𝟎𝟏𝟔: 𝐃𝐞𝐛𝐞𝐫𝐢́𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐫𝐦𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐨𝐧𝐚
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𝒀𝒐𝒖 𝒔𝒉𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒔𝒆𝒆 𝒎𝒆 𝒊𝒏 𝒂 𝒄𝒓𝒐𝒘𝒏.
𝑰'𝒎 𝒈𝒐𝒏𝒏𝒂 𝒓𝒖𝒏 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒏𝒐𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒐𝒘𝒏.
𝑾𝒂𝒕𝒄𝒉 𝒎𝒆 𝒎𝒂𝒌𝒆 '𝒆𝒎 𝒃𝒐𝒘,
𝑶𝒏𝒆 𝒃𝒚 𝒐𝒏𝒆 𝒃𝒚 𝒐𝒏𝒆,
𝑶𝒏𝒆 𝒃𝒚 𝒐𝒏𝒆 𝒃𝒚...
𝒀𝒐𝒖 𝒔𝒉𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒔𝒆𝒆 𝒎𝒆 𝒊𝒏 𝒂 𝒄𝒓𝒐𝒘𝒏.
𝒀𝒐𝒖𝒓 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒆 𝒊𝒔 𝒎𝒚 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒖𝒏𝒅.
𝑾𝒂𝒕𝒄𝒉 𝒎𝒆 𝒎𝒂𝒌𝒆 '𝒆𝒎 𝒃𝒐𝒘,
𝑶𝒏𝒆 𝒃𝒚 𝒐𝒏𝒆 𝒃𝒚 𝒐𝒏𝒆,
𝑶𝒏𝒆 𝒃𝒚 𝒐𝒏𝒆 𝒃𝒚 𝒐𝒏𝒆.
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⚠️Temas sensibles relacionados a la salud mental y física.
Mal's POV:
Mis ojos veían pasar lentamente las calles y los autos mientras que atravesabamos la ciudad en una de las limusinas de los Beast. Apreté mi mano entrelazada a la de Ben, gesto que él correspondió. Ambos vamos algo nerviosos, pero a la vez felices.
Hace tres días publicamos el vídeo anunciando nuestra relación. Realmente hemos hecho lo posible por no ver las redes y concentrarnos en nosotros. Desde el día que grabamos el vídeo hasta hoy he estado quedándome con mi novio y su familia mientras que todo se calmaba.
Bella y Adam fueron extremadamente amables y comprensivos con los dos. Nos dieron consejos y recomendaciones sobre como actuar frente a la prensa de ahora en adelante, sobretodo por las leyes que Ben está tratando de implementar con respecto a esas personas. También pasamos esos días viendo películas con ellos. Una vez más me hicieron sentir parte de ellos y es algo que realmente agradezco con todo mi corazón.
Faltamos un día a clases, pero como esta ya es la última semana del año escolar decidimos que hoy sería la primera vez que estaremos en público como pareja después de mucho tiempo. Vamos a llegar más temprano de nuestra hora de comienzo, pero queremos aprovechar de pasar el rato con los chicos en ese tiempo. Y salimos como a las dos de la tarde casi toda la semana, eso nos dará más momentos libres.
A pesar del miedo que sentía hace unos meses, ahora me siento realmente relajada con todo esto. De hecho, por la misma razón de que ahora seré la dama de la corte de Ben comenzamos a organizar el día que me darán mi título para dentro de unos meses.
Evie ya comenzó a diseñar mi vestido y el traje de Ben, incluso cuando ni siquiera hemos escogido nada por el momento. Confiamos en ella para que todo nuestro vestuario sea perfecto.
Dejé de mirar a través de la ventana para observar al castaño. Se ve tan relajado y en paz. Siempre supe que habernos ocultado le generaba algo de tensión, aún así él nunca me lo echó en cara. Todo lo contrario, fue comprensivo conmigo y jamás me presionó justamente porque él mismo fue quien propuso fingir separarnos en primer lugar. Incluso lo hizo por él.
