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𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟱;

"𝗔𝘁𝗿𝗮𝗽𝗮𝗱𝗮"

;Jungkook

Cuando me desperté este sábado por la mañana, pensé que todo sería normal y monótono, que simplemente llegaría una vez más a mi área de trabajo, saludaria a todos mis trabajadores con una sonrisa, ordenaría mi café, y por supuesto me podría a trabajar. Pero no, estaba equivocado, muy equivocado.

Sí, mi día tuvo una mañana normal, ajetreada y productiva, incluso ya me había acostumbrado a la presencia de Adele, incluso si erizaba mi piel cada vez que defendía una cuenta, podía soportarlo, era normal. También, tenía que admitir que me sorprendía el hecho de que Adele aprendió rápido en como funcionaba todo, era muy inteligente, aunque jamás se lo admitiera a ella, y su trabajo siempre estaba en tiempo y forma.

Pero este día en particular ella parecía más ansiosa que de costumbre, tenía prisa por acabar el día y yo tenía mis sospechas del porqué. Termino todo su trabajo en menos tiempo del requerido, incluso ayudó en otras áreas pensando en que si hacía más recortaría su periodo de tiempo laboral, pero eso jamás iba a pasar.

Me encargué de que tuviera tanto trabajo como era posible para que su hora de salida fuese igual a la mía, porque yo quería comprobar un hecho que había estado rondando mi cabeza desde el lunes que vi su tatuaje. Necesitaba comprobar con mis ojos si era ella la chica del club, puede que el tatuaje fuese una coincidencia, pero algo en mi estaba seguro de que si era ella.

Esta noche estaba dispuesto a confirmar ese hecho, puesto que me era de vital importancia para así saber que paso dar. Detrás de todo esto, había una carga legal que no podía evadir, y si las autoridades hacían una inspección y encontraban que una de mis contadores también trabajaba ahí, todo se iría al carajo lo que conllevaría, la clausura temporal de banco.

Cuando ya era la hora de salida, esperé a que ella diera el primer paso hacia la puerta principal, se despidió de mi con un simple "hasta el lunes" y camino apresurada, yo traté de disimular, pero en el momento en que me dio la espalda fui hasta el elevador privado que tenía en mi oficina.

Tan rápido como pude cogi mi auto y espere para sacarlo a la calle, ella tenía un taxi esperando en la entrada del edificio. En el momento en el cual el taxi se puso en marcha, yo lo hice también.

Como era de esperarse, no me equivoqué. Llegue hasta cierto punto en mi auto y luego me dirigí hasta la puerta del lugar, donde me dejaron entrar tan solo dando unos pocos billetes.

El ambiente en ese lugar parecía asqueroso y sucio, las pocas luces que habían no te dejaban ver con claridad lo que pasaba a tu alrededor. Estaba tan lleno de gente que incluso fui pisado más de tres veces, honestamente quería largarme, pero no sin Adele.

Solo tuve que esperar por veinte minutos para que ella subiese al escenario, usando muy poca ropa ella se mostró tan relajada, pero por un pequeño error su velo se cayó al piso y yo sonreí. Obviamente ella se asustó cuando me visualizo en el público y yo solo veía la magnífica vista que ella me estaba dando. Tan rápido como pudo se cubrió el rostro de nuevo y todos en el club parecían tener ojos solo para ella.

La música sonó dándonos aviso a que ya venía la mejor parte de muchos y mía. Empezó a bailar pero yo sabía que sus ojos estaban en mi, sabia que estaba preocupada por lo que pasaría, pero eso no la detuvo para dar uno de los mejores bailes que había visto jamás.

Cuando su pieza terminó, todos en ese lugar empezaron a halagar su trabajo, yo solo sonreí y aplaudi lentamente, pensando en cómo debía actuar.

Pensé en si seguirla hasta su camerino era buena idea, pero corría el riesgo de ser echado a patadas por seguridad, así que lo más razonable era esperarla a que saliera. Me acerqué a la barra para conseguir un poco de información.

- Oye, amigo - dije acercándome a la barra de bebidas, hablándole al camarero.

- ¿Sí? ¿Quiere tomar algo? - el hombre de al menos unos veinte años me pregunto amablemente.

