Minghao despertó gracias a algunos rayos de sol que lograban entrar por su ventana, sonrió al ver a su ángel durmiendo plácidamente. Jeonghan se había quedado a dormir en su casa, durmieron juntos después de ver una película y tomar chocolate caliente. Minghao amaba cuando el rubio se quedaba a dormir, porque podía abrazarlo durante mucho tiempo, demostrar su amor por él se había convertido en lo que más amaba.

El castaño bajó al comedor y preparó dos tazones de cereal, subió a la habitación y entró con una sonrisa, dejó los tazones en el escritorio y se acercó a Jeonghan.

Depositó un beso en la mejilla del rubio- Han, despierta- Acarició su cabello. El coreano se movió pero no abrió los ojos- Cariño, ya dormiste mucho- Rio leve.

Finalmente Jeonghan abrió los ojos con su clásico brillo- ¿"Cariño"?- Preguntó curioso- ¿Desde cuándo me dices así?

- Desde hoy, lindo- Sonrió.

- Te amo Min- Acarició el rostro del chino.

Se incorporó viendo a Minghao traer un tazón para él. Cuando el coreano extendió sus manos para tomar el tazón, soltó un gemido de dolor gracias a las heridas que se había hecho la tarde anterior. No podía tomar el tazón entre sus manos. Minghao notó esto y se ofreció a darle él mismo de comer, se sentó en la orilla de la cama y le dio de comer a su amado, como si se tratase de un bebé que es incapaz de comer por sí sólo. Era tan tierno verlo esperar ansioso por la siguiente cucharada de cereal, sus mejillas infladas mientras masticaba, las cosmisuras de su boca embarradas de leche y sus lindos ojos brillando. Era lo más perfecto que podía existir.

[...]

- Jeonghan por favor levántate, ya son las 3 p.m.- Le suplicó Minghao.

- No, no me siento bien- Habló bajo con la mirada perdida.

- Cariño, por favor. Entiendo que te sientas mal, ¿Qué tal si vamos al partido de basket de la noche? Seguro te animará.

- ¿Tú crees?- Se volteó para ver al chino.

- Sí- Sonrió- ¡Jeonghan! No comiste tu almuerzo ¿Por qué?- Dijo al ver el plato de comida que había llevado hace horas, estaba intacto.

- No tengo hambre- Se dio la vuelta dándole la espalda al castaño.

- ¿Ah? No mientas.

- No lo hago.

- Sí lo haces, come.

- No, si tú dejas de amarlo a él, yo no te mentiré.

- ¿Qué? ¿A quién?

- ¡Al chico que abrazaste!- Se volteó enojado- ¡Solo debes amarme a mí! ¡Solo me tienes a mí! A nadie más. Solo nosotros dos.

- Pero es mi amigo, nos conocemos desde séptimo- Habló esperando que lo entendiera.

- ¡¿CREES QUE ME IMPORTA?! ¡DEJA DE HABLAR CON ÉL!- ¿Ángel? ¿Jeonghan era un ángel?

- P-pero...

- ¡PERO NADA! ¡¿POR QUÉ NO ME AMAS?!- Empezó a golpear sus heridas vendadas, la venda se tornó de un color carmesí.

- ¡Basta! ¡Jeonghan basta!- Intentó evitar que se golpeara.

- Muérete Minghao ¡MUÉRETE!- Sus ojos no reflejaban piedad, solo furia.

Minghao se quedó atónito, ¿su ángel le estaba suplicando que se muriera? La persona que más amaba le estaba pidiendo desaparecer de la faz de la tierra ¿Es bueno o malo desearle esto a alguien como Minghao..? Tal vez no...

Lagrimas empezaron a bañar el rostro Minghao, buscó la mirada del rubio esperando encontrar arrepentimiento pero no lo encontró, solo vacío, solo una mirada vacía fue lo que encontró ¿Por qué tenía miedo..?

Su cuerpo empezó a temblar- ¿Je-jeonghan..?- Pronunció con esperanzas de ver a su ángel de hermosos cabellos.

- Perdón Minghao- No parecía sincero- Creo que me he equivocado, lo siento. Necesito tiempo a solas- Volvió a darse la vuelta.

[...]

Jeonghan y Minghao se habían reconciliado, fueron juntos al partido de basket en el que Hoshi participaba (cosa que ninguno de los dos sabía).
Lograron divertirse por un rato, sin duda Jeonghan estaba más animado que en el día, sin embargo, seguía algo triste y Minghao lo podía notar.

El juego terminó y todos se estaban yendo de las gradas para posteriormente salir del lugar. En cuestión de minutos ya estaba vacío, solo habían algunos de los jugadores, entrenadores y ese tipo de gente, pero Jeonghan y Minghao no se habían retirado.

Minghao abandonó a Jeonghan en las gradas para dirigirse al baño.
Jeonghan estaba de pie intentando ver a Minghao mientras se iba, no se percató de la presencia que había detrás suyo, era Hoshi.
Con toda la voluntad del mundo Hoshi empujó a Jeonghan haciéndolo rodar sobre las gradas más pequeñas, hasta que este cayó contra el suelo. Hoshi abandonó la escena rápidamente.

Minghao ni nadie se dio cuenta de esto.

El castaño regresó del bañó y vió a Jeonghan llorando en el suelo mientras veía su mano derecha, se acercó rápidamente a ver qué había ocurrido, dos de los dedos del rubio tenían un mal aspecto, como si se hubieran fracturado, y en efecto, estaban fracturados. Fueron al médico y regresaron a casa, Jeonghan no quiso hablar con Minghao ni con nadie, se limitaba a guardar silencio y perder su mirada la cual tenía un brillo triste.

- Fue Hoshi...- Murmuró cuando estaban apunto de dormir.

Ese desgraciado tenía que pagar por lo que había hecho, ¿Acaso pensaba que no recibiría un castigo después de romperle dos dedos a su ángel? Idiota, desde que está con Jeonghan se ha comportado como todo un patán, golpeando e insultando a Jeonghan sin razón aparente, realmente está loco, ojalá sea internado pronto en un psiquiátrico y se pudra ahí dentro.

Si tan solo Minghao no le tuviera miedo a los problemas, seguramente le daría una paliza a Hoshi, ¿Que acaso no puede dejarlos en paz? Hoshi le estaba arruinando la pequeña paz que estaba teniendo después de años y eso no era aceptable.

Piérdete Hoshi, personas como él sí merecen morir. Ni siquiera se conocen un poco como para andar siguiéndolos y agrediendo a su precioso ángel ¿Está celoso? ¿De qué? ¿De su felicidad? ¿De que Jeonghan sea el dueño de su corazón? ¿Hoshi tenía sentimientos por Minghao y por eso quería hacer de su relación un infierno? No, jamás, ¿Acaso ahora todos son gays? ¡Por dios!