
𝐄𝐩𝐢́𝐥𝐨𝐠𝐨
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𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒆𝒔𝒕 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝑰 𝒏𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒌𝒏𝒆𝒘 𝑰 𝒏𝒆𝒆𝒅𝒆𝒅.
𝑺𝒐 𝒘𝒉𝒆𝒏 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒆𝒓𝒆 𝒉𝒆𝒓𝒆 𝑰 𝒉𝒂𝒅 𝒏𝒐 𝒊𝒅𝒆𝒂.
𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒆𝒔𝒕 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝑰 𝒏𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒌𝒏𝒆𝒘 𝑰 𝒏𝒆𝒆𝒅𝒆𝒅.
𝑺𝒐 𝒏𝒐𝒘 𝒊𝒕'𝒔 𝒔𝒐 𝒄𝒍𝒆𝒂𝒓 𝒊 𝒏𝒆𝒆𝒅 𝒚𝒐𝒖 𝒉𝒆𝒓𝒆 𝒂𝒍𝒘𝒂𝒚𝒔.
𝑩𝒂𝒃𝒚 𝒃𝒂𝒃𝒚,
𝑵𝒐𝒘 𝒊𝒕'𝒔 𝒔𝒐 𝒄𝒍𝒆𝒂𝒓 𝒊 𝒏𝒆𝒆𝒅 𝒚𝒐𝒖 𝒉𝒆𝒓𝒆 𝒂𝒍𝒘𝒂𝒚𝒔.
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Un año después...
Narrador Omnisciente:
La generación numéro diecinueve de los estudiantes de Auradon Prep se preparaba para uno de los sucesos más importantes de sus vidas hasta el momento: la graduación.
Desde hacía semanas todos hablaban de la ceremonia y del baile que se llevaría a cabo esa misma noche. Los alumnos estaban emocionados por todas las actividades.
Evie's 4 Hearts era la marca más solicitada para el evento. Y no solo en la ciudad capital, sino en diversas escuelas del reino entero. La peliazul había estado trabajando sin parar durante meses para tener todos los vestidos, faldas, tops y trajes a tiempo. Además de ayudar a sus clientes a escoger los accesorios adecuados.
Jane y Audrey habían sido las principales organizadoras de los eventos, dirigiendo el comité de graduación. Carlos y Doug estaban encargados de todo lo relacionado a la "mercadotecnia". Diseñaron los anuncios, panfletos y mucha cosas más.
Lonnie había sido escogida como una de las oradoras de la ceremonia, al igual que la diseñadora y el rey. Incluso Mal daría un pequeño discurso. La capitana del equipo de R.O.A.R. y su ayudante, Jay, lograron llevar a la escuela más lejos que nunca. Obtuvieron muchos trofeos y medallas. Al igual que Chad por su desempeño en el Tourney.
Ben se encontraba en su oficina, repasando el discurso que daría como líder de su clase y generación. Bella y Adam entraron, sonriendo con ternura cuando lo vieron caminando de un lado a otro mientras que leía.
-Hijo, vas a abrir un hoyo en el suelo si sigues así - dijo su padre con diversión.
El castaño alzó la mirada y esbozó una sonrisa al ver a sus progenitores.
-Lo siento, estoy algo nervioso.
Bella acarició su mejilla y peinó sus cabellos sueltos. Lo ayudó a arreglar su corbata, asegurándose de que todo estuviera en orden.
-Todo saldrá bien, cariño. Además, estoy segura de que a Mal le encantarán tus sorpresas.
-¿Eso creen? - preguntó con esperanza.
-Las amará - lo reconfortó el ex-rey.
Ben se relajó. Guardó su teléfono en el bolsillo y se dirigió a la puerta. Adam tomó la toga y el birrete con cuidado, su hijo y su esposa caminaban adelante de él con los brazos entrelazados. Un auto los esperaba para llevarlos a la preparatoria.
Al otro lado de la ciudad, el Core Four se preparaba para irse en la limusina morada que a Mal le habían asignado como dama de la corte. Se encontraban en la casa de la peliazul. Todo el trabajo duro había tenido sus frutos. Ahora tenía una gran casa, con un enorme espacio y habitaciones de sobra para sus amigos y sus creaciones.
Sus tres mejores amigos vivían allí con ella desde que la compró. Aunque sabía que era temporal, estaba feliz de compartir su espacio con ellos. Ayudó a Mal a terminar de arreglar su cabello. La pelimorada se puso de pie para observar su ropa, maquillaje y peinado.
