𝟎𝟑
— Esta asustando a la pobre, vivió un infierno con Choi. Debe tratarla con delicadeza, como el día del baile — hablo Mina
— Ese día solo recuerdo que me acerque y todo fluyó — dijo en voz baja — Dime que debo hacer.
— Pregúntele a su omega que desea
Tzuyu sonrió levemente y salió de su oficina, Mina solo miro a su amiga irse. No entendía como su amiga podía ser emperador de un poderoso imperio y ser temida por muchos reinos, pero ser una tonta en el amor.
La alfa trataba de calmarse mientras miraba la puerta de la habitación donde dormía la omega.
— Cálmate, tú puedes... — tocó con delicadeza la puerta escucho la dulce voz de Sana decir "adelante" ingreso a la habitación
— ¿Se le ofrece algo? — cuestionó Sana al ver a la emperador
— Pídeme lo que quieras, joyas, vestuarios, diamantes, lo que quieras, yo te lo daré — se arrodilló frente a la omega y beso con delicadeza su mano
— No me interesa nada de lo que menciona, majestad... — acarició con suavidad el cabello de la alfa
— ¿Hay algo que desees? — pregunto.
Sana pensó su respuesta, no había nada que quisiese en ese momento, volteo a ver hacia el gran ventanal y recordó que hace poco dio un paseo en el jardín y este era muy simple.
— De hecho, si hay algo... Hace poco fui al jardín y estaba muy solo, me gustaría que hubiera más flores lindas — mencionó.
— Bien, en la mañana daremos un paseo tú y yo por el jardín para que me digas si te gusta o no — habló — Por cierto... Me gustaría que me dieras una oportunidad, me refiero a conocernos, somos predestinadas al final de todo
— ¿Me harás daño? — cuestionó
— Jamás me atrevería hacerte daño, sería una completa idiota si te hago daño
— Mañana me pondré muy linda solo para usted alteza
— Siempre eres linda
Sana soltó una pequeña risa, su lobo por primera vez después de tantos años se sentía feliz y tranquilo.
Tzuyu miraba desde el jardín real como las luces de la habitación de Sana seguían encendidas, necesitaba que estás se apagaran para comenzar a plantar todas las flores que mando traer.
Sonrió en grande cuando vio estás apagarse, volteo a ver a los jardineros.
— Bien, es hora de comenzar — tomo entre sus manos una pala
— Su majestad, solo faltarían las camelias — anuncio uno de sus sirvientes — hubo un retraso y posiblemente llegué hasta mañana
— ¿Esas que significaban? — cuestionó
— Eh, el primer amor, amor incondicional y seducción — respondió otro.
— No son tan importantes como las demás. ¿Si están las rosas, girasoles, azucenas, tulipanes, iris, narcisos, claveles, orquídeas y agapanto? — cuestionó.
El jardinero miraba todas las flores a su alrededor — Si, su alteza, están todas a excepción de las camelias.
— Con esas serán suficientes, hay que empezar para que esto esté listo en la tarde.
Los empleados se empezaron a repartir el trabajo según lo que les había pedido el emperador; flores por todo el jardín.
Tzuyu después de salir de la habitación de la omega fue a la biblioteca a buscar cuáles eran las flores del amor y esa misma tarde pidió traer muchas flores para plantar todas en el jardín.
Uno que otro sirviente miraba con un poco de asombro como Tzuyu estaba plantando plantas con una gran sonrisa, era raro porque al emperador no le gustaba ensuciarse.
Tzuyu guiaba a Sana con mucho cuidado por todo el lugar para llevarla al jardín, la omega tenía una venda en sus ojos.
— Ya casi llegamos — avisó — Aquí es
La alfa le quitó la venda, en el rostro de la omega se formó una gran sonrisa al ver todo el jardín lleno de muchas flores diferentes
— Esto es muy lindo... — empezó a caminar lentamente mientras observaba todo el jardín.
— Desde hoy, este será tu jardín, solamente tuyo. Si quieres que haya más flores dime, también hice que pusieron una mesa y dos sillas cómodos de bajo del kiosco — habló con felicidad — Puedes pasar las tardes ahí leyendo o tomando el té
— ¿Esto es mío? — cuestionó con asombro
— Sana, eres mi omega, obviamente todo lo que tú quieras será tuyo. Solo debes de pedírmelo y yo te lo daré — Respondió
La omega sonrió levemente antes de tomar la mano de la alfa y empezar a caminar por todo el jardín
— ¿Tu elegiste las flores? — cuestionó tratando de sacar un tema de conversación
Tzuyu asintió — Si no te gustan puedo cambiarlas
— No, no, no, me gusta mucho. Solo que es muy colorido y me sorprendió un poco ya que... La mayoría de este lugar no tiene muchos colores tan llamativos
— Puedo hacer que en nuestro hogar haya más color, ¿Qué color te gusta?
— ¿Quiere que le haga una corona? — cuestionó tratando de cambiar el tema, debía cuidar mucho lo que decía enfrente del emperador Chou.
— Ya tengo muchas coronas
— Pero no una de flores
Tzuyu lo pensó un poco — Hazme una, por favor.
La omega rio antes de caminar un poco más antes de tomar asiento cerca de un árbol, Tzuyu tomo asiento aún lado de la castaña. Observo detenidamente como la omega tomaba algunas flores y empezaba hacer la corona, pudo notar como había algunos moretones en las delgadas manos de la omega.
— Taran, una linda corona para una linda alfa — le colocó con delicadeza la corona en la cabeza de la alfa
— ¿Soy una linda alfa? — cuestionó con burla
Sana se sonrojó levemente mientras miraba a otra parte — Es muy apuesta, majestad... Tiene a varias personas detrás suyo
— Tú no eres una linda omega — habló
Sana agachó su cabeza, ese tipo de comentarios no eran nuevos. Su ex esposo Choi Woon se la pasaba diciendo comentarios iguales o incluso peores.
Tzuyu al ver el rostro triste de la omega se quiso golpear y lo hizo, se dio un golpe en la boca — Lo que trato de decir es que eres muy hermosa, la palabra linda es poca para tu belleza inigualable. Eres la omega más hermosa que mis ojos hayan visto, perdóname si te hice sentir mal, no era mi intención
La omega derramaba una que otra pequeña lágrima, sin pensarlo un poco se abalanzó a los brazos de la pelinegra para abrazarla.
— Son las palabras más lindas que me han dicho... — soltó un pequeño sollozo
Tzuyu correspondió el abrazo — Desde hoy me aseguraré de decirte palabras muy hermosas, te mereces el mundo
Sana se sentía feliz, era muy feliz, tal vez no era mala idea darle una oportunidad a aquella alfa.
— Los girasoles los puse porque significaban felicidad y yo quiero que seas muy feliz — hablo la alfa
— ¿Y las rosas? — cuestionó la omega
— Amor, de hecho, todas las flores que hay aquí significan o están relacionadas al amor pero no recuerdo el significado de todas — hablo un tanto avergonzada.
Sana soltó una pequeña risita mientras se aferraba un poco más al brazo de la alfa
— Deberíamos tener un picnic — propuso Sana
— Me encantaría, solo dime cuándo y yo prepararé todo.
— ¿Te parece un día después de la boda? Mañana es, ¿No?
— Sí y esa misma tarde me voy asegurar que todos te respeten — hablo con firmeza
Sana asintió tímida, su mirada se enfoca en las grandes manos de la alfa y le fue inevitable no preocuparse al ver unas cuantas heridas.
— ¿Cómo se lastimó? ¿Le duele? — interrogó con preocupación mientras sujetaba las manos del emperador
— Fue de ayer que estuve haciendo hoyos, pero no te preocupes. Solo son algunos raspones.
— Déjeme curar sus heridas, es mi culpa que se haya lastimado — hablo
— Tal vez te deje si tú me dejas ponerte un ungüento en tus manos, he notado tus moretones.
Sana escondió sus manos de la vista del emperador — No debió hacer hoyos, gracias a eso se lastimó.
— Estos raspones son insignificantes, de hecho, no me importa salir herida en gravedad con tal de ver tu bella sonrisa. Hoy te veías muy feliz al ver el jardín, valieron la pena los raspones — sonrió cálidamente
Sana sintió su rostro caliente —Podemos curar nuestras heridas mutuamente, ¿Le parece?
La alfa asintió feliz — Tú ordenas, yo obedezco
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