuve mi optimismo en que podríamos salir porque también te veía sufrir en silencio y quería ser fuerte por los dos, hice de todo para ponernos a nosotros primero y no quiero rendirme, pues no soy nadie sin ti...
—Te equivocas. –Temeroso tomo la mano de Yelena acercándola a el, ella no puso resistencia alguna. —Siempre te ame, aunque no fuera feliz por todo lo que arruine, por la vergüenza en la que me convertí, pero tu, con todo y el optimismo, mereces a alguien mejor que yo, alguien que no te lastime como lo hice, alguien que te haga feliz y no falle. –Entrelazó sus manos, mientras las lagrimas caían de sus ojos. —Te he hecho tanto daño que no puedo perdonarme, y quiero que estés con alguien que realmente merezcas, no un idiota que te arrastró al infierno.
Ambos se amaban, pero sus palabras, con esa intención que causar un bien, sólo se lastimaban cada vez más entre ellos.
—Yo sólo te quiero a ti, porque se que el fondo aun tienes ese lado cálido en ti, pero aunque odies mi optimismo, debes dejarme intentar arreglar las cosas, si tu prefieres rendirte y no lo haré y prometo que si confías en mi nos daré la vida que siempre hemos querido. –Tomó asiento junto a el, mirándolo a sus cristalizados ojos. —Aún si eso conlleva cambiar nuestras identidades y mudarnos a un país lejano, se que aun me amas, y yo te amo a ti, no podemos dejar esto terminar, porque aún nos queda mucho camino juntos.
—¿Por qué me escogiste a mi? –Preguntó, aún no entendía que veía ella en el sobre todos los demás. —¿Por que de todos en el mundo, sigues aquí conmigo?
—Te escogí porque el día en que te te conocí me hiciste sentir algo que nunca había sentido. –Las lágrimas se detuvieron, una leve sonrisa de marcó en las rojas mejillas de la castaña, por ese hermoso recuerdo. —Y te triste de mis pésimas bromas. –Ambos soltaron una risa. —Pero seguí contigo, porque aunque las cosas cambiaron, hubieron momentos que me hicieron recordar lo que creemos perdido. –Sacó su celular de su bolso, mostrando su fondo de pantalla, una foto de ambos, sonriendo comiendo un trozo de pastel, en la cama de su casa. —Fue hace dos meses, en nuestro aniversario, no habíamos sonreído de esa manera en semanas, por eso aún estoy contigo, porque cuando estás estresado y molesto eres otra persona, pero cuando te relajas y te dejas llevar por el momento, eres el hombre que amé y sigo amando.
Ella depósito un suave beso en los labios del hombre, Sang-Woo sentía de nuevo ese amor que había olvidado, rodeó con sus manos la cintura de Yelena atrayéndola a el.
—Confía en mi para arreglar las cosas. –Soltó tiernamente al separarse. —Trabajaré horas extras en la oficina, obtendré un diez porciento más de lo que gano normalmente.
—Perdón por haberte hecho sentir como si no te amara a veces, estuve tan estresado que olvidé a la increíble mujer que tengo a mi lado. –El sonrió volviéndola a besar, pasando una de sus manos para acariciar las mejillas de la mujer. —Prometo que confiaré en ti.
—Y yo prometo amarte hasta la muerte.
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Hola, espero les haya gustado.
Hice una playlist en YouTube con canciones tristes para sentir mejor el dolor, espero lo hayan sentido.
Si se preguntan que canciones son:
Hold On- Chord Overstreet
Iris- Goo Goo Dolls
My Tears Ricochet, Tolerate It, All To Well- Taylor Swift.
Fix You- Glee Cast Version
Favorite Crime- Olivia Rodrigo
Si leyeron este capítulo en su versión original, les pido perdón, este estuvo mil veces mejor.
Alessandra
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