Taehyung miraba atento cada dígito del dicho problema que tenía de tarea de cálculo, para él era muy fácil resolverlo así que los minutos mínimos en hacer sus deberes o estudios son de quince a treinta minutos. El sonido se su celular logró interrumpir su concentración, al ver aquella notificación dio un pequeño grito, era Hoseok con una noticia sobre su Crush. ¿Quién no reaccionaría teniendo ahora ya un corazón todo loco en un momento como este? Taehyung podía sentir el ardor en sus mejillas al leer cada palabra que su hyung ha descubierto.

Hobbie Hyung:
A JungKook le fascina las galletas con chispas de chocolate acompañadas con un jugo de manzana, ¿Por qué no le regalas eso con tu próxima carta? Tal vez eso considere que vas en serio.

El peliazul se mordió el labio inferior, ahora ya no sabe que escribirle al chico de sus sueños, por esta vez quiere demostrar que no es un juego. Tomó una hoja blanca y un bolígrafo, empezó a escribir sus propios borradores pero nada representaba algo realista ante sus sentimientos.

Soltó un suspiro y se recargó en la mesa con sus codos, hizo su cabello hacía atrás mientras suspiraba de la frustración. No es fácil escribir para un Crush ya que francamente no quiere ser descubierto y sufrir las consecuencias, todo por lo que escuchó de Jungkook no será nada bueno.

—Cada día se está complicando. — Murmuró mientras hizo una mueca como si estuviese en el examen.

Jungkook abrió la puerta del casillero pero se sorprendió al ver un sobre al lado de una pequeña bolsa de galletas, y lo peor es que eran de sus favoritas, además está acompañado por una caja de jugo de manzana.

Parpadeó varias veces y tomó aquella carta, a continuación veremos que clase de chiste le va salir.

He oído que amas las galletas con chispas de chocolate acompañadas con un jugo de manzana, así que me arriesgué en conseguirte, sé que odias mis cartas pero ¿Me darás la oportunidad de demostrar que esto no trata de un cruel juego? Realmente me importas mucho, y si me dieran a elegir cualquier lugar del mundo, en donde quisiera estar, indudablemente escogería el lugar donde estés tú.

Voy en serio, Jungkook. Tal vez ahora estás enojado al leer mis diabéticas palabras, y tal vez leas esta carta y la colecciones con las anteriores, ¿Cómo lo sé? Secreto.

Disfruta las galletas, espero que algún día nos vemos en persona para conocernos y no terminar que sea un terrible acosador.

—Anónimo.

Jungkook desvío en las galletas ya que el olor invadía a sus fosas nasales, olía delicioso y como resistir si son las galletas que todo el mundo ama comer.

Esto a la vez, es un terrible cliché de historia, ya que cada vez las palabras en las cartas son más empalagosas pero a la vez muy lindas.

El castaño agitó la cabeza, tomó aquella bolsa de galletas junto con el jugo para después meterlo a su mochila, miró de nuevo a la carta y la guardó en el bolsillo de su pantalón. Cerró la puerta de su casillero para soltar un suspiro frustrado.

—¡Jeon Jungkook! — Sobresaltó al oír el grito de Lisa, tocó su pecho debido el gran susto que le dio. La rubia sonrió con labios cerrados convirtiendo esa felicidad en algo picarona.

—Lisa, ¿Cuánto tiempo llevabas ahí? — La mencionada encoge de hombros.

—Solo te vi muy apegado en tu propio mundo mientras leías la carta, por cierto, esa chica te dio las galletas acompañadas con jugo que tanto te gusta. — El castaño frunció el ceño.

—Dejó una pista, al parecer es un chico. — Lisa agrandó la sonrisa.

—El amor entre dos hombres para en este siglo es muy hermoso, aunque hay gente de mierda que... — Jungkook interrumpe.

—Deja de decir estupideces, al parecer no estoy convencido si va en algo en serio. — Murmuró pensativo. — Pero pensando bien las cosas, no va parar.

—Entonces no hay remedio. Debes contestarle esta carta tal como te dijo ese rarito peliazul que está bien guapo por cierto. — Jeon ríe bajo y niega con la cabeza.

—A la vez tienes razón, cambiemos el plan y dejemos de intentar averiguar con la letra. — Ambos empiezan a caminar por el pasillo. — Si empiezo a contestarle las cartas, más pistas nos va dar, por ejemplo esto.

