Escapar.

Durante el receso SeokJin se encontraba sentado a un lado de Rosé, jugando con su almuerzo. Fulmina la crema de hongos en su charola y hace una mueca.

Definitivamente odia la crema de hongos.

—Míralo —Rosé mira a Taehyung como si pudiese evaporarlo de la tierra con tan solo ese gesto—. Tan estúpido y lindo que podría vomitar. ¡Dios! Quiero estampar su cara contra la mesa.

SeokJin sonríe.

Yo más bien estamparía mis labios contra los suyos.

Su sonrisa deslizándose hacia abajo cuando se detuvo a analizar ese pensamiento.

—Es irritante.

—No veo el problema. Así es él ¿Por qué no dejarlo en paz?

—Porque lo odio.

—Pero él no te ha hecho nada.

—Su simple existencia es mi problema con él.

—Claro —suspira.

—Como sea. Debo irme amor. Te veo luego —la rubia ya estaba de pie, sin más que esas palabras comienza a caminar hacia la salida de la cafetería.

SeokJin hizo lo mismo hasta acercarse a la mesa de Taehyung quien reía por algo que Jimin estaba diciendo.

—Hola —saludó— ¿Puedo sentarme?

—¿Qué tal, Kim? Claro que puedes. Taehyung muere porque te sientes sobre su regazo y lo mon...

—Demasiada información Minie —cubre los labios de Jimin con sus manos antes de que logre divulgar algo más.

—Tal vez luego lo haga.

Taehyung se sonrojó aún más y Jimin suelta una carcajada.

—Van a matarme.

Jin sonríe satisfecho y decide que la crema esa no le arruinará el momento así que la aleja de su vista.

—¿Uhm... Eso es crema de hongos?

—¿Quieres?

—¿Qué? No no no, yo...

—Claro que quiere, es su favorita —Jimin vuelve a hablar antes de levantarse—. Me voy... el maestro de literatura me odia y quiere que lo ayude en algo. Ya saben... puntos extras. Adiós, chicos.

SeokJin empuja la charola hacia Taehyung.

—Si no la comes te la daré a la fuerza. Puedo ver que la deseas.

—¿Qué harás, castigarme?

El castaño encoje los brazos —Puede ser...

—Vale —Taehyung comienza a comer amando el sabor al instante— ¿Quieres de mi sándwich? Yo realmente odio las orillas del pan y soy demasiado perezoso para quitárselas.

—Claro —toma el sándwich que le ofrece Taehyung y comienza a comer—. Tu mamá debe amarte si te prepara desayuno.

—Lo hace.

—¿Qué harás este viernes?

—Tengo una comida con mi familia... No quiero ir. Es catastrófico siempre. Mis tías siempre terminan ebrias y odiándose, luego se unen para gritarle a mi madre por ser la más bonita y robarles los novios en la preparatoria —bufa.

SeokJin ríe —Escapemos entonces.

—Claro. Cuando el primer plato sea lanzado me escabulliré hacia la ventana y saltaré.

—Bien... Estaré esperándote con los brazos abiertos y el motor del auto encendido.

—Ojalá también haya cervezas.

—No podría olvidarlas cariño. Sé lo que te gusta.

—Mi héroe —ambos ríen.

—Pero enserio, ¿quieres ir a algún lado donde no haya tías resentidas?

—¿Tienes algo en mente?

—Hay un lago a una hora de aquí... y en el pueblo más cercano existe un genial centro de bolos.

—Me has convencido... Le diré a mi madre.

Ambos se levantan al escuchar la ccampana y continúan hablando hasta llegar al pasillo donde se separan para ir a sus respectivos salones.

Taehyung sonríe cuando se adentra al auto de SeokJin luego de despedirse de su madre quien está en el humbral de la puerta observándolos. Cuando el carro arranca Taehyung decide hablar.

—No sabía que tenías otro auto.

—No lo tengo. Es de mi madre a quien no le agrada que conduzca esa cafetera a la que llamo auto, pero que tampoco quiere comprarme uno nuevo... —suelta una pequeña risa—. Me lo prestó porque no quiere que tengamos un accidente o nos quedemos varados a mitad del camino.

—Bueno, definitivamente es más cómodo que tu viejo auto.

—No sabes lo bien que me haces sentir con eso —ambos se sonríen.

El camino realmente se hace corto para ambos gracias a las constantes risas. Ellos realmente están pasando un rato divertido siendo estúpidos y elocuentes.

Cuando al fin llegan al lago SeokJin saca una manta de la cajuela y una mochila.

—Eres tan romántico, Kim —Taehyung se seca una lágrima falsa.

El castaño niega colocando la manta y luego abre la mochila.

—Ven aquí, Kim —sonríe ante la broma de los apellidos.

Jin comienza a sacar un par de cervezas, un toper con crema de hongos y otro con sándwiches sin orilla.

—Te has ganado mi corazón, puedes comértelo cuando quieras —habla antes de darle una merecida mordida a un sándwich.

—Con un gracias es suficiente.

—Gracias.

Taehyung mira hacia el lago notando que está prácticamente vacío a excepción de algunas parejas. El lugar es realmente hermoso ya que está envuelto por miles de árboles y pasto, es bastante tranquilo y cristalino. Y Taehyung ama esto.

Después de un par de horas ambos deciden que es tiempo de irse y caminan hacia el auto. Jin pregunta si Taehyung aún quiere ir a los bolos a lo que éste afirma.

Ahora ambos se encuentran parados en el piso de madera en el cual se reflejan las luces de colores que adornan el lugar. La música de Bruno Mars suena en los altavoces. Taehyung realmente es malo en esto y SeokJin se da cuenta la quinta vez que le toca tirar, justo cuando la bola sale volando hacia el otro carril.

—Creí que eras bueno.

—El hecho de que me gusten los bolos no significa que soy bueno en ellos.

—Te enseñaré porque estas avergonzándome.

—No seas malvado conmigo —hace un puchero.

—Aquí, observa —posa una mano en su cintura. Su cara se encuentra en el hombro de Taehyung mientras le da instrucciones y el de piel canela obedece logrando tirar todos los pinos.

—¡Genial! —salta a los brazos de SeokJin— ¿Viste eso? Lo logré —y todo pasa tan rápido. De un momento a otro sus labios están sobre los de Jin quien no se mueve por el shock, entonces Taehyung se separa al instante—. Lo siento... —se aleja moviendo sus manos con nerviosismo.

—No hay problema, ¿seguimos jugando? —aún está impactado pero lo maneja bien.

—Seguro...

Una hora después ambos se encuentran en el auto en dirección a casa, los dos pretendiendo esconder la incomodad, ninguno habla y el humor se torna demasiado extraño a diferencia de hace unas horas, Taehyung incluso puede sentir que el auto viaja de manera más veloz por la solitaria carretera.

Cuando al fin SeokJin se estaciona frente a la casa de Taehyung éste se apresura en deshacerse del cinturón y tomar sus cosas con impaciencia.

—Gracias por todo, me divertí mucho —las palabras salen de su boca atropelladamente—. Adiós, SeokJin.

Sale rápidamente del auto y camina hacia la entrada de su casa, cierra igualmente rápido y se desploma sobre el suelo, su espalda recargada en la puerta mientras lágrimas comienzan a deslizarse por su rostro.

—Soy un idiota.

Se mantiene ahí otro par de minutos cuando el timbre suena, trata de arreglarse lo mejor que puede y abre.

Él realmente cree que es un sueño pero no, esto está pasando, los labios de SeokJin están sobre los suyos, se mueven insistentes y amables a la vez. Jin realmente sabe besar y a Taehyung le encanta. Se separan por la falta de aire y es entonces que el castaño comienza a limpiar las lágrimas en el rostro del chico.

—Gracias a dios abriste tú... hubiese sido vergonzoso besar a tu madre —Taehyung ríe.

—¿Qué haces aquí, Jin?

—En realidad no me fui en ningún momento, sólo estaba pasmado en el auto, debatiéndome sobre si ésto era una buena idea o no.

—¿Y fue una buena idea?

—La mejor que he tenido en años —volvió a juntar sus labios en otro beso, sus sonrisas estúpidas dibujadas mientras seguían besándose.

•Kat🐾