-Te ves radiante, M.
Mal sonrió ante el halago y miró a su hermana.
-Tú también, E.
Se abrazaron por los hombros, viéndose en el espejo. Jay y Carlos entraron y se abalanzaron sobre ellas, casi tirándolas al suelo. Los cuatro rieron. El de pelo largo tomó el teléfono que Evie le extendió y lo puso a una altura adecuada para que todos se vieran en la cámara.
Tomaron varias y salieron, subiéndose al vehículo morado. El camino estuvo lleno de risas.
(...)
Todos se encontraban reunidos en el campo de Tourney. Los padres e invitados estaban sentados en las gradas, mientras que los estudiantes estaban repartidos en sillas sobre el pasto.
La ceremonia ya estaba por concluir. Los alumnos habían recibido sus diplomas y medallas, los discursos ya habían sido presentados. El Hada Madrina le daba unas últimas palabras de aliento a sus alumnos.
-Me siento honrada de haber sido parte vital de la educación de estos jóvenes durante todos estos años - les sonrió calidamente- A pesar de algunas diferencias y problemas que surgieron en el camino, siguieron adelante.
>>Tal vez algunos se convertirán en deportistas renombrados - le empezaron a silbar a Lonnie, Jay y Chad. Los demás se reían, mientras que los tres hacían reverencias exageradas- Otros serán unos genios en la tecnología, quienes de vez en cuando romperán las reglas por un bien mayor - el grupo de amigos se rio al ver las caras nerviosas del pecoso y el de lentes - Algunos serán diseñadores de moda, artistas y escritores con un talento sin límites - la ojiverde apretó las manos de su novio y su mejor amiga - Otros dirigirán reinos enteros, siendo justos y honestos con su pueblo.
Ben besó los nudillos de su novia y esta le sonrió. Audrey sonrió con orgullo para sí misma y Chad la abrazó.
-Estos jóvenes adultos son el futuro de este reino, y no podría estar más feliz de haber sido la responsable de oficiar esta ceremonia - secó una lágrima que salió de sus ojos - Por eso, es momento de ponerse de pie- los estudiantes siguieron sur órdenes.
La directora les indicó como debían mover las borlas de sus birretes.
-Felicidades, generación décimo novena. Oficialmente terminaron la escuela, y por consecuencia, están graduados.
El campo se llenó de gritos de celebración. Los ex-alumnos lanzaron sus birretes al aire. Todos se abrazaban y celebraban. Ben alzó a Mal con sus brazos y ella se rio, juntando sus frentes. Se besaron dulcemente y se quedaron abrazados.
Sintieron como los brazos de sus amigos los rodeaban. Quedaron en una especie de círculo, riéndose y dando saltos. Felicitaron al resto de sus compañeros antes de reunirse con sus familias.
Bella y Adam estrecharon a su hijo y su nuera con fuerza. Mal sonrió ante el tacto maternal de su suegra. Sin duda alguna, se sentía feliz de recibir cariño paternal de parte de los padres de su novio.
La castaña tomó las manos de la hija de Maléfica y Hades, apretándolas. Ben apoyó su brazo en el hombro de su dama de la corte.
-No tienen idea de lo orgullosos que estamos de ambos - les dijo Adam.
Mal sonrió, soltando algunas lágrimas.
-Y más sabiendo que los dos irán juntos a la universidad y cumplirán sus sueños - siguió Bella.
-Hablando de eso - comenzó a decir el rey - Tengo algo para ti, amor.
Mal se volteó a verlo, gritando de la emoción al ver los dos llaveros en las manos de su novio. Uno tenía un libro y el otro una paleta de pintura en miniatura como adorno.
-¿Eso quiere decir que...
-Que el apartamento es nuestro, princesa.
Volvió a tirarse en sus brazos. Los padres del rey se rieron. Ben y Mal habían decidido vivir juntos durante su etapa universitaria, así que llevaban unos cuantos meses buscando un lugar propio. Y después de mucha búsqueda y espera, por fin les habían concedido la venta del departamento.
-¿Cuándo podremos ir a verlo? - cuestionó ella al separarse.
-Cuando querramos. Podemos empezar a hacer la mudanza este lunes si queremos.
Mal se recostó en su pecho. Se sentía tan feliz por estar logrando tantas cosas junto a su amado.
-Estamos muy felices por ustedes, niños - los felicitó la reina madre.
