Capítulo 12
El timbre resonó, dando saber que las clases finalizaron. Jungkook con la compañía de Lisa, se dirigió a su casillero, no olvidó en haberle contestado a su admirador secreto, por el transcurso del día no ha llorado, intentó ignorar sus pensamientos con tan solo hablar con sus amigos, aquello lo había logrado, a la rubia le alegraba ver que su amigo esté siendo como el de antes, extrañaba tanto aquella compañía en la casa del árbol, donde todos suelen ver películas de terror mientras comían una pizza cada sábado, o, ir a un karaoke.
El castaño agregó la contraseña y abrió, tal como siempre, ahí se encontraba el sobre. Lo sacó, dejó algunas cosas que ya no iba necesitar, la rubia se acercó a él para ver, el sobre estaba decorado con dibujitos de conejitos rosados, abrió el sobre y sacó la hoja, la desdobló, sintió un poco sus mejillas arder lo que decía.
Nunca me esperé una respuesta tuya, por ti escribiría ciento de cartas para hacerte sentir bien, hacerte sentir especial. Solo sé que tienes algo que me llama la atención, se ha metido en mi alma y se robó mi corazón. Eres la causa en que tuviera mis buenos sueños, no puedo tener pesadillas ya que estás ahí para colorear el mundo que quiero vivir contigo.
-Anónimo.
Lisa desvió la mirada en Jungkook, notó aquel color rosado en sus mejillas y sus labios temblar, movió su mano sobre la mirada de Jeon para que reaccionara pero no fue así, soltó una sonrisa de manera discreta, algo emocionada.
—¿Jungkook estás en la luna? — El mencionado alzó la mirada, mordió su labio inferior nervioso mientras guardaba la carta en su mochila, no comprendió porque sus manos están sudadas. — ¿Qué le haz dicho para que te escribiera así? Supuse que vas a "detenerlo". — Enfatizó la última palabra con sus dedos.
—Y-Yo... — Quedó callado por un largo segundo, no sabía como explicarle a Lisa, recordaba exactamente lo que había escrito, simplemente sus palabras fueron escritas sin haberlas pensado o siguió las órdenes de su corazón.
Cada palabra, cada metáfora, volvía su corazón moverse. Es confuso, jamás ha sentido estas sensaciones.
—No es necesario en que me lo digas. — Acarició los cabellos castaños con delicadeza. — Aquel desconocido es muy dulce, yo que tu le doy una oportunidad.
Jungkook negó con la cabeza riendo, pegó la frente de la rubia con menos fuerza, aquella frunció el ceño.
—Esto es la vida real, Manoban. No una película como las que ves. — Arrugó la nariz con desagrado, Lisa suelta una pequeña risa.
—Me vas a decir que tengo razón, que sientes algo por el chico de las cartas.
—Estás loca. — Empezó a caminar con ella a su lado, dirigiéndose a la salida del instituto.
—Oh Jeon, ¿Y qué hay de ese peliazul, con el que te unes mientras esperas a Seokjin? — Con su codo pegó ligero el brazo del castaño.
—No sé de que hablas.
—Sabes se que hablo, es el mismo que te entregó tus galletas favoritas la semana pasada. — Empezó a jugar con las cuerdas de su mochila, no borraba esa sonrisa de victoria. — No puedes ocultarme nada, Jungkookie.
—Es un amigo. — Oh vaya, soltó aquello de la nada. La sonrisa de Lisa se volvió pícara.
—Estaré en el momento en que digas que estás enamorado.
—¿Por qué dices estas cosas?
—Simplemente sé lo que te digo, eres mi mejor amigo como el resto. — Paró el paso cuando al fin llegaron a la puerta del lugar. — Desde que conociste ese chico, hizo algo que nosotros no hemos podido hacer, me encantaría conocerlo ahora mismo y agradecer que mi Jungkook, el Jungkook que conocí, esté regresando.
Jungkook desvió la mirada en la banca donde suele estar, ahí encontró a Taehyung, esperándolo. Pensó lo que dijo Lisa, ¿En qué momento logró en sentirse bien?
La rubia miró la misma dirección al notar que no le prestaba atención, se sintió emocionada al ver de nuevo al chico peliazul, así que dio un empujoncito a Jungkook.