Me moví hacia al asiento de en medio, en donde reposaban nuestras manos. Lo abracé de costado y me apoyé en su pecho. Ben se rió y besó mi coronilla.
-No puedo creer que al fin hicimos esto- dijo.
Alcé mi cara y tomé una de sus mejillas. Acaricié su piel y lo besé lentamente antes de rozar nuestras narices.
-Por fin podremos salir en público a donde querramos. Sin vernos a escondidas o disfrazados para que no nos identifiquen.
-Iremos a esa cita doble en la que Evie ha insistido tanto que vayamos con ella y Doug - bromeó.
Me reí.
-Podré besarte frente a todo el mundo y las chicas dejarán de mirarte como una presa - le seguí el juego.
Soltó una carcajada.
-En realidad, no me molesta lo de besarnos y abrazarnos con más gente alrededor - se rió- Sé que no sueles ser muy afectiva en público, pero veo que estás tratando de cambiar eso, al menos un poco.
Se podría decir que eso se debe a mi crianza con Maléfica. Suelo reprimir esas muestras de afecto por que técnicamente nunca las viví, ni siquiera con mis propios padres. Pero en serio me siento cómoda al hacerlo con Ben o mis amigos, aún cuando todavía me estoy acostumbrando a todo eso.
-Vale la pena porque es contigo. He logrado superar muchos miedos e inseguridades con tu ayuda, y ese será uno de ellos - le aseguré.
Ben me estrechó entre sus brazos. Nos mantuvimos así hasta que sentimos como el auto se detenía. Tomamos nuestras cosas y nos preparamos para lo que pasaría al bajar del auto. El chófer nos abrió la puerta y salimos del vehículo.
Comenzamos a ver muchos flashes y luces que nos rodeaban. Caminamos entre los chismosos, sin detenernos a mirarlos ni a responderles. Oíamos muchísimas voces a la vez tratando de llamar nuestra atención. Vi como una chica pelirroja trataba de jalarme hacia ella para que me dirigiera a su cámara. Estuve a punto de preparar la magia en mis manos para atacarla, pero Ben reaccionó antes y nos apartó con más rapidez de la gente.
Le agradecí con la mirada. Él sabe que puedo defenderme, pero hacerlo en este tipo de ambiente es algo nuevo para mí. Para nuestra suerte, la prensa no podía adentrarse al resto de las instalaciones de la escuela.
Apenas atravesamos las puertas, muchas personas se nos acercaron. Nos felicitaban, nos tomaban fotos o vídeos, algunos pedían disculpas. De alguna manera terminamos siendo el centro de atención por completo. Llegamos a nuestros casilleros, donde nuestros amigos nos esperaban. Las chicas me abrazaron con emoción y todos nos reímos.
-Por fin podemos molestarlos en público - nos dijo Jay.
Le di un golpe en el hombro, provocando su risa. Audrey se colgó del brazo de Chad.
-Te conozco desde que usábamos pañales, pero nunca dejas de sorprenderme - exclamó la hija de Aurora.
-No sabía que podías ser tan romántico, Bennyboo - se burló el rubio, siguiendo a su novia.
La chica acercó su teléfono, mostrando el vídeo donde me entregaba el anillo de promesa. Sonreí enternecida al ver como las mejillas de mi novio se ponían rosadas.
-¿Cómo reaccionó tu mamá luego de que todos nos fuéramos? - le preguntó él a Jane.
-No está molesta, ni conmigo ni con todos ustedes. Comprendió perfectamente el por qué de nuestras acciones, pero si me advirtió que si volvemos a hacer algo así nos castigará a todos - se encogió de hombros la ojiazul.
-Logramos convencerla cuando le dije que colaboraría con ella y contigo para hacer mejoras en todo el sistema de seguridad - explicó Carlos.
Ben le agradeció. Miré a Carlos con complicidad. Presiento que muy pronto al fin saldrá con Jane debido a lo cercanos que son. Puede ser que hasta ya estén comenzando algo por la manera en que actúan con el otro.