Ellos sonrieron. Sus padres dejaron que fueran a darle la noticia a sus amigos. Todos, incluyendo a sus familias, se reunieron en el estacionamiento. Habían logrado reservar una sala en el restaurante de Tiana. Lo cuál fue un verdadero milagro, porque por ser época de graduaciones el lugar siempre estaba repleto.
Pasaron unas horas agradables comiendo y celebrando hasta que llegó el momento de ir a sus casas para vestirse para la gran noche.
(...)
(...)
Mal estaba sentada en el sillón de sala viendo televisión. Ella y Evie estaban listas, pero resultó que Carlos y Jay no se habían puestos sus trajes todavía por estar jugando videojuegos. La peliazul ya se estaba impacientando, sus amigos llegarían muy pronto y ellos aún no salían del baño por estarse peinando.
-¿Quieres que vaya a buscarlos? - le sugirió la ojiverde al ver su inquietud.
-Por favor.
La dama de la corte se aseguró de no pisar su vestido al levantarse del sillón. La diseñadora casi se ahoga con el agua que bebía en la cocina cuando oyó el grito de su amiga.
-Escúchenme idiotas, si no están listos para cuando lleguen los demás, les juro que los sacaré del baño jalándolos de las orejas - los amenazó.
Escuchó como ambos soltaban exclamaciones de susto y le reclamaban. Les había apagado las luces con su magia y entró al cuarto con los ojos brillando. Evie se reía con fuerza al ver a Mal caminando hacia ella, con los dos chicos avanzando desde unos metros atrás como perros regañados.
-Resulta que estaban jugando con el gel para el cabello y los peines.
-Claro que no, solo nos ayudábamos el uno al otro para tener peinados cool- justificó Jay.
Mal soltó una risotada.
-En mi defensa, le di prioridad al look de Chico antes que al mío- siguió Carlos.
Al decir eso, su mascota salió de la habitación del pecoso. Iba caminando como si posara en una pasarela, luciendo su traje a juego con el de su dueño. Soltaron una carcajada y lo grabaron.
A los pocos minutos escucharon como un claxon sonaba afuera del cottage de Evie. Tomaron sus chaquetas y bolsos y salieron de la casa. Se encontraron de frente con un enorme autobús de fiesta, la puerta delantera se abrió, dejando ver a Chad y a Audrey con una bandeja de shots en la mano. Se rieron y los saludaron al subir al vehículo. Tomaron los vasos con los shots de tequila y se dirigieron a los asientos donde estaban sus parejas. El vehículo emprendió su camino.
Ben tomó la mano de Mal y la ayudó a sentarse a su lado.
-Tu es parfaite, mon coeur- la halagó al oído.
La pelimorada sonrió con ternura y besó suavemente los labios de su novio antes de tomar su mano. Los dos rubios ya le habían entregado a todos sus bebidas. Extendieron sus vasos hacia adelante.
-¡Por una noche para recordar!- exclamó Doug.
Evie se rio a su lado.
-¡Por una noche para recordar!- repitieron todos.
Chocaron sus vasos y se llevaron los shots a la boca. Algunos hicieron muecas al sentir el tequila pasando por sus gargantas, pero los demás hicieron como si nada. Durante todo el camino solo bromeaban y se reían a carcajadas. De vez en cuando se turnaban para bailar en medio de los asientos, mientras el resto grababa vídeos para sus redes o para que quedaran de recuerdo.
No podían parar de reírse al recordar la broma de último año que habían hecho hace menos de dos semanas. Como era costumbre en Auradon Prep, todo la generación planeó distintas bromas que unificaron para el penúltimo día de clases. Muchos profesores se espantaron, como el profesor Delay, y otros simplemente dejaron ser a sus alumnos al ver el gran esfuerzo que le habían puesto a aquello.
Los pasillos exteriores se convirtieron en toboganes gracias a bolsas plásticas, agua y jabón. Los jardines se llenaron de puestos de comida, hamacas y mantas de picnic. Y, como detalle especial de los VK's, llenaron las paredes de grafitis temporales con pintura en aerosol. Incluso habían recibido la aprobación del padre de Ben para decorar su estatua como quisieran.
Llegaron al enorme jardín de Auroria donde la fiesta estaba siendo llevada a cabo. El lugar estaba lleno de guirnaldas de luces, muchas mesas llenas de postres y snacks, una barra de bebidas, cabinas de fotos, una tarima para un DJ y muchas actividades más. Todo el grupo se dirigió al lugar sugerido por el fotógrafo, quien les tomó cientos de fotos desde individuales y en pareja hasta distintos grupos.
