𝗘𝘅𝘁𝗿𝗮;
;Jungkook
Estábamos todos reunidos en mi casa, celebrando el cumpleaños de Adele. También, ya habían pasado dos años desde nuestro segundo matrimonio y debo decir que estábamos más felices que nunca, ella cada día me gustaba más, me hacía sentir mejor y aunque me hacía enojar como ninguna otra persona, en mi mundo, no había nadie más perfecto que ella.
Ella estaba sentada en uno de los sillones más cómodos de la casa, pues su estado de embarazada ya era más notorio, de hecho, el bebé estaba pasando sus últimos días dentro del vientre de su madre. Yo desde ya anhelaba conocerlo, por que aún no sabía su sexo, Adele me lo ocultó todo este tiempo, y aunque intenté sobornarla para que me dijera jamás lo hizo, incluso le pedí a sus amigas pero hasta ellas se negaron.
Yo estaba perdidamente enamorado de ese bebé desde ya, aún sin conocerlo, cada día que miraba como el vientre de mi mujer crecía, era una experiencia que pensaba atesorar por el resto de mi vida. Todos los días, trataba de cuidarla y de evitar que algo pudiese dañarla a ella o al bebé, pero ella nunca escuchaba así que siempre hacía lo que quería y yo terminaba cediendo ante ella.
También, en los primeros meses de embarazo el que sufrió fui yo, porque los malestares no los pasó ella, todos se vinieron a mi persona, y no es que me molestase, al contrario, me aliviaba saber que al menos pude ayudarla con eso. Sí, también su apetito sexual incrementó, y aunque quería seguirle el ritmo había días en los que sentía que mi pene ya no daba para más. Incluso, un día, traté de dormir en el cuarto de invitados para hacerle creer que ella necesitaba descansar cuando en realidad la necesidad era mía.
No me podía quejar del todo porque yo tambien lo disfrutaba, era un deleite para mi ver como ella me buscaba y su mano se escabullia en mis pantalones de dormir en medio de la noche, y aunque me asustaba, porque sus manos siempre estaban heladas, jamás me atreví a quejarme en frente de ella porque en realidad tenía miedo por mi hombría, ella podía llegar a ser muy gruñona.
— ¿Estas incómoda? — Seulgi, quien sostenía a su pequeño bebé, le preguntó.
— Sí, el bebé se mueve mucho — me acerqué a Adele para tomar su mano y de alguna manera ver si podía hacer que se sintiese mejor.
— No te preocupes, pronto ya tendrás más descanso.
— Lo dudo, el bebé puede ser llorón — dijo mi mujer sobando su panza.
— Jungkook será un buen esposo y hará el trabajo por ti. Ya a estado practicando con mi bebé en como cambiar pañales — Seulgi confesó mi secreto.
En realidad había estado colándose a la casa de Jimin para poder aprender las cosas básicas de un bebé recién nacido, dado que ello luego de su Jihyun habían logrado quedar de nuevo embarazados, me prestaban a su niña para que pudiese practicar. No era nada fácil.
— Ah, con razón hay muchas manchas blancas en sus trajes — dijo Adele, comprendiendo por fin las respuestas ambiguas que yo le daba.
— Eso es muy lindo de tu parte, Jungkook — Norha la mujer de Namjoon me miraba con ternura mientras ella estaba abrazada a su marido.
— Debo ayudarle, la paternidad no es solo dar el espermatozoide, también tengo que ser parte del proceso.
— Por eso te amo cielo — Adele se volteó a mi para darme un beso y escuché como todos nos vitorearon, emocionados.
— Ya, en la noche pueden hacer eso, ahorita hay niños por la casa — Yoongi nos levantó una ceja sugestivamente.
— Esta noche me apetecería descansar. — dije, tratando de ver la expresión de Adele.
— A mi también, ha sido una semana terrible, y hoy también ha sido terrible, me han dado contracciones en la mañana, pensé que...
