"𝗔𝗰𝗲𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻"

;Adele

Me quedé aturdida en la sala, Jungkook se había marchado muy enojado y aún no terminaba de entender lo que significaba "te dejaré libre". Mi corazón lo sintió por los dos, habíamos llegado al punto en que el agua se consume, pero la mayor parte de la culpa era mía, dije cosas que no debí de haber dicho, y la otra parte era del imbécil de WooSeok.

Esta mañana yo pensé que sería un día normal, pero todo cambió al llegar la tarde. WooSeok se presentó en casa para molestarme y de alguna manera, por la desesperación, confesé cosas que eran mejor callar, le dije del trato que teníamos Jungkook y yo. El se aprovechó de la situación y se de muy buena fe que él ya sabía que Jungkook se mostraría temprano en casa, por eso hizo que dijera palabras hirientes justo a la hora en que Jungkook vino a casa.

Asquerosamente me besó, y por ese estupido beso puedo perder a la persona que más me ha dado.

Aún llorando, fui a la ducha para dejar que mis lágrimas se mezclarán con el agua de la regadera, el dolor y la presión en mi pecho eran más de lo que podía soportar, porque aún podía ver claramente el rostro de Jungkook, y solo había una expresión en él, dolor.

Mientras el agua caía sobre mi, meditaba las palabras que le había dicho, en realidad no me arrepentía de llegar hasta este matrimonio a causa de un trato, no me importaba en realidad, pero se que lo que salió de mi boca no fue lo correcto y aunque me duele aceptarlo, Jungkook no me perdonaría.

— Qué estupida soy — las lágrimas siguieron asomándose mientras me culpaba por hacer que otro corazón se rompiera.

Si tan solo no hubiese jugado a ser la más fuerte, si tan solo hubiese escuchado las palabras de Joohyun, o mejor aún, si tan solo hubiese valorado más las acciones que Jungkook hacia por mi, la situación seria otra.

Salí de la ducha y seque mi cuerpo para caer sobre la cama, sin nada de ropa, porque lo que realmente quería era apagar mi sistema por un tiempo, y talvez de alguna manera, olvidar lo que había provocado.

Mañana sería otro día, y trataría de buscar la manera para convencer a Jungkook que no había otro hombre para mí más que él.

Esta noche extrañaría su calor.

🎑

A la mañana siguiente me sentía dolida aún, evidentemente extrañaba al ser que compartía su cuerpo conmigo, pero no solo eso, extrañaba su esencia y la manera tan extraña en la que me despertaba por las mañanas.

Un sonido ensordecedor interrumpió mis lamentos, lo tomé con prisa deseando en el fondo ver el nombre de Jungkook en la pantalla.

Era Joohyun.

— ¿Adele, estás ahí? — su voz sonaba desesperada.

— Hola, Joo — quería contarle por lo que estaba pasando, pero sabía concienzudamente que lo que obtendría seria un regaño.

— ¡Hasta que porfin contestas! Te he estado llamando toda la mañana. — me reclamó indignada.

— Lo siento, apenas me levanto — se escucho un suspiro del otro lado de la línea — ¿por qué me llamas?

— ¿Tienes tiempo para un café? — mire la hora en el reloj negro que colgaba de la pared, eran casi las doce del mediodía.

— Sí, ¿en el lugar de siempre?

— ¿Donde más si no? — su voz sonaba diferente a la mía, obviamente ella estaba feliz por algo, yo por dentro llevaba la pena de haber arruinado mi relación.

Me alisté lo más rápido y simple que pude, ni siquiera usé maquillaje, aunque parecía muerto sacado de tumba, mi alma y corazón estaban peor, así que no había necesidad de mejorar lo de afuera si la procesión iba por dentro.

🎑

Tres cuartos de hora más tarde estaba cruzando la puerta del café al que siempre asistíamos. En el camino hasta el lugar, espere un mensaje de Jungkook o mejor aún una llamada, pero no hubo nada de su parte, yo, llamé dos veces y ambas fueron al buzón de voz.

Trate de poner mi mejor cara cuando vi a Joohyun esperando en una mesa.

— Hola, Joo — me acerqué a ella y la abracé.

— ¿Estás bien? — me preguntó aún envuelta en el abrazo. La solté y la miré a los ojos — no, no estás bien — asentí y experimenté los primeros signos de dolor.

— Lo arruine, Joo — ella me miró sin comprender.

— ¿Que cosa? No puedo entenderte — me dio un vaso con agua para que pudiese calmarme.

Cuando ya estaba mejor, empecé con la historia y esta vez fui sincera al contarle cómo en realidad me sentía.

No había palabras para describir el dolor que se siente saber que algo se rompió por tu culpa, si alguna vez Jungkook y yo dimos tres pasos hacia adelante, con mi error cometido dimos veinte hacia atrás de una sola vez.

Era vergonzoso contar como eres capaz de romper un corazón, pero no había palabras que pudiesen redimirme de ello, el erro ya estaba cometido, porque al final de todo, si los errores pudieran enmendarse con palabras, el mundo sería un lugar mejor.