—Yo digo que vayas. Nos vemos luego. — Palmeó el hombro del castaño, después se retiró.
Jungkook quedó parado mientras observaba a Taehyung desde lejos, si, exactamente, a pesar de que Seokjin esté luchando por su custodia, el estado emocional de Jungkook anda mejorando poco a poco, aún sigue llorando en las noches, necesita algo más de esta sanación.
Caminó donde está él, no olvidó que irá al arcade, habló de ello a Seokjin que el cual con gusto le dio permiso. Al estar cerca, notó que Taehyung no estaba solo.
Visualizó los dos chicos que son amigos del mayor, uno de ellos se dio cuenta de su presencia.
—Oh. — Dijo el pelinegro. — Al parecer alguien no lo olvidó.
Taehyung volteó, soltó una sonrisa al ver al castañito. Se veía tierno y hermoso como siempre.
—Jungkook. — Yoongi contuvo la risa. — Me alegra verte.
Hoseok fingió toser al notar que su amigo iba quedar perdido en su mundo, al contrario con Yoongi, hacía lo posible no reír para incomodar el ambiente.
Taehyung se sonrojó un poco, desvió la mirada un poco nervioso, se hizo un lado para demostrar a sus amigos.
—Chicos, él es Jungkook. — El castaño miró aquel par. — Él es Hoseok. — El pelinegro sonriente hizo un ademán de saludo. — Y él es Yoongi. — El blanquecino no hizo expresión alguna para no soltar una carcajada.
—Mucho gusto, Jungkook. — Habló Jung.
—Igualmente. — Yoongi soltó un suspiro.
—Es de pocas palabras tu amiguito. — Recibió un golpe por la nuca por parte de Hoseok. Taehyung sonrió y empezó a caminar con Jungkook a su lado, Yoongi miró con el ceño fruncido al pelinegro que tenía a su lado, mientras acariciaba el lugar afectado. — ¿Oye qué te ocurre? — Murmuró.
—Ríete de Taehyung después, no arruines esto, Min. — Lo miró de reojo, el blanquecino infló las mejillas y suspiró.
Al llegar el lugar Jungkook pudo notar varios colores a su alrededor, había niños y jóvenes de su edad rondar por el lugar, era grande. Sintió que lo abrazaron por los hombros, volteó chocando con la mirada de Taehyung, de nuevo, sintió aquella sensación como hace unos minutos, al momento de leer esa carta.
—Parece que no haz entrado a un lugar como este. — Habló animadamente, el castaño se dio cuenta que aquel par se había adelantado, dejándolo a solas con el peliazul.
—Hace años que no vengo un lugar como este.
—¿Y eso? — El menor se zafa de su agarre, está algo incómodo estar muy cerca de Kim.
—Tenía ocho años, dejé de venir lugares como este cuando mi papá empezó a comprarme videojuegos. — Encogió de hombros. Taehyung asintió lentamente logrando comprenderlo.
—Entremos. — Tomó la mano del castaño y empezó arrastrarlo al interior del lugar. — Veremos como Hoseok le rompe el trasero a Yoongi.
Jungkook soltó una pequeña risa, en el camino casi se tropezaba por culpa de Taehyung, al llegar donde están ellos dos, vio a Yoongi bufar después de ver un Game Over en la pantalla, Hoseok sonreía victorioso disfrutando su semblante serio.
—Quiero revancha, Hoseok. — Se cruzó de brazos con una mirada retándolo.
—No seas mal perdedor. — Dijo volviendo enfrente de la máquina donde ellos jugaron una ronda de pelea. El blanquecino hizo lo mismo, sin antes agregar unas cuantas monedas.
Taehyung hizo un ademán con la cabeza en señal de que el menor lo siguiera, lo llevó hasta un pequeño juego de baloncesto. Estaban algo alejados de Yoongi y Hoseok, pero aún así a dicha distancia podían oír las maldiciones del pelimorado, Jungkook tomó uno de los balones que se encontraban en una red, sabía las reglas aún lo recuerda, Taehyung supuso que no era necesario explicarlo.
Jungkook con la mirada, buscaba el ángulo perfecto para dar, sonrió de lado después de lanzar el balón luego para ver que había dado al punto.
Sencillo.