— ¡¿Qué?! — gritaron todas las chicas al unísono, asustadas por lo que ella dijo. Nosotros los hombres las miramos sin comprender.
— No es nada grave, en realidad fueron leves — se excusó Adele restando importancia.
— No, Adele, tuviste que haberte ido al hospital por cualquier cosa — Seomin la regañó, preocupada.
— No pasa nada... hay no — dijo Adele deteniéndose, a lo que yo me alarme — he mojado mis calzones.
Todas empezaron a correr de un lado al otro, nosotros aún seguíamos sin entender el motivo de eso.
— Tranquila cariño, no pasa nada, ya te llevo al cuarto para que te pongas ropa limpia, estas embarazada, no hay problema si te mojas — le dije con tranquilidad.
— No imbecil, el bebé ya viene — casi me da un infarto cuando escuché las palabras de Ji Seo, así que de un salto me levanté de donde estaba sentado.
Empecé a ir por toda ma casa, de un lado a otro, asustado pues no sabía que hacer.
Todos estábamos así, pero Adele me miraba con gracia, burlándose de mi, porque sabía que yo estaba asustado.
Las chicas se acercaron a ella mientras me fui a la habitación para buscar el bolso que habíamos preparado con ropa de bebé y así subirlo al carro. Mientras estaba en la habitación Adele se acercó a mí y me abrazó por la espalda.
— El bebé ya viene — ella me abrazó fuertemente y yo me derreti, emocionado por eso.
— Ya viene mi amor, ya va a estar con nosotros — le di un beso en la boca, suave, porque no quería emocionarme de más — ¿qué pasa si no me quiere?
Ella sonrió.
— Te va a amar, eres su papá — me dio otro beso y se separó de mi para quitarse la ropa que traía.
— ¿Que haces?
— Jungkook, no llegaré al hospital con los pantalones mojados, voy a cambiarme y cuando lo haga nos vamos.
— ¿Hay tiempo para eso? — le pregunte asustado, porque pensaba que el realidad el bebé ya estaba a las puertas.
— Si, además, no voy a entrar toda fea y mojada al hospital.
Se dio la vuelta y me dejó ahí mientras ella se metía en el clóset.
Yo me apresuré a bajar con las cosas al coche, cogi unas mantas y botellas de agua para el camino, por si ocurría alguna emergencia. Los chicos aún estaba ahí.
— Se buen chico y trata de ponerte en modo estupido Jeon — NamJoon me daba una palmada en el hombro mientras se encaminaba para la salida.
— Te veremos en el hospital hermano — Hoseok se despidió de mi y todos salieron de casa.
Cuando ellos salían mi mujer bajaba por las escaleras así que corrí a ayudarle por que no quería que se lastimara.
— Cariño, con cuidado — le dije tomándola de la cintura para que bajara mejor.
— ¿Y los chicos? — me pregunto cuando vio la sala vacía.
— Se fueron a sus casas a dejar a sus bebés, nos verán en el hospital — ella asintió y siguió caminando.
Salí tras ella y cerré la puerta de casa. Le ayudé a subir en el auto para ponernos en marcha al hospital.
Conduje por unos cuarenta minutos hasta que llegamos al hospital. Gracias al cielo todo estaba vacío, nos atendieron tan pronto como llegamos.
Deje las cosas en recepción mientras me metían a un cuarto para que pudiese arreglarme y ponerme la ropa adecuada para entrar al quirófano con ella.
— ¿Padre primerizo? — me preguntó la enfermera que me ayudaba a vestir.
— Sí — le respondí nervioso.
— Buena suerte ahí dentro — me dijo mientras sonreía.
Me hicieron pasar a la sala con ella, Adele ya estaba lista, con sus pies sobre dos cosas de metal de las cuales no sabía el nombre, tenía las piernas abiertas y evidentemente estaba desnuda
— Jungkook —susurró ella cuando me pegué a su lado, estaba sudada porque al parecer las contracciones habían aumentado — me duele.
