𝟎𝟏𝟑: 𝐕𝐞𝐨 𝐞𝐧 𝐭𝐢 𝐥𝐚 𝐥𝐮𝐳
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𝒀 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒆𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒂𝒍 𝒇𝒊𝒏,
𝑺𝒆 𝒂𝒄𝒍𝒂𝒓𝒐́ 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒏𝒊𝒆𝒃𝒍𝒂.
𝒀 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒆𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒂𝒍 𝒇𝒊𝒏,
𝑨𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒄𝒊𝒆𝒍𝒐 𝒆𝒔 𝒂𝒛𝒖𝒍.
𝑬𝒔 𝒓𝒆𝒂𝒍 𝒃𝒓𝒊𝒍𝒍𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂𝒔𝒊́, 𝒚𝒂 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒐́ 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒓𝒂.
𝑬𝒔𝒕𝒂 𝒗𝒆𝒛, 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒆𝒔 𝒅𝒊𝒇𝒆𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆,
𝑽𝒆𝒐 𝒆𝒏 𝒕𝒊 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛.
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Ben's POV:
Me froté la frente con frustración. Cerré los ojos y traté de tranquilizarme. Estoy bastante estresado con este papeleo, y con toda la razón.
Mal y yo conversamos sobre hacer pública nuestra relación en los próximos meses. Los últimos días del año escolar si es posible. Así que me dispuse a leer e investigar todas las leyes que tengan que ver con privacidad ante la prensa.
Llevo todos estos meses analizándolas, pero ahora que debo tener todo preparado para dentro de más o menos dos meses, prefiero terminar esto lo más pronto que pueda. Quiero asegurarme de que ella y yo podamos tener toda la privacidad posible. Sobretodo mi novia, ya la ha pasado muy mal como para que todo se repita.
Mis padres me han estado asesorando en todo esto. Ellos han hecho muchos acuerdos con la prensa sobre su relación, de modo que queremos tratar de lograr algo parecido para Mal y para mí.
Abrí los ojos lentamente, logrando sonreír al ver lo que tengo enmarcado en una esquina de mi escritorio en casa. El dibujo que Mal me regaló hace un mes. Busqué un portaretratos disponible y lo coloqué allí para tenerlo cerca y animarme. Lo cual sí funciona. Con la respiración y el pulso más relajado me dispuse a seguir trabajando.
Mi mente divagaba entre lo que leía y las próximas vacaciones, pero a pesar de eso estaba más concentrado que hace unos minutos.
Como el último invierno se extendió unas semanas, las vacaciones de primavera se aplazaron un poco. Saldré de viaje con Mal, mamá, papá y nuestros amigos. Irán todos, Audrey, Jane, Evie, Lonnie, Carlos, Doug, Jay y Chad. Todos nos iremos en el jet de mi familia. Los padres de los chicos de Auradon aceptaron que viajaran con nosotros porque nos conocen de toda la vida y confían en mis padres para cuidar a sus hijos.
Pasaremos casi toda esta semana en Corona, el reino de Rapunzel y Eugen. Es un lugar hermoso, y en esta época hacen el gran festival de linternas por el cumpleaños de su reina. Tenemos muchas cosas planeadas para estos días, y yo tengo planeada una sorpresa a mi novia para una de esas noches.
Siendo sincero, Mal y yo creemos que ya el resto del grupo sospecha de nosotros. Hemos tratado de no ser obvios cuando estamos todos juntos, pero es muy difícil. Más allá de los abrazos, los besos y las manos entrelazadas que tratamos de evitar en público, ellos son nuestros amigos, y nuestras miradas nos delatan. Aunque si ya están seguros de ello, no dicen nada.
Tomé un poco de mi taza de té verde e hice una mueca. Ya se había enfriado. Preferí tomar eso en vez de café para relajarme para dormir y que no se me quitara el sueño. Oí tres golpes suaves en la puerta.
-Adelante.
La puerta se abrió, dejándome ver a una Mal adormilada. Sonreí al observarla. Se quedó a dormir porque salimos de viaje mañana temprano y mis papas la habían invitado a cenar. Está usando como pijama una camiseta blanca y uno de mis suéters, las dos cosas le quedan de vestido.
-¿Te falta mucho? - me preguntó, frotando su ojo derecho.
Eché mi silla hacia atrás y extendí mis brazos, ella caminó hacia mí. Se sentó en mi regazo y la abracé.