- No, no. Solo quería preguntar algo.

- ¿Digame?

- Bueno, ¿el show de las bailarinas a que hora termina? - pregunte sin tanto rodeo, el hombre me sonrió picaramente.

- Uhuhu - el hombre me sonrió incluso más - pícaro, ya se ¿te gustó Lia, cierto?

- ¿Quien es Lia?

- La que acaba de subir al escenario - supuse que se refería a Adele.

- No, para nada, es solo que me gustaría saber cuanto tiempo dura el show, para saber cuanto tiempo debería quedarme.

- Menos mal, Lia no acepta invitaciones se clientes - otro hombre se acercó a la barra y pidió un chupito - El show dura toda la noche, pero usualmente las que van terminando de bailar, se marchan a casa.

- Entiendo, gracias. - le agradecí y me di la vuelta, sabiendo en qué talvez tendría pocos minutos para que Adele saliera.

- Ah, y amigo - el hombre me llamó otra vez.

- ¿Sí?

- Si le preguntas a Lia si quiere salir contigo, puede que acepte. - me guiño el ojo y siguió atendiendo a las personas que estaban llegando a la barra.

Me encamine hasta la salida dispuesto a esperar a que Adele saliera.

Quince minutos después de estar esperándola, Adele se asomó a la puerta, le sonreí pero ella se mostró esquiva y puso los ojos en blanco. Sabia que sería difícil, pero tendría que escucharme.

Intento caminar rápido en otra dirección, pero no iba a dejarla huir. La perseguirá y la tomé del brazo.

- Sueltame - dijo y parecía enojada.

- No. Vamos a hablar.

- No tengo nada que hablar contigo - me respondió, al fin encarando me.

- Vale. Hablaré yo.

- No quiero escucharte.

- Lo haras - le dije mientras la presionaba más fuerte para que no intentara soltarse. Me acerqué un poco más a ella - ahora, subirás ese precioso trasero a mi auto y vamos a hablar.

- Vete. Al. Infierno - sabia que no sería fácil, pero soy Jeon Jungkook y tengo mi manera de hacer las cosas.

La cogi de las piernas y la subi al hombro mientras ella pataleaba.

- Bajame, idiota. - le di una palmada en el trasero para que se calmara, pero tuvo el efecto contrario - ¡¿acabas de azotar me?! - me grito mientras le abría la puerta del auto y la metía a la fuerza en el asiento delantero.

- Sí - dije mientras abría la puerta del otro lado y me sentaba para conducir - y lo volveré a hacer si no te calmas, pero lo haré sin nada de ropa en ti. - ella intentó abrir la puerta pero se lo impedí - te conviene que estés tranquila, porque puedo hacer una llamada a tu padre y decirle lo que su hija hace por las noches. - eso pareció calmarla porque se quedó callada y quieta.

Conduci por las calles de la ciudad hasta mi apartamento. Era un apartamento que tenía para cuando quería divertirme, es decir, para cuando tenía citas con algunas mujeres, pues no podía llevarlas a casa, jamás lo permitiría.

Una media hora después llegamos al edificio donde vivía.

- ¿Donde estamos?

- En mi apartamento. Baja del auto.

Sorpresivamente bajo sin ningún problema, es más, podía jurar que estaba ansiosa.

La guíe hasta la puerta de mi apartamento, en realidad era un ático inmenso que bien podía ser un lugar familiar. Abrí la puerta y ella entró tras de mi.

- ¿Y bien?

- ¿Quieres beber algo?

- No. Habla de una vez - exigió con la voz aparentemente cansada.

- Voy a buscar algo de tomar, siéntete como en casa.

- Eres un idiota ¿sabes?, sobretodo eres un metiche y te exijo que me dejes ir ya - dijo mientras me seguía hasta el mini bar.

- Dime cómo quieras, pero de aquí no te vas sin una explicación.

- Tu no me mandas, horas fuera de trabajo no tiene porque importarte lo que haga.

- Lo se - le respondí mientras me acerqué a ella - pero mientras estés bajo mi compañía lo que hagas me beneficia o perjudica - le dije mientras la arrinconaba con la pared.

- Alejate de mí.