— Lo siento cariño, desearía pasar por ti todo este momento — le dije mientras apretaba su mano y trataba de mostrarle mi apoyo.
— Agh...maldición como duele — se quejó y mi mano también sufrió porque me tomaba fuertemente.
— Señorita porfavor respire y trate de pujar, el bebé ya viene.
No sé que pasó pero Adele empezó a gritar y a maldecir, mi mano sufrió todo su dolor porque apretaba y enterraba sus uñas en ella. Yo estaba por desmayarme, me temblaban las piernas porque tenía miedo por ella y por el bebé.
No sé por cuantos minutos pasamos por eso, pero el doctor seguía alentandola y diciéndole que ya estaba cerca, Adele estaba sudada y lloraba de dolor, preocupandome por eso, porque sabía que no debía de ser nada fácil para ella ir por ese dolor.
— Solo un poco más — dijo el doctor animandole.
Pasaron unos minutos más hasta que por fin escuchamos el llanto del bebé, Adele respiraba con pesadez y mi mano por fin pudo descansar.
— ¡Felicidades, es una niña! — el doctor tenía a mi hija en sus brazos mientras una enfermera la envolvía en una saba y la acercaba a su mamá.
Puso a la bebé sobre el pecho descubierto de Adele y yo quedé embobado por la belleza que estaba viendo.
Era completamente hermosa, tan pequeñita y tan frágil, pero era mía y daría mi vida con tal de cuidarla.
— Es hermosa Jungkook — Adele me dijo en voz baja mientras soltaba unas pequeñas lágrimas.
— Lo es, tanto como tú — le di un beso y me quedé perdido viendo a las dos mujeres que más amaba en mi vida juntas.
🎑
Unas horas después yo seguía en el cuarto en compañía de Adele, mientras los amigos estaban aquí. Todos habían venido a ver a mi hija. Por supuesto, recibí felicitaciones de todos.
— ¿Ya tienen el nombre? — me pregunto Jimin.
— Sí — le contesté, pues luego de una larga charla en casa, aún sin saber su sexo, habíamos escogido el nombre perfecto para ella.
— Se llamará, Hyo-Ri.
Ellos sonrieron, y permanecieron con nosotros hasta que la doctora dijo que era tiempo de que la bebé se amamante.
Solo quedamos nosotros en la habitación. Vi, muy embelesado por la imagen que contemplaba, como Adele se sacaba un pecho para ponerlo en la boca de nuestra pequeña hija.
— ¿Puedes creer que sea nuestra? — me acerqué aún más a ellas contemplando la belleza de ambas.
— No, pero sí es — ella me miró, sus ojos estaban cansados por todo el esfuerzo realizado.
Después de darle de comer a la bebé Adele se quedó dormida y fue mi tiempo para cargar a mi hija, no lo había hecho porque tenía miedo de lastimarla, era tan pequeña y frágil que podía lastimarla fácilmente y eso me preocupaba.
— Eres hermosa, muy hermosa — le hablé a mi hija sosteniendo la fuertemente entre mis brazos — te voy a amar toda la vida, a ti y a tu mamá.
Le di un beso en su pequeña frente y pude ver como ella abría sus pequeños ojos, aún sin saber lo que pasaba a su alrededor.
— Eres perfecta, Hyo-Ri — me acerqué a Adele quien dormía plácidamente y me senté en una de las sillas que estaban junto a la cama para poder estar más cerca de ella — tu también eres perfecta mi amor — le dije dándole un beso en su frente. Ella aún dormía, y yo no podía dejar de verlas a ambas.
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La historia ya tiene más de 1000k leídas, y eso es muy emocionante para mi. Gracias por el apoyo que le brindaron.
Espero que les guste este capítulo extra.
Con mucho amor, su escritora, Marisela.
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