-¿Puedo sumarme también? Soy más de química que de tecnología, pero me interesa bastante el tema - pidió Doug.
-Claro.
Los chicos se pusieron a hablar con Ben y las chicas conmigo. Evie me codeó en medio de la conversación para llamar mi atención así que la miré.
-¿Crees que podemos ir a la cita doble hoy, M? - me preguntó.
Me reí.
-Justo hablé de eso con Ben de camino acá. Nos encantaría, E.
Mi mejor amiga sonrió.
-¿Podría ser una cita triple? - pidió Lonnie.
Las dos la miramos, acercó a Jay y tomó su mano para pararse junto a nosotras.
-Pero miren quien logró domar al mujeriego - bromee, cruzándome de brazos.
-Lonn, te advierto que Jay puede ser un pervertido de primera cuando se lo propone - me siguió Evie.
-Creanme, ya me enteré - contestó la asiática.
-Y no te he oído quejándote de eso, bebé - le dijo nuestro amigo.
Las miradas que se dieron nos terminaron de quitar las dudas de como Lonnie lo sabía.
-Por favor, no les den detalles. Ya bastante tuvimos Jane y yo la otra noche cuando llegamos de pasear a Chico - les pidió Carlos, asqueado.
Todos nos reímos al oírlo decir eso. Así será lo que habrán visto, pobrecitos.
-Me alegro por los dos - los felicitó Ben.
Ben rodeó mi cintura con sus brazos y apoyó su mentón en mi hombro. Notamos que seguramente el resto de las personas a nuestra alrededor estaban mirándonos, aún así no les prestamos atención.
-Más bien por los cuatro. ¿O no, Jane?- cuestioné con diversión.
El pecoso y el hada se sonrojaron. Creyeron que no nos daríamos cuenta de que claramente ellos dos habían tenido una cita cundo encontraron a la parejita.
-Vaya, creo que ustedes tienen mucho que contarnos - exclamó Evie, viendo a Carlos y a Jay.
Ellos dos se rieron. Creo que tendremos una reunión los cuatro después de todo.
-Quiero proponer algo, si no les molesta - expresó Audrey, la miramos con atención- Podríamos salir como grupo, pero podemos hacer algo que involucre que nos dividamos en parejas.
-Eso me parece una excelente idea - aceptó Evie.
El timbre de la escuela sonó, indicando que ya era hora de que nos dirigieramos a nuestros salones. Nos despedimos y acordamos vernos más tarde a la salida.
(...)
A pesar de la ansiedad que llegué a tener por como sería el día de hoy, todo ha salido muy bien. Me siento bastante tranquila, a decir verdad. En realidad, siento como si me hubiera quitado otro peso más de encima.
Una sola clase no la compartí con Ben, pero por coincidencia el resto de las materias sí. Las felicitaciones y disculpas siguieron rondándonos por el resto del día. Ya era algo tedioso, pero debíamos dejar que lo hicieran.
Solté una risita cuando Ben llegó sin hacer ruido a mi casillero y me abrazó por la espalda. Tuvo que salir antes del salón para atender una llamada, de modo que le avisé que estaría esperándolo aquí. Giré ligeramente y lo miré sonriendo.
-¿Cómo te fue? ¿Qué te dijeron? - le pregunté.
Tomé mi teléfono y cerré el casillero. Lo guardé en el bolsillo externo de mi mochila.
-Bueno, seguí tu consejo y el de mis padres y hablé con toda sinceridad. Dicen que justo estoy en el límite de tiempo para enviar mi solicitud - tomó una de mis manos- Me darán la oportunidad de presentar el examen de admisión con el resto de los aspirantes en noviembre.
Chillé de felicidad y me lancé a sus brazos. Él se rio y me apretó contra su cuerpo.
En este último par de meses Ben había estado considerando cursar alguna carrera corta al graduarnos. Después de haber dudado varias veces lo convencí de investigar que universidades podrían ofrecerle un horario que fuera adecuado para su agenda y que no tuviera que cursar todas las materias a la vez.
