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— Habíamos quedado con que yo le ayudaría a Taehyun. — Renegó el peliazul y su amigo bufó.

— Ya sé, ya sé. — Trató de calmar al mayor levantando un poco sus manos y enseñando sus palmas — Pero entiende que tu querida suegrita dijo que me pagaría extra por reemplazarte. — Habló refiriéndose a la madre de Jackson y Taehyun.

— Ugh, esa mujer no me quiere ver ni en pintura. — Escupió con rabia y se cruzó de brazos mientras arrimaba su espalda contra la pared de la habitación de Beomgyu. — Aunque estamos igual.

Beomgyu lo observó con una mirada divertida desde el asiento de su computador.

— Nunca entendí por qué te odia tanto. — Comentó el menor y volteó hacia el computador junto a su silla de escritorio.

— Siempre odió a mi madre, aún antes de mi nacimiento. Supongo que el saber que la mujer que odia es atendida por su esposo y más encima su primer hijo es novio del hijo de esa mujer la destrozó. 

— Oh, cierto que el señor Kang es quien cubre los gastos de las revisiones y esas cosas de tu madre.

— Mm...no. — Soltó el peliazul y su amigo volvió a voltear hacia él — Quien cubre los gastos es Jackson.

— ¡¿Ah?! — El peliazul pegó un brinco de impresión por la expresión y el grito de Beomgyu — Pero si ese mugriento ni trabaja.

— Sí lo hace, trabaja con su primo en desarrollador de no sé qué mierda. 

— ¿Es por eso que no quieres alejarte de él? — Preguntó de repente el menor y Yeonjun se sintió un poco ofendido por la "suposición" que al fin y al cabo era correcta pero Yeonjun no esperaba que Beomgyu lo prediga tan de repente.

— ¿Ah? — Dijo como si no hubiera escuchado — No es por eso...— Beomgyu lo observó arqueando una ceja y Yeonjun suspiró — Él se ofreció con condiciones muy simples, Gyu, no pude decir que no.

Beomgyu giró los ojos negando suavemente con la cabeza.

— Escucha, es hasta que me permita un trabajo más estable. Mamá no trabaja y de alguna manera debo llevar comida, medicamentos y otras necesidades básicas a casa, necesitaba ayuda. — Soltó suavemente y se agachó, poniéndose de rodillas en la alfombra y sosteniéndose por la silla.

— Sí, te entiendo, no te juzgo ni nada. — Soltó el menor volteando hacia el peliazul — Pero si necesitabas ayuda pudiste habérmela pedido también, no al idiota de Jackson.

— Es que no fui yo quien se lo pidió.

— ¿Y cuales fueron sus "condiciones simples"? — Preguntó ahora el menor haciendo comillas con los dedos.

— Ah, cosas bastantes simples como ser su tutor, acompañarlo a cualquier evento que quisiese...—Soltó dejando caer su parte inferior al suelo, doblando las piernas para que sus rodillas queden al nivel de su mentón, abrazando sus piernas y apoyando su espalda por la cama de Beomgyu — Y bueno, las cosas más privadas no fueron para eso.

— ¿Para qué entonces? — Preguntó el menor arqueando una ceja con disgusto.

— Porque soy humano y también necesito sexo, Beomgyu.

— Yo no. —Soltó el otro alzando los hombros con indiferencia y tomando entre sus dedos la lata de cerveza para tomar un poco.

— A veces pienso que eres asexual. — Comentó el peliazul y el menor soltó una risa nasal casi escupiendo su bebida — No te rías, hablo en serio. — Golpeó suavemente la pierna de Beomgyu.

— Dije que no tenía sexo no auto amor. — Soltó entre risas mientras se resbalaba unas gotas de cerveza de sus labios a barbilla. — Pásame una toalla me hiciste mojar.

— Que rico. — Bromeó Yeonjun tomando una toalla de manos para arrojárselo a su amigo en su cara.

— Pervertido. — Rió el menor secándose.

— ¿Desde cuándo bebes un día tan tranquilo? Es raro que no estés tomando café o té.

— Estaba en el refrigerador y esas cosas no suelen durar mucho así que la tomo antes de que mis hermanos lo hagan.

— Tus hermanos tienen entre 10 y 15...— Dijo el peliazul con una risa confusa mientras Beomgyu bebía y asentía a la vez.