Encogió de hombros y se hizo un lado para dejar en que Taehyung tomara su turno, desvió su mirada a un lado encontrando a Hoseok y Yoongi observándolos, esos dos demostraron sus pulgares como señal de ánimo, soltó una pequeña sonrisa y volvió su mirada al canasto, lanzó el balón después que "supuestamente" buscaba la mejor manera de que entrara, había fallado.
Hizo un puchero sin quitar la vista del pequeño balón rebotar hasta parar, Jungkook se acercó a él, palmeó suavemente su hombro lográndole llamarle la atención.
—Intentemos de nuevo. — Taehyung asintió con la cabeza.
Pasaron aquel pequeño tiempo, cada turno fallaban o ganaban, el punto era en que se divirtieran. Después de aquello, jugaron otros juegos, en las maquinitas. Hoseok se siente feliz por su amigo, feliz de ver que Taehyung está dando el primer paso, se imaginaba asimismo que después de esto va contarlo, como todos los días cada vez que lo ve.
Jungkook se encontraba sentado en una banca que se encontraba por el lugar, revisó su celular para ver la hora y ver si llegaron mensajes de su hyung, sintió que lo tocaron por el hombro, alzó la mirada encontrándose con la de Taehyung.
—Iré por brochetas de cordero ¿Quieres? — El castañito asintió, vio a Taehyung haciendo un ademán a Yoongi en que lo acompañara.
No se dio cuenta la presencia de Hoseok, ya que se encontraba sentado al lado suyo, igual, viendo su celular.
—Jungkook ¿cierto? — El pelinegro rompió el silencio, el mencionado hizo un sonido de afirmación sin dejar de teclear, sus pulgares se movían algo rápidos sobre el teclado. — Es agradable de conocerte.
—Es algo extraño que su amigo se junte conmigo en la hora de salida. — Encogió los hombros. — ¿Qué piensas en ello?
—Taehyung es muy sociable, respecto Yoongi y yo tenemos cosas que hacer después de clases, pues... suele quedar platicando con nuestros compañeros un rato. ¿Te molesta en que te acompañe? — Volteó a verlo. Jungkook negó.
—Solo al principio me molestaba.
—Espero que a la próxima salida invites a tus amigos, será aún más increíble. — Guarda su celular en el bolsillo delantero de su pantalón.
De ahí es donde a Hoseok tuvo una gran idea, sonrió de lado, era momento de saber algunas cosas, Taehyung se lo va agradecer después.
—¿Qué haces después de clases? — Dijo mientras se estiraba, soltando un profundo suspiro a la vez.
—Nada interesante. — Apaga su celular y se recarga en el respaldo de la banca.— Soy muy aburrido. — Ni siquiera de atreverá decirle lo cuán triste está a solas, recordando momentos que lo atormentan. — Y tu.
—Bueno, acompaño a Yoongi a su empleo y ya después de ahí voy a mis clases de baile.
Jungkook entre abrió la boca sorprendido.
—¿En serio? — Hoseok asintió. — Eso es genial.
—¿Bailabas?
—Lo hacía, dejé de hacerlo por un problema "familiar". — Efectivamente aquel recuerdo de que su padre se metió en problemas, se vino en su mente. El mayor asintió lentamente comprendiendo, notó que aquel brillo de sus ojos se esfumó.
—¿Y siguen juntos?
—Vivo con mi primo. — Desvió la mirada a un lado.
Hoseok sentía curiosidad en saber sobre la vida del castaño, prefirió no invadirlo de preguntas, pero en el fondo estaba ansioso en contarle a Taehyung lo que acabó de descubrir.
Y hablando de él, había regresado con brochetas de cordero como él había dicho, Yoongi se encontraba devorando una.
—¿Nos perdimos de algo? — Dijo el pelimorado con la boca llena, Hoseok negó con la cabeza.
—Son las cuatro de la tarde. — Taehyung le extiende una brocheta a Jungkook para que lo tomara. — Podemos llevarte a casa antes de las siete.
Jungkook tomó la brocheta, hizo un ademán de agradecimiento. Justamente se sentía bien estando acompañado por él, era extraño, primero se siente bien por unas palabras de un desconocido escribiéndole a diario y a hora esto, es confuso para él.
A partir de aquí me van a odiar :D
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro