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𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 31;

"𝗠𝗲 𝗿𝗶𝗻𝗱𝗼"

;Adele

— ... te amo, lo hago como no tienes idea, y dudo mucho que algún día pueda amar a alguien de la misma manera que a ti, a partir de hoy miraré tu rostro a todos los lados que vaya, y te extrañaré cada segundo de mi vida. Se que no debería decir nada, porque las palabras no pueden cambiar hechos, pero soy terco y siempre hago lo que no debo, sobre todo si se trata de ti. — era la décima vez que repetía el mensaje de Jungkook y no había sido tan valiente como para llamarlo.

Sus palabras taladraron mi corazón de manera dolorosa, ese "te amo" significaba para mí un asunto doloroso, porque no pude ver su rostro cuando lo decía, definitivamente no estaba lista para decir adiós, pero en realidad no estaba segura de si alguna vez fuimos el uno para el otro.

Quería llamarle y confesar lo que sentía y todo lo que pasaba por mi cabeza, pero me acordaba cuando presionaba su número celular.

Miré los papeles que estaban sobre el escritorio, aún no había sido valiente como para leerlos, ni siquiera los saqué del sobre en el que venían. Debo de admitir que fue doloroso recibirlos y cómo su abogado me dijo "el señor Jungkook prefiere hacerlo de esta manera, el no se presentara en el proceso" eso solo significaba una cosa, él no quería verme.

No quería firmar esos tontos papeles, pero ya eran un hecho, la elegante firma de Jeon Jungkook ya estaba agregada.

La puerta de mi apartamento sonó con insistencia. Me levanté con mucha paciencia a abrirla y me encontré con siete mujeres con los brazos cruzados y enojadas.

— Ya era hora — Joohyun se abrió paso y todas la siguieron.

Todas las chicas estaban aquí, incluso Ji Seo que estaba en sus últimos días de embarazo y que se suponía que debía de estar en cama.

— ¿Qué hacen todas aquí? — me acerqué a ellas que estaban acomodadas en los sillones de la sala.

— Venimos a hacer que entres en razón, Adele — Seulgi me miraba enojada, todas en realidad — pero antes, pon agua para el té, que esto será largo.

— Si vienen a hablar de lo que paso con Jungkook es mejor que no empiecen, ya todo está acabado.

— Ya lo veremos — Jinwa me dio una mirada desafiante — no puede ser posible que todo haya acabado.

— Lo hizo...

— Claro que no, Adele — Joohyun acariciaba su vientre con una mano y con la otra me señalaba — las cosas acaban cuando los involucrados ya no tienen nada más que decir. Tu aún tienes que decirle algo.

— No me escuchará — suspiré y tome asiento, enterrando mi cabeza en mis manos.

— No eres adivina, talvez él está deseando escuchar eso de tu boca. Las palabras no son tan importantes como los hechos pero siempre hay que decirlas — Sooyoung que parecía más seria que las demás, me dijo.

— Me envió los papeles de divorcio — todas se miraron entre sí — ¿ya ven? No hay más nada que hacer.

— Se que tu aún no has firmado, y más te vale no hacerlo — Ji Seo me amenazaba — porque he venido hasta aquí, con esta barriga que apenas me deja caminar, y no me voy a ir hasta que hagas lo que se te dice.

— Sí — acordó Norha — además, ayer todas nosotras tuvimos que aguantar a nuestros maridos borrachos porque estaban consolando al chico de oro. Nos debes una.

— Adele, entiende de una vez, tienes que buscarlo tu, no esperes a que las cosas sean hechas solo por él — suspire aún más fuerte — te decimos esto porque te queremos, y a él también — Seomin me dijo, dándome un apretón de mano.

— Me rindo — todas sonrieron con triunfo.

Pasaron en mi casa regañandome por al menos una hora, me dijeron miles de maneras en las que podía pedir perdón, desde vestirme como policía o hacerle un baile en su oficina.

Yo en realidad no estaba segura que que eso fuese lo correcto, pero si ellas creían que aún había una oportunidad, lo intentaría.

