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001.


“¿Por qué nos hiciste esto?”


El fuerte sonido de las gotas de lluvia cayendo sobre la fría calle, hizo que una alta mujer pasara corriendo sobre la acera cubriendo su cabeza con su gabardina, maldiciendo internamente por posiblemente arruinar sus botas. Tras varios minutos pasados, la mujer llegó bajo su techo con la respiración entrecortada recargándose en la puerta desgastada.

Sacó su llave abriendo la puerta, y entrando a su casa soltando un profundo suspiro cansada, dejando un par de pisadas marcadas en su suelo de madera, hasta que una pequeña sonrisa se formo en su rostro, había obtenido un bono en su trabajo, y sin duda ayudaba tener algo de dinero extra, sobre todo ahora.

-¡Sang-Woo! -Gritó esperando llamar la atención del mayor.

-¡En la cocina! -Exclamó el hombre desganado, cosa que poco le importó a Yelena, quién como una niña emocionada, corrió hacía donde el, encontrándolo con la mirada baja, sus codos sobre la mesa y una cerveza en su mano derecha.

Sin darle oportunidad de reaccionar lo abrazó por la espalda, dejando un par de besos sobre su mejilla, haciendo que Sang-Woo esbozara ana leve sonrisa.

-Adivina que traje...-Canturreó la chica. El volteó a mirarla, perdiendo su sonrisa al ver qué Yelena estaba usando un color de cabello diferente.

-¿Fuiste al estilista? -Preguntó con molestia.

Ella rodó los ojos. -No gasté nuestro dinero. -Explicó tomando asiento junto a el. -Una amiga me invitó...¿Tienes que molestarte?

-Lo siento, tu sabes que apenas tenemos para vivir al día. No podemos hacer ningún gasto innecesario.

--Beber alcohol también es un gasto innecesario...-Recalcó ella sentándose a su lado. -Pero siempre bebes más que el día anterior.

-Es diferente...-Intentó justificar, perdiéndose en sus propias palabras.

-No lo es. -Ella dejó caer el sobre con su bono en la mesa. -Pero no te recrimino tus gastos todo el tiempo.

-Tu deuda es menor que la mía. -El posó su vista en el sobre, esperando que ella le dijera que había dentro. - No pierdes tanto.

-Nuestra. -Recalcó. -Así funciona un matrimonio, después de tantos años deberías saberlo. -La pequeña sonrisa en el hombre volvió.

-¿Qué es eso? -Cambió el tema, señalando el sobre en la mesa.

-Es lo que te traía, me dieron un bono en el trabajo, son un millón ciento sesenta y cinco mil setecientos noventa y cinco wons. -Sang-Woo se apresuro a abrir el sobre, contando de nuevo la cantidad. -Es la suma correcta, yo hice la cuenta.

-¿Por qué te lo dieron? -Cuestionó el hombre. -¿No es una indemnización, verdad?

Ella rio -No, no, es por mi buen desempeño como contadora. -Comentó orgullosa de ella misma. -Nos alcanzará para los gastos más básicos.

-E-esto es increíble.

-¿Tu has tenido suerte buscando empleo? -Preguntó, haciendo que Sang-Woo tensara su mandíbula. -¿Dije algo malo?

-¿Crees que alguien me contrate? -Soltó burlón. -Nadie me dará trabajo, una búsqueda rápida les revela todo lo que hice. -Dio otro trago a su cerveza. -Estoy completamente perdido...

-Sang-Woo, no digas eso. -Regañó la mujer. -Vamos a encontrar una manera de resolver esto. -Posó su mano sobre la de el. -Te lo prometo.

El retiro su mano rápidamente, pasándola por su cabello, frustrado.

-No lo entiendes, Yelena -Bufó molesto. -Esto no es como en las películas, no hay una resolución, no hay milagros, ¡no hay manera de salir de esto! -La castaña bajó la mirada tras el grito del hombre.

-Lo siento... -Susurró con la cabeza aun hacía abajo. -No quería que ninguno perdiera la esperanza de que las cosas puedan mejorar a futuro. -Dijo con serenidad.

-¡Ese es tu problema! -Recriminó Sang-Woo. -Siempre quieres tener esperanza y optimismo ante todo. -Ella levantó la mirada, mostrando sus ojos cristalizados. -Sólo son mentiras disfrazadas para hacerme sentir mejor, por una vez, mira la realidad.

-¿Quieres que vea la realidad? -Ella tensó sus puños, parándose de la silla y recargándose en la mesa. -¡La realidad es que todo esto es tu culpa! -El abrió sus ojos sorprendido. -Yo me endeude por tratar de sostener a mi familia cuando nos fuimos de Sokovia, fue por intentar hacer las cosas bien y que la vida me golpeara en el rostro, pero tú -Señaló al mayor. -Tu estás así, por tu culpa, por robar a tus clientes y hacer terribles inversiones, todo esto es por tu avaricia, por eso perdiste la mejor oportunidad que tuviste al poder trabajar en Estados Unidos y arruinarlo, y es por eso que estamos en esta situación.

-Yo hice eso por ti. -Respondió el hombre, esta vez siendo el de la cabeza abajo. -Quería darte una mejor vida, quería formar una familia y que nuestros hijos tuvieran lo mejor... -Antes de que terminara de hablar ella lo interrumpió.

-Si realmente te hubiera importado no habrías hecho esto. -Yelena caminó rápidamente hacía uno de los cajones de la cocina, sacando entre un par de papeles, una carta del banco. -¿Por qué nos hiciste esto? -Soltó dolida, con su voz entrecortada, mientras las lagrimas continuaron corriendo por su rostro. -¿Por qué pusiste la casa como garantía?

-¿Desde cuando sabes eso?

-Dos semanas. -Confesó. -Y se que no es la única carta que ha llegado, pero trate de esperar a que tu me lo dijeras.

-No era mi intención ocultarlo, quería que lo supieras en el momento correcto...-Explicó avergonzado.

-¿Cuando iba a ser el momento correcto? ¿Cuando nos quitaran la casa? -El no respondió nada, la rabia que invadía a Yelena no lo soportó. -Es suficiente. -Caminó hasta la sala, tomando su bolso y su gabardina.

-Espera. -El se levantó de su silla, siguiéndola. -¿Qué haces?

-Me iré a casa de mi hermano. -Soltó con su cara completamente empapada. -Ya no quiero estar aquí hoy.

-Yelena...-Sang-Woo intentó detenerla, corriendo tras ella cuando la vió salir por la puerta, ella fue más rápida, corrió lo suficiente para que el no pudiera alcanzarla.

El se quedó parado en la esquina de su calle, dando un profundo suspiro, arrepintiendose de cada una de las malas decisiones que había tomado, Yelena tenía razón, era todo su culpa.













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N/A

Aaaaaaaa, espero les haya gustado el primer capítulo, actualizaré de nuevo muy pronto, lo prometo.

Por si necesitan un poco más de contexto, en esta historia Yelena tiene 40 años, y Sang-Woo, así como en la serie tiene 46. No soy muy fan de las historias donde lo emparejan con veinteañeras, no se, no lo veo así.

Me despido!!

-Alessandra

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