𝟎𝟎𝟗: 𝐒𝐞𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐭𝐮 𝐡𝐨𝐠𝐚𝐫
Advertencia: Menciones leves de violencia.
╭══• ೋ•✧๑♡๑✧•ೋ •══╮
╰══• ೋ•✧๑♡๑✧•ೋ •══╯
❥♚❥
╭══• ೋ•✧๑♡๑✧•ೋ •══╮
𝑨𝒏𝒅 𝒊𝒕'𝒔 𝒂𝒍𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕,
𝑪𝒂𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒐𝒖𝒕 𝒇𝒐𝒓 𝒔𝒐𝒎𝒆𝒃𝒐𝒅𝒚 𝒕𝒐 𝒉𝒐𝒍𝒅 𝒕𝒐𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕.
𝑾𝒉𝒆𝒏 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒍𝒐𝒔𝒕, 𝑰'𝒍𝒍 𝒇𝒊𝒏𝒅 𝒂 𝒘𝒂𝒚, 𝒂𝒏𝒅 𝑰'𝒍𝒍 𝒃𝒆 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕.
𝒀𝒐𝒖 𝒘𝒊𝒍𝒍 𝒏𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒇𝒆𝒆𝒍 𝒍𝒊𝒌𝒆 𝒚𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒂𝒍𝒐𝒏𝒆,
𝑰'𝒍𝒍 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒇𝒆𝒆𝒍 𝒍𝒊𝒌𝒆 𝒉𝒐𝒎𝒆.
╰══• ೋ•✧๑♡๑✧•ೋ •══╯
❥♚❥
Mal's POV:
Durante el resto de la hora del almuerzo conversamos más sobre el examen y las fiesta de Chad. Será el próximo sábado, lo que da tiempo de que todos podamos decidir con quien iremos y lo que usaremos. Evie y yo acordamos organizar eso último en nuestro dormitorio, ya que ella será de las pocas personas que sabrá que usaremos Ben y yo.
Mañana en la noche tenemos una pijamada con Carlos y Jay, ya que al estar en esta época de finales de año escolar y tener que hacer mis citas a escondidas con Ben no hemos pasado mucho tiempo los cuatro juntos fuera de clase. Será como en los viejos tiempos en la Isla de los Perdidos, solo que ahora no hará falta escabullirse en la casa del otro.
El timbre sonó, haciendo que nos despidieramos entre todos mientras que tomábamos nuestros bolsos del suelo o los puestos libres.
Iba saliendo por la puerta con Audrey e Evie cuando me di la vuelta. Ben quien iba con Chad, Jay y Carlos a su entrenamiento de R.O.A.R también se dio la vuelta. Nos sonreímos disimuladamente y cada quien se fue por su lado.
Las tres íbamos hablando de lo que haríamos hoy, dado a que nuestra última clase fue un taller sobre la historia del arte. Nos sentamos en nuestros puestos de siempre justo antes de que la profesora entrara.
-Buenos días, jóvenes.
-Buenos días, señorita Scott- dijimos todos a coro.
-Me alegra anunciarles que todos sobresalieron en su prueba de la semana pasada- la clase se llenó de aplausos y sílbidos- Así que les entregaré sus examenes y les dejaré que su próximo trabajo sea de interpretación libre. Hagan cualquier cosa, desde un paisaje hasta un retrato. Pueden hacerlo en un lienzo o en sus cuadernos de dibujo, lo importante es que lo tengan listo hoy mismo o a más tardar para la próxima clase. ¿Entendido?
Mis compañeros hicieron ruidos de aprobación.
-Bien, pues pónganse cómodos y comiencen a trabajar.
Cada quien se acomodó a su gusto. Evie se quedó en su puesto, haciendo un diseño creativo de un vestido, mientras que Audrey dibujaba un ramo de flores provenientes de Auroria.
Yo me acerqué al caballete que usualmente utilizo, dejando todos mis pinceles y pinturas gouache en la pequeña mesa a mi lado. Esta clase dura dos horas, de modo que tengo suficiente tiempo para elaborar la base del cuadro y comenzar a pintar.
Dejé mi chaqueta morada con mis cosas junto a mi amiga peliazul y arreglé mi cabello en una cola alta. Ahora que tengo el cabello más largo me gusta apartarlo de mi cara para no llenarlo de pintura, ya que cuesta mucho quitarla.
