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𝟎𝟎𝟔: 𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐩𝐢𝐞𝐧𝐬𝐨 𝐞𝐧 𝐭𝐢

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I get a little bit nervous, Around you. Get a little bit stressed out, When I think about you. Get a little excited, Baby, when I think about you. Yeah, when I think about you, babe (oh yeah)
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Ben's POV:
Abrí los ojos con pereza. La luz en la habitación no es mucha así que poco a poco fuí acostumbrándome a ella. Intenté estirarme pero no pude. Sentí dos brazos a mi alrededor y al instante supe de quien eran.

Todos los recuerdos de la noche anterior vinieron a mí. Los besos, las caricias, las palabras. Absolutamente todos los detalles de lo ocurrido entre nosotros dos.

Sonreí como bobo al bajar mi mirada. Mal está profundamente dormida, con su cabeza apoyada en mi pecho, sus brazos rodeando mi torso y su hermoso cabello morado sobre su rostro y espalda. Se ve como un ángel.

Tan pacífica y contenta. Algo en mi corazón se siente lleno al saber que yo logro hacerla feliz. Haberla oído diciendo que me ama es algo que había esperado por mucho tiempo.

Confié en que algún día lo diría cuando estuviera lista. Mis intenciones jamás fueron presionarla ni nada por el estilo, quería que lo dijera cuando en serio lo sintiera. Son dos palabras que no se deben tomar a la ligera, que se deben decir cuando de verdad se sienten.

Anoche fue la mejor noche de mi vida. Aunque siendo honesto, junto a ella cada momento es el mejor.

Se removió un poco y balbuceó cosas incomprensibles. Me quedé quieto, con cuidado de no despertarla.
Cuando paró de moverse, dejó sus manos sobre mi pecho.

Las tomé con cuidado y besé sus nudillos. Las marcas en sus palmas ya son casi invisibles, lo cual agradezco, porque sé que no le hacía bien verlas.

Por la posición en la que quedó, puedo ver mejor su espalda. Me dolió ver las leves cicatrices que hay en varias partes. Algunas las había visto antes, pero no tan cerca.

Recuerdo que la primera vez que se animó a que nadaramos en el Lago Encantado, estaba realmente nerviosa por cual sería mi reacción al verlas. Evidentemente me preocupé mucho. Logró calmarme al decirme que estaba bien y que no debía preocuparme por eso, que ya estaba acostumbrada a tenerlas con ella.

Esa fue una de las veces en las que pude percibir por completo lo fuerte y valiente que es.

Pasó por tantas cosas duras y difíciles durante gran parte de su vida, y ha sabido seguir adelante y volverse una mejor persona a pesar de todo lo malo.

Ella es una niña con cicatrices y defectos, un desastre que se atreve a sonreír y un alma inusualmente hermosa. Ella es arte en toda sus formas posibles. Y eso es lo que más me enamora de ella.

Me perdí en mis pensamientos, admirando su belleza y acariciando su cabello, hasta que noté como poco a poco iba despertándose.

-Buenos días, princesa.

Besé su coronilla y sonrió adormilada.

-Buenos días, amor.

Mi corazón pegó un brinco al oírla llamarme así.

Se estiró un poco y dejó sus ojos cerrados. Frunció el ceño y se quedó pensando en algo.

-Ben, ¿porque hace tanto frío? - murmuró entre bostezos.

La pegué un poco a mí para darle calor y seguí acariciando su cabello.

-Estuvo lloviendo hasta tarde, seguramente es por eso - le respondí.

-No, creo que es por algo más.

Pareció caer en como nos encontrábamos los dos, ya que abrió los ojos de golpe y escondió su rostro con las sabanas. Me dio ternura ver lo ruborizadas que están sus mejillas.

Solo quedaron sus ojos sin cubrir, de modo que aún sigue mirándome.

-¿Acaso habías olvidado lo que pasó anoche? - pregunté, intentando no reírme.

-Obvio que no, solo que todavía no estaba muy consciente de nada-se excusó.

Reí y besé su frente.

Levantó un poco la sabana y sacó su cabeza de allí.

-Lo siento, es solo que me pone un poco nerviosa que estemos así. Es la primera vez que estamos tan expuestos el uno al otro.

-Te entiendo, no hace falta que te disculpes.

Sonrió.