Los padres de todos ya estaban reunidos en distintas mesas, conversando animadamente.
La noche estaba siendo extremadamente entretenida. La estaban pasando bien, bailando y charlando. Mal vio a Alena entrando tomada de la mano con un chico que recordaba por estar en su misma clase de arte. La rubia vio a la pareja real y los saludó animadamente con la mano. Ellos le devolvieron el saludo y se rieron al ver como jalaba al pobre chico pelinegro hacia el otro lado para buscar bebidas.
-Me alegra haberla ayudado hace un año - dijo ella con sinceridad- La noto muy feliz.
Luego de la conversación que la hija de Maléfica tuvo con la princesa de Atlántida, descubrieron que su charla y la que tuvo con el Hada Madrina la llevaron a sincerarse con sus padres. De vez en cuando hablaba con ellos, de modo que les contó su experiencia en terapia y como había conocido a su, aparentemente, novio un día que fue a su consulta semanal.
-Eso es gracias a tu hermoso y gran corazón- le recordó Ben, bailando suavemente con ella.
Ella lo observó, notando el hermoso brillo que tenían los ojos de su novio al decirle eso.
-No solo admiro esa cualidad tuya como tu novio, sino como rey. Porque sé que siempre contaré con tu apoyo y tus ideas para ayudarme cuando seas mi reina - llevó una mano a la mejilla de ella, sintiendo como esta estaba caliente por su sonrojo- Por eso me hace tan feliz que estemos dando estos pasos en nuestra relación y en nuestras vidas. Siempre seremos un gran equipo.
Dieron una vuelta y siguieron bailando. No estaban en el medio de la pista, así que no estaban siendo el centro de atención. Lo cual los aliviaba.
-Oh, claro que lo somos - le sonrió Mal- Y puedo darte muchos ejemplos de ello- dijo con diversión.
-Iluminame.
Los dos rieron. La chica pasó los brazos por su cuello y él deslizó los suyos por su cintura. Acercaron sus rostros para seguir hablando en voz baja.
-Bueno, podría empezar nombrando que académicamente nuestras notas destacan cuando trabajamos juntos - Ben le dio la razón en eso - En cuanto a competencias y concursos, así no ganemos siempre quedamos en los primero lugares.
-No vas a superar la victoria de Lonnie y Jay en la última salida grupal, ¿cierto? - cuestionó él divertido.
-No lo haré hasta que él deje de burlarse por ello - declaró ella, provocándole más risas al chico- Si hablamos como tú siendo el rey y yo la dama de la corte, todas las proclamas y eventos que hemos llevado a cabo han salido a la perfección.
-Incluso lograste que Leah te felicitara por la reunión de pascua- recordó él.
-Cosa que nadie se esperaba - soltó una risita - Como pareja buscamos lo que sea mejor para el otro y para nuestra relación. Sin faltarnos el respeto y confiando el uno en el otro - rozaron sus narices y siguieron bailando.
Por la manera en que giraron, la espalda de Mal quedó pegada al pecho de Ben. Seguían danzando suavemente. Ella aprovechó su cercanía para decir lo último.
-Y en la cama... Uf, me alegra que nos llevemos tan bien allí - murmuró, solo para que él la oyera.
Ben le dio la vuelta, riéndose por la sonrisa de fingida inocencia que tenía su novia. Pero sus ojos demostraban todo lo contrario.
-Que atrevida eres, princesa - bromeó- Y pensar que te daba vergüenza como mis padres descubrieron que seguíamos juntos.
Elle le dio un golpe juguetón en el hombro.
-Me sigue dando vergüenza, en realidad. No olvidemos las charlas sobre planificación familiar que nos han dado en distintas ocasiones.
Soltaron una carcajada. No siguieron con su conversación al ser interrumpidos por dos golpes suaves en el micrófono.
-Uno, dos, tres, probando... - escucharon la voz de la madre de Jane. La música cesó y la gente comenzó a acercarse al escenario - Buenas noches, niños, espero que estén pasandosela bien.
Los ex-estudiantes hicieron ruido. Mal sonrió cuando Evie y Doug se pararon al lado de ellos. Sus amigos fueron reuniéndose en la pista, oyendo atentamente al Hada Madrina.
-Como saben, en cada baile de graduación se lleva a cabo una coronación para el rey y la reina del baile - hizo una pausa- Este año nominaron a cuatro reinas y cuatro reyes. Repasaremos los nombres. Primero las nominadas a reina.
El hada alzó una tablet que le extendieron.
-Evie Grimhilde Mills.
Todo el lugar se llenó de aplausos. Mal, Carlos y Jay siendo los más ruidosos. Evie entrelazó su mano a la de Doug, riéndose por la actitud de sus mejores amigos.
-Mal Underworld Moors.
La futura reina se rio. Sinceramente, no estaba interesada en ganar. Había aceptado la nominación de sus compañeros por cortesía. Sus suegros se unieron al alboroto.
Ben sonrió al oír el nombre completo de su amada, estrechándola entre sus brazos. Desde el inicio del año escolar había admitido al público quien era su padre, usando sus dos apellidos. Le enorgullecía ver como poco a poco aceptaba y superaba su pasado.
-Audrey Beauty.
La princesa hizo una reverencia, haciendo reír a sus amigos. Felipe, Leah, Aurora y Stephan la felicitaban.
-Li Fa Lonnie.
-¡Esa es mi novia! - gritó Jay.
La chica a su lado soltó una estruendosa carcajada. Lil' Shang, Shang, Mulán y sus abuelos silbaron y aplaudieron. Incluso Mushu le hacía porras.
-Y ahora, los nominados a rey - se aclaró la garganta- Chad Charming.
El rubio imitó la acción de su novia, provocando risas. Ella y Kit lo animaron.
-Benjamin Beast.
El castaño alzó su mano amablemente, sonriendo por el apretón que le dio Mal en la otra. A él tampoco le interesaba esa corona de fantasía, solo pasarla bien con su novia y sus amigos. Bella y Adam lo alentaban desde sus asientos.
-Jay Cobra.
-¡Ese es mi amorcito! - se oyó ahora a Lonnie.
Las personas rieron.
-Carlos Oscar DeVil.
Muchos hicieron ruidi, incluyendo a Chico, quien ladraba y daba vueltas al oír el nombre de su dueño. El pecoso rió y volvió a cargarlo.
Dos de sus compañeros se acercaron a la directora de Auradon Prep, sosteniendo las coronas y las flores.
-El ganador a rey del baile es - un miembro de la banda escolar hizo redobles en un tambor- ¡Chad Charming!
El grito de celebración del nombrado fue gracioso. Audrey le besó la mejilla y lo felicitó animadamente, al igual que sus amigos.
El hijo de Cenicienta y el Príncipe Encantador subió al escenario. Aceptando la corona dorada con cristales azules que le colocaron en la cabeza.
-Lo logré, mamá - fue lo único que dijo.
Todos se rieron. La reina de Charmington se rió y le lanzó un beso al aire a su hijo.
-Y ahora, anunciaremos a la reina del baile - los redobles volvieron a oírse - ¡Evie Grimhilde Mills!
La peliazul se quedó pasmada, con lágrimas acumulándose debajo de sus ojos. Su novio besó dulcemente su coronilla mientras que sus hermanos la abrazaban y chillaban de la emoción. Cuando al fin logró salir de su asombro, subió al escenario.
Aún se oían los aplausos y gritos mientras que le colocaban la hermosa tiara dorada con cristales blancos en la cabeza. Aceptó con una sonrisa el ramo de girasoles que le entregaron.
-Soñé con ser una princesa desde que era niña, así que no saben cuanto agradezco esto. De todo corazón - fue lo que atinó a decir en medio de su emoción.
Mal miraba con orgullo a su mejor amiga, al igual que el pecoso y el de cabello largo. Le tomaron una foto a los reyes. Ambos decidieron ignorar las tradiciones y bailar con sus respectivas parejas. Jane sostenía el ramo, con Carlos alzando a Chico a su lado.
A los minutos dejaron las flores en su mesa y se reunieron para bailar. Bailaron unas dos canciones lentas antes de volver a la música movida.
(...)
Bella y Adam miraban divertidos a su hijo y a su nuera. Muchos de los chicos estaban ebrios o algo pasados de copas, Ben y Mal no lo estaban, pero lo poco que habían bebido los había puesto más melosos de lo habitual.
Por suerte, ellos mismos se habían puesto un freno justo antes de sentarse a cenar. Querían pasar ese momento de la noche con los ex-reyes, así que con más razón no quisieron emborracharse.
-Tienes comida aquí, cielo - la pelimorada le señaló la barbilla a su novio.