Es claro que él posee una gran facilidad para la escritura. Ama leer tanto como su mamá y sus notas son más que perfectas, en especial en Literatura. Ha soñado con ser escritor desde niño y había dejado ese sueño de lado por mucho tiempo. Quizo darle prioridad a su reinado y por eso hace varios meses me había dicho que no estudiaría. Hasta que al hablar de mis solicitudes hace unas semanas al fin me confesó todo.
Al haber leído todo el pensum de la carrera y pensarlo bastante tomó la decisión de escribir un e-mail para ver si aún estaba a tiempo para solicitar entrar. Estaba esperando la respuesta de tres universidades.
Con todo lo que ha estado pasando en los últimos días realmente no habíamos tenido nada de tiempo para concentrarnos en ello.
-¿Sabes qué es lo mejor de todo? - me preguntó, posando sus manos con delicadeza en mi cintura.
-¿Qué?
-No solo recibí la llamada de la universidad que más me gustaba, sino que estaré muy cerca de ti a diario - respondió.
Sonreí y junté su frente con la mía. El solo hecho de pensar que ambos estamos cumpliendo nuestros sueños de alguna manera es maravilloso. Y más pensando en que podremos pasar más tiempo juntos. El campus es el mismo, y casualmente la cátedra de Letras está justo al lado de la de Arte.
-Estoy tan orgullosa de ti, amor - le dije.
El chico frente a mí volvió a sonreír. Unió nuestros labios unos segundos. Me derretí entre sus brazos y le seguí con intensidad. Nos separamos riéndonos al oír como la gente nos silbaba y aplaudía.
Entrelazamos nuestras manos. Él tomó su mochila y la mía en sus hombros. Comenzamos a dirigirnos hacia donde veríamos a los chicos hasta que alguien se atravesó en nuestro camino.
Mi sangre hirvió al ver que era la rubia que nos causó tantos inconvenientes. Sentí mi mano libre hormiguear por mi magia.
-¿Tienen idea de todos los problemas que estoy teniendo por su culpa? - nos acusó.
Alcé una ceja y reí con ironía. Ben la miraba con cierto rencor.
-¿No pensaste en que tal vez esos problemas los causaste tú misma, Alena? - le preguntó el castaño.
Ella nos miró, ofendida.
-¿Qué diablos le hiciste a Ben, mini Maléfica? ¿Acaso lo hechizaste para que siguiera a tu lado y se comportara como tú? - soltó con cinismo.
-Ahorrate las excusas y ofensas, sabes perfectamente por qué te castigaron y te suspendieron. Es más, ni siquiera deberías de estar aquí hoy para empezar - contesté.
La rubia rodó los ojos.
-Solo vine para buscar unas planillas que mis padres deben firmar por mi servicio comunitario - expresó, completamente irritada.
Ben apretó mi mano y decidimos seguir caminando. Alena jaló mi muñeca, dándome la vuelta con brusquedad.
-¿Qué mierda quieres? - espeté con molestia.
-Darte tu merecido. Por tu culpa Ben jamás se interesó en salir conmigo.
-¿De eso se trata todo esto? ¿Te encaprichaste con mi novio aún sabiendo que él no respondía a tus coqueteos? - me burlé.
La gente a nuestro alrededor comenzaba a mirarnos y a oír la conversación. Solté la mano de Ben y me acerqué a ella.
-Que te quede claro, Alena. La mujer a la que decidió hacer su novia y convertirla en su dama de la corte fue a mí - le recordé- Y a la que trataste de pisotear solo por la atención de un chico fue a mí. Tente al menos un poco de amor propio y déjanos en paz de una buena vez.
Sus ojos se llenaron de ira. Estuvo a punto de lanzarse a mí, pero la immobilisé con mi magia. Todos nos miraban sorprendidos, pero aguantaban sus risas por la actitud infantil de la princesa.
-Si no quieres tener más problemas es mejor que pares todo esto - le aconsejó Ben.