— ¿Por qué no le dices cómo te sientes en realidad? — la voz tranquilizadora de Joohyun se hizo presente luego de contarle todo lo que había pasado.

— Las palabras no pueden reparar lo que ha sido roto.

— Entonces demuéstrale que lo quieres y que estás dispuesta a intentarlo.

— ¿Tu crees que me escuchará? Lo he llamado hoy, no ha respondido, evidentemente no quiere saber nada de mi.

— Es imposible que se haya enojado tanto por un beso...

— No fue por el beso, Joohyun, fue por lo que dije, le grité que todo lo nuestro era una farsa, que nunca sería real — me sentía vulnerable — es eso. Tuviste que haber visto su cara, era la definición exacta de decepción.

— Puedes intentar buscarlo, y si te quiere, que se que lo hace, te perdonará.

— No se que hacer...

Me rendí, ya no quería pensar en lo mal que había actuado, todo se estaba volviendo en mi contra.

— Dilo, Joohyun, se que mueres por hacerlo — podía verlo en su cara, estaba conteniendose para no soltar las palabras que me dio una vez inicié con esto.

— Te lo dije, Adele.

Al menos eso logró sacar una sonrisa en mi rostro. No quise pensar más en eso por lo cual solo me detuve a escuchar lo que ella planeaba decirme cuando acordamos en encontrarnos aquí. 

Se casaría en unas semanas, al menos una de las dos estaba viviendo feliz.

🎑

Luego de mi cita con Joohyun regrese a casa, con la esperanza de encontrar a Jungkook esperando por mi. El si estaba en casa, pero no esperaba mi presencia.

— Volviste — susurre lentamente cuando lo vi dando vueltas por la cocina.

— Necesito mis cosas — señaló una maleta, aún sin verme a los ojos.

— ¿Te vas? — asintió, cogio una botella de agua del refrigerador y por fin me vio a la cara.

— Sí, puedes estar aquí toda tu vida si quieres.

— ¿A donde irás?

— No importa a dónde vaya, en realidad lo importante es lo que se queda aqui — se acercó a mi, con su típica mirada de tranquilidad — nunca logré entender lo que pasaba por esa cabecita — me miró los labios lentamente — pero me encantó intentar descubrirlo.

Me besó, suavemente, justo como lo hizo la primera vez, pero este beso no sabía a ser el primero de muchos, en realidad tenía sabor a despedida, porque dolía.

Nos separamos e hicimos contacto visual, porque no había mucho por decir, el dolor estaba ahí.

— Gracias por ser sincera — no comprendí la razón por la cual decía eso — y perdón por arrastrarte a esta farsa.

Negué lentamente, preocupada porque mi boca no podía expresar lo que realmente sentía.

— ¿puedes quedarte para hablar? — el negó lentamente.

— Si me quedo aquí las cosas serán peor Adele, creo que ya no hay más nada que decir. No sin las acciones demuestran todo lo que somos.

— Las cosas no ocurrieron a como crees.

— ¿Que parte? — paso una de sus manos sobre su sedoso cabello — ¿la parte en la que vengo a casa demasiado pronto y veo como tus labios son besados por alguien más? — de pronto me sentí peor, porque oír de su boca lo ocurrido me provocó más dolor — te juro que esa parte es lo que puedo olvidar, porque es solo un beso, y aunque me duele, pude dejarlo atrás para tenerte aquí.

— Entonces, si aún crees que hay esperanzas, tratemos de arreglarlo.

— No las hay. Aunque debo de admitir en no saber en qué pude fallar — recostó su cuerpo en la pared, alzando sus ojos al techo — te demostré con cada acción que me importabas y que de alguna manera yo estaba aquí por placer, no solo por el trato, créeme, de no tener sentimientos por ti, yo no te habría propuesto matrimonio, pude haber ayudado a las personas del club sin necesidad de arrastrarte a esto, pero al saber que siempre huías de mi, fue la única oportunidad que apareció en mi.

— Si me dejarás hablara...

— Sin embargo, lamento mucho lo que hice, de verdad, no quise bajo ninguna circunstancia ofrecerte algo falso, pero a pesar del hecho de que esto fue un acuerdo, todo lo que dije en el altar es cierto, pero oficialmente he acabado.

— Lamento lo que dije, Jungkook — sentí en sabor salado de las lágrimas en mi boca, el se acercó para secarlas con sus pulgares.

— De la abundancia del corazón habla la boca — me dio un último beso en los labios y se alejó por completo para tomar su maleta — sin embargo, soy tan masoquista, que estaré esperando por ti si un día de verdad decides amarme.

No pude responder, porque todo el dolor estaba acumulado en mi garganta, y quemaba, ¡diablos, si lo hacía! Y era una de las cosas más dolorosas.

— Mi abogado te llamara la próxima semana, he iniciado con el proceso de divorcio — mis ojos se abrieron desmesuradamente y el dolor fue peor.

Lo vi salir por la puerta, llevándose mi alma con él, porque no podía aceptar un divorcio, no podía, y mi corazón sentía desfallecer en pensar en la idea de no ser más su esposa.

Había destinos más dolorosos que la muerte. Perder a Jeon Jungkook era uno de ellos.

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Besitos y se cuidan.