— Chicas — Ji Seo interrumpio nuestra platica con la voz temblorosa.

— ¿Que pasa? ¿estás bien? — asustada le pregunté.

— Se me rompió la fuente...

Todas entramos en pánico en ese momento, el bebé ya venía en camino, Ji Seo estaba muy nervioso y yo igual, porque entre todas ellas yo era la de menos experiencia.

Corrimos de un lado a otro, buscando toallas y agua. Lo primordial era llevarla al hospital. Las chicas de se encargaron de llamar a sus maridos mientras yo le ayudaba a acomodarse mejor en el auto.

— Hoseok no está en Seúl — Ji Seo dijo con su voz entrecortada seguramente por el miedo — Salio a Busan para resolver unos asuntos esta mañana.

— Lo estamos llamando, estará a tiempo — ella asintió con duda en su rostro.

Me acomodé en el asiento del conductor y empecé mi marcha, las chicas me seguían apresuradas. Gracias al cielo llegamos pronto al hospital.

Tan pronto como llegamos los enfermeros salieron a encontrarla con una silla de ruedas preparada. Nos apresuramos para seguirla, hasta que el doctor nos dijo que no podíamos pasar.

Nos llevaron a la sala de espera y unos segundos después aparecieron los chicos apresurados, por supuesto Jungkook también estaba aquí.

— ¿Donde está? — Jimin preguntó con preocupación, junto a él estaba Jungkook quien me miraba intensamente.

— La llevaron a una habitación, seguro para prepararla — Norha contestó, sobando sus brazos con sus manos.

— ¿Hoseok ya viene? — les pregunte.

— Sí, esta en camino, viene tan rapido como puede — asentí en respuesta.

Las palabras se habían distanciado de mi boca porque el hombre que provocaba muchas emociones en mi estaba aquí.

Pasaron unos minutos más hasta que un doctor salió de la sala donde habían ingresado a Ji Seo.

— ¿Jung Hoseok? — todos nos levantamos de nuestros asientos y el doctor nos dio una mirada confundida.

— Lo siento doctor, el aún no está aquí, pero viene en camino — respondí ante el silencio de todos.

— La señora Jung tiene siete centímetros listos, entrará a labor de parto en al menos cuarenta minutos.

— Gracias Doctor, ¿podemos pasar a verle?

— ¿Todos? — quedé viendo a los chicos, y ellos en realidad ya estaban listos para caminar hacia la sala de Ji Seo — No creo que sea lo correcto, pueden ponerla nerviosa, pero siganme — el dio la vuelta y nosotros nos apresuramos para ir tras él.

Jungkook pasó por mi lado y sentí su cuerpo tocando el mío por unos segundos, mi piel se erizo por lo sucedido, y deseé tocarlo y besarlo, pero este no era el momento.

Honestamente aquí, daría mucho para que algún día el y yo estemos en esta situación, disfrutando de la venida de nuestro primer hijo, pero primero tenía que convencerlo y también hacer arreglos en mi para que pudiese amarlo a como el lo merecía.

Llegamos a la sala donde estaba Ji Seo, ella vestía un camisón de hospital y estaba acostada, tenía la cara roja y sudada, a pesar de su preocupación, ella mostró alivio cuando nos vio en la puerta.

— ¿Donde está mi marido? — esa fue la primer pregunta que nos hizo.

— Viene en camino — la voz calmada y melódica de Jungkook le respondió.

— Dime que vendrá a tiempo, no quiero hacer esto sin él — ella pidió con desespero.

— Lo prometo — mis ojos no se movían del cuerpo de Jungkook.

Todo él era bello, olía a hogar, a familia a navidad, era precioso, tanto que dolía imaginar que no podía pertenecerme. Sus ojos se encontraron con los míos, se veía cansado, tenía bolsas negras debajo de sus ojos. Recordé el te amo de su llamada y quise pedirle que lo dijera aquí, pero supongo que quien tenía que hablara esta vez era yo.