-¿Acaso no lo entienden? - preguntó- Tomé todas esas fotos de ustedes, llamé a la maldita prensa e incluso los chantajee para separarlos. ¿Por qué demonios siguen juntos? - chilló.
Al haber caído en cuenta en lo que dijo su expresión cambió totalmente. La gente exclamaba de sorpresa al haber oído su confesión.
La dejamos ahí parada, soltando gritos de frustración mientras que las personas la miraban con desagrado.
Ya sería su problema como arreglar su reputación. Nosotros habíamos tenido la decencia de no decir que era ella, solo que se delató a sí misma.
(...)
El último día de clases llegó rápidamente. Después del espectáculo de Alena no volvimos a cruzarnos con ella, aunque sabemos que el día de hoy está en la escuela por que sus actividades del servicio comunitario la obligaban a trabajar en la biblioteca.
Por obras del destino, nuestra última clase había sido suspendida por que la profesora tuvo que retirarse antes, así que todo el grupo se reunió en las mesas cerca de los casilleros mientras que esperábamos a que sonara el último timbre del año escolar.
Como celebración habíamos acordado en que cada uno llevaría alguna golosina o postre para compartir. Las dos mesas en donde nos sentamos estaban repletas de envolturas y bolsas de papas, chocolates, gomitas y latas de refresco.
-Con razón Ben confío en ti y se comió su galleta cuando lo hechizaste, son deliciosas - habló Lonnie con la boca llena.
Nos reímos. Había preparado dos bandejas de galletas de chispas de chocolate. Evie me acompañó, así que preparó su pie de manzana.
-Mi novia tiene un don con los postres- explicó el rey.
Alcé mi mirada de su hombro y le sonreí antes de darle un beso. Carlos y Jay hicieron muecas y ruidos de asco. Nos separamos entre las risas de todos.
De un momento a otro oímos los gritos de celebración de los demás estudiantes en los pasillos y los salones. El timbre sonó, indicando que las vacaciones de verano habían comenzado.
El día de hoy iremos de nuevo al parque de diversiones para la cita en grupo. Así la habían llamado las chicas, nadie quiso corregirlas. Nos iríamos en varios autos para llegar al lugar. Habíamos apostado para que la pareja que tuviera mejores puntuaciones en el arcade obtuviera un gran premio.
Empezamos a recoger todo y guardamos lo que sobraba para comerlo más tarde. Tomé mi mochila.
-¿Pueden esperarme en la salida? Necesito ir al baño antes de irnos- pedí.
-Claro, Mal. Te esperamos allá - me dijo Jane con tranquilidad.
Le entregué la bolsa que tenía en la mano a Ben y ellos fueron tomando camino hacia la entrada principal, mientras que yo me dirigí al baño más cercano.
Tuve que alejarme más por que el de cerca de la cafetería estaba cerrado. Llegué y entré al baño. No suelo usar mucho este por que está bastante alejado de todo. Hice mis necesidades y mientras que me lavaba las manos oí algo que me preocupó enormemente.
En el cubículo justo detrás de mí había una chica vomitando. Probablemente no me había oído porque no hice mucho ruido. Me acerqué lentamente hacia esa puerta. Efectivamente alguien vomitaba arrodillada frente al inodoro, podía ver un vestido color salmón. Solo que no sabía quien era.
Toqué la puerta del cubículo con mis nudillos, intentando no ser muy brusca. Escuché como soltaba una maldición enmedio de su malestar.
-Hey, no sé quién seas, pero por favor sal - pedí - Me gustaría ayudarte.
Oí un suspiro.
-¿Podrías entregarme algo de papel higiénico, por favor? - suplicó con voz rasposa.
Busqué el papel y se lo entregué con cuidado por debajo de la puerta.
-Gracias - murmuró.
Se levantó del suelo y bajó la palanca. Cuando sentí como se abría la puerta me aparté para que pudiera salir. Mis ojos se abrieron de par en par al verla. Ella ni siquiera me vio porque tenía la cabeza agachada. Percibí que sentía vergüenza.