-Me falta poco, te lo prometo - acaricié su brazo- ¿Quieres hacerme compañía?
-Está bien, pero solo será en presencia porque tengo mucho sueño - respondió, escondiendo su cara en mi hombro.
Me reí y besé su mejilla libre. Alrededor de media hora después terminé todo. Bajé mi mirada, viendo el semblante tranquilo de la pelimorada mientras dormía. Apagué la lámpara de mi mesa y la cargué con cuidado de no despertarla.
Subí lentamente hasta mi habitación y la acosté en la cama con cuidado. Apoyé bien su cabeza en la almohada y la cubrí con las sábanas. Me levanté lentamente, oyendola hacer ruidos dormida.
-Tranquila, ya regreso - besé su frente.
Se calmó y siguió durmiendo. Ya me había puesto la pijama, así que solo me cepillé los dientes, lavé mi cara y fui al baño. Al volver a la cama, la envolví con mis brazos, sintiendo como ella se acercaba más a mi cuerpo. Me quedé dormido en pocos minutos.
(...)
Nos despertamos cuando la alarma sonó. Nos arreglamos y bajamos a comer con mis padres. Ya teníamos todo listo así que nos fuimos bastante rápido.
Al llegar al aeropuerto nos encontramos con los demás. Estábamos en una sala pequeña bastante apartada, nadie nos molestaría con sus cámaras y teléfonos. Cuando dio la hora todos nos subimos al avión.
Mal tenía su mano aferrada a la mía. Nunca había subido a un avión. Su semblante era sereno, pero sé que estaba un poco ansiosa. Y no era la única nerviosa, Evie, Carlos y Jay también lo estaban. La peliazul abrazaba a Doug como si su vida dependiera de ello, Jay tenía una cara de nerviosismo de la cual Lonnie se burlaba y Carlos, en medio de su miedo, tomó la mano de Jane.
Mi amiga estaba extremadamente sonrojada por eso, pero su sonrisa lo decía todo. Ella y Carlos han tenido algunas citas últimamente, no sería raro que lo hagan oficial en este viaje.
Centré mi atención en Mal, dándole suaves caricias a sus nudillos para calmarla. Poco a poco fueron haciendo efecto. Ella me sonrió y dejó su mano tomada a la mía cuando despegamos, incluso un rato después. Dejé que se sentara del lado de la ventana para que admirara la vista. Sus ojos se iluminaban viendo todo.
El viaje fue bastante tranquilo. Vimos una película, hablamos entre todos, comimos y tomamos una siesta. Ni siquiera me di cuenta de cuando aterrizamos hasta que sentí como alguien agitaba mi brazo. Mal y yo nos despertamos lentamente. Abrí los ojos, encontrándome con Lonnie a mi lado.
-Odio interrumpir el lindo momento que tenían mientras dormían, pero ya llegamos- nos dijo.
Por costumbre a cuando dormimos juntos, estábamos abrazados. Su cabeza apoyada en mi hombro y la mía sobre la de ella. Reímos con nerviosismo ante la sonrisa pícara que nos dedicó la asiática. Se fue, dejándonos solos.
-Bueno, claramente Lonnie ya lo sabe- comentó Mal.
Reí.
-Creo que sí.
Nos quitamos los cinturones de seguridad y nos levantamos, estirandonos luego de varias horas de viaje. Tomamos nuestras mochilas que llevamos como equipaje de mano y seguimos al resto, quienes ya habían comenzado a salir del avión.
Todos agradecimos a la tripulación y nos subimos al auto que nos llevaría hasta el hotel donde nos quedaremos. Subieron las maletas a la parte trasera del auto y arrancamos. Mis padres tendrían su habitación y nosotros compartiriamos por grupos. Mal e Evie, Jane, Audrey y Lonnie, Carlos, Jay y Doug y luego Chad y yo.
La ojiverde y yo fuimos los últimos en subirnos al ascensor, todos los demás ya habían subido a las habitaciones. Tuvimos suerte de ser los únicos que lo usamos en ese momento.
-¿Sabes? Me he acostumbrado tanto a dormir contigo al menos dos veces a la semana que es raro no poder hacerlo estos días - me dijo.
Sonreí y la rodee con mi brazo libre, en el otro tenía mi mochila en mi hombro y tomaba mi maleta con la mano.