Al sentarme en la silla las ideas fluyeron rápidamente. Mis pensamientos de esta mañana y la conversación con Ben despejaron mucho mi mente y me dejaron inspirada.
Desde que tengo memoria me ha encantado dibujar y pintar. Mi primera lata de pintura la robé cuando tenía diez años, y desde entonces llenaba las paredes de la Isla con mis graffitis. Con los años fui adquiriendo materiales viejos que llegaban desde Auradon. Era mi escape cada vez que tenía problemas con mi mamá, o simplemente cuando no podía dormir.
Y al llegar a aquí, decidí que el poco dinero que he ido reuniendo lo iba a invertir en buenos materiales. Los chicos y Ben también me han regalado muchos en fechas especiales, y a veces mi novio me los daba simplemente porque sí.
Tenía los dedos llenos de diferentes colores cuando la profesora se paró detrás de mí a observar mi progreso.
-Tienes un trazo excelente para nunca haber recibido clases. Sabes mezclar muy bien los colores. Definitivamente te veo cursando la carrera de arte en la universidad.
Sonreí.
-Gracias.
La profesora me devolvió el gesto.
-¿Qué lugar es? - me preguntó con curiosidad, refiriéndose a lo que pintaba.
Pensé unos segundos antes de responder.
-Es algo que apareció en mi mente. Es como un punto medio de mi vida de antes a la de ahora, por eso la transición de colores en el paisaje.
La señorita Scott detalló mi lienzo unos segundos más.
-Tienes un diez asegurado en este trabajo y en resto del trimestre, Mal. Sigue así - me dio unas palmadas en el hombro.
No lo exteriorisé, pero por dentro me sentí extremadamente orgullosa de mí misma. Aprendí por mi cuenta, y es lindo ver que aprecian mi trabajo a pesar de eso.
Continue poniéndole color a mi pintura y al terminar la clase la profesora lo aprobó y lo calificó. Me llevé el cuadro a mi habitación para que se terminara de secar y no se arruinara.
Le envié una foto a Ben luego de encontrarle un buen lugar. A los pocos minutos me llegó su respuesta.
Bennyboo
Es hermoso, al igual que la artista que lo creó.
Me reí y le mandé emojis de corazón antes de bloquear mi celular.
(...)
Salí de la ducha y comencé a peinar mi cabello sentada sobre mi cama luego de estar seca y con mi pijama puesto.
-¿A qué hora llega el par de bobos? - le pregunté a Evie.
-En veinte minutos, así que voy a entrar ya al baño para ducharme.
Al decir eso, tomó sus cosas y corrió, cerrando la puerta del baño detrás de ella. Reí y negué con la cabeza. No le gusta hacer las cosas a último minuto, pero hoy se retrasó ya que estaba terminando nuestros looks para dentro de dos días.
-M, ¿puedes terminar de arreglar todo antes de que lleguen los chicos por favor? - gritó desde la ducha.
-De acuerdo, jefa.
-No me digas así - me regañó.
Yo solté una carcajada.
No cabemos los cuatro en las camas, así que hace unos meses conseguimos dos sacos de dormir para cuando ellos dos vienen o cuando hemos hecho noches de chicas con nuestras amigas. Las dejé extendidas en el suelo con las almohadas.
Revisé que en el mini refri hubiera suficiente agua y bebidas para todos. Decidimos conseguirlo ya que es fastidioso tener que usar las máquinas expendedoras a diario, y así tenemos bebidas frescas.
La comida está sobre mi escritorio y
las películas también. Volví a sentarme sobre mi cama cuando todo estuvo listo.
El resto del día de ayer fue tranquilo. Evie diseñó y confeccionó mi vestido para la fiesta de Chad y la ayudé con el de Ben. Además de que comenzó con lo que ella usará. Y el día de hoy fue relajado ya que no teníamos ninguna cosa importante que hacer.
Oí dos golpes en la puerta. Me levanté y fui a abrirla.
-Hola, tontos.
-Hola, minion- saludó Jay.
Le puse mala cara y ellos dos solo se rieron. Entraron al dormitorio y volví a cerrar la puerta. Ya tenían sus pijamas puestas. Se notaba que Chico, quien venía caminando junto a ellos, tenía sueño. Le acomodamos su cama junto al escritorio de Evie y se acostó a dormir de una vez.
-¿En dónde está la princesa arándano? - preguntó Carlos.
-En el baño- gritó ella.
-Ah, su baño de belleza nocturno.
Asentí a lo que dijo Jay. Ellos acomodaron sus cosas y nos pusimos a jugar un videojuego en el teléfono del hijo de Cruella mientras que la esperábamos.
-Así no, Jay, nos van a matar - reclamó el pecoso.
-Tú eras el que quería hacer la casa cerca de donde estaban los zombies - le devolvió el de cabello largo.
-Agh, dejénmelo a mí - les quité el teléfono.
Cambié la armadura y la espada. Al volver al juego salí del escondite y empecé a matar a los monstruos. Jay y Carlos se pegaron más a mí para ver.
Estuvimos a punto de matar a todos, hasta que sentimos como alguien levantaba el celular.
-Hey- reclamamos los tres.
Al levantar la mirada, Evie estaba de brazos cruzados, pero nos observaba burlonamente.
-Prometimos no usar aparatos electrónicos esta noche. Así que denme sus teléfonos - extendió su mano.
Jay y yo se los entregamos de mala gana.
-Y luego te preguntas porque decimos que eres la jefa- refunfuñé.
Me sacó la lengua y fue a dejar los aparatos dentro de la gaveta de su mesa de noche. La cerró y se sentó junto a nosotros.
-¿Qué quieren hacer?
-¿Qué les parece si vemos películas y hablamos después? - propuso Jay.
Evie, Carlos y yo estuvimos de acuerdo. Ya que hemos estado descubriendo películas en los últimos meses, hemos visto todas las de Harry Potter. Hoy escogimos la primera de todas, Harry Potter y la Piedra Filosofal.
Estábamos comiendo palomitas, chocolates y papas fritas.
-Sería genial pasar la navidad en un sitio como Hogwarts- dijo la peliazul.
-Bueno, el año pasado técnicamente lo hicimos. Ya que la pasamos aquí en Auradon Prep, como Harry, Hermione y Ron- recordó Carlos.
-Cierto.
Al terminar la película, nos quedamos en un círculo conversando. Chico había vuelto a despertarse, así que entre los cuatro le lanzabamos su pelota y lo acariciábamos.
-Estuve investigando que quiero hacer en el futuro - dijo Jay.
Los tres lo miramos.
-Eso es nuevo- reí.
Jay me lanzó una almohada pero la atrapé antes de que aterrizara en mi cara.
-Como sea, quiero seguir practicando algún deporte, pero he estado considerando hacer alguna carrera corta. Tal vez buscar algo con lo que pueda obtener una beca deportiva.
-Bueno, a pesar de todo sacas muy buenas notas cuando te esfuerzas. Tienes tiempo para decidir que quieres hacer - lo alentó la ojimiel.
-Exacto, después de todo estamos por terminar este año escolar, y el próximo nos graduamos- dije.
-Sí, y el enano terminará un año adelantado- exclamó Jay, abrazando a Carlos por el hombro y revolviendo su cabello.
Él trataba de apartarlo mientras que Evie y yo reíamos. Cuando al fin pudo quitarse al hijo de Jafar de encima seguimos hablando. Hasta que todo terminó en una pelea de almohadas entre los cuatro.
Saltamos en las camas, corrimos por toda la habitación y hasta nos caímos al suelo varias veces por el poco espacio. No parábamos de reír cuando por fin nos fuimos a dormir.
Necesitábamos una noche como esta, solo nosotros cuatro pasando el rato y poniéndonos al día. Recosté mi cabeza en la almohada, estando cómoda en mi cama. Aún con la sensación de felicidad que tenía ayer en la mañana con Ben.
Ellos tres son mi familia. Los quiero como a unos hermanos a pesar de haber empezado con el pie izquierdo con Carlos y con Evie, pero aprecio mucho que sigan ahí para mí a pesar de todo.
(...)
Desperté con una sonrisa en el rostro, me siento contenta y animada. Al abrir los ojos, mi expresión y mi actitud cambió.