-Aunque luego de todo lo que vimos del otro anoche, creo que entramos en más confianza-dije.

Ella se rió y me dio un leve golpe en el hombro.

-¿Quién eres y qué hiciste con mi dulce y tierno Ben? - preguntó riéndose.

-Sigue aquí, sólo que ha sido bastante influenciado por la chica a la que ama.

Ella sonrió dulcemente al oírme.

-¿Se puede saber quien es esa chica?

Pasó sus brazos alrededor de mi cuello y acarició mi cabello.

-Puede que la conozcas. Tiene un cuerpo que me vuelve loco, ojos verdes hipnotizantes, y una hermosa y poco común cabellera morada- le dije coquetamente- ¿Sabes quién es?

Hizo como si lo pensara por unos segundos.

-¿Soy yo? - preguntó sonriendo.

-Exactamente.

Soltó una risita.

Acerqué mi rostro al suyo y me permitió besarla. Ninguno de los dos quiere separarse del otro. Nuestros labios y lenguas están mezclados entre sí, batallando por ver quién aguantará más. Giré un poco y dejé su cuerpo debajo del mío.

Ambos entendimos las intenciones del otro, y definitivamente no queríamos pararlas.

Me tomé todo el tiempo posible en besarla y admirarla. Pasaron varios minutos cuando volví a besar sus labios. Por lo acelerado de su respiración, sé que aún está recuperándose de lo que acabo de hacer.

Nos dio la vuelta, quedando sentada sobre mí. Sonrió con malicia al ver como me tiene. Se ocupó de mí como había estado haciendo con ella. Tomé uno de los preservativos de la caja y me lo puse. Era diferente a noche, ella tenía todo el control y yo no pretendo quitárselo.

Nos perdimos en el otro por bastante rato, disfrutando de lo que sentimos estando así.

Su cabeza está entre mi cuello y mi hombro. Nuestros corazones quedaron juntos, sintiendo los latidos del otro. Rodée su cintura con mis brazos y enterré mi cara en su cabello, percibiendo el olor a frutos rojos de su shampoo.

-Te amo-le dije.

-¿Cuánto?

-Lo suficiente para aceptar todos tus defectos y aún así creer que eres la persona perfecta.

Levantó su rostro y tomó mis mejillas con sus manos, besándome con ternura.

Nos miramos a los ojos, sin dejar de sonreír. Volvimos a quedar uno frente al otro, abrazados.

-¿Qué vamos a hacer hoy? - me preguntó.

-Aprovechando que tenemos todo el día de hoy y parte del de mañana solo para nosotros, hay muchas cosas que podemos hacer.

-¿Cómo qué?

-Hace unos días me dijiste que quieres que te enseñe a usar el arco y la flecha, esa es una opción.

-Me gusta ese idea.

Sonreí.

-Podemos empezar por darnos un ducha juntos. Ya sabes, así ahorramos agua-me dijo con picardía.

Sus cachetes están ligeramente rojos, al igual que los míos.

-¿Entonces que estamos esperando?

Se rió y se levantó rápido de la cama.
Me distraje unos segundos mirando su cuerpo hasta que reaccioné. Fui tras ella y la cargué en mis brazos.

Soltó una carcajada y cerró la puerta del baño.

(...)

Al salir de la ducha, cada uno se arregló. Ya que es un día tranquilo y no debemos preocuparnos por la escuela o por algo del reino, escogí lo más cómodo posible.

Ella solo había traído cosas para una noche, que se suponía que pasaríamos en el lago, pero que ya que nuestros planes cambiaron usará algunas cosas que había dejado por si acaso.

Estaba terminando de acomodar mi camisa cuando Mal se acercó a mí.

-¿Puedo tomar prestado uno de tus sweaters? Tengo frío y no traje ninguno.

-Claro, agarra el que más te guste-le respondí sonriendo.

-Gracias.

Besó mi mejilla y se acercó a mi closet. Revisó por unos segundos hasta que encontró el que quería. A decir verdad, ese es mi favorito. Ya que me lo regaló en navidad.

Se ve demasiado adorable en él. Es más pequeña que yo, así que le llega hasta más arriba de las rodillas.

Caminó un poco y tomó el collar que le regalé anoche. Noté que le costaba ponérselo sola.

-¿Te ayudo? - le pregunté.

-Por favor.