-Ya veremos que hacer para poder vernos a solas estos días - jugué con un mechón de cabello que tenía suelto - Además, te tengo una sorpresa preparada para dentro de unos días.
-¿De verdad? - preguntó, con una pequeña sonrisa en sus labios. Asentí- Entonces no puedo esperar para ese día.
Me reí y besé su frente. Nos soltamos cuando vimos que el ascensor llegaba al piso de nuestras habitaciones. Al salir de allí nos despedimos con un gesto de la mano y alcanzamos a los demás. Las habitaciones de las chicas estaban del lado contrario del pasillo, pero todos estábamos en un solo piso para que fuera más fácil encontrarnos. Fue una suerte conseguir eso con tantos turistas llegando estos días al reino.
Alcancé a Chad en nuestra habitación y abrimos la puerta con la tarjeta. Ingresamos observando todo con atención. Hay un closet, un baño grande, una sala pequeña y las dos camas.
-Pido la cama junto a la ventana - gritó el rubio, adelantándose.
Me reí cuando soltó sus cosas en el suelo y se aventó sobre la cama.
-Como quieras.
Me apresuré en tomar la silla del pequeño escritorio para colocar mi mochila. Saqué mi laptop y dejé mi agenda a un costado. Son vacaciones, pero en caso de que surja algo tengo lo básico aquí. Dejé a un lado mi cargador y mi celular.
Chad estaba entretenido tomándose selfies en el mini balcón. Aproveché su distracción para tomar la parte del armario que estaba más cercana a mi cama. Ya había sacado todas mis cosas cuando regresó.
-Rayos - se quejó.
Volví a reírme. Me quité los zapatos cuando entré, así que me puse mis pantuflas y me senté sobre mi cama con el teléfono en mi mano. Le escribí a Mal para saber qué le parece su habitación.
Me envió un vídeo de la reacción de ella y de la peliazul cuando entraron. Evie daba saltitos de alegría mientras señalaba todo, la risa de mi novia se oyó a través de mis audífonos y sonreí.
Mal💜🍓
A mí también me ganaron la cama junto a la ventana 😂
Sonreí y le respondí. Estuvimos conversando un rato hasta que sentí la mirada de mi compañero de cuarto sobre mí. Mal me dijo que iría a bañarse para estar más cómoda para bajar a almorzar, o bueno, más bien cenar dada la hora en que llegamos, así que solté mi teléfono.
-¿Qué pasa? - cuestioné al rubio.
-Para ser el rey, a veces se te olvidan algunas cosas - dijo con burla - Claramente estabas hablando con Mal.
-¿Por qué lo dices?
-Amigo, te estabas riendo y sonriendo como un tonto. Eso solo lo haces cuando se trata de ella.
Iba a fingir demencia, pero ya para qué. De todos modos sabía que él no diría nada porque su relación con Audrey luego de que regresaran y anduvieran en serio todavía no es pública, no tenía con qué recriminarme.
-Escucha, sé que generalmente soy un poco despistado - alcé una ceja- De acuerdo, siempre lo soy - me reí- Pero para mí es bastante evidente que la sigues amando. Es más, estoy convencido de que nunca terminaron- afirmó.
-¿Cuándo lo descubriste? - me endercé en el colchón.
-A decir verdad, Audrey lo sospechaba y me lo dijo. Yo no le creía hasta que en mi fiesta de cumpleaños los vimos bailando tan cerca del otro - lo último lo dijo con tono burlón.
Sentí que mis mejillas se ponían calientes.
-Sabía que eras tú, y cuando vi que pasaste todo la noche con alguien supe que era Mal. Te conozco lo suficiente para saber que no te hubieras comportado así si no era ella.
Sonreí inconscientemente. Tiene razón, si no fuera ella nunca tendría el valor de ser así con alguien. Le tengo un gran respeto y admiración a las mujeres, y no va conmigo eso de andar coqueteando y provocando a cualquier chica. Para mí tiene que ser alguien especial.
Por eso a veces Mal bromea sobre cuanto adora mi romanticismo. De cierto modo algunas cosas en mi lenguaje del amor son chapadas a la antigua. En cambio, debo admitir que solo con ella logro sacar un lado distinto de mí.
-¿Supongo que Jane también lo sospecha?
Él asintió a mi pregunta.