El rey tocó la zona, ensuciándose más todavía porque estaba comiendo una porción de pizza.
-Ben - se quejó ella.
Los padres del castaño no pudieron evitar reírse. Bella le extendió una servilleta a su hijo. Ben miró apenado a sus padres y se quitó la mancha de salsa. Sabía que ya no bebería más por el resto de la noche.
-Son demasiado adorables- los halagó Adam, hablando en voz baja con su esposa.
Mal se reía por algo que acababa de decirle Ben, lo cual no habían oído por el volumen de la música de la fiesta.
-Me alegra mucho la decisión que tomó Ben, solo espero que ella acepte- murmuró la ojimiel.
El de lentes tomó su mano y le dio un ligero apretón.
-Lo hará, estoy seguro.
Bella le sonrió y se apoyó en su hombro.
-¿Les importa si nos vamos a caminar un rato? Queremos explorar el resto de los jardines - preguntó Mal con amabilidad.
-Adelante, niños. Los estaremos esperando aquí - afirmó la reina madre.
La chica se puso de pie y fue a avisarle a su mejor amiga por si quería acompañarlos. Ben se quedó unos segundos.
-Todo saldrá bien, hijo - lo alentó Adam.
Bella besó su mejilla y le extendió algo que él guardó en un bolsillo de su chaqueta. El castaño les sonrió y alcanzó a su novia. Evie, conociendo los planes de su amigo, le dijo a Mal que se tomaran ese tiempo para ellos.
La dama de la corte entrelazó su brazo con el de él. La diseñadora le guiñó un ojo disimuladamente al joven monarca antes que emprendieran su caminata.
Los dos iban sin prisa, admirando todo a su alrededor. El cielo estaba repleto de estrellas y la luna brillaba. Los pequeños focos guindando a su alrededor le daban un ambiente cálido al lugar. El olor de las flores y el pasto era extremadamente agradable.
Ben estaba algo nervioso, ya que en un principio su plan era tener esa conversación con Mal en su lugar secreto en el castillo. Desde el momento en que se lo enseñó hasta ahora les había sido de gran ayuda para relajarse, igual que el Lago Encantado. Pero tenía una ventaja a su favor, el lugar en donde se encontraban era muy parecido.
La pelimorada le dio un empujoncito con su hombro, haciéndolo reaccionar. Se volteó a mirarla.
-Por lo general soy yo quien se pierde en sus pensamientos - bromeó - ¿Todo en orden?
Ben asintió.
-Lo siento, me distraje pensando en algunas cosas - respondió.
Ella no quiso insistir, así que simplemente se puso delante suyo, caminando de espaldas.
-¿Sabes qué puede animarte?
Él alzó una ceja.
-¿Qué tienes en mente? - preguntó con curiosidad.
-¿Qué tal si hacemos una carrera hasta aquel columpio? - señaló un sector del jardín que estaba a pocos metros de ellos.
Apenas terminó de decir eso, volvió a mirar hacia al frente y se echó a correr.
-¡Amor! - la llamó con diversión.
Comenzó a perseguirla. Mal se reía, e inevitablemente Ben también lo hizo. No podía creer lo rápido que estaba corriendo a pesar de estar usando tacones. La pelimorada soltó un chillido cuando él la alcanzó justo cuando estaba por llegar a la meta.
Los dos se reían con fuerza, como niños pequeños jugando en un parque. La sentó con cuidado en el columpio. Fueron calmando sus risas hasta que al fin pararon. Ben quedó de pie justo frente a ella, con una mano apoyada en las flores a su lado.
-Supongo que querías hablar sobre algo conmigo, ¿o me equivoco? - interrogó Mal sonriendo.
Apartó un mechón rebelde que se había pegado a la frente del rey luego de estar corriendo. Ben rascó su nuca con nerviosismo, algo que le pareció tierno y atractivo a la vez.
-Si no estás listo no pasa, podemos hablarlo con calma estos días - lo tranquilizó.
-No, no, me gustaría que lo habláramos ahora - suspiró y la miró - Prometeme que si lo que te diga se siente apresurado me lo dirás.
-Lo prometo - le sonrió dulcemente.
Ben tomó su mano y entrelazó sus dedos, jugando con ellos. Sus nervios disminuyeron al sentir los dedos de la chica entre los suyos y su mirada tranquilizadora. Era ahora o nunca.
-Mal, estos pasos que estamos dando juntos son extremadamente preciados e importantes para mí. Estamos cumpliendo nuestros sueños, acompañándonos en el proceso. Y de verdad no desearía que nadie más estuviera a mi lado en este momento.
Ella lo miraba y oía atentamente, conmovida por sus palabras.
-Mudarnos juntos es el siguiente gran paso que daremos, en tan solo un par de días. Es algo que me llena el corazón. Porque pasaremos tiempo juntos y seremos un equipo en algo más allá que lo académico y nuestra responsabilidades como realeza.
-Seremos el mejor equipo - aseguró la pelimorada.
Ben besó su frente, se agachó frente a ella para quedar a la misma altura. Siguió sin soltar su mano.
-Ya no solo serán algunas mañanas y noches a la semana juntos, serán todas. Eso hace que mi corazón se agite, porque podré despertarme todos los días contigo a mi lado.
La princesa del Inframundo acarició su pómulo.
-Podré mirar tus hermosos ojos todos los días, con ese brillo dorado que tanto amo - Mal soltó una risita, recordando la primera vez que alagó sus ojos- El brillo de tus ojos, ese maravilloso brillo en tus ojos, me hace pensar que no quiero mirar a nadie más. Que solo quiero caminar contigo de la mano, que solo quiero estar entre tus brazos y que no quiero amar a nadie más.
Los ojos de Mal se habían cristalizado conforme oía sus palabras. No podía creer que en ese momento lo estaba amando más todavía que unas horas atrás.
-Hay tanta cosas por las que estoy agradecido contigo, así como tú lo estás conmigo. Y por eso, me gustaría expresarte un poco más de mis sentimientos con una hermosa canción que descubrí.
Ben sacó su teléfono de su bolsillo, buscando algo. Dejó el teléfono a un lado de Mal cuando le dio play, ayudándola a levantarse. Una melodia suave comenzó a sonar.
-For the way you changed my plans - sabía que se refería a cuando soñaron con el otro - For being the perfect distraction. For the way you took the idea that I had, Of everything that I wanted to have, And made me see there was something missing, oh yeah.
Caminaron, observando las luces en el árbol que sujetaba el columpio donde la ojiverde estaba sentada.
-For the ending of my first beginning - se oían voces en forma de coro en la pista - And for the rare and unexpected friend.
Mal apoyó su espalda en el tronco, dejándose llevar por la melodia y la voz de su amado.
-For the way you're something that I'd never choose, But at the same time, something I don't wanna lose - a sus mentes regresó el día en que casi terminaron - And never wanna be without ever again.
Ben tenía su rostro iluminado por los focos en las ramas.
-You're the best thing I never knew I needed - estiró su mano, tomando una flor morada que estaba justo detrás de Mal- So when you were here, I had no idea - se la colocó con delicadeza en su oreja.
Ella se rio cuando de repente la separó del tronco y la acercó a él.
-You're the best thing I never knew I needed - la inclinó hacia atrás, provocando más risas adorables por parte de la chica -, So now it's so clear, I need you here always.
Volvió a ponerlos de pie con normalidad.
-My accidental happily (ever after)- se puso enfrente de ella, dándole vueltas con suavidad- The way you smile and how you comfort me (with your laughter).
Quedaron frente a frente de nuevo. La guió poco a poco a un mini puente sobre un estanque.
-I must admit you were not a part of my book, But now if you open it up and take a look - atravesaron el puente hasta llegar a un pequeño quiosco techado-, You're the beginning and the end of every chapter.
Ese detalle fue tan específico para ambos, por el hecho de que Ben había comenzado a redactar una pequeña historia inspirada en ellos dos. Fue algo más allá que una metáfora.
-You're the best thing I never knew I needed. Oh, so when you were here, I had no idea - juntaron sus frentes sonriendo, Mal se había unido a él en su canto- You're the best thing I never knew I needed. So now it's so clear, I need you here always.
Algunas luciérnagas habían comenzado a volar alrededor de ellos. Bailaron lentamente, sin dejar de verse a los ojos.
-Who knew that I could be (who knew that I could be). So unexpectedly (so unexpectedly) - giraron una vez más -, Undeniably happier.
Corrieron, riéndose en medio de su canto. Atravesaron de nuevo el puente para llegar a donde estaban en un principio.
-Sitting with you right here, right here next to me. Girl/Boy, you're the best.
Sus manos estaban entrelazadas, mirándose de pie frente al otro.
