
𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐝𝐞𝐧𝐭𝐨𝐫 | 𝐓𝐡𝐨𝐫𝐤𝐢
Thor observó desde el balcón con seriedad la escena que tenía frente a él. Loki estaba junto a Fandral, los brazos del rubio estaban sobre la cintura del pelinegro y este reía con alegría.
Gruñó de coraje y tomó de golpe su bebida para pasar la amargura que en esos momentos sentía en su boca.
Loki era su hermano, en realidad no compartían sangre pero los habían criado como tal. Loki también era su amante.
Aún podía recordar la noche en que el pelinegro entro en sus aposentos luego de una noche juntos donde salieron a festejar una de las tantas batallas que el rubio había ganado.
Recordó exactamente como su querido hermano lo beso primer. Un beso que hizo arder algo que se había encendido mucho tiempo atrás entre ellos. Pudo sentir en esos momentos el toque del pelinegro sobre su cuerpo, la sensación cuando lo hizo suyo por primera vez y como seguía haciéndolo de manera clandestina.
Luego del primer encuentro, sus instintos y su deseo por el Dios de las Mentiras lo proclamaban casi a diario. Y fue en una de tantas noches cuando el pelinegro había abierto su corazón reuniendo el coraje de confesar sus sentimientos y decirle abiertamente "te amo".
Lo espero tanto que, con ansias, lo correspondió casi de inmediato sin pensar en las consecuencias que sus sentimientos desencadenarían. No podía tener algo formal con Loki, era su hermano y él, él el futuro Rey que gobernaría Asgard, definitivamente un tremendo escándalo para el reino.
Una semana después sucedió su destierro a Midgard donde conoció a aquella científica, Jane Foster, la cual atrajo totalmente su atención sacando, por un momento, a Loki de su cabeza.
Eso había vuelto loco a su hermano, ya no estaba solamente la competencia por el trono, ahora su lucha era por el engaño y la traición que había hecho con Jane en Midgard. Todo eso había provocado que Loki atacara Midgard con la tonta excusa de la corona.
Había logrado vencerlo y tratar de redimirlo pero solamente vinieron más y más locuras por parte del gigante de hielo. Y Odín había tomado su decisión de encerrar a Loki como prisionero sin importar que lo hubiera llamado hijo.
Y Thor... él no había hecho nada para salvarlo y defenderlo como el cobarde que era.
Fueron esos pequeños detalles los cuales los hizo alejarse, al menos por un tiempo.
Además, la procedencia del pelinegro como Jotun y los crímenes cometidos en Midgard desprestigiarían por completo su cargo en el futuro.
No. Había luchado mucho por obtener ese puesto y no iba a dejarlo tan fácil.
Volvió a poner su vista en la imagen de los dos hombres que ahora estaban sentados en la banca cerca de la fuente. Veían el atardecer mientras Loki mantenía su cabeza recargada en el hombro del rubio y este seguía con su brazo envolviendo la pequeña y delgada cintura del jotun.
Loki era alguien precioso. Cabello negro como la noche, ojos tan verdes como las más preciosas esmeraldas y esa piel lechosa que adoraba como se ponía roja cuando dejaba múltiples marcas debido a las mordidas que le proporcionaba cuando hacían el amor.
El Dios de las mentiras podía ser la perdición de cualquier mortal, de cualquier Dios, de cualquier ser.
—Cariño—sintió unas delgadas y finas manos tocar su espalda y pasar por sus hombros hasta finalmente detenerse en su fornido pecho—. ¿Otra vez vigilando a tu hermano?
—Mi Lady—el rubio se giró para tomar las manos de su prometida y besarlas con delicadeza—. Es solo que me preocupa su seguridad—mintió. Lo que realmente le preocupaba era que el pelinegro encontrara a alguien más y lo dejara—. Fandral es mi mejor amigo y por lo tanto conozco cuáles son sus intenciones con cualquier chica o chico del reino. Me preocupa que pueda dañar a mi hermano.
—Pero él se ve realmente enamorado—afirmó la científica volviendo a mirar a la pareja—. No creo que quiera dañar a tu hermano.
Thor apretó sus dientes en forma de molestia.
—Tal vez—el Dios trato de sonreír—. ¿Me buscabas para algo en especial?
—Una de las curanderas está casi por ciento segura que tendremos un varón cariño, ¿no es genial?—la castaña sonrió llena de felicidad mientras tocaba su abultado vientre de casi 4 meses— Tú padre está muy feliz de tener un nuevo heredero para el trono.
El rubio suspiro y coloco una mano en el vientre de su mujer.
Jane no era alguien mala, en realidad, ni siquiera él lo era o al menos eso quería pensar.
Él era demasiado idiota como para no aceptar sus sentimientos y dejarse llevar por las órdenes de su padre. Quería ser un Rey perfecto. No sabía en qué momento esas ganas que Loki tenía de probar y tener el poder habían pasado a él.
—Es una de las mejores noticias que me has dado cariño—Thor le sonrió acariciando su rostro—. Creo que hay que celebrarlo con una gran cena.
—Eso suena bien—afirmo la mujer entusiasmada.
—¿Por qué no vas con los empleados de servicio para que todo esté listo para esta misma noche?
Ella asintió y dándole un beso en sus labios salió apurada de ahí.
Después de que Jane dejara la habitación, Thor se dedicó nuevamente a observar a Loki y a su amigo. Caminaba cual león enjaulado, furioso porque su presa estaba en brazos de otro.
Cuando los vio alejarse, Loki camino rumbo al palacio, sería su momento perfecto para interceptarlo y reprenderlo por andar ahí en brazos de otro cuando definitivamente ya tenía dueño.
Se escondió en uno de los muros y mientras el pelinegro abría su puerta aprovecho para caminar hasta él y pegarlo a su cuerpo al mismo tiempo que lo empujaba dentro los aposentos del pelinegro con rudeza.
—Thor—el Dios del Engaño pronunció con nerviosismo su nombre.
—Así que... ¿Fandral y tú?—el rubio lo giró bruscamente sin quitar sus ardientes ojos azules de los esmeraldas— ¿A qué juegas Loki? ¿Es que acaso quieres llamar mi atención? ¿Estás celoso por qué Jane será la futura reina y tendrá a mi heredero?
A veces ni siquiera sabía porque decía palabras tan crueles. Loki no tenía la culpa de su frustración y todo lo que eso causaba en él, tampoco de lo culpable que sentía tener sentimientos hacia quien consideraba su hermano, pero a veces ni si quiera él mismo entendía la postura que tomaba.
No quería ser cruel con el pelinegro pero era como si algo más actuara por él, descargando su parte más obscura con Loki.
El pelinegro se sintió humillado, siempre se sentía así cuando estaba con Thor. Tener que aceptar las migajas que su amante le daba cuando había pasado la mayor parte de su vida enamorado del rubio era realmente doloroso y aun así no podía hacer nada para alejarse y no porque no quisiera.
Luego de sus actos en Midgard Odín lo había mantenido aislado, la encargada de que hubiera salido de aquellas paredes había sido Frigga.
Su madre era la única que había confiado en él.
Thor por su parte, también había ayudado a obtener su libertad, prometiéndole a Odín que lo vigilaría evitando que cometiera alguna otra amenaza contra el reino y los nueve mundos.
Por lo tanto, estaba en manos de Thor. Tenía que estar a su merced para irónicamente estar en libertad pero atado a él.
Maldijo la hora en que se metió a la cama de Thor porque el Dios del Trueno se obsesionó con tenerlo como su juguete, solo para él. Sentir ese control sobre su cuerpo lo volvía loco.
La mayoría del reino lo odiaba, su padre también lo hacía y la única opción de mantenerse ahí era Thor. El día que se aburriera de él tal vez obtendría su libertad, ya fuera en vida o muerte, aun así, en esos momentos le convenía estar callado y sumiso.
Era la palabra de Thor contra la de él. No podía escapar de ese infierno aunque quisiera y tendría que aceptar a vivir así.
—Es mi amigo solamente.
—Uno que quiere llevarte a la cama—dijo apretando sus dientes al mismo tiempo que presionaba con fuerza las muñecas de este—. ¿Crees que no sé cómo te mira? Además es uno de mis mejores amigos Loki.
—Suéltame Thor me estás haciendo daño—era un hombre de carácter fuerte pero últimamente ese hombre parecía haberse ido.
Solo quedaba alguien frágil y débil.
—No quiero verte más con él, ¿entendiste?—Loki asintió, sumiso.
—Así me gusta cariño—tomo sus labios en un posesivo beso para después tirarlo a la cama y tomarlo con salvajismo.
Le gustaba dejar marcas en el cuerpo de Loki para reclamarlo como suyo.
(◦◦◦)
Para la cena las risas y halagos hacia Jane no faltaron.
Thor tomaba la mano de su esposa mientras hablaba de lo entusiasmado que estaba por él bebe que venía en camino. Odín le secundo, dejándolo a él fuera de la conversación.
Vio a Jane y era bonita. No la odiaba a pesar de todo. Ella jamás tuvo la culpa de las idioteces que cometía su hermano.
En realidad, la mujer casi siempre trataba de integrarlo, hablar con él. Definitivamente Thor no los merecía, a ninguno de los dos.
—Deberías aprender a tu hermano Loki—Odín finalmente fijo su vista con algo de despreció en él—. Está a punto de tener una familia, es un hombre ejemplar—el pelinegro apretó sus manos bajo la mesa.
Si tan solo supieran lo mucho que Thor escondía.
—No es algo que me interese—contesto con sequedad.
—Pues deberías—insistió—. Eres un Jotun, sé que es difícil que alguien te quiera por tu condición, más sin embargo, deberías encontrar a alguien.
El pelinegro dirigió su vista a Thor y solo lo encontró con una sonrisa burlona en su rostro.
—Sí me disculpan, me retiro, no tengo apetito.
Loki salió de ahí con los ojos cristalizados y totalmente humillado. Sabía que por su condición de Jotun daba asco, muchos se lo habían dicho. Solo Frigga era quien lo entendía.
Salió al jardín a tomar un poco de aire y se sentó en la misma banca donde se había encontrado con Fandral esa tarde.
Probablemente él era el único amigo que tenía ahí. Sabía que había cometido errores en el pasado pero ya había pagado lo suficiente. Con soledad, indiferencia y dolor. Mucho dolor.
—Loki, ¿estás bien?—Fandral llegó hasta su lado y observó cuan demacrado lucía.
—Sí, es solo que... ya no soporto estar aquí—se lanzó a sus brazos—. Estoy embarazado—confeso, estaba cansado de esconder su condición que debería llenar de alegría, así como los llenaba la espera de Jane pero lo suyo definitivamente sería un gran escándalo—. Nadie puede enterarse, ¿te imaginas? Mi bebe corre mucho peligro.
El rubio lo había tomado del rostro y ver a Loki hundido en el sufrimiento le partía el corazón.
No sabía que le había pasado a su amigo Thor, había cambiado tanto desde que Jane había llegado.
—Te voy a ayudar a escapar. Nos iremos juntos y nadie te volverá a ser daño cariño.
Las palabras dulces ya eran una manera de tratase por ser amigos no por tener alguna relación sentimental o sexual, pero eso Thor no lo sabía y haber escuchado lo último hizo que su sangre hirviera en celos y coraje.
Loki no se podía escapar con nadie más. Iba a sufrir las consecuencias por querer abandonarlo.
(◦◦◦)
—Padre—Thor había entrado a la habitación de Odín como un toro bravo.
—Thor, ¿pasa algo?
—Es Loki—fingió preocupación—. Lo he escuchado hace unos momentos, desea escaparse y hacernos daño.
Sabía que su padre no se quedaría de brazos cruzados y haría algo al respecto. Tal vez encadenarlo y encerrarlo como antes, sí, sería una buena opción para que no escapara de él con su amante.
—Tomaré cartas en el asunto hijo, no te preocupes—el hombre canoso le dio una sonrisa—. Ahora ve a descansar, tu mujer debe estar esperándote.
Thor se sintió aliviado por la retención que su padre haría con Loki. Podría sentir esa sensación de seguridad que el pelinegro no lo dejaría por nadie más.
Durmió esa noche en total tranquilidad, ya por la mañana hablaría con su hermano-amante para darle una última oportunidad. Sin embargo, no todo fue como lo planeó.
Los Vengadores necesitaban de su ayuda y él no podía negárseles. Antes de que amaneciera partió hacía Midgard dejando totalmente desamparado al pelinegro.
(◦◦◦)
Para Loki estar tarde en las sabanas de seda de su habitación era de lo mejor, pero, en su reciente estado, las náuseas hacían que se la pasara por las mañanas vomitando todo en el retrete.
Vio su abultado vientre en el gran espejo de la habitación y sonrió. Si bien las cuentas no le fallaban, tendría un par de semanas menos que Jane y estaba completamente que sería una niña. Su madre, entre sueños, se lo dijo.
Bajo rápido su bata cuando sintió los toques en la puerta de su habitación. Esconder su embarazo había sido difícil pero las vestimentas holgadas que les pedía a las costureras habían sido de gran ayudad para disimularlo.
Ni siquiera alcanzó a moverse de su lugar cuando dos guardias lo habían tomado fuertemente de sus brazos.
—¿Qué demonios les pasa, idiotas?—gruño entre dientes— ¿Es que se les olvido que yo también soy un príncipe?
Nadie le contesto y eso solo lo enfureció aún más. Al llegar al salón principal y ver a Odín sentado en su trono supo que todo estaba mal.
—Loki—el viejo canoso lo llamó con frialdad—. Creo que tú jamás vas a aprender a querer a tu familia.
—Tú no eres mi familia—escupió con veneno las palabras.
—Tienes razón—asintió—. Jamás debí traerte aquí. Haz hecho mucho daño ya, lo mejor sería que te fueras.
Los ojos de Loki se prendieron en ilusión, finalmente obtendría su libertad. Lejos del reino, de todo lo que lo lastimaba... de Thor. Él y su pequeña podrían ser felices, lejos.
—Pero no te ilusiones hijo—Odín bajo de su trono para caminar hasta él—. La única forma de detenerte es tu muerte.
El pelinegro palideció y jadeo en sorpresa.
—¿Qué?—apenas pudo pronunciar.
—¿Crees que no sé qué mi hijo y tú duermen juntos? Que estás esperando una cría de él—dijo con desdén y asco—. Escúchame bien, Thor tiene su vida hecha, con una mujer, con su hijo legítimo mientras que el tuyo es un bastardo. No voy a permitir que lo arruines.
Los ojos de Loki se cristalizaron y quiso gritar. Se levantó para golpearlo pero los guardias fueron más rápidos y lo terminaron golpeando a él.
Parecía un espectáculo para Odín.
No había nada más que hacer por él.
—Mátenlo—ordenó Odín—. Frente a los ojos del pueblo. Que todos sean testigos del descaro de este hombre al tener sentimientos impuros por su hermano. Todos tienen que saber...
Fue golpeado hasta casi perder la conciencia. Su vientre le dolía horriblemente y estaba seguro que la pequeña niña que cargaba ya no estaba más con él. Quiso llorar y gritar por su pérdida pero no tenía fuerza alguna.
—¡Ay!—se quejó cuando pusieron un par de cadenas en sus manos.
Dos guardias lo llevaban. Caminando casi a rastras por la multitud de gente que le gritaba improperios, le escupían e incluso algunos lo llegaban a golpear.
Los guardias lo aventaron como si fuera una carnada para el Rey, quien lo miraba con hostilidad.
—Loki Laufeyson ha sido un traidor para nuestro pueblo y es hora de que pague por sus crímenes.
Todos gritaron aceptando las palabras del Rey.
—¿Querías ser un Rey?
Lo tomo fuertemente de los cabellos. La mirada de Loki estaba perdida entre el dolor que sentía, estaba muriendo poco a poco debido a los golpes que le habían dado y por el aborto que yacía en su interior.
Odín colocó una corona preciosa en su cabeza mientras que las gotas de sangre resbalaban por su rostro.
Jane lo observó llorando. Thor recién regresaba de su corto viaje a Midgard y fue entonces que entre tanto alboroto lo vio.
Corrio hasta el sosteniéndolo entre sus brazos pero había sido muy tarde ya. Sintió como su mundo tembló cuando vio como Loki dio su último aliento. Se había ido.
Humillado, herido, por su culpa. Sí, lo había sido. Dio un gritó cuando la lluvia se hizo presente y cayó de rodillas con el cuerpo del pelinegro entre sus manos.
Estaba destrozado y la culpa quemaba en sus entrañas.
—¡Eres un idiota!—Fandral lo golpeo y los guardias de inmediato lo tomaron— Él estaba esperando un hijo tuyo Thor.
Las palabras de su amigo solo lo hicieron sentirse más miserable y toda una escoria. Él jamás había merecido a Loki.
Lo habían amado, joder sí, pero por miedo había callado y ahora... su preciosa Luna se había ido.
Le importo poco que la gente del pueblo lo viera con asco y que su padre lo estuviera fulminando con la mirada. Tomo el cuerpo de Loki entre sus brazos y le lloró a mares mientras acariciaba el vientre de su amante.
—Perdóname—susurró—. Perdóname por ser un cobarde.
La culpa en su conciencia era el suficiente castigo para que viviera el calvario que el Dios de las Mentiras había sufrido en vida.
Y finalmente Loki había sido redimido de todo el sufrimiento que cargaba. Después de todos sus errores por los cuales había pagado, ahora era libre.
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Casi 3000 palabras en este escrito, ¡wow!
¿Qué les pareció?
Xoxo,
L🥀.
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