-Entendimos que los chicos probablemente ya lo sabían, así que fue cuestión de tiempo para que nosotros tres y Lonnie nos diéramos cuenta.
Demonios, esto ya se salió de control.
-¿Quieres contarme qué pasó realmente hace unos meses?
Decidí que era hora de confesarme con alguien más. Conozco a Chad desde siempre, y se está esforzando mucho para ser mejor persona.
Pasamos un buen rato hablando, él mismo se confesó sobre todo lo que ha pasado con Audrey.
-Haremos pública nuestra relación en este viaje, el día del festival de linternas - dijo.
-Me alegro por ambos.
Sonrió.
Cuando él se fue a bañar me quedé pensando en mi sorpresa para Mal, sabiendo que tenía más ganas aún de que fuera especial.
(...)
Los días avanzaron rápidamente por lo mucho que nos divertíamos. Visitamos todos los lugares que podíamos, comíamos la comida y postres locales. Aún no puedo ni quiero sacar de mi mente la cara de Mal cuando visitamos los museos y galerías de arte.
Sonreía todo el tiempo, sus ojos brillaban e irradiaba felicidad. Ella me contaba todo lo que sabía sobre las obras o las técnicas que emplearon en ellas. Yo solo la oía atentamente, sin importar que a veces no comprendía algunos de los términos. Estaba embelezado por completo por ella.
Sin contar lo feliz que fue la noche que cenamos en el castillo de Rapunzel y como ambas pasaron horas hablando sobre técnicas de pintura y dibujo. Incluso le regaló a mi novia unos pinceles muy hermosos y sus pinturas favoritas junto a un estuche para todo. Mal le prometió que le enviaría fotos de sus creaciones con los materiales que le regaló.
Luego de tantas actividades llegamos al día de hoy. El cumpleaños de la reina de Corona había llegado, y con ello las decoraciones temáticas ya existentes aumentaron.
Las calles de las partes tradicionales de la ciudad lucían exactamente como lo relataban los cuentos e historias de hace más de 20 años. De techo a techo se extendían guirnaldas con banderines morados con el emblema del reino, habían flores por doquier, las fuentes salpicaban agua. Los niños jugaban en todos lados, las familias y parejas participaban en actividades recreativas.
Pasamos en frente del monumento que años atrás habían hecho los ex-reyes para su hija. El mural de mosaicos donde se apreciaba a la familia real cuando Rapunzel apenas era una bebé antes de ser secuestrada por Madre Gothel.
Como ya era una tradición, la gente se reunió en la plaza principal, bailando al ritmo de la canción emblemática del reino, "la danza de Corona". Incluso Rapunzel, Eugene y sus hijos estaban allí, compartiendo con su pueblo y los turistas. Las personas daban vueltas alrededor del sol de mosaicos en el suelo.
Todos nos tomamos fotos con los banderines, gorras y accesorios que compramos de los vendedores ambulantes y a las tiendas de recuerdos.
Las chicas se habían trenzado el cabello con flores, incluso mi madre se había hecho una diadema con ellas. Debo decir que el precioso cabello de la ojiverde resaltaba más con las flores.
Sonreí con ternura cuando Mal se unió a un grupo de niñas para pintar con tiza el suelo. La abracé con orgullo cuando se levantó, con los brazos llenos de tiza morada y amarilla. No me importó si mi ropa quedaba manchada. Nos separamos unos segundos después mientras que Evie y yo tomábamos fotos de ella con su obra.
Almorzamos y a las horas compramos cupcakes cubiertos de crema y chispas en la panadería y pastelería más famosa del lugar. Definitivamente compraríamos unos extra para el viaje de regreso.
Incluso Mal me regaló un libro de la librería del lugar. Todos comprábamos cosas para nosotros mismos o para los demás.
Al llegar el atardecer cada pareja tomó su camino y nos prometimos que antes de la medianoche todos estaríamos de regreso al hotel. Mal se despedía de sus mejores amigos mientras que yo hablaba con mis padres.
-¿Guardaste bien tu regalo?- me preguntó mi mamá con suavidad.
-Sí, de hecho, está justo aquí - señalé la mochila donde llevaríamos nuestras cosas.
-A ella le hará muy feliz el gesto, sé que será así - prometió mi papá.
-Eso espero.
Ambos me sonrieron y me abrazaron antes de irse. Mal sonrió al acercarse a mí luego de despedirnos de los demás. Seguimos caminando con discreción el resto del camino hasta el puerto. Ella se giró hacia mi.
-Espera, ¿nos subiremos a un bote? - preguntó emocionada.
-De hecho, no solo haremos eso - ella me miró con confusión- En mi mochila tengo dos linternas flotantes, marcadores y un encendedor para pedir nuestros deseos.
Ella dio un brinco hacia mí y me abrazó con fuerza. Teníamos suerte de que el sitio estuviera vacío, porque las personas comenzarán a llegar pronto.
-Eres el mejor, ¿lo sabías?
Sonreí y besé su frente. Escogimos uno de los botes tradicionales y nos subimos a él. Nos pusimos de acuerdo para remar y logramos llegar hasta el mejor lugar para observar todo el espectáculo.
Para este momento del día trataban de recrear con exactitud la ocasión en que su reina veía estas luces por primera vez de cerca. De modo que cada bote tenía una linterna de velas y la luz eléctrica no se veía en ningún lugar.
Al llegar el anochecer, estábamos bien ubicados. Habían más personas a algunos metros y desde aquí se podían ver las personas amontonadas en la superficie, esperando a que todo comenzara.
La gente empezó a silbar, aplaudir y gritar cuando la primera linterna fue lanzada desde el palco en el castillo. Lentamente, las personas comenzaron a lanzar las suyas desde la superficie. Los siguieron las personas que estaban en el agua.
Era un espectáculo gigante ver como todo se iluminaba poco a poco y en perfecta sincronía. De por sí siempre he amado venir con mis padres, pero este viaje es el más especial.
Las linternas flotaban en el aire, encendiendo el cielo. Cuando la luz comenzó a acercarse a nosotros, sacamos las linternas y las demás cosas.
Cada uno escribió su deseo en el trozo de papel que colgaría del globo. Nos mirábamos de vez en cuando, sonriendo. Al terminar de anudar los deseos, nos sentamos frente a frente.
Mal me miraba con tanto amor que sentía que el corazón se me saldría del pecho. Este momento estaría siempre grabado en mi corazón.
Ella comenzó a cantar, haciéndome suspirar por su hermosa voz.
-Tiempo aquel, viendo a la distancia - supe que se refería a cuando vivía dentro de la Isla de los Perdidos, observando a través de la barrera-
Tiempo fue viendo al interior.
Tiempo que no me imaginaba lo que me perdí.
Reí suavemente al ver que me guiñaba al decir eso.
-Y hoy aquí, viendo las estrellas. Y hoy aquí, todo es claridad - afirmó. Sus ojos se veían brillantes con la luz - Desde aquí, ya puedo ver que es donde debo estar.
Lo dijo con tanta seguridad que mi corazón dio un vuelco.
-Y la luz encuentro al fin. Se aclaró aquella niebla - entendí que hablaba sobre como se sentía estando con su mamá y ocultándose a sí misma su verdadero ser- Y la luz encuentro al fin. Ahora el cielo es azul.
Miró atentamente a los globos que flotaban alrededor de nosotros dos.
-Es real brillando así, ya cambió la vida entera - sus mejillas se veían adorables al estar sonrojadas- Esta vez, todo es diferente. Veo en ti la luz.
Al volver a mirarme, sonrió cuando le extendí su globo ya encendido. Lo tomó con cuidado.
-¿Sabes? Cuando llegué aquí estuve tan aterrada de qué consecuencias tendría en mí el estar fuera del lugar donde me crié todo mi vida, que traté de cerrarme porque estaba asustada de mis sentimientos - su voz era suave- Solo que ahora ya no me asustan más, ¿comprendes?
-Creo que empecé a hacerlo hace mucho.
Ella soltó una risita. Cada uno subió con cuidado su linterna hasta que ambas agarraron el suficiente aire para comenzar a flotar.
-Tiempo aquel, persiguiendo un sueño- recordaba lo difícil que fue cumplir mi sueño de darle una mejor vida a las personas de la Isla - Tiempo fue, en la oscuridad - pensaba en lo duro que fue que los demás aceptaran mi decisión- Tiempo que no había visto cómo es la realidad.
En algún punto entendí que por más que lo intentara nunca lograría convencer al resto sobre que era lo bueno y lo malo. Y eso estaba bien. Porque ahí abrí los ojos, y soñé con ella.
-Ella aquí, luce como estrella - Mal se rió tiernamente- Ella aquí, todo es claridad - su sonrisa era tan auténtica que me enorgulleció ser quien la provocaba- Si aquí está, me es fácil ver que aquí hoy quiero estar.
Tomé sus manos entre las mías. Entrelazamos nuestros dedos.
-Y la luz encuentro al fin, se aclaró aquella niebla. Y la luz encuentro al fin, ahora el cielo es azul - estábamos tan cerca del otro que podía sentir su respiración cercana a la mía - Es real brillando así, ya cambió la vida entera.
Juntamos nuestras frentes.
-Esta vez todo es diferente, veo en ti la luz.
Apoyó su mano en mi nuca y yo acuné su mejilla.
-Veo en ti la luz.
Acaricié su suave piel. La acerqué a mí con cuidado y unimos nuestros labios. Sus manos acariciaban delicadamente mi cabello, mientras que las mías rozaban sus mejillas. Ella se rió cuando le hice cosquillas en las costillas. Nos separamos sonriendo.
Alcé su mano y besé sus nudillos.
-Tengo algo que quiero darte. Pero necesito que cierres los ojos, ¿ok? - le pedí.
-Ok.
Mal cerró los ojos. Sin soltar su mano, busqué la cajita que contenía mi regalo. Era negra aterciopelada. Apreté su mano entrelazada a la mía y le entregué en la otra la caja. Ella abrió los ojos, observandome a mí y al objeto alternativamente.
-Ben, ¿qué es esto? - preguntó con curiosidad.
Abrió la caja con cuidado y se sorprendió al ver el anillo dentro de ella. Era dorado con una amatista en el centro.
-Es un anillo de promesa - respondí.
Sus ojos estaban llorosos cuando volvió a mirarme.
-Escucha, sé que sonará loco, pero estoy seguro de que no quiero pasar mi vida con nadie más que no seas tú- mis ojos también se cristalizaron- Estamos muy jóvenes para dar el siguiente paso. Pero podemos prometernos, si estás de acuerdo con esto, el estar juntos por el tiempo que sea.
Hacía pucheros para tratar de no llorar, se veía adorable.
-Podemos prometernos seguir amándonos toda la vida. Podemos prometernos apoyarnos en las buenas y en las malas. Estar para el otro en todo momento. Podemos...- fui interrumpido por ella.
Mal me acercó tan rápido a sus labios que apenas tuve tiempo de reaccionar. Duramos así unos segundos hasta que rozó su nariz con la mía.
-Definitivamente hablas mucho cuando estás nervioso - soltó una risita- Estoy de acuerdo con todas esas promesas que quieres que nos hagamos. Aunque agregaría otra - apretó su agarre en mi mano- Te prometo que te demostraré mi amor todo el tiempo, no importa cuanto me cueste o quienes estén alrededor.
Sonreí, sabiendo que hablaba sobre hacer pública nuestra relación.
-¿Estás lista para eso? ¿Incluso cuando esto implica que pronto serás mi Dama de la Corte?
Mal ni si quiera dudó en responderme.
-Claro que lo estoy. Y con esto que hiciste para mí hoy - se rió-, creo que estoy más lista que nunca.
La abracé con fuerza. Hundí mi rostro en su cabello mientras ella se apoyaba en mi hombro. Al distanciarnos, deslicé el anillo por su dedo anular izquierdo.
-Se ve muy bien junto a este - dije, acariciando sus dedos.
Ella se rió. Siempre llevaba puesto el anillo con mi escudo familiar, sin importar que no combinara con los demás que usa.
Seguimos admirando el espectáculo en el cielo. Si alguien nos había visto y se había dado cuenta de que éramos nosotros, no nos importó. Estábamos demasiado felices para pensar en algo más. Y eso estaba bien.
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Fui muy felices teniendo la excusa de ver otra vez una parte de Enredados solo para hacer este capítulo 🤭
Mis bebitos ya no son tan bebitos. Y pronto me tocará dejarlos ir en esta historia. Ya solo quedan 3 capítulos y el Epílogo.
Espero que estén tan emocionados como yo por al fin darle un buen cierre a esta historia.
Psd: Este es el anillo de promesa.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 22/01/2023.
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