El techo no era el de mi dormitorio en Auradon Prep, era el techo de mi cuarto en la Isla, cuando vivía con mi mamá en el Castillo de las Gangas.
Al sentarme, lo confirmé al ver los muebles. Al tratar de tocar mi cabello, me di cuenta de que estaba corto de nuevo. Cuando bajé mi brazo, noté una gran marca a lo largo de mi antebrazo.
Empecé a sentir el estómago revuelto al darme cuenta de que día era. Pero apenas tuve tiempo de reaccionar cuando la puerta se abrió de golpe.
-Al fin despertaste, mocosa.
Sentí pánico al ver a mi madre de tan buen humor. Eso jamás fue buena señal.
Tragué saliva con fuerza cuando comenzó a caminar hacia mí. Tenía todo el cuerpo entumecido, como si hubiera recibido un golpe tras otro en mi espalda y en gran parte de mi cuerpo.
-Hoy no debes de ir a Dragon Hall, así que te toca limpiar las mazmorras del castillo.
Asentí de manera automática, como si no fuera capaz de articular ninguna palabra.
-Bien.
Cerró la puerta con un estruendo. Me levanté de mi cama rápidamente, era mejor hacer lo que pedía sin tardarme.
Pasé todo el día limpiando lo que me pidió, sin descansar, ni beber agua ni comer. Me lo había buscado por las preguntas que le había hecho la noche anterior. Pero no aguantaba el dolor con el cansancio.
Subí las escaleras hasta mi habitación, me quedé atascada en la puerta al ver que mi mamá revolvía mis cosas, buscando algo.
-¿Mamá? - pregunté con cuidado.
Al voltearse a mirarme casi caigo al suelo, tenía los ojos brillando de un verde intenso más fuerte de lo normal.
-¿Qué mierda hacias buscando a tu padre? - gritó, levantando su mano, donde tenía un sobre con mi letra.
Estuve apunto de comenzar a temblar. Llevaba varios meses tratando de contactarlo a escondidas.
-Y-yo puedo explicarlo.
-¿Explicar qué? ¿Qué después de todo este tiempo estás buscando al hombre que nos dejó? No seas patética, él no te ama y jamás lo hizo.
-Claro que me ama- susurré, tratando de no hundir de nuevo mis esperanzas con sus palabras.
-No lo hace, inepta. Si te hubiera aunque sea querido te hubiera llevado con él y no me hubiera dejado contigo durante trece años, dejándome a cargo de un error.
Las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos. Mi mamá caminó hacia mí y me tomó del brazo. Caminamos por el pasillo y bajamos las escaleras, sin que a ella le importaran mis quejas de dolor.
Al bajar el último escalón me hizo tropezar hacia el piso. Comencé a retroceder con la poca fuerza que tenía, tratando de huir.
-Te he dicho miles de veces que no trates de acercarte a ese hombre. Y como no aprendes por las buenas, lo harás por las malas.
Llevé mis manos a mi rostro, tratando de ocultar mis lágrimas. Grité apenas sentí el primer impacto.
(...)
Ben's POV:
Desperté de golpe al oír mi teléfono sonando y vibrando sobre mi mesa de noche. Estiré mi brazo para tomarlo. Desde hace un rato que tenía una mala sensación en el pecho, y se empeoró al ver quien llamaba.
-¿Evie? - pregunté con voz adormilada.
Doug comenzaba a despertarse por el ruido, pero al oír el nombre de su novia terminó de levantarse.
-Ben, tienes que venir rápido a nuestra habitación - su voz sonaba flemática, como si hubiera estado llorando.
-¿Qué pasó? ¿Mal está bien? - pregunté con preocupación.
-Ella...- no pudo continuar hablando por causa del llanto.
-Deja que yo le diga, Evs- oí la voz de Jay a lo lejos- ¿Ben?
-¿Qué le pasa a Mal? - empezaba a sentir como el dolor en el pecho empeoraba.
-Mal tuvo una pesadilla, y pareciera que eso le provocó un ataque de ansiedad. No sabemos como hacer que reaccione. Tienes que venir a ayudarnos.
El simple hecho de oír como Jay hablaba, siendo el más duro de los cuatro, me asustó más aún.
-De acuerdo, en menos de diez minutos estoy ahí.
-Date prisa, por favor.
Me puse de pie rápidamente.
-¿Qué sucede? - interrogó mi compañero de habitación, poniéndose sus lentes.
-Mal está teniendo un ataque de ansiedad y debo ir rápido a ayudarla- respondí.
Terminé de ponerme mis zapatos y busqué uno de mis suéters, uno de los favoritos de mi novia.
-¿Quieres que vaya contigo?
-Gracias, pero lo mejor es que no tenga mucha gente alrededor. Eso podría ponerla peor.
-Está bien, cualquier cosa que necesiten me avisas.
Asentí ante lo que dijo y salí del dormitorio. Corrí por los pasillos del edificio de los chicos, debo recorrer bastante para llegar, pero no me importa.
Unos pocos minutos después subía las escaleras directo a la habitación 2D. Toqué la puerta, recuperando el aire. Carlos fue quien me abrió.
-Pasa.
Cerró la puerta detrás de mí. Al posar mi mirada sobre la cama de Mal mi corazón se rompió. Ahí estaba ella, llorando sin control y con la respiración totalmente acelerada. Tenía sus rodillas pegadas a su pecho, con su cara sobre sus rodillas. Temblaba con fuerza y su vista estaba clavada sobre sus pies.
-No logramos que nada ayude a pesar de no ser la primera vez que estamos en uno de sus ataques- dijo el pecoso.
Caminé con cuidado y toqué el hombro de Evie. Ella me miró y suspiró aliviada.
-Déjame que yo la ayude, ¿sí?
-Ok- murmuró la peliazul.
Se paró del colchón y se abrazó a sus dos mejores amigos. Me agaché frente a Mal, acariciando su mano con delicadeza.
-¿Amor?
Tardó unos segundos, pero eso bastó para que al menos me mirara.
-Vamos a contar hasta cinco e inhalaremos aire juntos. ¿De acuerdo?
Ella tomó mi mano como respuesta. Inhalamos y exhalamos aire durante varios minutos. Poco a poco su respiración volvía a la normalidad, y temblaba menos que antes.
Acerqué mi mano libre a su otra mano, la cual estaba envuelta en un puño y cada vez se ponía más roja. La que sujetaba estaba igual hasta que tomó la mía.
-Suelta tu mano con cuidado, te estás haciendo daño.
La ojiverde aceptó, cediendo de a poco hasta que ya no clavaba sus uñas en sus palmas.
-Eso es- le sonreí.
-Por favor no te vayas, no me dejes sola- suplicó en un susurro.
Estuve apunto de llorar con tan solo oír lo destrozada que está, pero debo ser fuerte por ella.
-No iré a ningún lado.
Me senté sobre el colchón, tomándola en mis brazos y sentándola en mi regazo. Mal hundió su cara en mi pecho y me abrazó con fuerza. La rodée con mis brazos y acaricié su espalda con suavidad.
-Podemos irnos, creo que te necesita más a ti que a nosotros en este momento- sugirió Carlos.
-No, quédense. Créanme que le alegrará tenerlos aquí cuando esté más calmada.
-Es verdad, M nos necesita ahora. No podemos dejarla sola- dijo Evie.
Le agradecí con la mirada y ella sonrió débilmente. Se sentaron en la cama de Evie y yo me quedé con Mal. Los minutos pasaron en silencio, pero al tenerla pegada a mi pecho sentía como los latidos acelerados de su corazón se iban calmando hasta regularse.
Levantó la cabeza luego de un rato.
-¿Estás lista para hablar? - le pregunté.
-Creo que sí.
Besé su frente y dejé que se acomodara a su gusto. Aún seguía abrazándome, pero ahora estaba sentada.
-Lamento que me vieran de ese modo- se disculpó con sus mejores amigos.
-Eres una persona, Mal. Tienes derecho a llorar cuando lo necesitas. Sabemos que nos puedes ser fuerte todo el tiempo y lo entendemos.
La mirada de la pelimorada se suavizó al oír lo que dijo Jay. Sorbió su nariz antes de hablar.
-Un noche, cuando tenía trece años, se me ocurrió preguntarle a mi mamá sobre mi papá. Obtuve las mismas respuestas de siempre, pero al insistir ella me dio la paliza de mi vida.
Sus ojos comenzaron a aguarse.
-A la mañana siguiente, decidió que mi castigo sería limpiar las mazmorras del castillo. No tenía elección así que lo hice. Pero al llegar a mi habitación, ella estaba registrando mi cuarto - tomé de nuevo su mano- Lo puso patas arriba hasta que consiguió una carta que le había escrito a mi papá.
Noté que Carlos y Jay querían hacer preguntas, pero se contuvieron al ver que diría más.
-Se molestó mucho conmigo, porque estaba decepcionada porque lo busqué.
Su voz comenzó a entrecortarse. Agarró aire y continuó.
-Me jaló del pelo todo el camino hasta el piso de abajo y me golpeó tantas veces que perdí la cuenta - las lágrimas volvían a rodar por sus mejillas- Perdí mucha sangre, y cuando logré tomar fuerzas para subir a mi habitación...
Sollozó y se tapó el rostro.
-Había destruido todo lo que sabía que me importaba. Mis lápices de colores, mis blocks de dibujo. Lo destruyó todo. Y con eso, destruyó mi interés en comunicarme con mi padre. No quise saber nada de él después de ese día, porque en medio de los golpes ella me convenció de que todo el daño que me hacía era su culpa.
Se escondió en mi cuello, llorando con fuerza.
-Mi madre me odia, lo más seguro es que mi padre también. Nunca tuve un hogar seguro ni feliz.
La pegué a mí, tratando de transmitirle todo mi amor. Evie, Jay y Carlos se acercaron, sentándose frente a los dos.
-Nosotros seremos tu hogar, M. Sin importar qué. Cuentas con nosotros para toda la vida- dijo Evie, tomando su mano.
Mal alzó la mirada, viéndonos de uno en uno. No hizo falta que dijera nada, porque su mirada lo transmitió todo. Su semblante era ligeramente más alegre que hace unos minutos.
-Quiero decirles quien es mi padre.
-¿Estás segura de que estás lista? No queremos presionarte- le dije.
-Lo estoy- me aseguró.
Besé su mejilla y acaricié su mano. Evie es la única que lo sabe, y nosotros respetamos su decisión porque sabemos cuanto le duele hablar de este tema.
-Mi padre es Hades, el Dios del Inframundo.
Debo admitirlo, me tomó por sorpresa lo fácil que lo dijo después de tanto tiempo ocultándolo. Carlos tenía la boca abierta, y Jay tenía una expresión indecifrable.
-Evie lo supo porque un día que iba a mi casa oyó una discusión con mi madre, pero necesitaba decirselos a ustedes. Carlos, Jay- los nombrados la miraron- Son mis hermanos, no podía aguantar más tiempo sin decírselos.
Me miró a los ojos.
-Y tú, Ben. Eres el hombre al que amo. Me has apoyado incondicionalmente en estos meses juntos, y me dolía no tener el valor de contartelo. Pero sé que debí contarlo hace mucho, después de todo es un dios.
Acaricié sus mejillas.
-No nos importa quien sea tu padre, lo que nos importa es que al fin tuviste el valor de volver a enfrentar tu pasado. Estamos muy orgullosos de ti.
Mal sonrió.
-Los amo mucho a los cuatro, sin ustedes no seguiría adelante todos los días.
Vi como los rostros de Carlos, Evie y Jay se iluminaban al oírla decir esas palabras.
-Y nosotros te amamos a ti, Mal- dijo el moreno.
Mal extendió su brazo libre, sin soltarse de mí. Los tres rieron y nos abrazaron.
Ver la cara de felicidad que tenía ella después de haber pasado por ese momento derritió mi corazón.
Somos su familia, y estoy seguro de que los cuatro estamos felices y honrados de serlo.
❥♚❥
---------------------------------------------------------
Levanten la mano todos los que lloraron con los últimos minutos de capítulo🤧
Me costó mucho y me dolió la parte en que Mal y Maléfica pelean, pero lamentablemente pasó.
Pero para animarlos, les cuento que el próximo capítulo es de fiesta, así que será muy bueno 😏😉
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 08/08/2021.
Editado el 10/04/2024.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro