Capítulo 7
—Últimamente ese chico ha estado acompañándote mientras vengo a recogerte. — Habla Seokjin mirando al centro mientras maneja. — Primero tus amigos y ahora esto, me agrada en que intentes socializar.
Jungkook no había escuchado a lo que el mayor decía, estaba en su propio mundo mientras devoraba esas galletas y bebía el poco jugo de manzana que quedaba. Se preguntaba que clase de palabras podría escribir para contestarle la carta a ese chico, pero al recibir ese lindo detalle quizá intente en no ofender mucho ¿Y si realmente va en serio?
—Jungkook ¿Me estás escuchando? — La voz del rubio al fin lo sacó de sus pensamientos, desvió la mirada en él quien lo observaba a través del retrovisor.
—¿Eh? — Seokjin soltó un pequeño suspiro al notar que efectivamente no le prestó atención.
—Andas perdido, ¿Qué sucede? Siempre andas pensativo.
—No es nada, hyung. — Encoge de hombros. — Los exámenes se aproximan y debo prepararme.
—Me alegra en que también te enfoques en tus estudios, tal vez después los exámenes podemos ir a cenar ¿Qué te parece? Como celebración de aprobar todas las materias.
—Suena bien, me agrada.
Seokjin sintió felicidad al no ser rechazado como solía pasar, solo quiere ver a su pequeño sonreír de nuevo y que sea como antes, un chico alegre, rebelde y adorable.
Justo a llegar a casa, Jungkook se había ido a su habitación mientras el mayor se encargará en preparar la comida. El castaño cerró la puerta a sus espaldas y dejó la bolsa con pocas galletas sobre su escritorio y había tirado la caja de jugo de manzana en el cesto de basura, recorrió la silla para sentarse. Empezó a buscar una hoja blanca y un bolígrafo.
Lo que tiene pensado es contestar la carta de su admirador, no tiene la menor idea si es correcto pero la curiosidad es cada vez más grande.
《Me alegra verte sonreír, espero que jamás la vuelvas a borrar.》
Sus mejillas se colorearon al recordar aquellas palabras. ¿Volver... a sonreír? La única pregunta que empezó a rondar en su memoria, en verdad ¿Hay posibilidad de volver a sonreír?
Mordió su labio inferior y dejó de escribir, se ponía a pensar que, si habrá oportunidades y olvidar el pasado, pero todo era complicado, para él ya había perdido a sus progenitores, entonces ¿Puede lidear con estos efímeros sentimientos?
Se recargó en el respaldo de la silla, empezó a leer lo que había escrito, su respuesta, había palabras "ridículas" así como él llamaría. Convirtió el papel en bola y lo tiró en el cesto, tomó otro y en vez de escribir, decidió pensarlo.
La única pista era la carta del día de hoy pero el dato era que aquella persona es un chico, Jungkook no está en contra, en realidad él no sabe sobre su orientación sexual, no tenía dudas sobre ello.
Desvío la mirada en las seis galletas que le quedaron, tanta nostalgia había llegado, aquella noche lluviosa donde no podía dormir, adoró la idea de su madre para olvidar un poco el miedo mientras escuchaba su canto.
《Eran las once de la noche, las gotas chocaban con la ventana y resbalaban, el sonido del agua caer era algo fuerte, era una tormenta. Aquel niño de tres años estaba despierto mientras abrazaba su conejito de peluche, estaba entre las sábanas a oscuras en la habitación, mordía con suavidad su pulgar mientras intentaba calmar aquel miedo. Un gran estruendo hizo que se asustara, soltó el peluche para taparse con la sábana hasta la cabeza, la luz de los truenos iluminó muy poco en aquel sitio. Aquel infante quería llorar y correr hasta la habitación de sus padres para pedirles si podría dormir con ellos solo por esta noche.
El sonido de la puerta abrirse hizo que se temblara, las luces de la habitación se habían encendido, con curiosidad decidió bajar un poco la sábana para ver, y encontró a su madre entrando.
—Jungkook ¿Qué haces despierto? — Preguntó aquella mujer con cariño. — Debes dormir, cariño.
El menor se sentó en su cama.
—Tengo miedo, esos sonidos de allá afuera suenan feo. — La mujer sonrió al oír aquellas inocentes palabras, de nuevo el estruendo de los truenos hizo que de nuevo se espantara.
Se acercó a su hijo para abrazarlo para demostrarle que todo está bien.
—¿Sabes algo? La lluvia puede ser hermosa, es una de las maravillas que la naturaleza había dado.
—Pero a la vez da miedo, quiero dormir contigo y con papá.
Sonrío separándose de su hijo, le dio un beso en la frente para después salir de la habitación. Jungkook había quedado solo de nuevo, se volvió a meter entre las sábanas, odiaba este clima, temía aquel terrible sonido que no lo dejaba dormir, las lluvias son aterradoras.
Al ver que su madre regresó, sus ojos brillaron al ver que cargaba un plato con galletas con chispas de chocolate y un vaso de jugo de manzana. No dejaba de mirar confundido hasta que su progenitora los dejó sobre en la mesita de noche.
—Adelante, puedes comer.
Jungkook tomó una galleta algo emocionado en que su progenitora le dé permiso comer algo dulce después de la cena, al morderlo había sobrado pocas migajas sobre la comisura de sus labios y un poco por sus mejillas, la mujer con su pulgar había sacudido para limpiarle su cara.
—¿Te sientes mejor? — Asintió el pequeño castaño mientras bebía el jugo de manzana. — Es normal tener miedo, pero hay maneras para dejar de tenerlo.
—¿Y la manzana de dónde viene?
—De los árboles, cariño. Y para que sean dulces y frescas, la lluvia ayuda en que sean de esa forma, los manzanos son lindos como cualquier árbol ya que pueden dar un fruto muy especial.
—¿Tu crees que soy dulce y especial? — Cuestionó con una sonrisa después de tragar lo que estaba masticando. Su madre lo cargó para ponerlo entre sus piernas, empezó a peinar esos cabellos castaños mientras su pequeño comía otra galleta.
—Dulce como las galletas y las manzanas, fuerte como un manzano, y lindo como la lluvia. — Pellizcó con dulzura la mejilla de su hijo. — Eres especial, Jungkook. Y no dejes de sonreír. La vida puede ser cruel, pero puede llegar cosas increíbles.
—¿Como la búsqueda de un tesoro?
—Así es, como la búsqueda de un tesoro. Un tesoro hermoso.》
Una lágrima deslizó lentamente por su mejilla hasta su barbilla, la extrañaba, la extrañaba tanto que siempre quería tener su manto en él, esas dulces palabras, el amor de una madre.
Recorrió su cabello hacia atrás pero al momento regresó a su sitio, limpió aquellas lágrimas con la manga de su suéter.
No dejar de sonreír.
Hace mucho que había dejado de hacerlo.
—Por todo lo que me haz contado, habías tenido algo de suerte. Te dije que sería una buena idea. — Hoseok sonríe orgulloso al oír el resultado.
—¿Pero como supiste aquello? — El pelinegro se enderezó en su lugar.
—Puedo ser tu hada madrina, TaeTae. — Le guiñó un ojo, el menor ríe bajo ante aquella respuesta.
Taehyung no había dudado en hablarle a Hoseok que lo visitara, en el caso de Yoongi, tuvo cosas que hacer con sus familiares así que no había podido acompañar a sus dos amigos, pero sabe que después se va enterar la emoción que se carga Taehyung.
—Como viste, a Jungkook le encanta aquello, a partir de ahora puedes llevarles unas.
—Pero me encantaría prepararlas.
—En eso tenemos un problema. — El peliazul hizo un puchero. — Pero para todo hay solución, podemos decirlo a tu madre.
—Mamá va cuestionar mucho y aún no es momento de contarle sobre Jungkook.
—Podemos pedirle que nos enseñe.
—Enseñarles ¿Qué cosa? — La voz de aquella mujer interrumpió la conversación de ambos jóvenes.
La señora Kim había salido de la cocina, miró a su hijo curiosa al lograr oír un poco de lo que hablaba con Hoseok, eso incomodó un poco a Taehyung.
—Mamá verás...
—Nos encantaría que nos enseñe hacer galletas con chispas de chocolate. — Dijo Jung ansioso. La mujer mayor alzó una ceja.
—¿Y eso? — Miró a su hijo, quedó pensando en decirle para que no sospeche nada. Pero se dio por vencido.
—Nos encantaría aprender, es que luego mientras estás en el trabajo nos llega antojar unas galletas. — Su progenitora sonríe al entender.
—Exacto. — Hoseok chasqueo los dedos.
—Bueno, ¿Por qué no en el fin de semana? Con gusto se los enseño pero váyanse a lavar las manos que la cena está lista. — Ambos asintieron, cuando se fue, Hoseok palmeó el hombro de su amigo.
—Vas bien, no te dejes por vencido, sé que puedes obtener su corazón.
—JungKook merece varias cosas y hay cosas qué recuperar, yo haré lo posible en que esa sonrisa vuelva a aparecer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro