7
Normalmente llegaba tarde a casa por dar tutoría y estresado, pero ese día además de llegar temprano; llegó más estresado de lo común, y su madre lo notó.
— ¿Cómo te fue, Yeonjun? — Preguntó ella discretamente.
Yeonjun la observó sentada en el sillón viendo la televisión y comiendo algo.
— ¿Qué comes? — Le preguntó él cambiando el tema.
— Avena. — Dijo la mujer.
— ¿Con azúcar? — Su madre negó — Bien, iré a dormir.
— Hey, no. — Lo detuvo ella — Mañana irás a la universidad y a trabajar de nuevo, no, no, no. — Su madre se levantó y caminó hacia él.
— Mamá...— Renegó, pero fue en vano.
— Cuéntame qué pasó, algo pasó. — Insistió y Yeonjun echó un suspiro pesado.
— Solo uno de mis alumnos siendo molesto, es todo.
— ¿Qué te hizo?
Yeonjun llevó a su madre de vuelta al sillón pero ahora se sentó junto a ella.
— Invertí mi tiempo para darle tutoría pero el mocoso ya había hecho las tareas, solo quería hacerme perder el tiempo. — La mujer entreabrió los labios con sorpresa y enojo.
— ¿Ah sí? Pues tu tiempo no es gratis, igual vas a cobrarle.
— Ma...-
— Nada, te matas trabajando, no puedes dejar que te pisen así, cielo.
— Bien. — Dijo sin interés.
Aunque no quería hacerlo, estaba enojado con Choi y no pensaba pedirle nada.
Yeonjun bufó y comió un poco de la avena de su madre, automáticamente hizo una mueca.
— Mamá, dios santo, esto tiene mucho azúcar. — Dijo.
— Poquito.
— No vas a comer esto.
— Bueno, entonces me voy a dormir. — Dijo esperando que su hijo simplemente no la regañe y deje ir a la cama.
La mujer se levantó y caminó lentamente hacia las escaleras.
— ¿Te ayudo?
— Puedo sola. — Dijo ella con su voz aguda, a Yeonjun le hacía reír eso.
Yeonjun la observó mientras ella desaparecía de su visión.
Apagó todas las luces de la casa, como todas las noches y caminó hacia su habitación con pereza.
Se echó sobre la cama, respirando con toda la capacidad de sus pulmones y con cansancio, pensando si se bañaría ahora o por la mañana. El colchón pareció absorberlo, ahí supo que se bañaría en la mañana.
Cuando sus párpados se volvieron pesados por la comodidad de su cama y comenzó a cerrar los ojos, un molesto ruido hizo que sus párpados tiemblen. El sonido no era fuerte ni duradero, pero sí molesto.
Abrió los ojos lentamente, sintiendo ardor en el borde de ellos y levantó un poco el cuerpo usando sus manos como soporte para levantar su cabeza y buscar ese sonido.
Sus ojos fueron inmediatamente hacia la ventana cuando el sonido volvió y se levantó con frustración. Cuando se acercó a la ventana negó lentamente y la abrió.
— ¿Qué haces aquí? — Preguntó hacia su novio.
— Ábreme la puerta, quiero hablar contigo.
El peliazul no hizo ninguna expresión, solo cerró las ventanas y caminó fuera de su habitación hacia la entrada principal de la casa para abrirla. Como esperó, Jackson estaba ahí, ahora más cerca de él.
— ¿Por qué vienes a esta hora? — Preguntó el peliazul.
— Quería disculparme por lo de hoy. — Dijo el castaño, su voz se oía extraña.
— ¿Acaso viniste hasta aquí caminando? — Dijo y el chico asintió.
— No me cambies el tema. — Soltó luego.
Yeonjun se incorporó sobre el marco de la puerta, cruzado de brazos y pensó unos segundos.
— ¿Es todo lo que vas a decir?
Jackson observó el gesto de su novio con atención, antes de hablar.
— Tienes razón, Yeonjun. — Admitió mientras se acercaba a rodear la cintura de su novio con su brazos, este se sorprendió por sus palabras pero no puso ninguna resistencia — Sé que jamás estarías con Soobin, lo sé perfectamente.
Yeonjun evitó observarlo a los ojos.
— No desconfío de ti, desconfío de él, temo que te haga algo. Sabes que si te hace algo no voy a quedarme quieto.
— Lo comprendo, más no justifica que vayas a su casa a hacer un escándalo.
— Lo sé, perdón.— Yeonjun solo asintió — No tengo que desconfiar, al fin y al cabo sé tus gustos. — Murmuró lo último apegándose más al cuerpo del peliazul.
— Jackson, ya te he dicho que en casa de mi madre no. — Advirtió cuando el castaño comenzó a besar su cuello.
— Amor...— Renegó haciendo caso omiso, arrastrando a Yeonjun hacia el interior de la casa.
— Detente...-
— Me lo debes, solo dormimos después de la fiesta, y me llevaste a casa para más que eso.
— Ahora no.
— Vamos a tu habitación.
— Jackson. — Dijo el peliazul como advertencia pero su novio ya lo había alzado por los muslos.
— Seremos silenciosos, no te preocupes.
Yeonjun no tuvo tiempo de pensar al momento si era lo que quería o no, dejó de pensar en eso minutos después.
Espero la excitación, incluso la que normalmente sentía, sin ninguna expectativa, no llegó.
Cuando su novio le reclamó eso, comenzó a fingir y se tocó un poco para al menos tener una erección.
Si el sexo era lo único que en esa relación funcionaba y ahora estaba roto ¿Qué seguía?
•bd•
No supo que se había dormido hasta que la alarma de su teléfono Interrumpió su dulce sueño.
Desnudo y con mal humor apagó la alarma, volteó lentamente a un lado encontrándose con Jackson.
No pensaba despertarlo, simplemente se levantó de la cama, se bañó y bajó a hacer el desayuno.
Mientras preparaba su café levantó un poco la mirada tomándose con la de su madre que acaba de levantarse también.
— Sabes que no es necesario que te levantes para desayunar. — Insistió el peliazul.
— ¿Y a mi qué? — Preguntó ella con su tono grosero y común, Yeonjun rió por eso — Tengo piernas, tengo manos, yo puedo.
— Yo solo quiero cuidarte.
— Yo no me estoy quejando, pero aún puedo sola, todavía puedo cuidarte yo.
Era imposible ganarle en una discusión, así que solo cerró lo boca pero seguía sonriendo.
— ¿Qué vamos a desayunar? — Preguntó ella sentándose en uno de los bancos junto a la mesada.
— Tú un batido de fresa, pan integral tostado y omelette con espinaca.
— Que asco. — Dijo y Yeonjun la miró mal — Quiero frito.
— Mamá...
— Bueno, perdón. — Se disculpó ella — ¿Y qué va a desayunar Jackson?
— ¿Ah? ¿Cómo sabes?
— Ay no soy estúpida, Yeon. — Dijo con gracia — ¿No vas a comer? — Dijo cuando vió al peliazul dejar el desayuno para ella.
— No, hoy no tengo hambre.
— Te llenó la berenjena con huevos. — Soltó ella mientras comía el pan tostado y Yeonjun se ahogó comenzando a toser.
— ¡Mamá!
La mujer sonrió disfrutando el momento, mientras su hijo terminaba de ahogarse.
— Yo lo dije de broma, no sabía que habías cogido ayer pero estás rojo y estás muriendo, ahora lo sé.
Yeonjun volvió a respirar con normalidad y negando con la cabeza.
No es como que el comportamiento de su madre fuera sorpresa, aún así sintió un poco de pena.
— Por dios, mamá.
— ¿Qué? Es normal.
— Pero no en la casa de mi madre.
— ¿Ah no? — Indagó la mujer dándole un sorbo a su bebida. — Y me vengo a enterar ahora.
— Bien, no cuentes nada, por favor. — Soltó ahora el peliazul mientras reía.
— Bueno, no cuento nada pero me importa un carajo si ayer comiste, si no desayunas no dejaré que te vayas a esa cosa que haces.
— Voy a desayunar ahí justamente.
— Mis huevos, Yeonjun. — Yeonjun suspiró y estuvo por decir algo pero su madre interrumpió — Comes aquí y ya, luego te vas.
— Bien, pero ya no seas tan grosera.
Ambos callaron cuando Jackson comenzó a caminar hacia ellos.
— Buenos días. — Dijo y la mujer le sonrió.
— Sí que buenos días. — Comentó ella y Jackson rió.
— Jackson, ¿por qué no te pones una camisa? — Dijo Yeonjun entre dientes.
— Ay cállate Yeonjun, le vi los huevos cuando era bebé. En esta casa puede estar desnudo si quiere.
Yeonjun ya no dijo nada, solo observó a Jackson sentarse junto a la mujer.
— ¿Ya tomaste tus medicamentos de la mañana? — Preguntó Yeonjun hacia su madre y ella asintió.
— Pero se me está acabando el antinflamatorio.
— No te preocupes por eso, de venida a casa te lo compro. ¿Nada más te falta? — Ella negó mientras se levantaba del asiento, Yeonjun se acercó para ayudarla pero ella negó.
— Solo voy al baño, carajo. — Dijo y se fue, Yeonjun rió volviendo a su lugar.
Jackson lo observó y a Yeonjun se le borró un poco la sonrisa.
— ¿Qué? — Le dijo esperando alguna respuesta verbal, pero Jackson solo sacó su cartera y le dió cierta cantidad de dinero. — ¿Y esto? — Ahora preguntó Yeonjun tomando del dinero.
— Para los medicamentos. — Dijo el hombre mientras se levantaba de la silla — Y por lo de anoche. — Terminó con esa frase y Yeonjun arqueó una ceja jugando con el interior de su boca, como alternativa, de otro modo le rompería la cara.
Jackson abandonó el comedor para ponerse su camisa en la habitación.
— Imbécil. — Murmuró con rabia.
•bd•
Soobin caminó rápidamente hacia su salón llegando una hora tarde.
Entró llevándose la sorpresa de ver a sus compañeros hablando hasta por los codos y sin ningún superior supervisándolos.
— ¿Qué pasó? — Preguntó entrando y sus dos amigos levantaron la mirada hacia él antes de hablar.
— No vino el profesor de física. — Dijo el castaño, de nombre Kai.
— Gracias al cielo. — Murmuró sentándose en el pupitre que se encontraba en medio de los dos.
— Vives a unas cuadras, ¿Cómo llegas tarde? — Se quejó Taehyun.
— Estaba viendo videos de minecraft en Instagram.
— Eres un virgen. — Dijo Kai.
— No eres el indicado para decirlo, juegas roblox. — Respondió Soobin.
— Roblox es muy variado y gratis.
Taehyun giró los ojos ante la situación, sin decir nada.
— Taehyun no dice nada porque juega free fire. — Dijo Kai.
— A mi no me metan en sus mierdas de virgen.
— ¿Qué tenemos ahora? — Preguntó Soobin.
— Literatura. — Respondió un compañero del fondo.
— Oh...
— ¿Qué pasa? — Preguntó Kai, confundido por la expresión de Soobin.
— El imbécil hizo enojar al profesor.
— ¿Ah? ¿Qué hiciste?
— Nada...— Dijo Soobin entre dientes.
En menos de dos minutos el profesor entró al salón, recibiendo un saludo por parte de los estudiantes.
La clase prosiguió normal, Yeonjun ocultaba muy bien su enojo, tan bien que Soobin creyó que lo había perdonado. Pero tan solo le habló tres veces en toda la clase.
Soobin había terminado rápido las actividades y se acomodó en el pupitre para jugar su juego pero cada minuto debía sacar sus piernas porque la misma compañera pasaba mil y un veces para preguntar por la actividad.
— Dios mío, pídeme las putas respuestas y ya, se me acalambra la pierna. — Le dijo a la chica y ella solo rió.
— Choi, no sea grosero. — Le dijo Yeonjun, sin verlo.
— ¿Quién te obliga a estirar tus piernas de 5 metros en medio camino? — Respondió con gracia ella y Soobin solo siguió jugando.
Yeonjun terminó de corregir algunos trabajos y se paró para hablar sobre algunas actividades, notó que Soobin no le prestaba atención y volteó a verlo un par de veces hasta que lo hartó un poco un carraspeó fuerte, haciendo silencio.
Todo el salón observó a Soobin pero él no lo notó.
— Huening...— Susurró levemente Yeonjun haciendo un gesto con la mano que Kai entendió dándole un manotazo a Soobin en la nuca, haciendo que este pegue un brinco. — No era exactamente lo que pedí Kai, pero gracias.
Soobin volteó rápidamente hacia Yeonjun.
— ¿Puedes dejar el teléfono por favor?
Soobin asintió levemente y dejó el celular boca abajo con lentitud.
Y Yeonjun siguió explicando.
La última interacción fue al final de la clase.
— ¿No vas a salir al receso? — Preguntó Taehyun observando extraño a su amigo, este negó.
— No, quiero hacer algo primero. — Su amigo que entendió ello, se alejó llevándose a Kai consigo.
Yeonjun terminó de corregir unos otros trabajos, notando que Soobin cerraba la puerta y se acercaba a él, no mostró de ninguna forma su pánico, fingió no verlo.
El aroma de Soobin se hizo fuerte y observó ambas manos de su alumno posarse en su escritorio, tragó duro cuando notó que su agenda tranquilamente entraba en una sola mano de su estudiante.
— ¿Pasa algo, Choi? — Soltó Yeonjun sin verlo y sin dejar de corregir.
— Quería hablar contigo.
— Claro, cualquier consulta que tengas acerca-
— No es del trabajo. — Interrumpió Soobin y Yeonjun finalmente levantó la mirada hacia él.
— Entonces no tenemos nada de qué hablar.
Yeonjun en otro caso se preocuparía por el estudiante, pero se trataba de Choi, sabía que alguna estupidez diría.
— Claro que tenemos algo pendiente.
— No, no tenemos nada pendiente. — Dijo Yeonjun con un tono hosco — Entregaste absolutamente todos los trabajos, no estas atrasado ni nada así que no tengo nada que hablar contigo.
El peliazul sintió su piel erizarse levemente cuando Soobin se quedó observando sus labios, agachado un poco para estar cerca de su rostro. Quizás le incomodaba o intimidaba, no quiso pensar mucho.
— Retírate, Soobin. — Dijo con el mismo tono.
— Bien, me iré, pero antes. — Yeonjun lo observó enderezarse y sacar una cantidad de dinero de sus bolsillos. — Por la tutoría.
No, ya había perdido su dignidad aceptando anteriormente el dinero de Jackson.
— ¿Tutoría de qué? Tenías todo completo, sabías las respuestas, Choi.
— Lo sé, pero para recompensar el tiempo perdido.
— No, gracias, no lo necesito.
— ¿Seguro?
— Claro, acabo de aceptar un trabajo, ya no necesito darles tutoría tampoco.
— ¿Dejarás de dar tutoría? — Preguntó Soobin, interiormente pensando que ya no tendría ninguna oportunidad.
— Bueno, ya no a adolescentes, solo a niños, por lo que me ahorraría grandes problemas. — Comentó — Especialmente uno llamado Choi Soobin.
— Bien.
— Ahora retírate si no vas a preguntar nada de los trabajos.
Y finalmente Soobin dejó el salón.
Sus amigos lo esperaron en la puerta, obvio ocultos.
— Son un par de viejas chusmas. — Les dijo Choi.
— ¿Cómo eso de que tienes un enredo con el sustituto ese? — Preguntó Kai, casi sorprendido mientras masticaba de la barra energética que había comprado en la secundaria.
— Ojalá. — Dijo Soobin.
— Supongo que se te acabaron las ideas. — Se burló Taehyun.
Soobin hizo un gesto hacia su amigo, esperando que no esté hablando en serio.
— Pff, este imbécil es capaz de agarrar un niño de la calle diciendo que es su hijo para que Yeonjun le de tutoría. — Soltó Kai y Soobin sonrió.
— Huening sí sabe, no como tú...— Dijo lo último hacia Taehyun — Pensé que eras mi mejor amigo...
— Cállate ya y dime qué piensas.
— De todo un poco, pero luego les digo.
Ambos amigos bufaron molestos y Soobin rió mientras robaba el último pedazo del dulce de Kai para comérselo.
— Por eso los jugadores de minecraft me caen mal.
•bd•
Yeonjun antes de llegar a casa compró los medicamentos que tenía pendiente, gracias al cielo Jackson ya no se encontraba en su casa.
— Llegaste temprano. — Soltó su madre.
— Sí, pero tengo que irme de nuevo.
— ¿Qué? ¿A dónde?
— Conseguí un trabajo, en la enorme biblioteca de aquí, de la señora Hwang.
— ¿Acaso quieres morir?
— Mamá, por favor, es hasta las diez de la noche nada más.
— Yeonjun.
La mujer se levantó para darle probablemente un sermón pero Yeonjun la sostuvo de sus hombros, la miró fijamente y dejó un beso en su frente.
— Mamá, yo te prometo que no será mucho tiempo, además en la escuela no me canso nada.
— Pero-
— Yo puedo, ¿si? Solo déjamelo a mi, cuando no pueda más te prometo que serás la primera en saber.
— Yeonjun...
— Solo dame tiempo, todo esto va a pasar. — Susurró abrazándola
— Yo sé que me estás mintiendo.
Yeonjun no dijo nada.
— Quédate tranquila.
— Bueno, si algo te pasa te mato. — Susurró ella, casi sollozando.
— Mátame si algo me pasa. — Dijo Yeonjun riendo levemente.
— No, yo no puedo matarte, mi Yeonjun. — Ahora dijo abrazándolo más fuerte.
Y Yeonjun correspondió.
— Ahora ve a bañarte, hueles a puberto. — Dijo ella y él carcajeó levemente.
Cuando Yeonjun salió de su casa luego de un baño, su madre estaba en medio de una siesta por lo que simplemente caminó hacia la biblioteca y librería.
La señora Hwang lo recibió con gusto, Yeonjun siempre la visitaba por lo que le tenía bastante confianza y ella a él.
— Me alegra tenerte aquí, ahora mi esposo fue a comprar tinta para la impresora y yo estoy muy mal de mi pierna, te dejo a cargo ¿Si?
— Claro que sí, no se preocupe.
La señora sonrió mientras caminaba hacia la parte trasera, donde se encontraba su sala y demás habitaciones, básicamente su negocio era en casa.
Yeonjun ordenó algunas cosas y limpió para luego sentarse en el escritorio y hacer algunas tareas pendientes. En unas horas seguro tendría el lugar algo lleno ya que sería el horario en el que los niños y jóvenes salen del colegio, buscan materiales y de más así que aprovechó para hacer algunos pendientes.
Y efectivamente en dos horas el lugar estuvo algo lleno, atendió con gentileza a todos los clientes, a algunos ya conocía. Cuando finalmente el último se fue volvió a sus deberes.
Pero siquiera tuvo tiempo de pensar porque se escuchó el sonido de la puerta siendo abierta nuevamente, así que levantó la mirada.
— Hola Yeon. — Era Beomgyu.
— Hola Gyu, ¿se te ofrece algo? — Preguntó gentil hacia su amigo y este negó.
— No, solo vengo a devolver los libros de la última vez y a hacer unas tareas de la universidad, en mi casa es imposible.
— Claro, ahora me fijo en la agenda de la señora Hwang y los tacho como devueltos.
— Gracias, aquí están.
Beomgyu dejó los libros y se sentó en una de las mesas más cercana a Yeonjun.
Luego de un rato Beomgyu dijo.
— Supongo que ahora ahora otro trabajo vas a... dejar a Jackson. — Soltó Beomgyu y Yeonjun volteó a verlo
— Eso estoy pensando en hacer, ya no quiero depender de él, ni de nadie.
— Me parece bien, ese tipo ya me da asco.
— Mi mamá lo adora.
— Amo a tu mamá, es la madre que siempre quise tener pero no estoy de acuerdo con ella en eso.
Yeonjun rió ligeramente.
— Si tu madre te oye...
— Pero no lo hará, no es que ella odie a la tuya, simplemente la mía es conservadora, algo seria, responsable y todo lo contrario a la tuya.
— Lo sé, aún así la amo.
— Yo también.
— Estoy seguro que veré a Jackson mañana en la universidad pero prefiero decirle del tema en un lugar más privado. — Comentó Yeonjun respecto al tema anterior — Ya nada funciona en nuestra relación.
— ¿Siquiera el sexo? — Preguntó Beomgyu algo sorprendido y alzando las cejas levemente.
— Siquiera eso, Gyu. — Soltó frustrado — Ayer lo hicimos, dios... en toda mi vida jamás había fingido, Gyu, fue humillante.
— ¿El sabe que lo hiciste?
— Mm...no.
— Bien, ¿pero qué pasó? ¿hizo algo mal que no te gustó? ¿estabas muy cansado?