-You're the best thing I never knew I needed (said I needed). So when you were here, I had no idea (when you were here, said I had no idea) - los latidos de ambos se sincronizaron.
Ben la guió de vuelta al columpio.
-You're the best thing I never knew I needed, whoa. So now it's so clear, I need you here always.
Ella se sentó, quedando él parado.
-Now it's so clear, I need you here always - al terminar de cantar ese verso, se arrodilló lentamente frente a ella.
La pelimorada abrió muchos los ojos, llevándose las manos a la boca. Los ojos de Ben brillaban bajo la luz de la luna.
-Mal, princesa, el amor de vida. ¿Me concederías el honor de ser tu esposo? ¿De convertirte en mi reina?- le preguntó con dulzura.
Metió su mano dentro de su saco, sacando algo del bolsillo. Extendió hacia ella una caja azul. La abrió con cuidado, revelando un precioso anillo que era ideal para ella. Era dorado y en forma de dragón, con un diamante morado en el centro y varios cristales rodeando a este.
Ambos soltaban lágrimas. Su novia se arrodilló enfrente de él, sin importarle que su vestido se ensuciaría. Tomó a Ben de las mejillas y estampó sus labios con los de él.
-¿Eso es un sí? - cuestionó el rey sonriendo.
Mal le rodeó el cuello y se rio.
-Definitivamente.
El rey sonrió y volvió a unir sus labios en un cálido beso. Al separarse, Ben tomó su mano y deslizó el anillo por su dedo anular. Se ayudaron a levantarse del suelo. Mal soltó un gritito cuando él la levantó en el aire y les dio una vuelta. Ella siguió riéndose. Rodeó su cuello de nuevo y él envolvió sus brazos entorno a ella.
-¿Qué tal se ve en mis dedos? - preguntó.
Puso su mano enfrente del rostro de su prometido. El asintió, como aprobando lo que le mostraba.
-Se ve perfecto. Tal como lo imaginaba- afirmó, besando sus nudillos.
Mal sonrió. Se abrazaron por largos minutos antes de volver a la fiesta. Durante el camino ella le preguntaba sobre como lo buscó, si sus padres sabían y cosas por el estilo.
-¿Hace cuánto lo tienes?
Ben lo analizó unos segundos.
-Desde poco después de tu último cumpleaños - contestó animadamente.
Mal lo detuvo para darle un tierno beso antes de seguir con su caminata. Al llegar con los demás no dijeron nada, en otro momento lo harían. Por ahora, querían disfrutar la fiesta y divertirse.
(...)
La fiesta había terminado un par de horas atrás, pero Mal y Ben habían decidido ver el amanecer desde el Lago Encantado.
La ojiverde se había cansado de los tacones, así que los dejaron en el auto del castaño y él la cargó en su espalda hasta que llegaron a la plataforma sobre el agua. Habían pedido que les llevaran el auto para que Bella y Adam se fueran tranquilos en la limusina.
Estaban sentados, con Ben apoyado en uno de los pilares y ella pegada a su pecho. Una suave manta los cubría del frío. Observaban el cielo, viendo como poco a poco los colores cambiaban y el sol aparecía lentamente.
Sus manos jugaban entre sí, apoyadas sobre el estómago de Mal. Se sentían con mucha paz, algo que sabían que necesitaban para prepararse antes de hacer público su compromiso.
-Te amo, Ben.
El nombrado sonrió y la apegó más a sí mismo. Sabían que en cualquier momento caerían rendidos, pero no querían dormir incómodos, así que esperarían a llegar al castillo.
-Yo también te amo, Mal.
Besó su mejilla delicadamente. Los dos admiraban el cielo mientras pensaban en todo lo que habían pasado para llegar a ese punto, y que no lo cambiarían por nada. Que hasta volverían a vivir todo de ser posible para llegar a ese momento de sus vidas.
Definitivamente, haber sido un par de mentirosos no les había salido nada mal después de todo.
❥♚❥
Fin.
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Después de más de cuatro años desde que publiqué esta historia, llegó el momento de darle fin.
No saben cuanto disfruté escribirla a pesar de tantas pausas que hubo hasta llegar a este día.
Les agradezco infinitamente el apoyo, desde los que estuvieron en un principio, hasta los nuevos y los que aún quedan desde el comienzo.
Espero que pronto pueda comenzar a avanzar con mis dos historias abiertas y darles los finales que se merecen.
Gracias por todo, por apoyar mi amor incondicional a esta pareja que tanto adoro💜💙
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 14/04/2023.
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