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Capítulo 9


El jueves, mi día de trabajo pasó en un santiamén. Taehyung estaba sorprendido que no me llevara bien con Kyle, pero le recordé que sólo había entrado en el trato para citas a cambio de la ayuda de SeokJin y Elijah.

Melanie había enviado por correo electrónico la foto de Internet para Elijah quien había irrumpido en mi oficina y pedido detalles sobre “el besuqueo del edificio”. Le aseguré a Elijah que el beso no significaba nada… lo cual no lo hacía para Jungkook, obviamente.

Tenía otro mensaje de voz de mi padre pidiéndome que lo llamara, pero no tenía la energía para regresársela. Para ser honesto, apenas y tenía la energía para encontrarme con Brian para cenar en el club. No es que él no fuera agradable… aunque hizo girar mi cabeza cuando habló de una nueva empresa con la que supuestamente trabajaba... era sólo que no tenía en mí el fingir una sonrisa por más tiempo. Quería seguir con mi remodelación, envejecer en mi santuario y mantener mi corazón a salvo.

Sólo cuando llegué a casa después de mi (última) cita con Brian, me dejé caer en el sofá y traté de relajarme, pero todo lo que me venía a la memoria era Jungkook. Los botines marrón que tiré tan pronto como entré en la puerta, trajeron de vuelta la emoción del rapel por el hotel Geoffries con él. La botella de vino medio vacía en el mostrador, me recordaba nuestra conversación por el río en la que se había abierto sobre su padre. El cartel del ballet en la sala, me transportó de nuevo al teatro donde lo había abrazado tan relajado y seguro, habiéndome quedado dormido.

Las lágrimas quemaron mis ojos. Se había entrometido totalmente en mis planes para remodelar mi casa. Traté de pensar en muestras de pintura y patrones de tela y grandiosos muebles, pero todo en lo que podía pensar eran en sus ojos azul zafiro, su encantadora sonrisa de conejo y su burlona voz. Incluso había arruinado mi lugar feliz. De ninguna manera llevaría otra copa de vino hacia el río, cuando lo único que sentía era vacío porque él no estaba conmigo.

Tendría mi quinta cita programada y mi trabajo gratis en fila para el fin de semana, así que debería estar extasiado en estos momentos. En cambio, me sentía malditamente miserable. Si yo no hubiera anhelado el Martini Geoffries...

Las campanas de viento sonaron y miré mi teléfono celular. SeokJin. Presioné el botón de CONTESTAR.

—¿Y ahora qué? Por favor, no me digas que un determinado restaurante de comida rápida tenía disponibilidad para la boda en su área de niños antes del Wok N'Roll. No creo que pueda soportar que te cases en un lugar donde los zapatos son opcionales, pero los calcetines son una necesidad.

—Eso es gracioso. —SeokJin rió. —Pero no te preocupes mi amigo, Wok N'Roll está fuera.

Me incorporé lentamente. —¿Qué quieres decir con fuera?

—No vas a creer esto. —La voz de SeokJin estaba tranquila y era difícil saber si debía estar alarmado o no. —Acabo de recibir una llamada telefónica de una mujer del hotel Geoffries. Tenían que trasladar un evento de caridad que se había programado en su sala de baile durante seis semanas a partir de ahora. Por lo tanto, dijo que la fecha está disponible si Namjoon y yo lo queremos. Seis semanas a partir de ahora, que es exactamente cuando queremos casarnos. ¿Cuán increíble es eso?

Me quedé boquiabierto. —¿Cómo puede ser eso? Lo reservaron hace dieciocho meses a partir de ahora. Tiene que haber una larga lista de parejas antes que ustedes.

—¿De qué lado estás? —Él resopló. —¿Quieres que me case con palillos en mi cabello?

—No. —Me reí. —Estoy anonadado. Esa es una noticia sorprendente Jin. Estoy tan feliz por ti. Tu madre debe estar muy emocionada.

Al igual que mi madre estaría muy emocionada cuando se enterara de que saldría con Milton. Aghh.

—Voy a dejar que haga su guiso esta noche y le llamaré mañana. —Él se echó a reír. —¿Cómo van las cosas contigo? Tu recepcionista me dijo que te fuiste a casa para el almuerzo, pero me detuve en tu casa y no hubo respuesta.

—Había planeado ir a casa para tomar una siesta pero Mel llamó con buenas noticias, así que me encontré con ella en el centro en el Café de Cherie para celebrar su nuevo trabajo. Ella va a enseñar el primer grado en una escuela privada y comenzará la próxima semana.

—Bien por Mel. —Él hizo una pausa y oí sonar algo en el fondo. —Me tengo que ir. Namjoon me envió un mensaje sobre alguna alfombra familiar de su madre en donde quiere que nos casemos. Oh, por cierto, ¿estás consiguiendo terminar el trabajo en tu casa? Había un camión plateado estacionado en tu camino de entrada cuando vine.

—No... —Mis cejas se fruncieron entonces algo hizo clic en mi mente. —Jungkook dijo que él tenía el nombre de un contratista para mí. ¿Tal vez le dio mi dirección para una oferta?

—¿Jungkook con cabello oscuro y ojos azules como el cielo? ¿Qué está pasando con él?

Una rebanada de dolor atravesó mi corazón. —Nada.

—¿En serio? —Él sonó sorprendido. —Sentí seria la química entre ustedes dos. Y, por supuesto, Mel me mostró la foto.

Giré los ojos hacia el techo. —No era real, ¿de acuerdo? Estaba mirando cinco pisos más abajo y asustado, así que me distrajo.

—Excelente distracción. —Él hizo un zumbido. —Hablamos pronto. Adiós.

—Adiós. —Apreté el botón de FINALIZAR en mi teléfono, que de inmediato se iluminó con una llamada de mi papá. Sabiendo que no debía evitarlo por más tiempo, suspiré y pulsé sobre el botón CONTESTAR. —¿Hola?

—Jimin, me alegra que contestes.

Crucé mi brazo por encima de mi pecho sintiéndome culpable. —Siento no haberte llamado de regreso papá. Ha sido una semana muy larga. ¿Está todo bien?

—Sí, pero ha habido un pequeño cambio para mañana. Las reuniones están programadas en la tarde ahora porque, bueno, no te aburriré con los detalles. Entonces mi vuelo sale a las seis así que sólo voy a tener tiempo para reunirme contigo para almorzar. —Su tono se escuchaba de disculpas. —Voy a tener que ver la casa en mi próxima visita. ¿Está bien?

La decepción se deslizó a través de mí, pero estaba acostumbrado a esto cuando se trataba de mis padres. —No te preocupes papá. El almuerzo será maravilloso.

—Una cosa más. —Hizo una pausa y el silencio se prolongó. —Voy a tener que llevar a alguien conmigo.

¿Se refería a...?

—Su nombre es Jennifer y, bueno, —otra larga pausa, —voy a pedirle que se case conmigo.

Una bomba cayó en mi estómago y sentí como si tuviera doce años de edad y él acababa de anunciar que se iba a mudar. Sabía que tenía que decir felicidades, pero... —Ni siquiera sabía que estabas saliendo con alguien.

—No quería hablar de ella hasta que supiera a ciencia cierta que iba a durar. Estoy emocionado porque la conozcas. —Esperó y el silencio se prolongó. —Te veré mañana, campeón.

—Adiós. —Me quedé mirando mi teléfono: Terminó la llamada.

Primero Jin, luego Mel y ahora mi papá. Todo el mundo tenía una buena noticia, menos yo.

¿Qué estaba haciendo mal?

De pie fuera del hotel Geoffries, tomé una respiración profunda antes de entrar por las dobles puertas delanteras para encontrarme con mi papá y su futura prometida (aghh) para el almuerzo. Sabía que sería echar sal en la herida el comer allí, pero ¿iba a negarme mi bebida favorita a causa de un hombre? De ninguna manera.

Claro, Jungkook me había empatado con un tipo cuyo nombre sonaba como una productora de juegos de mesa. Pero ¿qué era tan horrible en realidad, acerca de Milton enviándome una caja a mi trabajo esta mañana con una nota que decía que esperaba con interés que Jungkook nos presentara en el Baile Black & White de esta noche? No era exactamente horrible que la caja contuviera un hermoso traje negro de gala exactamente de mi talla. Sí, había intentado odiar el traje y todo lo que representaba la influencia perversa de mi madre, pero... sin bromear... cuando me lo había probado, me sentí como un principe de cuento de hadas enloqueciendo en esa cosa. Milton podía ser extravagante, ¡pero tenía buen gusto!

Así que... mantendría mi cabeza en alto, sonreiría a través de la cita número cinco, y almorzaría donde sea que yo quisiera… sin importar quién trabajaba allí.

Mientras cruzaba el vestíbulo de mármol, una fuerza magnética forzó a mis ojos hacia el mostrador de la conserjería. Sin Jungkook. En su lugar, un anciano de pie hablaba animadamente por teléfono. Diciéndome a mí mismo que no me importaba que él no estuviera allí, continué bajando por el pasillo.

Cuando empecé a pasar al salón, mi mirada se precipitó al bar. Una rubia estaba sirviendo vino en varias copas. Una vez más, no había señales de Jungkook. Mis hombros se lanzaron con decepción y reconocieron que una parte de mí había venido aquí, con la esperanza de verlo.

¿Tal vez él no estaba trabajando hoy porque estaría trabajando esta noche? Momento, ¿por qué me importaba si él me rechazaba? Mantén el control Jimin. Era bueno que Jungkook no estuviera aquí. Ya era bastante malo que tuviera que verlo esta noche cuando me presentara a Milton. Empecé a subir las escaleras hasta el restaurante.

—¿Jimin? —Dijo una voz femenina.

Levanté la vista y reconocí a la compañera de trabajo de Jungkook que bajaba las escaleras. —Hola, ¿eh...?

—Alice. —Ella me miró como si estuviera en shock. —¿Qué estás haciendo aquí?

—Encontrándome con mi papá para almorzar. —le dije preguntándome por qué ella estaba sorprendida de verme. —¿Jungkook está trabajando hoy?

Mi corazón latía con fuerza y quería patearme a mí mismo por preguntar.

Su frente se arrugó. —No, él está... fuera.

—Oh. —Mantuve mi cara en blanco desde que tuve la clara sensación de que sabía dónde estaba y no me lo diría. Tal vez la hermosa Alice era la razón por la que me había pasado hacia su amigo. Pero eso no tenía sentido tampoco porque él me había besado y le había creído cuando dijo que prefería el compromiso en las relaciones. Aunque, había creído un montón de cosas en mi vida que no se habían hecho realidad. —Bueno, me alegro de verte de nuevo Alice.

—Que tengas un grandioso almuerzo. —dijo, en un tono que no gritaba exactamente celos.

—Gracias. —Aplasté mis labios, sintiendo como si Jungkook me hubiera decepcionado una vez más, entonces negué con la cabeza.

Tenía bastantes problemas que resolver. Es decir, al subir las escaleras. Mi padre estaba en la sala de espera vistiendo un traje azul marino y su canoso cabello estaba peinado con el mismo estilo que había llevado desde que yo era un niño. Él estaba saltando sobre sus talones junto a una mujer de pelo negro de mediana edad con un corte moderno, quien estaba hablando con la anfitriona.

—Hola papá.

Se dio la vuelta, mirándose nervioso como un niño de escuela a punto de preguntarle a una chica si quería ir al baile de graduación.

—Jimin. —Dio un paso hacia mí, se inclinó hacia adelante demasiado rápido y chocó su frente en la mía. —Lo siento. ¿Estás bien?

Con mi mano en la frente, me quedé mirando a mi normalmente tranquilo, agradable y sereno padre. —Estoy bien. No te preocupes.

—Si estás seguro. —Se movió más lento esta vez y me dio un beso en la mejilla. —Jimin, ella es Jennifer.

Le tendí la mano. —Hola Jennif…

—¡Estoy tan feliz de conocerte! —Ella me dio un abrazo aplastante. —Tu padre habla de ti sin parar. Está tan orgulloso. Felicitaciones por tu nuevo hogar. No puedo esperar a escuchar todo sobre eso.

Guau. No del todo formal y reservada como yo estaba acostumbrado. No, Jennifer no era lo que yo esperaba con su cálida y burbujeante personalidad. Quiero decir, ni siquiera sonaba como si estuviera tratando de robarme a mi papá.

Mi cabeza me dio vueltas mientras me liberaba. —Eh, gracias.

La anfitriona nos enseñó nuestros asientos donde ordené inmediatamente un martini Geoffries. Para mi sorpresa, Jennifer ordenó lo mismo diciendo que se trataba de mi ciudad y por lo tanto tenía que saber qué era bueno.

La charla constante fue un poco abrumadora, pero cuanto más hablábamos, más difícil me resultaba que ella no me gustara. Cuando estábamos a punto de terminar con el almuerzo, Jennifer se excusó para ir al baño. Mi padre dejó el tenedor en el plato y se limpió la boca con la servilleta.

—¿Qué te parece? Me encantaría tu aprobación antes de que se lo proponga.

—Bueno, ella... —Luché por cualquier motivo que pudiera encontrar para que mi papá no se casara con ella, pero no pude pensar en uno solo. —¿Honestamente?

Su expresión de esperanza se congeló. —Por favor.

Mis ojos se humedecieron. —Ella es maravillosa. Por supuesto que tienes mi aprobación.

Los ojos de papá se abrumaron. —Lo siento, Minie. Sé que arruiné la primera vez con tu madre. Simplemente no pude hacerla feliz.

Me burlé. —Nadie puede.

Sus cejas se juntaron. —Por lo que me has contado a lo largo de los años, ella y Gary parecen hacerlo bien.

Esto se debía a que la adoración de mi padrastro hacia mi mamá, lo hacía ajeno a todos sus defectos. Huh. —Tienes razón. Ellos se hacen el uno al otro feliz.

—¿Ves? Las cosas pueden funcionar incluso mejores la segunda vez. —La voz de papá se puso temblorosa. —¿Cómo es tu vida amorosa? Debes de haber tenido un momento difícil con la cancelación de la boda la pasada primavera.

Mis ojos se abrieron en estado de shock. Mi padre nunca se había profundizado en mi vida personal. Nunca.

Jennifer eligió ese momento para volver a la mesa. —¿De qué me he perdido?

Me volví hacia ella con expresión vivaz, preguntándome si su personalidad abierta había contagiado a mi papá. —Bueno, yo...

—Jimin. —dijo una familiar voz masculina.

Escalofríos vibraron a través de mí. Tragando, miré esos ojos azules y un subidón inesperado de calor se encendió en mi vientre y enrosqué los dedos de mis pies.

—¿Jungkook? Pensé que no estabas trabajando hoy.

—No lo estoy técnicamente. —Su pelo oscuro despeinado parecía húmedo de una ducha mientras estaba allí en jeans oscuros y una camisa de botones de manga corta. Se veía increíble, como siempre. Excepto...

Mis ojos se estrecharon en una mancha azul justo debajo de la oreja. —Tienes pintura o algo por tu mandíbula.

—Gracias. —Se pasó los dedos por donde yo había señalado, luego se volvió hacia mi padre y Jennifer. —¿Cómo estuvo su almuerzo? ¿Hay algo más que pueda hacer por ustedes?

—Oh, lo siento. —Había estado tan sorprendido (y emocionado) al verlo, que había olvidado mis modales. —Jungkook trabaja para el hotel. Jungkook él es mi papá y su novia Jennifer. Volaron desde Seattle.

Jungkook sostuvo la mirada de mi padre mientras le estrechaba la mano. —¿Cuánto tiempo estará en la ciudad señor?

—Llámame Shiwoo. —Papá le dio un fuerte apretón de manos y luego deslizó su brazo alrededor de Jennifer. —Estoy aquí por negocios hoy, con suficiente tiempo libre para encontrarme mi pequeño niño para almorzar.

—Es un placer conocerte Jungkook. —Jennifer sonrió y mis ojos se hincharon cuando ella apareció y le dio un rápido abrazo. —¿Cómo se conocieron tú y Jimin?

La pregunta de Jennifer no parecía tener ningunas motivaciones ocultas que no fuera pura curiosidad. Era interesante observar lo diferente que era de mi mamá.

—Nos conocimos aquí en el hotel en realidad. —Jungkook me dio una mirada de reojo y el hoyuelo en su mejilla se profundizó. —Estaba atendiendo el bar y él pidió un Martini Geoffries.

Jennifer levantó su copa. —Gracias a Jimin, he tenido mi primero. Son deliciosos.

La sonrisa de Jungkook se profundizó. —Gracias a Jimin, bajé a rapel por primera vez de un edificio con él esta semana.

Papá se volvió hacia mí con las cejas arqueadas. —¿Lo hiciste?

Me mordí el labio inferior. —Fue un estímulo del momento.

Justo como nuestro beso había sido...

—Suena como si sacaste el lado aventurero de mi hijo Jungkook. —Los lados de los ojos de mi padre se arrugaron mientras sonreía. —Y yo que pensaba que Jimin había ignorado mis llamadas durante toda la semana porque estaba en casa remodelándola.

Mis mejillas se sonrojaron. —Te dije que te llamaría luego papá.

—¿No ha visto aun la casa? —Dijo Jungkook, viéndose ansioso por una respuesta.

La camarera vino, los ojos de Jungkook se vieron curiosos, luego se marchó en silencio dejando la cuenta sobre la mesa.

—Desafortunadamente no. —Papá negó con la cabeza y tomó la factura. —Vamos a tener que hacer otro viaje para eso.

Jungkook levantó la cuenta, se la guardó en el bolsillo y luego asintió con la cabeza a mi padre. —Yo me encargaré de esto por usted... el beneficio de trabajar para un hotel. Fue maravilloso conocerlos y espero que disfruten el resto del día.

Jennifer y papá se volvieron hacia mí dado a que había estado bastante mudo.

Me aclaré la garganta. —Gracias Jungkook. Creo que voy a, eh, te veo esta noche.

—Definitivamente. —Con un gesto final, se fue.

Un nudo se formó en mi vientre. Había parecido tan natural con él aquí, que casi me había olvidado de su rechazo.

—Le gustas. —La voz de Jennifer mantuvo un tono tentativo. —¿Están saliendo?

Negué con la cabeza. —Es sólo un amigo.

—Parecen como más que eso. —Ella sonrió con complicidad. —¿Le has dicho cómo te sientes? Lo tienes escrito por todo tu rostro.

Peor, yo lo invité a salir. —Créeme, no es así entre nosotros.

Ella puso una mano en mi brazo. —Él está en ti, confía en mí. ¿No es eso cierto Shiwoo?

Papá miró a Jennifer por mí. —Dile lo que sientes cariño. No esperes el tiempo que le tomó a tu padre para resolver las cosas. Si quieres algo, tienes que ir por ello.

—¿En serio? —Me reí, pensando en cuándo me acostumbraría a que mi padre fuera tan abierto con sus pensamientos.

Una nueva aventura para nosotros. Pero tal vez algunas cosas eran realmente mejores la segunda vez. Claro que lo parecía para mis padres y para SeokJin también.

Si sólo pudiera ser así para mí.

Después de hacer esperar al conductor durante media hora, finalmente me subí a la limusina que Milton había enviado para que me llevara al hotel Geoffries para la cita número cinco. Sí, esta era la primera vez que había estado tarde en mi vida, pero no podía dejar de pensar en Jungkook.

Finalmente, me convencí a mí mismo que tenía que ser racional, mantener la cabeza en alto y llegar a mi meta. Cinco citas en cinco días y esta era la última. Mi estómago se revolvía como si estuviera cometiendo un gran error.

¿Por qué Jungkook se había presentado en el restaurante para conocer a mi padre? No podía entenderlo. Obviamente Alice le había dicho que me había visto allí. Pero ¿por qué ella haría eso? Tanto Jennifer como mi papá pensaban que Jungkook me gustaba pero le había pedido una cita y él dijo no. Me abrí ahí mismo y él me había rechazado. Luego me pateó hacia su amigo como si yo quisiera el tipo de hombre que mi madre quería, lo cual no era cierto. Quería a Jungkook, pero él no me quería.

Las campanas de viento sonaron y metí la mano en mi bolso para buscar mi celular. Revisé la pantalla que mostraba una llamada entrante de Taehyung. —¿Hola?

—¿Está todo bien? —Su voz chilló como si estuviera preocupado. —¿Estás en camino al Baile Black & White?

Por desgracia. —Sí. ¿Por qué?

—Oh... por nada. Sólo quería asegurarme. ¿No se supone que estarías allí a las ocho?

Me quedé mirando mi teléfono luego lo puse de nuevo a mi oído. —¿Desde cuándo monitoreas mis citas?

—Pfft. No lo hago. —Sacó una pequeña risa, como si la sugerencia fuera ridícula. —En realidad estoy llamando para darte las gracias por tu consejo.

Parpadeé. —¿Qué consejo?

—Sobre el sexo del bebé tonto. Espera.

Escuché la charla en el fondo y a una voz masculina familiar. —¿Dónde estás? ¿Es ese Elijah?

—Lo siento por eso. —Su voz salió apresurada. —Sí, ese es Elijah. Estamos fuera y él dice “hola”.

—Regresa el “hola”. —Me asomé por la ventana trasera hacia las luces de la ciudad mientras llegábamos al centro ade Sac. —¿Así que hablaste con Hoseok acerca de averiguar el sexo del bebé? ¿Y?

—Le dije a Hoseok cómo me sentía y me dijo que no tenía idea de que significara tanto para mí y que, por supuesto podíamos averiguar el sexo del bebé. —Él se echó a reír. —¿Puedes creer eso?

Escuchar la alegría en la voz de mi amigo me hizo sonreír. —Estoy feliz por ti Tae.

—Gracias. —Él bajó la voz. —Tan loco que pasé todo ese tiempo pensando que él sabía cómo me sentía. Las personas aveces pueden ser tan despistadas. Me tengo que ir. ¡Que tengas una grandiosa cita!

—Adiós. —Puse mi teléfono en mi bolso mientras las palabras de Taehyung hacían eco en mi cabeza.

Las personas aveces pueden ser tan despistadas.

¿Era posible que mi papá y Jennifer estuvieran en lo cierto y que Jungkook no tenía idea de que estaba enamorado de él? Un momento... ¿enamorado? De ninguna manera. Quiero decir, claro, tenía fuertes sentimientos hacia él y, sí, me derretía cada vez que me tocaba... ¿pero amor?

Oh, no.

Levanté el teléfono para hablarle al conductor. —¿Puede detenerse junto a la acera justo aquí por favor?

Tan pronto como nos detuvimos, salí de la limusina y paseé delante de algún club de baile. La fuerte música vibraba a través de la pared, haciendo que mis oídos palpitaran. O tal vez mis oídos palpitaban porque me acababa de dar cuenta que estaba enamorado de Jungkook y tuve la primera esperanza fugaz de que pudiera ser correspondido.

El chofer de la limusina entró en mi camino. —¿Señor? ¿Está todo bien?

—¡No! —Por una vez en mi vida no pretendería que todo estaba bien. —Estoy enamorado de alguien, pero voy a una cita con otro hombre.

El pequeño y fornido conductor frunció sus tupidas cejas. —¿Por qué no simplemente sale con el chico del que está enamorado?

Me quedé viendo a este completo extraño quien tenía toda la razón. —Porque se lo pregunté y él dijo no a pesar de bajar a rapel de un edificio conmigo, se abrió sobre su familia y me besó como si nunca quisiera parar.

Él levantó la mano. —¿Por qué dijo no entonces?

Allí estaba la pregunta del millón. Tiré mis manos. —No tengo ni idea.

Se frotó la barbilla. —¿Le preguntó?

Dejé de caminar y parpadeé. —No.

Él se encogió de hombros. —Bien, entonces, tal vez usted debería.

—Tienes razón. —Me tragué la masa de miedo arrastrándose hasta mi garganta. —Lo haré. Permaneceremos estacionados en la acera mientras le llamo.

El conductor abrió la puerta para mí, lo que parecía demasiado formal teniendo en cuenta que acababa de derramar mis agallas en él, pero le di las gracias de todos modos. Entonces saqué mi teléfono, encontré el familiar número de teléfono del sur de California y marqué.

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, pero después de cuatro sonidos se fue al buzón de voz: Soy Jungkook. Deja un mensaje.

Un fuerte pitido sonó en mi oído. —Es Jimin. Necesito hablar contigo y es bastante urgente. Llámame cuando oigas esto por favor.

La adrenalina corría por mis venas y cada segundo que esperé a que el teléfono sonara de nuevo, sentía como mil años. Debí haberme abierto con él acerca de cómo me sentía hace mucho tiempo. ¿Por qué no lo había hecho? Había estado tan concentrado en mantener la calma y fingir que su rechazo estuvo bien. ¿Por qué?

Mis ojos se estrecharon y marqué el número de teléfono de mi mamá. Ella respondió al segundo sonido y sin las usuales formalidades.

—Tenía la esperanza que no me llamaras hasta que me calmara.

¿Hasta que ella se calmara? —¿De qué estás hablando?

—Debes saber que he hablado con Alisha. —Ella chasqueó la lengua en el teléfono como si tuviera diez años y no había limpiado mi habitación. —He estado tratando de deshacer el daño que causaste ayer por la noche, pero me temo que Brian tiene la impresión de que no estás interesado en él.

Mi mandíbula se tensó. —Eso es porque no lo estoy. No voy a hacerlo perder el tiempo cuando estoy enamorado de Jungkook.

—¿El barman? —Ella se quedó sin aliento. —No estás pensando con claridad, cariño. Sé que cancelar la boda fue molesto, para todos nosotros, pero no eres un adolescente y no puedes rebelarte así.

Solté una carcajada. —¿Cuándo alguna vez fui rebelde de adolescente?

—¿Hace falta que traiga a colación cómo escogiste U.C. Berkeley sobre Stanford? Pensé que papá tendría que escoger mi ataúd.

—¡Cal es una estupenda escuela! —Repliqué, entonces nos dimos cuenta que nos habíamos desviado un poco del tema. —Mamá, he terminado de fingir más. Cancelar la boda fue terrible pero me alegro de que sucediera. Además de la parte del engaño, él no era el adecuado para mí. No podía abrirme a él y ser yo mismo de la manera que puedo hacerlo con Jungkook.

Silencio.

—Jungkook es dulce y pensativo y me hace feliz. —Un enorme peso se levantó mientras le confesaba todo a mi mamá. Al igual que me había liberado de las cadenas y sólo podía ser yo mismo ahora, le gustara o no. —Él es un gran barman y un gran trabajador. Incluso cubre miembros del personal en sus días de descanso. Además se mudó a Sacramento para estar cerca de su madre cuando su padre falleció. ¿Cuán dulce es eso?

Larga pausa. —Bueno, nunca podría aprobar a alguien que no fuera amable con su madre.

Negué con la cabeza. —¿Has dicho aprobar?

Ella suspiró. —No puedo decir que entienda tus opciones pero sobreviví a Berkeley, ¿no es así?

Un estallido de risa se me escapó. —Gracias mamá.

Cuando colgué el teléfono, de repente parecía el doble de urgente decirle a Jungkook lo que sentía por él. Marqué su número.

Soy Jungkook. Deja un mensaje.

El beep sonó en mi oído. —Soy yo otra vez. No puedo conocer a tu amigo Milton. Lo siento. Por favor llámame.

Oh, Dios. Acababa de estropear la cita número cinco. Todas las apuestas estaban fuera de la mesa ahora. Estaba arriesgándome con Jungkook y nada me detendría. Me devanaba los sesos tratando de averiguar por qué no contestaba su celular cuando sabía que él estaba en el trabajo. Hombre. Él estaba en el trabajo. Busqué un motor de búsqueda en mi teléfono, para obtener el número del hotel Geoffries y di golpecitos en mi teclado.

Me temblaban las manos mientras sostenía el teléfono a mi oído y sabía que nunca había estado tan nervioso en mi vida.

—Hola, me gustaría hablar con Jungkook. Es uno de sus empleados y es realmente importante.

—Lo siento, no tenemos a nadie llamado Jungkook que trabaje aquí —dijo el hombre.

Rolé mis ojos. —Sí, lo tienen. Lo he visto allí muchas veces. Él es el barman.

—Señor, no tenemos un barman llamado Jungkook.

Agarré mi teléfono. —Entonces, ¿quién me sirve las bebidas el lunes por la noche en su sala de estar? ¿Y por qué lo vi el miércoles por la noche cubriendo a Manuel en la conserjería?

No me pregunten cómo me acordé de Manuel. Era totalmente malo con los nombres.

El hombre hizo una pausa y lo oí hablar con alguien en el fondo. —Oh, me disculpo. No me di cuenta que quería decir Jungkook Geoffries. Me dijeron que sólo cubrió a Manuel el miércoles por la noche.

¿Geoffries? ¿Qué demoni…?

Mi boca cayó abierta. —¿Acaba de decir Jungkook Geoffries?

—Sí, señor. Él está dando un discurso en este momento en nuestro Baile Black & White, pero puedo tomar un mensaje para él si lo desea.

Mi cara se entumeció. —No, gracias.

Después de presionar el botón FINALIZAR, bajé mis manos en mi regazo y me quedé mirando mi traje negro que resaltaba en la oscuridad de la limusina.

Tenía que haber un error. Mi Jungkook no podría ser Jungkook Geoffries porque eso significaría que era dueño del hotel. No era posible. Era demasiado joven y los hoteles Geoffries habían estado ahí desde siempre... Aunque el padre de Jungkook había fallecido recientemente. No, esto era una locura. Pulsé un motor de búsqueda sólo para probar lo tonto que era el concepto y que la persona de la recepción, tenía que estar equivocado.

Cuando el buscador se detuvo, escribí: Jungkook Geoffries, hotel, Sacramento, CA.

Hice clic en el primer artículo, el cual era desde el sitio web de Sacramento Social Scene.

¡Triple S tiene una grandiosa noticia para todas las damas solteras en nuestra feria de la ciudad... el chico malo Jung Kook Geoffries está de regreso en la escena Social de Sacramento. Después del ardiente encuentro este año con Tiffany Heart, cantante principal de Street Knights y la amazona de Hollywood, Virna DiAngelo, este cotizado soltero está de vuelta en la cacería. Así que diviértanse damas, pónganse a salvo, pero aférrense a sus corazones mientras este chico malo probablemente no sentará cabeza pronto!

Aturdido, me detuve por un minuto y luego busqué: Jungkook Geoffries, Hollywood.

Al hacer clic en el primer artículo, leí: Después de un alto perfil de ruptura con la actriz Virna DiAngelo, son más lágrimas para el chico malo Jung Kook Geoffries. Acabamos de enterarnos de que el magnate hotelero, Milton Geoffries padre, murió pacíficamente en su casa de Granite Bay el sábado por la noche con su esposa, Bona Geoffries a su lado. La cadena hotelera sigue siendo de propiedad privada, lo que significa que el negocio multimillonario del Sr. Geoffries será ahora dirigido por su esposa e hijo. Los arreglos funerales aún no se han anunciado y la familia solicita que los medios de comunicación respeten su privacidad durante este difícil momento.

Las lágrimas quemaron mis ojos mientras pensaba en cómo Jungkook había sido aplastado por la muerte de su padre. Momentos más tarde me di cuenta de que Milton Geoffries padre significaba que tenía que haber un Milton Geoffries Junior. ¿Jungkook había hecho mi cita número cinco con el mismo? ¿Por qué? Tenía que ser parte de su elaborado plan. Una especie de broma...

Ese chico malo había jugado conmigo como un tonto, empezando con hacerme creer que era un barman y actuando como si su descuento en baldosas para el patio fuera una gran cosa. El dinero no era nada para él. Estaba rodando en él y mi pobre presupuesto debe haberle causado una gran carcajada.

Me habían engañado. Una vez más. Pero esta vez dolía unas mil veces más. Las campanas de viento sonaron y mi celular se iluminó con ese número de teléfono del sur de California. Ese número de teléfono de Hollywood. La ira corría por mí y presioné CONTESTAR después puse el teléfono en mi oreja.

—Hola, Milton.

Pausa. —¿Estás aquí Jimin? Voy hacia afuera.

Noté la tensión en su tono normalmente confiado. —No te molestes. No estoy allí y no iré.

—Cariño, déjame explicarte...

Mis ojos se estrecharon con esa expresión de cariño. —Felicitaciones por ganar tu juego. Me engañaste por completo. ¿Cuál será la diversión para la próxima semana? ¿Hacer que algun ingenuo crea que eres el empleado de la recepción?

—Jimin, yo...

—Guárdatelo Milton. —Mi mandíbula se estremeció mientras lágrimas calientes escapaban por mis mejillas. —No quiero oír ni una palabra más de tu boca mentirosa nunca más.

Llamada terminada.

Mi garganta se tensó y mi pecho dolió como un globo a punto de explotar. Jadeante, agarré una servilleta y dejé caer mi cara en ella. Con los hombros temblando, luché para controlar mi llanto, para hacer que pareciera que todo estaba bien como solía ser capaz de hacerlo… pero los sollozos salieron uno tras otro sin un final a la vista.




















































•Kat🐾

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