—Jungkook a la vez eres un idiota, lo hubieras hecho desde el inicio. — Reprochó burlona. — ¿Por qué no escribimos en la hora del almuerzo? Tal vez Jisoo o Jimin tengan una buena idea.

—El problema es que no sé en que casillero será. — Lisa se pegó en la frente al oír ese comentario estúpido por parte de su amigo.

—¿Por qué no lo dejamos en el tuyo? Tal vez pase para ver si tomaste su "carta". — Enfatizó al último con sus dedos.

—Bien, vale la pena en intentarlo.

—Debes leer historias románticas, casos como el tuyo hay varios relatos y tal vez sirvan de ayuda. — Bromeó la rubia.

—De verdad no me interesa, odio ver tanto cliché y mucha falsedad en todo. — Hizo una mueca de asco. — No gracias, es suficiente con leer esas cartas.

—No voy a olvidar esto, servirá cuando hayas caído ante las palabras del desconocido. — Jungkook al oír la risa de Lisa no dudó en reír también.

—Deja de leer, tienes locas fantasías en tu cabeza.

Después de todo, Jungkook esperaba a su hyung como siempre mientras devoraba las galletas que adoraba desde pequeño, tuvo que contenerse durante sus últimas sesiones de clases, aunque quisiera pero no se atrevió a rechazar estas galletas y el jugo de manzana.

Al desviar la mirada a su lado, de nuevo se encontró con aquel chico, rodó los ojos con fastidio e hizo un espacio para que aquel se sentara.

—Al parecer te veo feliz por el día de hoy. — Como siempre, Taehyung era quien iniciaba la conversación.

—¿Cómo no estarlo si tengo las galletas con chispas de chocolate acompañadas con un jugo de manzana? — Miró al fin al mayor. — Aunque es algo aterrador.

—¿Por qué?

—Siento que la persona que me manda las cartas en verdad si me esté acosando demasiado. — El peliazul sabía que Jungkook iba decirlo.

—Todos tienen cariño a las galletas con chispas de chocolate, ¿Quién no se resistirá?

—Pero esto me recuerda a algo hermoso.

—¿En serio? — Asiente el castaño. — ¿En qué?

—En mi madre. — Miró la bolsa de galletas. — Cuando tenía tres años, mamá solía llevarme galletas con chispas de chocolate acompañadas con jugo de manzana cada vez antes de dormir, no hay ninguna noche en que no pueda comerlas, porque sino no podía dormir, las comía mientras ella me cantaba o me leía un cuento. — Sintió un poco de tristeza, pero se contuvo las ganas de llorar, no puede romperse en frente de alguien que acaba de conocer. — Desde que se fue de casa, buscaba la manera de conseguirlas ya que papá casi no tenía dinero para comprarlas.

—Llevamos muy poco de que nos conocemos, así que no invadiré con preguntas lo que pasó después, tal vez luego me lo puedas contar. — Asintió Jungkook para después sonreír.

Dios, esa sonrisa, era demasiada linda.

—Me alegra verte sonreír, espero que jamás la vuelvas a borrar. — En ese momento las mejillas de Jungkook se colorearon un poco.

—¿Gracias? — Se sintió algo extrañado después de oír esas palabras.

Un auto paró enfrente de ambos, a lo que Taehyung reconoció en segundos, habían llegado por Jungkook, se sintió a la vez triste en no poder hablarle tanto tiempo.

—Bueno, Seokjin ya está aquí. — Se levanta de su lugar. — Hablemos luego.

—Espera. — Jungkook lo miró curioso. — ¿Podemos hablar por chat? Puedes pasarme tu número y yo el mío.

Jungkook estuvo a punto de hablar pero fue interrumpido por Seokjin quien había bajado el ventanal.

—¿Qué tal, chicos? — Ambos menores voltean a verlo, Taehyung le hace un ademán de saludo.

—Tengo que irme. — El castaño se apresuró en entrar al auto dejando a un Taehyung aún más embobado.

El auto arrancó dejando finalmente al peliazul a solas. Taehyung se sintió emocionado en lograr hacerle sonreír y más saber algo más de él, quiso correr hasta la casa de Hoseok o de Yoongi para contar lo sucedido pero decidió dejarlo después, ahora tiene una grandísima idea para la próxima que lo volverá a ver.