Todo lo que nos rodeaba desapareció, parecía que solo existiamos él y yo, los colores se mi mundo dejaron de ser grises y alumbraron mi ser, volviéndose brillantes y dejando todo lo malo a un lado. Su mirada cansada decía y probaba que el era el que más sufría y aunque mis ganas de ir corriendo a él eran inmensas me contuve, porque no era prudente.

Dejé de verlo porque escuche un quejido doloroso de Ji Seo, volví mi mirada a ella, tenía su mano en el vientre y con la otra apretaba la mano de Jimin quien parecía estar sufriendo. Namjoon y Yoongi le estaban dando aire, SeokJin acariciaba su cabeza y TaeHyung le decía que respirara.

—¡¿Donde demonios está Jung Hoseok?! — pregunto, su grito se mezclaba entre la ira y el dolor.

— Ya está cerca, lo llamé hace unos...

— Lo quiero ahorita — sus ojos estaban llorosos — el bebé ya viene y no se si pueda hacerlo sin él, lo necesito — apretó más la mano de Jimin debido a que una contracción más fuerte la golpeó, las chicas y yo le mirábamos asustadas, y preocupadas porque Hoseok no venía.

— Aquí estoy mi amor — Hoseok apareció por la puerta, todo apresurado. Ji Seo solto la mano de Jimin quien suspiro aliviado — ya estoy aquí.

Ji Seo sonrió y Hoseok se acercó para darle un beso y tomar su mano.

— El bebé ya viene, Hoseok — ella le dijo con la voz baja, emocionada.

— Lo sé...

Hoseok estaba muy conmovido, todos estábamos así en realidad.

Tan pronto como Hoseok se enfundó en su traje de quirófano, el doctor nos sacó de la sala porque era tiempo del parto.

🎑

Una hora después vimos a Hoseok salir por la puerta, todos nos levantamos inmediatamente.

— Ya — fue lo único que él dijo y todos aspiramos aliviados.

Los chicos corrieron a felicitarlo, pero yo solo tenía una cosa en mente, familia. Yo también quería esta felicidad al lado de Jungkook, yo también quería darle hijos, yo también quería esto. Talvez era tiempo de solucionar las cosas con mi marido.

Me despedí de las chicas, ellas con duda preguntaron porque pero no les dije lo que tenía en mente, todo lo que importaba ahora era recuperarle, no tenía tiempo para contarles todo mi plan.

Jungkook por suerte no se percató de mi al momento que me marché. Le pedí a las chicas que felicitaran a Ji Seo por el bebé, quería conocerlo, pero también quería a Jungkook conmigo.

Primero fui a mi casa a buscar los papeles de divorcio, los tomé y plasme mi firma en el lugar correspondiente. Después fui a mi armario a buscar la ropa adecuada, un vestido rojo, cortisimo, que dejaba poco a la imaginación y unas sandalias de tacón rojas fueron mi elección, cogi las llaves de mi auto otra vez y salí de casa.

Le pedí a Jimin que me enviara la dirección de Jungkook, al principio se negó, pero le amenace con decirle a Seulgi y me la envió inmediatamente.

Conduje por al menos una hora hasta llegar al apartamento donde Jungkook había estado viviendo por estos días. Jimin me compartió la clave de la puerta y pedí al cielo para que Jungkook no la hubiese cambiado. Logre entrar.

Mire a mi alrededor y todo estaba vacío, habían pocos muebles y documentos de Jungkook regados por todo el lugar. Jimin me informó que Jungkook ya venía para el apartamento, así que me senté en el sofá y esperé por él.

Quince minutos más tardes la puerta estaba siendo abierta por Jungkook, nerviosa a más no poder trate de tranquilizar mi corazón, tome los papeles de divorcio y los puse a un lado.

Jungkook apareció por la sala y soltó las llaves cuando me vio sentada.

— ¿Que haces aquí? — me preguntó con su dura voz. Las piernas y mi corazón temblaron justo ahí.

"No te dejaré ir Jungkook"


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