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Capítulo 17

Ambos se encontraban sentados en el césped, sus espaldas estaban recargadas en un árbol, el aire era helado pero para ambos jóvenes es perfecto, a su alrededor se encontraba un poco solitario ya que en cualquier momento podría llover, Jungkook no sabía con qué empezar y no está seguro de como reaccionaría Hoseok, aparte de Seokjin y el resto de sus amigos lo saben, está agradecido que no lo abandonaran, y que lo apoyaran. Algo que no apreció mucho.

Soltó un profundo suspiro, teniendo las agallas de decirlo.

—¿Prometes no contarle de esto a nadie? — Hoseok logró escuchar eso, así que volteó a verlo curioso.

—Claro, puedes confiar en mi. — Ahora mismo estaría ansioso en descubrir algo sobre el menor, pero sabe que es un momento serio y se sentiría mal en aprovechar el momento de esa manera, no debe lastimar más al menor. — Te escucho.

—Bueno... — Chasqueó la lengua, no podría mentir a su amigo, ni de broma debería convertirse en un mentiroso. — He ido a casa de Taehyung después de clases para que me ayudara con algunas cosas en matemáticas. Jamás me esperé en que llegara a conocer su madre, pero pasó.

—¿Y pasó algo? — El castañito negó.

—Solo me llegó la nostalgia. — Dirigió sus piernas hasta su pecho para abrazarlas. — Cuando era pequeño, estaba tranquilo jugando con un oso de peluche que tenía, en mi habitación. Hasta que escucho los gritos de mis padres, creí que eso había parado porque hubo un momento en que todos los días discutían.

—Debió ser terrible.

—Lo era, no me atreví salir para averiguar qué pasaba, no entendía lo que hablaban. Hasta que mi madre entró a mi cuarto sin mi padre. — Sus ojos cristalizaron. — Decía palabras que claramente eran de despedida, me arrepentí en no haber salido corriendo detrás de ella cuando se fue.

—¿Y qué más pasó? — Hoseok se sentía mal en ese momento, notó las lágrimas correr por esas mejillas del menor y su cuerpo temblar, así que se acercó un poco para abrazarlo.

—De ahí no supe nada de ella. — Murmuró, enterrando su rostro entre sus brazos. El pelinegro oía sus lloriqueos perfectamente.

Quería cuestionar porqué terminó viviendo con su primo, quería saber tantas cosas, pero no en un momento como este, no puede presionar mucho al castañito si está reconociendo poco a poco el porqué era un chico cerrado antes cuando terminen siendo amigos, le reprimía demasiado.

Recargó su mejilla sobre el hombro del menor haciendo que sus brazos dieran un poco de presión. Por más que quería decir algo, no podía, es como si sus palabras se atoraran, ¿Un abrazo como este es un mejor consuelo para Jungkook? Hoseok también quería acompañarlo en llorar, se imaginó lo terrible que ha pasar Jungkook en la casa de Taehyung, no lo culpa, entiende lo cuán doloroso es que alguien no vea a uno de sus progenitores por años, meses o semanas.

Jungkook era muy pequeño cuando su madre se despidió de él, ¿Qué hay de su padre? Al parecer el castaño no quiso mencionar mucho de él.

—H-Hyung, en verdad quiero encontrar a mi madre. — Alzó la mirada y giró la cabeza para ver al pelinegro. — No he hablado de esto a Seokjin.

—Debes hacerlo. — Soltó sin pensarlo. — Cuando estés seguro, puedes hablarlo con él.

—¿Y si me lo oculta?

—¿Crees que será capaz de hacerlo? — Jungkook negó. — Estaré apoyándote. Te ayudaré cuando lo necesites. — Soltó una pequeña sonrisa, demostrando confianza al menor.

Jungkook correspondió la sonrisa, haciendo que Hoseok sintiera su corazón palpitar y sentir una sensación extraña, ambos amigos permanecieron así por unos minutos, ignorando el ruido de los relámpagos.

Cuando sintieron unas cuantas gotas caer, es donde prefirieron irse de ahí, a Jungkook no le molestó en que Hoseok le acompañe a casa, aunque el pelinegro podría terminar con resfrío, está agradecido en que le acompañara y lo escuchara, en realidad necesitaba desahogarse un poco.

Aunque en el tema de hablarlo con Seokjin debe pensar bien antes de actuar, Jungkook está ansioso pero a la vez le asusta en que esa esperanza de ver a su madre podría ser arrebatada, quiere sentir su cálido abrazo, quiere oír de nuevo esa suave voz, quiere el cariño de su madre de nuevo.

Ambos pararon de correr cuando llegaron a la puerta principal, sus ropas estaban empapadas al igual que su rostro y cabello, Jungkook puso la mano sobre la cerradura y abrió la puerta.

—Hyung ¿En verdad te irás a casa así con esta lluvia? — Preguntó.

—Mi madre se va preocupar si no llego antes de las nueve. — Contestó después de calmar su respiración, en verdad jamás ha corrido demasiado.

—Tendrás un resfriado después.

—No te preocupes, necesitabas compañía, en verdad me duele verte triste. — Admitió, Hoseok había dicho eso sin pensarlo, así que prefirió desviar la mirada para dejar de ver esos ojos cafés.

—¿Ves la hora que es, jovencito? — Ambos jóvenes sobresaltaron al oír otra voz, Jungkook en verdad está frito, giró la cabeza encontrando a Seokjin a sus espaldas con los brazos cruzados. — Y vienes empapado.

—Disculpe. — Hoseok habló antes que lo haga el menor, se puso nervioso al sentir la mirada del rubio en él. — En verdad es mi culpa, yo llevé a Jungkook a un parque y... — No sabía si sería buena idea contar lo que ha pasado, pero prefirió no hacerlo. — Pasamos un tiempo ahí. No lo regañe, por favor.