— No sé, Gyu, simplemente nada hacía que me excite, juro que lo intenté pero cada movimiento hacia que menos me guste, no lo entiendo.
Beomgyu hizo una mueca pensando un poco y luego alzó los hombros.
— Quizás era porque estabas molesto con él y eso.
— Quizás, de todos modos fue suficiente, ya no quiero nada con él, si antes no quería ahora menos.
— Lo bueno fue que te diste cuenta y al fin puedes mandarlo al carajo.
— Supongo...— Murmuró el peliazul y volteó hacia al frente de nuevo para seguir con sus trabajos.
Pero la puerta nuevamente se abrió y ambos jóvenes levantaron la mirada.
"No puede ser" — Pensó Beomgyu.
Yeonjun solo se mantuvo serio.
— ¿Buscan algo, chicos? — Preguntó Yeonjun.
Taehyun y Soobin asintieron.
— Yo...vengo a buscar unos libros para estudiar. — Soltó Taehyun observando a Beomgyu, quien solo giró los ojos.
— Yo a imprimir algo. — Dijo Soobin.
— No tenemos tinta ahora, puedes venir hasta que venga el señor Hwang con la tinta.
— O me quedo a esperar. — El pelinegro sonrió levemente sentándose frente a Yeonjun.
— Haz lo que quieras, pero no me molestes.
— Está bien.
Yeonjun no confiaba en esa afirmación pero tuvo que confiar.
— ¿Qué estudias?
— No te interesa.
Soobin levantó ambas cejas sorprendido por el comportamiento tan distinto.
— Pero por algo pregunto.
— En ese caso; no me interesa decirte. — Dijo Yeonjun con el tono hosco que había usado anteriormente pero ahora con más agresividad.
— ¿Estás enojado conmigo?
— ¿Tú qué crees?
— Que no, no actuaste así antes.
— Porque estaba trabajando y ahora estoy muy ocupado para atenderte, Soobin.
— Estás trabajando ahora también, soy tu cliente y no me estás tratando correctamente — Ahora dijo Soobin con algo de humor, algo que Yeonjun no tenía.
— Bien, ya te dije que no tenemos tinta por el momento, puedes o retirarte o sentarte en algún lugar y dejarme solo, por favor.
— ¿Por qué no puedo quedarme aquí?
— Soobin... — Soltó Yeonjun harto — ¿Qué buscas aquí? Hay otras librerías cerca, eres muy molesto.
— Lo sé.
— Si vas a quedarte mínimo cierra la boca. — Soobin asintió levemente.
Yeonjun trató de ignorarlo, de ignorar todos sus pensamientos y concentrarse en sus tareas.
— ¿Cuándo dejarás de hacer tutoría? — Preguntó Soobin repentinamente.
— Desde hoy. — Respondió Yeonjun sin verlo.
— Entonces si te pido ayuda ahora con un proyecto no vas a ayudarme. — Afirmó con algo de duda.
— Exacto, no lo haré.
Soobin bufó.
— Ya no quiero nada que tenga que ver contigo, Soobin y mucho menos con estar en tu casa, eres un chico muy desubicado. No me gusta estar contigo.
— Dilo hasta que te lo creas. — Soltó Soobin.
— No estoy jugando contigo.
— Y yo menos. — Soobin respondió alzándose de hombros — Yeonjun, no voy a creer nada que tus labios digan, lo sabes.
— Pues te lo voy a repetir hasta que tú lo creas, no digo nada más que la verdad.
— Tu cuerpo no habla de la misma forma. — Susurró y Yeonjun finalmente lo miró a los ojos — Y creo que lo notaste, pero no quieres pensar en eso.
— Soobin digas lo que digas ya no me importa, ya tengo una niña a quien darle tutoría, no vive muy lejos y me pagarán doble por cuidarla. No necesito nada más.
Yeonjun hizo un movimiento con su diestra para señalarle que se alejé alejé Soobin lo hizo, con una curiosa sonrisa en sus labios.
•bd•
Finalmente llegó el día en el que Yeonjun conocería a la dulce niña.
La fachada de la casa por fuera se veía bastante simple pero linda y hogareña, tocó el timbre esperando alguna respuesta pero fue abierta de un tirón.
— ¿Tú qué mierda haces aquí?
avisen errores jiji
Cap concluido el martes 4 de octubre del 2022 a las 01:40am
chau :>
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