Me lo entregó y se puso de espaldas frente a mí. Levanté con cuidado su cabello y deslicé el collar por su cuello. Ajusté el cierre y la rodeé con mis brazos.

-Te queda perfecto.

Ella soltó una risita y sonrió. Se dio la vuelta y me abrazó.

Miró un punto en mi cuello y abrió mucho los ojos. Se quedó pensando unos segundos y se rió.

-Cuando vuelva a pasar algo como lo de las últimas horas, recuerdame tener más cuidado-dijo entre risas.

Aún abrazándola, nos acerqué a un espejo. Señaló lo que estaba viendo.
Me reí junto a ella y besé su frente.

-No eres la única que debe de tener cuidado.

Miró lo que yo le señalaba y se rió.

-Ya encontraremos con que cubrirlos, mientras tanto no le prestemos atención-dijo.

-De acuerdo.

-¿Podemos bajar a desayunar? Muero de hambre.

Nos reímos y asentí.

Caminamos con tranquilidad por los pasillos, sin dejar de abrazarnos.
Al llegar a la cocina, se sentó sobre la barra. Me coloqué frente a ella.

-¿Qué quieres desayunar? - pregunté.

-Waffles.

-Bien. Yo puedo prepararlos si tu cortas las fresas y haces lo que vayamos a tomar.

-Ok.

Preparamos todo y nos sentamos a desayunar. Hizo un batido de fresas con lo que sobró de las que cortó para los Waffles. Colocamos chocolate y comenzamos a comer.

-Están muy buenos-dijo con la boca llena. Hizo una pausa y continuó- ¿Te los enseñó a hacer tu mamá?

Reí y negué.

-De hecho fue mi papá. A mamá se le da cualquier comida menos esto.

Ambos reímos.

Hablamos de algunas de nuestras clases. Varias las compartimos, pero hay otras que no. Tenemos un examen de Química el miércoles, así que probablemente nos reuniremos con los demás para estudiar.

Recogimos todo y decidimos caminar un rato. Alcé nuestras manos entrelazadas y besé sus nudillos, haciéndola sonreír.

Entramos a la biblioteca y cada uno escogió un libro. Nos sentamos en el sillón más grande a leer. Pasamos así unas cuántas horas hasta que nos distrajimos.

Está prácticamente sentada sobre mí, con sus piernas alrededor de la mías. Sus manos acarician mi cabello y mi cuello. Las mías acarician su cintura y su espalda, tratando de no sobrepasarme si ella no me lo permite. Mordió mi labio inferior y me sonrió dulcemente.

-Te amo.

Sonreí y le robé un beso corto.

-Y yo a ti.

Dejó su cabeza en el espacio entre mi cuello y mi hombro. Repartió varios besos suaves en esa zona y suspiré. Volvimos a besarnos con más intensidad. Todo iba bien, hasta que su teléfono comenzó a sonar.

Gruñó. Contestó la llamada y la puso en alta voz.

-E, que oportuna eres-dijo entre dientes.

Oí la risa de la peliazul.

-Estando a solas con Ben, ya me imagino en qué estaban- se burló.

-¡Evie!-le reclamamos los dos.

Ella simplemente siguió riéndose.

-Llamaba para saber cómo están, pero veo que no es buen momento.

-Claramente no lo es, pelo de arándano-le recriminó Mal.

-Como sea. Ya sabes que me vas a deber una gran charla de chicas cuando nos veamos mañana en la tarde, M.

Supuse que tenía una expresión de burla en su rostro.

-Teniendo en cuenta que Doug y tú tampoco están por acá, creo que la charla no será solo sobre nosotros dos.

No pude evitar reírme al oírla decir eso.

-Ok, ok, tenemos una tregua.

Volvimos a reírnos.

-Te veo mañana, Evs.

-Saluda a Doug de mi parte-le pedí.

-Claro que sí. Adiós tortolos.

-Adiós-nos despedimos.

Colgó la llamada.

Me di cuenta de la posición en la que estábamos y mis mejillas se ruborizaron un poco. A Mal le pasó lo mismo pero se rió.

-¿Nervioso, Bennyboo? - preguntó sonriendo.

-Para qué negarlo.

Rió de nuevo y me abrazó.

-No tienes porque estarlo conmigo. Tú mismo me lo pediste a mí-dijo.

-Lo sé, pero es que cuando pienso en ti o estoy contigo me es difícil controlarme. A veces me pongo así.

Ella me miró enternecida. Apoyó su rostro en mi pecho.

-Eres el mejor novio del mundo.

Sonreí y la abracé con más fuerza.

Nos levantamos del sillón algunos minutos después. Ya eran alrededor de las tres, así que decidimos almorzar.

(...)

Mal dejó el arco sobre el banco de piedra y resopló.

-Llevo más de una hora intentándolo y no lo logro-se quejó, frustrada.

Me puse frente a ella y tomé sus manos.

-Respira conmigo, ¿sí?

Ella asintió. Inhalamos y exhalamos el aire varias veces hasta que se relajó por completo.

-Muy bien. Ahora, ¿qué tal si me dejas ayudarte? - le pregunté.

Aparté un mechón de cabello de su rostro y acaricié con mis dedos su mejilla y su barbilla. Ella sonrió ante mi tacto.

-Está bien.

Besé la punta de su nariz y sonrió.

Agarró el arco de nuevo y caminamos hasta la posición que le había indicado.

Saqué una flecha del carcaj y se la entregué con cuidado.

-Es más simple luchar con espadas-me dijo.

Reí.

-Puede ser, pero verás que no es tan difícil cuando adquieres práctica y técnica.

Me coloqué detrás de ella y puse una mano en su cintura.

Acomodó la flecha y alzó el arco.

-Levanta el arco.

Hizo lo que le pedí.

-Inclinalo un poco más.

Lo hizo.

-Bien, ahora asegúrate de que la flecha esté bien ubicada.

-Todo en orden.

Besé su mejilla y se rió.

-¿Qué sigue?

-Inclina un poco más el codo del brazo con el que vas a disparar.

-¿Así? - preguntó.

-Ujum. Ahora aprieta bien la mano sobre el arco y llevalo a la altura de tu boca.

Su brazo se puso en donde le indiqué. Rodeé su mano con la mía.

-Respira y... - hice una pausa- Dispara.

La flecha se salió del arco y cayó justo en la última línea del círculo del centro de la diana.

Mal sonrió.

-¡Lo logré! - exclamó emocionada.

Reí y la abracé por la cintura.

-Te lo dije, solo necesitabas una buena técnica.

Se rió y me abrazó.

-Y teniendo a un profesor como yo, era difícil que no saliera bien.

Ella rodó los ojos con diversión.

-Qué humilde, Florean.

-¿De quién crees que lo aprendí, Igna?

Rió de nuevo.

-Ahora que ya sé como hacerlo, podríamos tener una competencia-sugirió.

-Veo que ya tienes bastante confianza en tu habilidad.

-Sip-dijo con orgullo.

-¿Qué propones? - le pregunté con curiosidad.

-Cada uno tendrá ocho oportunidades, ya que es el número de flechas que tenemos individualmente. El que más flechas dispare al centro de la diana, gana.

-Me parece bien. ¿Cuál es el premio que tendrá el ganador?

-Escogerá la película que veremos en la noche y puede que algo más-dijo guiñándome un ojo.

Reí.

-¿Y el perdedor?

-Tendrá que hacer la cena solo.

-Eso es buen castigo.

Mal se rió.

-Entonces... ¿Tenemos un trato, cariño? - extendió su mano hacia mí.

La estreché.

-Tenemos un trato, amor.

Besó mis labios por unos segundos y se separó, dejándome atontado.

-¿Comenzamos? - preguntó con diversión.

-S-sí- balbuceé, aún aturdido.

Se rió.

Ambos tomamos nuestros arcos y colocamos los estuches con las flechas junto a nosotros.

En un principio ella quiso intentarlo sola, de modo que yo disparé algunas flechas y luego de un rato me senté. Si necesitaba ayuda, estaba dispuesto a ayudarla. Y así fue.

Me coloqué a dos metros de ella, frente a mi diana.

-¿Quién empieza? - preguntó.

-Las damas primero, princesa- hice una reverencia.

Soltó una carcajada. Acomodó su flecha en el arco y disparó. Cayó en el penúltimo círculo.

Estuvimos así varios minutos. Estamos empatados, cuatro flechas en el centro y las demás en los círculos más cercanos.

Disparó su última flecha, la cual dio justo en el blanco.

-Es tu última oportunidad, cielo-me dijo.

Se cruzó de brazos y esperó.

Levanté el arco y lo ubiqué donde debía. Apunté y disparé. Para mi mala suerte, quedó en el penúltimo círculo.

-No - me quejé.

-¡Sí! - gritó emocionada.

Sonreí al verla así de feliz.

-Ganaste limpiamente-dije en señal de rendición- Me da lo mismo haber perdido viendo lo feliz que estás.

Mal sonrió y pasó un brazo por mi cintura.

Recogimos todo y lo guardamos en su lugar. El pasto sigue algo húmedo luego de la lluvia de anoche, así que nos aseguramos de limpiar nuestros zapatos para no ensuciar adentro.

-Bueno, ¿qué preparás esta noche? - preguntó.

-La Señora Potts y mi mamá me enseñaron a hacer crêpes con una salsa que lleva champiñones, tocino y queso.

-Eso suena delicioso.

-Bien, porque es lo que prepararé.

Besé su coronilla y mantuve mi brazo alrededor de sus hombros.

(...)

Empezó a hacer frío debido a la lluvia. Pasé la cobija sobre los dos y me aseguré de que Mal quedara bien cubierta.

A pesar de aún estar en Primavera, es el segundo día que llueve por horas en la noche.

Acaricié su espalda desnuda y besé su hombro antes de acomodar mi cabeza sobre la almohada. Ella dejó su cabeza sobre mi pecho y me rodeó con sus brazos.

-¿Qué pasará luego de este fin de semana? Creo que a los dos nos quedó claro desde anoche que es difícil mantenernos quietos estando juntos-me dijo.

Los dos reímos por eso. Alzó su cabeza para mirarme mejor.

-No lo sé. Pero espero que tengamos más oportunidades de que suceda. No es algo fácil de describir, pero cuando estamos juntos de esa manera me siento realmente bien.

-Yo igual. He leído y oído a personas hablar sobre momentos así, aunque jamás esperé que cuando pasáramos por esto sentiría esa sensación tan linda en mi corazón.

Sus mejillas están ligeramente rojas, y eso hace que se vea muy adorable.

-Tal vez es que para nosotros porque no es solo tener sexo. Pienso que nosotros hacemos el amor en todo el sentido de esas palabras-hice pausa, mirándola a los ojos- No sé si me expresé bien.

Ella sonrió y me besó.

-Creeme, lo entendí perfectamente.

Nos quedamos un rato en silencio, oyendo las gotas chocando contra la ventana.

-Ya puedo imaginarme el interrogatorio que me hará Evie mañana.

Reímos.

-Tú misma se lo dijiste, ella está pasando su fin de semana con Doug, así que el interrogatorio será para ambas.

-Cierto-dijo riéndose.

-¿Recuerdas que te dije que Chad hará una fiesta en dos semanas? - le pregunté.

-Sí.

-Ayer me dijo que será una fiesta de máscaras. Las personas conocerán la identidad de los que lo deseen y otros no sabrán hasta después quien estuvo en la fiesta.

-Eso suena interesante. Aunque ya me imagino los problemas que vendrán luego de eso si las personas no le dicen su identidad a los que quieren.

-Es probable que hayan algunos problemas. Pero sé que con nosotros no los habrán.

-¿Cómo estás tan seguro? - me preguntó.

-Porque me gustaría que vayas como mi cita. ¿Aceptas?

Ella sonrió entusiasmada.

-Claro que acepto.

Besé su frente.

-¿Cómo haremos para que no nos descubran? Recuerda que sólo cuatro personas saben la verdad de nosotros.

-Solo les diremos a ellos, y podríamos cambiar de máscaras en cierto momento. No creo que se fijen mucho en lo que nos pongamos con poca luz y sin ver nuestros rostros.

-Está bien, iremos.

Cerró los ojos y noté que comenzaba a quedarse dormida. Apagué la lámpara y volví a abrazarla.

-Buenas noches, Mal.

-Buenas noches, Ben.

Hundió su cara en mi pecho y cayó rendida.

Yo también me quedé dormido poco después, sintiendo una enorme paz teniéndola a mi lado.

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Los amo 💙💜😍

Gracias por haber esperado a que volviera a actualizar.

No tengo fecha exacta de cuando estará listo el próximo capítulo, aunque puede que comience a escribirlo en los próximos días.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 02/09/2020.

Editado el 10/04/2024.

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