Seokjin alzó una ceja si dejar de mirarlo, aunque quiso preguntar el porqué pasarían el tiempo un parque pero por esta vez lo dejaría pasar, en verdad estaba preocupado en que Jungkook se encontrara con su padre de nuevo.

—Por esta vez te salvas, Jeon. — El castaño asintió. — Y tú. — Hoseok suplicó en que el rubio no lo mate, evitó tenerle contacto visual, en verdad Seokjin le da miedo. — Gracias por traerlo, debes entrar antes que la lluvia empeore.

—Gracias por eso, pero realmente debo llegar a casa antes de las nueve. — Sonrió nervioso e hizo una pequeña reverencia como muestra de perdón. — Jungkook nos vemos luego.

El castaño hizo un ademán de despedida y vio a Hoseok irse, se adentró al hogar, empezó a temblar un poco de frío pero la seriedad de su primo, para él no sería buena idea irse de inmediato a su habitación dejándolo con la palabra en la boca. Seokjin suspiró.

—En verdad me tenías preocupado, mocoso. — Miró perfectamente los orbes del menor, estaban algo hinchados y rojos, entendió un poco el asunto. — Ve a tomarte un baño, en unas horas cenaremos.

Jungkook asintió y fue directo a los escalones, Seokjin negó para asimismo, supuso que Jungkook tuvo un recuerdo que lo haría triste, hasta se cuestionó que hubo haber pasado en casa de Taehyung, por más que quiere acercarse a su primito, las cosas son difíciles y más que no es el adolescente grosero como antes.

—En verdad no sé qué hacer con este niño.

Namjoon lo miró de reojo y devolvió la mirada en las espinacas para seguir cortando.

—Anda recuperando su tiempo, en verdad te va sorprender cuando veamos sus exitosas calificaciones dentro de unos días.

—Hubieras visto su rostro, ha llorado, temo que le dio un bajón emocional. — Quita la tapa de una olla para ver si el pescado se ha cocido. — Y el reencuentro que tuvo con su padre, dudo que esté bien.

—¿Y que hay de tu tía? ¿Han hablado de eso? — El rubio negó.

—No estoy listo para eso, no quiero dañarlo.















































Jungkook salió de la ducha después de haberse cambiado ahí dentro, con una pequeña toalla secaba su cabello, se sentó en el escritorio y se inclinó un poco a un lado para abrir un cajón, debería estudiar mientras Seokjin le avise que es hora de cenar, tuvo pérdida de tiempo pero valió la pena, se sentía tranquilo después de decir lo que sentía y pensaba, agradecía a Hoseok muchas veces.

Sacó primero un cuaderno donde suele usar para estudiar, y una guía que tuvo en la semana pasada. Lo que vio eran las cartas, no supo el porqué las guardaría donde están sus cuadernos de sus materias, recordó que no ha leído la carta que recibió, elevó su cuerpo y tomó su mochila para sacar unas cosas que le falta y la carta.

El sobre era rojo, en verdad al chico de las cartas suele mandarle de ese color o el rosa pastel o blanco, sacó la carta y desdobló la hoja, no le sorprende que sean palabras empalagosas y "poéticas" pero leer las cartas le tranquiliza, hasta llegó imaginarse como sería la voz del desconocido.

Te deseo suerte en estos exámenes, no me gustaría desconcertarte con esto, aunque dejaría cartas en tu casillero para que después las leas, puedo esperar la próxima semana tu respuesta, me agrada hablar a través de esto pero me entristece que no sea en persona, tengo miedo que te decepciones y quieras alejarte de mi después. Deseo que tenga el valor en que nos viéramos personalmente, decirte de mis sentimientos a palabras y no en escrito. Si recordara la felicidad te recordaría a ti, si pensara en nombres de alegrías sería el tuyo el elegido, y si tuviera que amar a una persona, te amaría a ti como ya te amo.

‐Anónimo.

El corazón de Jungkook empezó a palpitar un poco acelerado, es como si su mente estuviera en blanco y haya un desastre en su interior, de nuevo sintió sus mejillas calentarse, en verdad no sabe qué contestarle después de leer esto. Tomó de inmediato su celular para marcar dicho número, apegó un poco el aparato en su oído mientras esperaba en que contestaran la llamada, no podía dejar de pensar en el desconocido, siempre está ansioso en recibir una carta suya y leer detalladamente esas palabras, no debería ilusionarse fácil pero es inevitable.

¿Diga?

—Lisa ¿Estás estudiando? — Escuchó un sonido de negación.

Hace minutos acabé, necesito un descanso. ¿Qué necesitas, Kookie? — Rodó los ojos ante ese apodo, su amiga suele decirle así para molestarlo.

—En verdad necesito de tu ayuda. Aunque te vas a burlar de mi después.

Depende lo que me vas a decir, prometo no burlarme.

—Se trata del chico de las cartas, ha pasado varios días en que no puedo dejar de pensar en él, hasta llegué a imaginarme como será en persona. — Se sentó en el borde de la cama para abrazar un cojín. — Siempre que leo sus cartas, pasa cosas raras en mi.

—¿Sientes mariposas en el estómago al leer las cartas?

—No entiendo.

—Qué tan puro eres, Jeon. Me refiero si sentías cositas en el estómago, aparte de que tu corazón se acelere. Escuchó una pequeña risa por parte de la rubia.

—Me pasa, me pasa eso. — Un grito hizo que alejara el celular de su oído.

—¡Sabía que este momento llegaría! Jungkook enterró su cara sobre el cojín. — Al principio decías que jamás pasará, no puedo creerlo.

Dirigió de nuevo el celular en su oído. — Dime que no es lo que estoy pensando.

—Jungkook, estás enamorado.

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