"Quédate conmigo en todo momento, ¿Sí?"

Habían pasado cuatro días desde la pelea, tras decidir llamar, fueron citados en un punto especifico para ser recogidos.

—¿Crees que debí avisar a Alexey que saldríamos de casa? −Preguntó nerviosa, jugando con las piedras azules y doradas de su brazalete, lo planeaba usar como amuleto de la suerte, era lo que la hacía sentir cerca de su madre. —No he hablado con el en tres días, y salió de la ciudad para visitar a los padres de Hyo-Ri, tal vez se preocupe.

—Creo que ya es algo tarde para hacerlo. −Respondió serio, acomodando sus lentes, observando como una camioneta negra se detenía frente a ellos. —No saques tu celular. −Advirtió desconfiado.

La camioneta bajó sus vidrios lentamente, dejando ver a un hombre vestido de rojo completamente, usando una mascara negra con el símbolo de un circulo cubriendo su rostro.

—¿Cho Sang Woo y Yelena Novikova? −Preguntó el enmascarado.

—Somos nosotros. −Se adelantó a hablar Yelena.

—Contraseña

—Luz roja, luz verde. −Respondió Sang-Woo, la puerta de la camioneta se abrió y ambos entraron aún con desconfianza, el mayor tomó apretó la mano de la mujer, como solía hacerlo cuando se sentía nervioso.

Un humo llenó el auto, haciendo que la pareja cayera completamente dormida. Segundos antes de que el celular de Yelena comenzará a sonar, recibiendo una llamada de Alexey.

(...)

Música clásica comenzó a sonar por toda la habitación. Los ojos de Yelena se abrieron poco a poco, alterándose en el momento en el que se dio cuenta, de que ese cuarto estaba llenó de otras cientos de personas, todas con el mismo uniforme de gimnasia.

Miró su ropa, el mismo uniforme verde, con un par de rayas color blanco, y el numero 217 en la parte izquierda de su pecho, revisó su cuerpo dándose cuente de que no tenía ni su celular, ni su billetera, pero al menos, tenía el brazalete.

—¡Sang-Woo! −Exclamó nerviosa, el mayor se levantó se una cama frente a ella, acercándose a la chica rápidamente.

—Yel, ¿Estás bien? −Preguntó preocupado el hombre. 

—Sí, estoy bien. −Respondió mirando a su alrededor confundida. —¿Sabes dónde estamos? −El negó con la cabeza múltiples veces.

—Quédate conmigo en todo momento, ¿Sí? −Pidió Sang-Woo, tomando la mano de Yelena, quien asintió con una pequeña sonrisa asomándose por su rostro.

Se acercaron al centro de la habitación, donde caminaban los demás participantes, alterándose al ver un hombre con una serpiente tatuada golpeando a una chica de cabello corto.

—¿Entonces por qué huiste? −Preguntó el hombre con la serpiente tatuada, frente a la chica.

—No me escapé, sólo me volví independiente. −Respondió ella con seriedad, el tatuado comenzó a reír de manera burlesca, tomando a la chica del cuello y pateándola para que cayera al suelo y seguir golpeándola.

Yelena no estaba dispuesta a tolerar, lo que sea que estuviera pasando, soltándose del agarre de Sang-Woo para intentar detener esa escena.

—¡Yelena! −Soltó el hombre intentando ir tras la mujer. 

La mujer corrió hacía la pelea, empujando al hombre para que estos se separaran, causando furia en el tatuado, quien portaba el numero 101.

—Metete con alguien de tu tamaño, imbécil. −Espetó Yelena con firmeza en su voz, golpeando el rostro del 101 y pateando la parte trasera de su pierna, haciéndolo caer como el había hecho con la chica anteriormente. —No eres muy valiente ahora ¿eh? −Pateó la espalda del hombre. Se dio la vuelta para ver como estaba la chica, encontrándose con otro hombre con el numero 456 tomándola por el cuello de su casaca sacudiéndola.

—!Devuélveme mi dinero! ¡¿En donde está mi dinero?! −Gritó furioso el 456, sin darle tiempo a la 067 de poder reaccionar.

—¿Gi-Hun? −Exclamó la mujer sorprendida, empujándolo lejos de la 067. —¿Pero que diablos te pasa? −Se acercó a la chica.

—¿Yelena? −Dijo con sorpresa al notar su presencia. 

—¿Estás bien? −Preguntó con delicadeza a la chica, quien asintió lentamente, sin dejar muy convencida a Yelena. El 101 se reincorporó, empujando a la mujer al suelo, pateando su abdomen haciéndola soltar un quejido de dolor.

—Maldita Perra. −El 101 rio con cinismo, pateándola en el rostro, Sang-Woo estaba apunto de intervenir, por la furia de ver a su esposa siendo golpeada, pero las puertas de la habitación se abrieron, dejando ver a un grupo de guardias uniformados de rojo, haciendo que todos se detuvieran a mirarlos.

La mujer se reincorporó con dificultad, siendo jalada por Sang-Woo, quien puso una de sus manos rodeando sus hombros, abrazándola.

—Te dije que te quedaras a mi lado. −Regañó el mayor, pasando su otra mano por los labios de la castaña, los cuales sangraban por el golpe que recibió.

—¿Pero viste como lo golpeé? 

Los hombres de rojo se acercaron al frente de la habitación, siendo liderados por uno que tenía mascara con forma de cuadrado.

—Les damos una cordial bienvenida a todos ustedes aquí. −Habló el guardia con la mascara del cuadrado.

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Hola! Espero les haya gustado!

Mañana publico lo que sigue, estoy emocionada por por fin llegar a la parte de los juegos, aquí la cosas se va a poner Interesante...

Alessandra!