— Lo sé, pero son unos descarados, mis papás ya no saben donde ocultarlas para el fin de semana. Más Woon, ese niño se come todo lo de la casa — Comentó el menor negando — Sé que no les gusta, de todos modos quieren hacerlo para sentirse adultos. — Rió y Yeonjun igual.

— ¿Crees que Soobin lo haga por eso? — Preguntó y Beomgyu alzó las cejas sorprendido por la pregunta tan repentina.

— No tengo idea. — Admitió — Pero es un niño rico sin atención directa de sus padres, quizás quiere llamar su atención o como dije hacerse el adulto. — Dijo indiferente y volteó nuevamente su mirada al computador. — ¿Por qué lo preguntas? 

— A pesar de ser un más molesto que grano en el medio de la espalda, que abuelita lenta en media calle mientras vas apurado y más caliente que cuarentona en baile...me da un poco de lástima ver cómo se arruina tan temprano y cómo sus padres no lo notan o hacen la vista gorda.

— Uff, agradezco que mis padres sí estuvieron sobre mi.

— Aún así eras un caprichoso que le gustaba escaparse para hacer carreras en rutas donde es ilegal. — Soltó el mayor amenazante y Beomgyu rió recordando ello.

— ¡Pero hey! no salía a beber ni fumar, punto para mi. — Soltó entre risas — A ti no puedo decirte nada, tu madre siempre te tuvo bien controlado. Lo más alocado que has hecho es tener sexo sin protección. — Se burló el menor y Yeonjun rió negando. — No, literalmente las cosas "más locas" que has hecho siempre se relacionan con el sexo.

— Gyu, cállate por favor. — Rogó el mayor con una risa que expresaba su vergüenza. 

— ¡No! Lo más loco que has hecho es acostarte con un menor. ¡¿Ves?! Todo es sexo. — Yeonjun cubrió su colorado rostro negando.

— Mmm...— Lloriqueó y alejó sus manos dejando ver sus cachetes rojos — Tengo que irme ya. — Se levantó tomando su mochila y otras pertenencias. 

— ¿A dónde vas? — El menor siguió a su amigo mayor con su mirada.

Yeonjun volteó hacia él antes de abrir la puerta.

— A las particulares de Choi So-...— Yeonjun frunció el ceño al ver a su amigo masticar primero rápidamente y luego sutilmente — ¿Qué estás comiendo?

Beomgyu negó frenéticamente sin abrir la boca y Yeonjun se acercó rápidamente a él tomando su rostro haciendo que su amigo quiera reírse.

— ¿Entonces por qué haces la boca así? — Yeonjun comenzó a apretar sus cachetes.

— ¡Mhm! — La garganta de Beomgyu gritó pero sus labios sellados lo opacaron— ¡Mhp! — Luego Beomgyu comenzó a reírse aún con los labios sellados.

— ¡Abre la boca!

— Ed jocolathe — Trató de hablar Beomgyu pero tenía una mano apretando sus cachetes que contenían una gran cantidad saliva y el chocolate que comía, ahora disuelto en su saliva.

— ¿Por qué lo escondes de mi? Dame. — Beomgyu sostuvo a Yeonjun de sus hombros y Yeonjun igual se sostuvo de los hombros de Beomgyu, ambos peleando cuerpo contra cuerpo.

Beomgyu le sacó la lengua a Yeonjun como burla que ahora era marrón y Yeonjun sacó la lengua como si fuera que iba a lamer la de Beomgyu y este metió la lengua en su boca de nuevo rápidamente empujando a Yeonjun.

Yeonjun carcajeó cuando Beomgyu sacó un chocolate del cajón del escritorio para entregárselo.

— Gracias, cielo, no te hubieras molestado. — Dijo Yeonjun fingiendo dulzura y dejó un beso en la frente de Gyu — Adiós — Dijo antes de cerrar la puerta y no sin antes tirarle a su amigo un beso al aire, recibiendo de él una mueca de asco.

Cuando Yeonjun cerró la puerta Beomgyu abrió nuevamente su cajón y frunció el ceño al ver solo dulces de limón. 

¡Ese cajón estaba repleto de chocolates!

— ¡Woon! ¡Voy a matarte niño egoísta!

• bd •

Yeonjun de pronto se sintió pequeño junto a la enorme vivienda de Soobin, era unas 57 veces su casa, el pasillo hacia la puerta era más grande que su habitación.

Soobin sin duda no aparenta un chico rico, pero no había duda.

El peliazul carraspeó y tocó el timbre de la amplia entrada.

— Hola, en qué podemos ayudarle. 

Yeonjun saltó en el lugar por la repentina voz. 

Giró su cabeza buscando a alguna persona pero no había nadie.

— ¿Joven? — Luego notó una cámara y un tipo de bocina y micrófono junto al timbre.

— Eh, lo lamento. Soy Choi Yeonjun, vengo a darle tutoría a Choi Soobin.

— Sí, ya lo ubico. 

De pronto las rejas se abrieron y Yeonjun entró a pasos lentos, admirando el jardín.

Llegó ahora a las puertas de la casa y se abrieron inmediatamente haciéndolo retroceder.

No esperó verlo tan pronto en la puerta.

— Hola, Soobin. — Dijo con unos inexplicables nervios encima.

— Hola, cariño. — El mayor quiso regañarlo por el apodo pero no pudo argumentar nada, pues el pelinegro ya había tomado su mano para guiarlo.

— Nunca vi a alguien con tantas ansias de estudiar. — Se burló el mayor y Soobin se detuvo de repente, encarando a Yeonjun, quién retrocedió suavemente por el repentino acercamiento.

— A eso viniste, ¿O no? — El peliazul tragó duro, asintiendo. 

Soobin sonrió al notar como los ojos de Yeonjun, que anteriormente se burlaban de él, ahora eran ojos de un gato mojado indefenso.

— Tienes el descaro de burlarte aún sabiendo que si me acerco lo suficientemente a ti tus nervios harán que te orines encima. — Ahora se burló Soobin volviendo a tomar su mano para caminar a su habitación, ahora a pasos más lentos.

Yeonjun no dijo nada, no estaba ahí para pelear y sabía que Soobin solo quería molestarlo, por eso era mejor ignorar sus estupideces.

Soobin abrió la puerta de su habitación lentamente y Yeonjun comenzó a imaginarse una habitación seis veces más grande que la suya con 4 TV de 80 pulgadas, luces por todo el cuarto, el mejor computador y pantalla.

Sin embargo, cuando Soobin abrió la puerta Yeonjun alzó los ojos con sorpresa. El cuarto no era tan extravagante como tenía en mente. Un escritorio con su laptop encima que traía un soporte, al lado de esta unas plantas y algunas decoraciones. Tras su escritorio un lindo ventanal que dejaba ver lo verde del jardín. Luego su mesa de luz simple, su cama de plaza y media, en frente su closet y casi toda la pared estaba repleta de posters y estantes con figuras coleccionables.

Podría decir que la habitación de Soobin era algo que con su dinero podría permitirse.

Soobin tomó una butaca que estaba cerca de su armario, la llevó junto al escritorio siendo todo el tiempo observado por Yeonjun. El pelinegro se sentó y luego elevó su mirada hacia Yeonjun, mantuvieron ese contacto visual unos segundos hasta que Soobin carraspeó y movió la silla de escritorio dando un lugar para que Yeonjun pueda sentarse.

Yeonjun relamió suavemente sus labios secos y se sentó sacando su mochila.

— Bien, si bien entendí, necesitas entregar algunos trabajos de historia. — Soobin asintió — ¿Cuántos son en total?

— Mm...siete. — Soltó Soobin.

— ¿Y cuántos te faltan?

Soobin entrecerró los ojos tratando de recordar.

— Siete. — Murmuró y Yeonjun suspiró.

— Son las siete de la tarde, al menos 4 debemos hacer. Si alcanza para más, mejor.

Yeonjun vio a Soobin como un buen estudiante, a veces captaba las cosas un poco más tarde o se distraía muy rápido.

— Soobin, ¿el texto no te parece bastante claro? — Yeonjun observó al estudiante negar con la cara pegada al escritorio — Vuelve a leerlo.

— Pero es muy largo...— Murmuró Soobin casi inaudible por los labios estrellados contra su escritorio.

— Soobin, lee el título. — Pidió Yeonjun junto a un suspiro pesado.

— Tenme paciencia...— Soltó el menor levantando la mirada hacia su laptop. 

"¡¿Paciencia?! Llevo sentado en esta mierda como dos horas"

— "Gandhi y la no-violencia".  — Leyó sin ganas.

— Ahora lee la pregunta. — Pidió Yeonjun.

— "¿Cuál era la táctica que empleaba Gandhi?" — Leyó con las mismas ganas.

— ¿Entonces?

— ¿La no violencia? — Yeonjun asintió obvio y señaló el cuaderno de Soobin y el menor captó tomando su bolígrafo para escribir la respuesta. — Que estúpida táctica. — Comentó Soobin al terminar de escribir.

— Puede que te suene estúpida pero te aseguro que para la gente que vivió en plena guerra no lo era. — Dijo ahora Yeonjun.

— ¿Podemos tomar un descanso? Me cansa la vista.— Preguntó ahora Soobin estirando sus brazos y Yeonjun asintió.

Soobin se paró del asiento para arrojarse a su cama, tomando su teléfono y Yeonjun solo lo observó colocar su mano tras su cabeza y acomodarse para ver su teléfono.

— Mm...creí que tenías cansada la vista. — Soltó Yeonjun y Soobin desvió su vista de la pantalla a él.

Soobin solo enseñó su pantalla con un brillo muy bajo y Yeonjun giró los ojos.

Luego Soobin volvió su mirada a su teléfono.

Yeonjun suspiró y arqueó su espalda adolorido por estar sentado horas seguidas. Lentamente volteó hacia Soobin, observando la cama.

— ¿Quieres sentarte aquí? — Preguntó Soobin palmeando la cama con su diestra, junto a una sonrisa.

— Estoy bien acá.

— Sé lo incómodo que es estar ahí. — Dijo Soobin y Yeonjun alzó los hombros — Bien, si quieres quedarte con el trasero cuadrado.

Yeonjun giró los ojos y se acomodó en la silla. 

— ¿Te gustan los traseros cuadrados?

— No. — Confesó Soobin alzando los hombros.

— Mejor, así dejas de perseguirme. — Soltó el mayor y Soobin rió.

— Ya tienes el trasero así, cariño. — Rió el menor volviendo su mirada al teléfono mientras Yeonjun entreabrió los labios ofendido.

— ¿Qué dices? No es cierto. — Soltó el mayor frunciendo el ceño.

Soobin devolvió su mirada a Yeonjun con una sonrisa.

— Si es así. — Dijo en tono burlón.

— Tú no conoces más mi cuerpo que yo. — Soltó ahora aún ofendido y Soobin, aún con una sonrisa se sentó en la cama, frente a Yeonjun, quien lo observó con una ceja arqueada.

— Si no me crees puedes probarlo. — Soobin señaló el espejo en la pared, justo apoyado en la misma pared que la cabecera de la cama, Yeonjun solo tenía que levantarse pera ver su perfil.

El mayor siguió con su mirada ofendida hacia el menor y se levantó lentamente pero no podía verse así que dió unos pasos al frente para ahora sí hacerlo. Pero siquiera pudo hacerlo ya que algo lo empujó hacia el frente robándole un jadeo casi seco.

Su mirada fue rápidamente hacia la dirección en la que fue empujado y en ese momento se dió cuenta que estaba sobre Soobin, con cada rodilla a un lado de él, sus manos en los hombros de este. 

Estuvo por quejarse pero sintió unas grandes y repentinas manos toqueteando su trasero.

— ¡Soobin! — Regañó tratando de empujarlo pero Soobin no lo estaba observando.

Soobin estaba observando el espejo.

Yeonjun también llevó su mirada al espejo, observándose, observando como sus muslos encerraban las piernas de Soobin y como este acariciaba sin descaro. Soobin observó los ojos de Yeonjun y lo sintió estremecerse en sus manos, una sonrisa se formó en sus labios.

— Creo que estaba equivocado. — Confesó Soobin y dió una palmada fuerte haciendo brincar a Yeonjun, quien quedó con la mirada flechada al espejo, con los labios entreabiertos.

Soobin rió acariciando con una mano sus glúteos, bajando a sus muslos y también desordenando su camisa, sacando los botones del cuello. Sus manos luego recorrieron la cintura del mayor, haciendo que este entre en razón al sentir los fríos dedos de su estudiante.

Cuando se alejó, lo miró con furia y pensó en abofetearlo pero cerró los ojos y negó.

— Ugh, si no fueras mi estudiante juro que te estaría estrangulando. — Soltó el mayor con rabia — Entiende tu lugar ¿si? Tú mi estudiante ¡menor de edad! — Alzó más la voz  — Yo tú tutor ¡mayor de edad! ¿Quedó claro?