Alena se acercó a los lavamanos y abrió el grifo. Se enjuagó la cara y la boca varias veces. Cuando alzó su mirada al espejo se quedó pasmada al verme.
-¿Mal? - cuestionó.
Por primera vez no me miró con rabia o ira, ni siquiera con rencor. Su mirada reflejaba cuanto tiempo había retenido esto sin que la descubrieran.
-¿Por qué de tanta gente que pudo encontrarme en esta situación tenías que ser tú? - se lamentó.
Volvió a agachar la mirada y se sentó en el banco que estaba a un lado de los lavamanos. Apoyó su cara en sus manos, parecía querer llorar.
-Alena, ¿hace cuánto tiempo haces esto? - interrogé con preocupación.
Decidí dejar de lado todo lo que había pasado para ayudarla. Sus acciones eran un grito de auxilio.
-Desde hace más o menos un año - contestó en voz baja.
-¿Nadie lo sabía? - negó con la cabeza- ¿Tus padres tampoco?
Se apartó el pelo de la cara con fuerza y me miró.
-Por su culpa hago esto - admitió.
Tomé valor para sentarme a su lado, dejando una distancia prudente entre las dos. Le escribí rápidamente a Evie para decirles que me esperaran unos minutos más, que estaba solucionando un problema que no era mío.
-Sé que las dos nunca nos hemos llevado bien - la ojiceleste soltó una risa irónica- Pero te prometo que esto no saldrá de aquí si me dejas ayudarte.
Su ceño se frunció.
-¿Después de todo el daño que te causé? - yo asentí- ¿Por qué harías algo como eso?
Realmente yo tampoco sabía muy bien la razón. Simplemente me impactó la situación y entendí que no podía dejarla sola en ese momento.
-Por que yo también he sufrido bastante durante mi vida. Tengo ataques de ansiedad por consecuencia de cosas que me hizo mi madre - confesé.
Ella me observó, algo sorprendida.
-¿También tienes ansiedad? - me preguntó y volví a asentir - Yo la he sufrido en varios momentos, pero por la manera en que lo dices supongo que lo tuyo es más grave.
-No disminuyas tus problemas, Alena. Eso no te llevará a ningún lado, te lo digo por experiencia.
Pensé en que tal vez podría ayudarla si le hacía ver que podría mejorar.
-¿Qué te llevó a hacer esto en primer lugar?
Se tomó unos segundos para pensar.
-Durante toda mi vida crecí siendo las sombra de mis primas. Todas resaltan a su manera. Son atléticas, inteligentes, creativas y muchas cosas más. Yo soy la que jamás ha sabido que hará con su vida - explicó - Mis padres siempre han sido muy estrictos conmigo.
>>Todos creen que por ser una princesa tengo una vida perfecta, pero no es así - cerró los ojos - Desde pequeña he presenciado lo mal que se llevan mis padres y como en distintas ocasiones le han sido infieles al otro sin intentar disimularlo frente a mí.
Ok, esto es más fuerte de lo que creía.
-Supongo que mi mamá empezó a desarrollar algún complejo con su físico luego de la primera infidelidad de mi papá. Todas esas inseguridades quiere reflejarlas en mí - sorbió su nariz- Constantemente me dice que he subido de peso o que mi ropa ya no me queda como antes.
Secó sus mejillas.
-Después de oír lo mismo una y otra vez desde tan pequeña me hizo pensar que tal vez esta era la manera de complacerla, de tener ese peso ideal que ella dice - miró sus zapatos- Sé que esto está mal, que solo me hago más daño. Simplemente no sé como salir de este círculo tan dañino para mí.
Todo empezó a cobrar sentido en mi cabeza.
-¿Por eso querías separarnos a Ben y a mí? ¿Querías impresionar a tus padres siendo la novia del rey? - interrogé.
Ella asintió, totalmente avergonzada.
-Te juro que todo se me salió de las manos. Mi plan era separarlos y así al fin demostrarles que podía ser algo más que la oveja negra de la familia - me miró de nuevo - En algún punto perdí el control totalmente. Nunca creí que sería capaz de hacer tanto daño aún estando consciente de que lo que hacía estaba mal - hizo una pausa - Y debo admitirlo, comencé a envidiarte.