- Siempre has sido tan difícil, Adele, aún así me vuelves loco - le dije mientras ella trataba de alejarse - ¿por qué lo hiciste?

- Se gana bien.

- Tu no necesitas el dinero.

- Bueno, entonces lo hice porque se me daba la gana.

- Sabes que voy a cerrarlo, ¿cierto?

- Sí, lo que me parece desalmado - levante una ceja - sí, se lo que te juegas ¿pero no hay alguna manera de que aceptes salvarlo? - me pregunto y yo cuestione si en realidad estaba loca.

- No hablarás en serio.

- Piensalo, podría ser un lugar agradable - sus ojos ahora estaban en mis labios, sentí una ganas inmensas de besarla, pero no podía.

- No, no hay manera. - le dije con rotundidad.

- Eres un egoísta, ahí trabajan personas que no tienen otra manera de obtener, intenta salvarlo.

- Estas loca, jodidamente loca, cualquier cosa que haga a parte de cerrarlo me perjudicará - le dije mientras me alejaba de ella porque estar cerca me estaba corrompiendo - ahora bien, no es mi problema lo que otros necesiten.

- Imbécil - me alejé de ella y caminé hasta mi habitación para buscar ropa cómoda y cambiarme.

Estuve en mi habitación por al menos diez minutos y en la sala no se oía nada, pero era imposible que hubiese huido, asique que podía estar tranquilo. Salí de la habitación y me encamine hasta la sala, dispuesto a exigirle que era mejor que no volviera a ese lugar porque de hacerlo, me traería más problemas.

Cuando llegue a la sala dispuesto a imponerme ante ella lo que vi me dejó pasmado.

Era Adele, desnuda, sin nada en su cuerpo y una vez más una de sus acciones destruía todo raciocinio que había en mi. Estaba ahí, de pie, mirándome y esperando a que seguramente me acercara a ella pero no podía moverme de donde estaba.

Era jodidamente preciosa y tentadora, su pechos parecían firmes y sus pezones estaban erectos y eran perfectos, rosados y tentadores, como cada parte de ella, se acercó hasta mi y mi mirada se dirigió hasta el resto de su cuerpo e inconscientemente me lami los labios.

- Una noche, a cambio de que intentes hacer algo para salvar ese lugar - me dijo mientras ponía sus manos en mi cuello y me acercaba hacia ella - piénsalo, puedo darte tanto placer como quieras.

Sin poder decir una palabra, la apreté a mi y ella sonrió creyendo estar victoriosa.

- Dejame besarte, Jungkook.

Antes de que pudiera responder sus labios ya estaban sobre los míos, y la recibí gustosamente. Sabia delicioso y cuando abrí mi boca para darle permiso a su lengua me sentí una vez más perdido, justo como en el pasado. La presione más a mi mientras luchaba por tener el control y disfrutarla tanto como pudiera. La saboree mucho, muchísimo, mordiendo sus labios y tocando su cuerpo, apreté su suave trasero e inmediatamente me puse erecto. Una alarma sonó en mi cabeza y me alejé de ella.

Confusa me miró sin comprender.

- Vistete, te llevaré a casa. - me dio una mirada enojada mientras se daba la vuelta - y para que quede claro, sí, me gustaría una noche contigo, también me gustaría ponerte de rodillas y hacer que me tomes entre tu boca mientras tienes las manos atadas a tu espalda, y no solo eso, también moriría por saborear todo tu cuerpo sin detenerme, también, deseo con todas mis fuerzas doblarte sobre mi mesa de comedor o hacer que me rodees con tus piernas - sus mejillas se pusieron coloradas - pero incluso si hago eso, no voy a detenerme en cerrar ese lugar. No intentes usar el sexo conmigo como una arma para dominarme, porque no podrás - le advertí mientras alcanzaba su ropa para que pudiera vestirse.

Ella solo asintió y lentamente empezó a arreglarse. Busque las llaves de mi auto y espere a que ella estuviese lista. Trataba de controlarme para no regresar con ella y cumplir cada una de mis palabras. Cuando estuvo lista se encaminó a la puerta y yo la seguí.

El único problema, es que mi erección no bajaba y mi mente se encargaba de recapitular la belleza de su cuerpo desnudo y el beso que nos dimos.

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