Soobin se levantó de la cama acercándose a Yeonjun a pasos lentos, pero este no fue hacia atrás esta vez, alzó la mirada y lo observó a los ojos. El menor se acercó a tal punto que apoyó ambas manos en el escritorio, a cada costado de Yeonjun.

— Bien. — Soltó con una sonrisa. 

Yeonjun parpadeó repetidas veces y luego alejó a Soobin, quien no puso resistencia.

— Se acabó el descanso. — Dijo Yeonjun y Soobin bufó. — Porque a eso vine ¿o no? — Preguntó el mayor.

— Supongo, si te gustaría seguir viendo si tienes el trasero chato no, no tengo problemas. — Soltó Soobin mientras se sentaba en la butaca.

— Si, bien, terminemos esto ya... estábamos en-

Ambos se voltearon a ver con confusión de pronto por los sonidos escandaloso de afuera.

Yeonjun se levantó de inmediato para ver por la ventana y maldijo entre dientes.

— ¿Está aquí o no? — Escuchó Soobin desde su lugar y se levantó de su asiento para ver también, junto a Yeonjun.

— Tengo que bajar...— Soltó el mayor yendo hacia la puerta y Soobin tomó su brazo.

— ¿Estás loco? Puede armarte un escándalo y no me voy a quedar aquí si te pone un dedo encima.

— Soobin, no seas ridículo. Sé defenderme, no necesito a un niño de 16 años. — Soobin alzó las cejas y lo soltó de repente — Ay, no te hagas el ofendido porque es cierto. — Tiró antes de irse.

Yeonjun bajó hasta salir de la casa, Jackson inmediatamente posó su mirada en él y se acercó, el peliazul solo se cruzó de brazos esperándolo.

— ¿Se puede saber por qué vienes a armar un escándalo en mi horario de trabajo? — Preguntó el peliazul entre dientes.

— Te llamé toda la tarde, ¿Dónde tienes el puto teléfono?

— ¡Jackson! Estuve de tutor, ¿o es que aún no te das cuenta de la situación?

— ¿De la situación? — El castaño carcajeó — Por dios, si conozco a Choi mejor que tú, no quiero que se acerque a ti.

— Pero que escándalo haces. — Jackson fijó ahora su mirada en el nuevo individuo tras Yeonjun, Yeonjun volteó también.

— Soobin, te dije que no-...— Las palabras se evaporaron en la boca del peliazul al observar al pelinegro salir con el mismo short deportivo y ahora sin camisa — ¡¿Por qué estás sin camisa?!

— Lo mismo me pregunto, Yeonjun. — Ahora el peliazul volteó hacia Jackson y este observó los botones de su camisa desabrochados.

— ¡Dios! ¿Jackson cómo vas a pensar algo así? ¡Soobin es menor de edad! 

— ¿Qué quieres que piense cuando todo indica que es así?

— ¿Qué lo indica? ¿Dos botones de mi camisa desabrochados? ¿Que a este idiota se le haya ocurrido salir sin camisa solo para enojarte? — Preguntó acercándose a Jackson.

— Y que según tengo entendido, esta tutoría era para hacer unos trabajos de historia no entregados.

— ¿Y eso qué tiene que ver?

Soobin abrió los ojos entrando en pánico.

— ¿Me vas a decir que no sabías que tu alumno entregó todos los trabajos de historia? — Preguntó el castaño con burla — ¿Qué quieres que piense cuando vienes aquí para hacer unos trabajos que en realidad están completos?

Yeonjun se volteó rápidamente, observando a Soobin.

— Explícame eso ahora, Soobin. — El menor solo lo observó acercarse — ¿Te das cuenta del escándalo que armaste? Haciéndome pasar mal rato a mi, a tus empleados y familia con este gritoneo.

— Si quieres hablar de eso puedo hacerlo. — Soltó el menor.

— Te espero. — Dijo el mayor cruzándose de brazos y guardando su enojo.

— Pero cuando tu gorila se calme o directamente no esté en mi casa.

— Entonces ya no tenemos nada que hablar. — Escupió sus palabras y se alejó para luego mirar a su novio a los ojos— Jackson, cree lo que quieras pero si de verdad piensas que estaría con alguien como Soobin, no me conoces realmente.

El peliazul se fue sin más y Jackson le dedicó una sonrisa de victoria a Soobin, quien inhaló profundamente tratando de contenerse y no saltar a matar a golpes al otro hombre.

Hola, avisen errores wuju

Cap concluido un Lunes 25 de julio del 2022 a las 03: 26 :>










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