-¿A mí? ¿Por qué?
-Porque vi en ti todo lo que quería para mí misma - soltó - Dios, esto es humillante - dijo con desagrado.
Solté una risa por eso.
-Tienes unos amigos geniales e incondicionales. Los míos en realidad no sé si son amistades. Lograste enfrentarte a tu madre a pesar de que le tenías miedo - que dijera eso me hizo entender que había visto nuestro vídeo - Hiciste lo posible por ser fiel a ti misma a pesar de lo que las personas decían, incluyéndome.
>>Tienes un novio genial, que es atento, dulce y atractivo - solté otra risa- Además, eres preciosa. Tienes una piel y ojos perfectos. Tu cabello es tan original y único. Eres perfecta en todos los sentidos, y yo...
-Y tú también eres perfecta a tu manera - me observó con curiosidad - Alena, eres una chica hermosa. No permitas que tu madre, tu padre o nadie diga lo contrario. No dejes que lo que los demás dicen sobre tu físico te afecte. La opinión sobre ti misma que más importa es la tuya.
-¿En serio lo crees?
Yo asentí.
-Escucha, nadie es perfecto. Yo también tengo mis imperfecciones. No siempre fui una buena persona. Suele ser bastante impulsiva. Mi ansiedad es una lucha constante y... - suspiré, descubriendo cierta parte de mi espalda. Oí su exclamación por la impresión - Estoy llena de cicatrices.
-¿Te las hizo tu madre? - preguntó horrorizada.
-Así es, me ha costado aceptarlas, pero he aprendido a vivir con ellas- acomodé de nuevo mi camisa y volví a mirarla- Creeme cuando te digo que he pasado por bastante, aún así entendí que debía hacer lo que me hiciera feliz y que no me causara daño. Aprendí a amar, y eso incluye mi amor propio.
-Ahora me arrepiento más de lo que ya lo estaba haciendo - dijo- Lamento tanto lo que les hice a Ben y a ti. Te lo digo de corazón. No había entendido todas las consecuencias de lo que hacía hasta ahora.
-Creo que también deberías hablar con él, aunque no le cuentes todo lo que me dijiste a mí. Te aseguro que no te tendrá ningún rencor, y yo tampoco.
-Gracias - agradeció con sinceridad.
-Pero sí entiendes que todos los castigos que te dieron fueron justificados, ¿cierto?
Ella asintió.
-Lo sé.
-Prometeme algo. Si no logras solucionar la situación con tus padres, pide ayuda. No importa si no es un profesional por el momento, lo importante es que dejes de hacerte daño y tengas con quien desahogarte.
-Lo haré. En serio necesito dejar de hacer esto. Solo me estoy lastimando - entendió - Y te prometo que trataré de resolver mis problemas como es debido. No haré algo como esto jamás.
Caminé hacia la puerta, pero me sorprendió cuando ella me abrazó. Le seguí el abrazo, algo sorprendida.
-Gracias por todo, Mal- sonrió.
Le devolví el gesto con sinceridad. Cuando nos separamos salí del baño. A los segundos vi que ella se iba en dirección a la oficina del Hada Madrina. Eso es un buen comienzo.
(...)
Después de la conversación con Alena alcancé a los chicos y nos fuimos al parque. Durante el camino nos comimos las golosinas que quedaron de nuestra merienda.
Llevábamos aquí casi toda la tarde. Habíamos usado muchas de las máquinas del arcade. Por el momento, Jane y Carlos eran quienes llevaban ganados más boletos para los premios. Jay, Lonnie, Ben y yo competíamos por el segundo lugar.
Nosotros dos nos habíamos escapado de los chicos un rato mientras que peleaban por qué comeríamos. No habíamos almorzado, así que nos fuimos al area de comidas del parque. Les dijimos que nos pidieran lo que quisieran cuando tomaran una decisión.
Nos avisarán cuando todo esté listo. De todos modos no nos fuimos muy lejos. Estábamos haciendo un recorrido por la casa de los espejos. Encontramos un cuarto escondido en medio de todo. Nos metimos allí y solté una risita cuando estando de espaldas Ben me pegó a su pecho rodeandome con sus brazos.
-¿En serio quieres hacerlo aquí? - pregunté aguantando la risa pero coqueteándole.
Él se rio y dio un beso suave en mi cuello. Me di la vuelta, dejé que me apoyara en una de las paredes y llevé mi mano a su mejilla. A pesar que este sitio está oculto se filtran algunas de las luces de colores del exterior por el techo
-Tenías razón aquella vez, creo que si me corrompiste más de lo que creíamos - me dijo, rozando su nariz con la mía.
Solté una risita. Enlacé mis brazos entorno a su cuello y me puse de puntillas para besarlo. Las cosas comenzaron a ponerse acaloradas pronto. Escondí mi rostro en su cuello cuando oímos que su teléfono sonaba.
-¿Doug, ya decidieron que vamos a comer? - preguntó con la voz ligeramente ronca.
No le presté atención a lo que decía el de lentes a través del teléfono porque mi mente solo estaba en como Ben me tocaba. Ahogué un jadeo sobre su piel. Él me miró con una sonrisa. Que descarado.
-Está bien, los veremos en unos quince minutos entonces, nos alejamos un poco - mintió.
Mi novio colgó la llamada y guardó el celular en su bolsillo trasero.
-No iremos más allá, pero al menos te ayudaré a ti - murmuró cerca de mi oído.
Su voz me estremeció por completo, provocando que arqueara mi espalda. Logré liberarme poco después con la ayuda de sus caricias y besos. Esperamos a que nuestras respiraciones estuvieran más calmadas y cada uno fue al baño antes de regresar con los demás.
Al sentarnos en la mesa nadie nos prestó atención porque andaban distraídos pensando en cuál sería el premio para Jane y Carlos. Resulta que volvieron a contar sus boletos y ya nos superaban por mucho.
Me senté entre Evie y Ben mientras que comíamos unas hamburguesas y té de limón frío. Todos nos reímos por las ocurrencias de Jay al estar molesto por no haber ganado.
Al terminar de comer nos fuimos al puesto de premios para reclamar lo que cada uno quería. Logramos que la parejita ganara una patineta eléctrica.
(...)
Antes de cada uno irse a su casa decidimos comprar envases de helado en el camino y nos estacionamos en un mirador para observar las estrellas y la luna.
Desvíe mi mirada del cielo un momento para observar a los demás. Cada uno está siendo feliz a su manera. Cumpliendo sus metas antes de la graduación y a futuro. Incluso ahora todos tienen pareja.
Ben hablaba animadamente con Chad y Audrey sobre su solicitud a la universidad, y yo no podía estar más orgullosa y enamorada de él.
Tan solo pensar que hace unos meses había considerado terminar con él por culpa de la presión. Y ahora no podría estar más contenta por aceptar la propuesta de Ben de fingir.
Tal vez haber sido unos mentirosos no había sido tan malo después de todo.
El castaño tomó mi mano y acarició los dedos con mis anillos, dedicándome una sonrisa encantadora. Besó mi frente con mucho amor y dulzura antes de seguir hablando con los demás.
Sí, definitivamente había válido la pena.
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Ya está llegando el momento de despedirme de esta historia 🤧
Quiero que por favor analicen con calma la escena de Mal y Alena. Los problemas alimenticios lamentablemente son algo común.
Incluso en este instante alguien cercano a ustedes o su persona podría estarlos sufriendo.
Existen muchas maneras de pedir ayuda y si necesitan, háganlo. No teman a que los juzguen o etiqueten. Hagan lo que sea mejor para su bienestar físico y mental❤️
Busquen líneas de ayuda locales en su zona y no duden en acudir a ellas si hace falta.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 01/03/2023.
Editado el 10/04/2024.
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