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Yeonjun se dirigía a la casa de su madre a pasos rápidos. Eran las 10 y muy probablemente su madre no se había levantado a desayunar, ni tomar sus pastillas, ni hacer absolutamente nada.
Abrió la puerta lo más rápido que pudo y entró con la misma rapidez. Se quedó boquiabierto, sosteniendo aún la perilla de la puerta y algo confundido.
— Hola Yeyo. — dijo su madre, sonriente mientras bebía lo que parecía un licuado. — Beomgyu vino a cuidarme.
Beomgyu lo observó, Yeonjun podía ver perfectamente el enojo en esa mirada.
— Bien, sabes que si necesita algo estoy a un lado, solo llámame. — le dijo a la mujer y esta asintió.
— Me alegra que estés bien. — dijo el peliazul hacia su madre — Venía a corroborar eso.
— Ella está bien. — soltó Beomgyu con un poco de agresividad. — Ya debo irme.
Beomgyu salió de la casa a pasos rápidos.
— Ahora vengo, espérame. — dijo Yeonjun hacia su madre y corrió a perseguir a su amigo. — Beomgyu. — llamó — Beomgyu. — repitió — ¡Beomgyu! — esta vez gritó pero tampoco tuvo respuestas. — Hey. — dijo ahora volteando a su amigo.
— ¿Qué? ¿Qué quieres? — indagó con un tono agresivo, más que el de antes. — No tengo tiempo ahora, Yeonjun. — dijo girándose hacia el frente aún con la idea de marcharse.
— Sí lo tienes, sé tu rutina, Beomgyu. — Yeonjun volvió a voltear a su amigo hacia él. — Quiero hablar contigo.
— ¿Para qué? ¿De qué? No voy a creer nada de lo que digas.
— Mierda, Gyu. Eres mi mejor amigo, detesto estar así contigo, no me hagas esto.
— ¿Ahora soy yo el que está haciendo las cosas mal?
— ¿Por qué te enoja tanto?
— ¡Porque me preocupo por ti, tonto! — gritó de repente — Porque no me parece bien lo que haces, me hace no conocerte.
— Gyu...él-...
— ¿Él qué? — interrumpió — ¿Te gusta? ¿Ya no es un niño? ¿Ya es maduro? Digas lo que digas nada a va a justificarte, Yeonjun.
— ¡Solo pasó! ¿Sí? Y fue un error.
— Fueron dos errores, y eso solo es hasta donde sé. Ya no confío en ti, no me gusta esto para ti.
— Lo estoy manejando. — dijo, calmado, muy, ya que le avergonzaba estar mintiendo nuevamente. — Él...se rindió conmigo y es todo lo que bastaba.
— ¿Crees que voy a creerte?
— No voy a obligarte a hacerlo, ¿sí? Pero ya no estés distante conmigo, por favor, no sabes lo mucho que me haces falta en mi día a día, Gyu. Crecimos juntos, no puedes alejarme por esto.
— Sí puedo.
— Gyu, por favor...
El menor, cruzado de brazos suspiró pesadamente antes de hablar.
— También me haces falta. No quiero volver a verte tomar malas decisiones.
— Y no lo harás, te prometo. — el mayor tomó las manos de su amigo y este las sostuvo también.
— Bien. — dijo antes de abrazarlo.
Seguía enojado, y con miedo, de hecho nada había cambiado pero le molestaba más estar lejos de su mejor amigo.
— ¿Qué haces ahora? — preguntó el menor al separarse.
— Mm...yo estoy cuidando a una niña.
— ¿Tú de niñero? — preguntó burlón el menor y Yeonjun asintió.
— Desgraciadamente. — bromeó. — No te preocupes, la niña es muy dulce, al menos conmigo. — rió levemente.
— Bien, ahora en serio tengo que irme.
— Ve, voy a hablar con mi madre. — Beomgyu asintió alejándose finalmente.
Yeonjun volvería a cagarla y él lo sabía.
El peliazul caminó hacia su casa nuevamente, al entrar cerró la puerta tras él y se recostó contra ella echando un suspiro muy largo.
— ¿Estás fumigando mi casa o qué? — soltó su madre acercándose, Yeonjun rió. — ¿Qué te pasa ahora? Escuché toda la discusión, ¿qué carajos hiciste? — preguntó tranquilamente, a pesar del vocabulario.
Yeonjun se deslizó por la puerta hasta quedar sentado en el suelo.
— Hice algo...creo que malo.
— ¿Crees?
— Bien, malo.
— Ya, pues cuenta no des vueltas. — la mujer se acomodó en el sillón.
— Me acosté con alguien.
— ¡Ja! Dime algo nuevo.
— Alguien menor.
— Carajo. — murmuró — ¿Qué tan menor?
— Tiene 16 años.
— Ahhh, bien, no te preocupes.
— Mamá, podría ir a la cárcel. — soltó obvio.
— Tu padre tenia 23 y yo 15 cuando quedé embarazada, esta conversación no es la mejor para mi. — rió y Yeonjun negó. — ¿Cuál de los dos se insinuó primero?
"— Lindo, ninguno de los dos estábamos en la mejor condición, y fuiste tú el que me llevó al cuarto."
— Yo estaba borracho, no recuerdo, pero Soobin dice que fui yo.
— Así que Soobin se llama... Tiene un lindo nombre, ¿es lindo?
— ¡Mamá! — lloriqueó el menor.
— ¡Vamos! Dilo.
— Sí lo es. Y de hecho, no parece de 16, quiero decir, cuando me acosté con él siquiera sabía su edad y yo juraba por mi vida que tenía unos 25.
— A ver, foto, foto. — pidió su madre y Yeonjun sacó su teléfono para enseñar la foto que le había sacado al menor mientras jugaba con Sophie.
Yeonjun siguió deslizando, su madre veía atenta.
— ¿Por qué tienes tantas fotos? — dijo ella tomando el celular pero Yeonjun se lo arrebató.
— ¡Son solo 5!
— Bueno, si tienes razón, si no me hubieras dicho que tenía 16 no lo hubiera pensado. — dijo la mujer viendo las fotos — Guau, y no digo nada simplemente porque iría presa.
— ¡Mamá!
— ¡Hijo, es guapísimo! Con razón no pudiste esperar que crezca.
— Ya basta.
— Tranquilo, ya terminé. — dijo ella riendo y Yeonjun bufó — ¿Y qué pasó con Beomgyu? ¿Y Jackson?
— Bueno, a él le enoja todo esto, dice que no está bien. Y Jackson...terminé con él.
— Yeyo, yo creo que él no es nadie para decirte como manejar tu vida, aunque sé que son muy amigos y a lo mejor él cree que estás haciendo las cosas mal y se preocupa por ti, pero ignorarte quizás es demasiado. Yo personalmente no creo que estés haciendo algo malo, no estás obligando al chico y no es un niño que cree que mamá y papá tienen que amarse para que venga una cigüeña de mierda. Y Jackson...bueno, hombres van, hombres vienen, ¿a quién le importa?
— Sí, entendí eso. — rió el menor.
— ¿A tí te gusta él?
— Sí, creo que sí.
— Bueno, si no estás seguro no creo que hay que tomar decisiones tan serias, como cortar una amistad. Deberías estar más tiempo con él y averiguar eso.
— ¡Cierto! Él me espera en su casa.
— Mierda, ¿tan rápido va la cosa?
— No, no es eso, tengo que cuidar a su hermanita. Nos vemos mamá. — dijo el menor dejando un beso en la frente de su madre antes de irse de la casa.
•bd•
— ¿Cómo? Literalmente lo tuviste en la casa y no te lo cogiste.
— Taehyun, ¿de verdad crees que no lo intenté? — se quejó el pelinegro. — No pudimos hacer una mierda con Sophie ahí, siquiera pude hablar de lo que quería con él.
— ¿Así que simplemente volvió tu madre y él se fue?
— Exacto.
— Debió ser desesperante para ti. — dijo su amigo con un poco de sarcasmo.
— No lo digas así, en serio lo fue. Mañana va a ser lunes y va a ser imposible todo.
— ¿Qué tal el sábado?
— Mi papá y su esposa regresan a casa.
— Bueno, ¿hay chance de que pases tiempo con él en la semana?
— De hecho...creo que sí.
Cuando Soobin cortó la llamada tan solo faltaban unas cuantas horas para que suene su despertador, cuando sonó se arrepintió con todo su alma haberse desvelado.
— Puta escuela. — murmuró levantándose sin ganas, hasta que recordó que vería a Yeonjun.
Su ánimo cambió automáticamente y salió de casa apenas estaba listo.
Su primera clase era de arte, pero probablemente vería a Yeonjun en los pasillos, y así fue, le sonrió ampliamente pero Yeonjun no lo hizo.
"¿Y este qué?" — pensó, pero no hizo caso a sus pensamientos y entró al salón.
— Llega tarde, Choi. — acusó Beomgyu.
— Lo siento. — se disculpó sin ganas y tomó asiento junto a Taehyun.
Beomgyu siguió con la clase, Soobin sintió que de vez en cuando el mayor le dedicaba miradas de odio bastantes peculiares.
— ¿Por qué crees que me mira así? — preguntó el pelinegro hacia su amigo.
— Porque estás sentado junto a mi y eso le da celos, claramente.
Soobin bufó ante la respuesta de su amigo.
— Choi. — habló Beomgyu hacia el pelinegro — agradecería si hace silencio al menos una vez en la clase, porque aunque a usted no le importe prestar atención a mucho de sus compañeros sí.
— Pero no soy el único hablando.
— Pero es el más molesto. — respondió de inmediato.
— ¿Tiene algún problema personal conmigo?
— Sí, que no se calla.
— No, estuvo todo un mes comportándose así.
— Porque me hartas. ¿Quieres pararte a frente y explicar la clase mientras yo hablo con un compañero?
— Pero le dije que no soy el únic-...
— No me importa, solo te estoy ordenando que te calles.
— Bueno, hágalo con el resto entonces también. — apoyó la espalda completamente en la silla, harto del profesor.
— ¿Tanto problema por callarte? Yo soy la autoridad aquí.
— Pues no hace bien su trabajo.
— ¿Qué tal si lo haces tú? — desafió el mayor y Soobin se levantó de su asiento.
— Bien.
— Hazlo, pero en la dirección.
— No tiene razones para enviarme.
— Las tengo, Choi.
— ¿Cuál? ¿Qué no lo complacen lo suficiente y por eso se descarga conmigo?
— Gracias por darme una razón más, andando.
Y Choi sacó al menor del salón mientras lo llevaba a dirección.
— Sé el camino. — dijo el menor.
— Sé que lo sabes, pero soy yo quien tiene que explicar.
— ¿Por qué no mejor no me dice qué es lo que le enoja tanto?
— Que no hagas silencio, ¿no te quedó claro? — dijo sin detener sus pasos, con Soobin frente a él.
— ¿Seguro que no es por Yeonjun? — preguntó deteniéndose y Beomgyu lo hizo igual.
— Él no tiene nada que ver.
— ¿Te enoja que me haya acostado con él?
— Me enoja que lo manipules para conseguir lo que quieres, un niño sin atención que no tiene ninguna idea de lo que está haciendo con su vida.
— Sí sé lo que hago.
— No eres consciente de que estás haciendo las cosas mal y no quiero que arrastres a mi amigo a esa mierda.
— ¿Entonces vas a llevarme a la dirección todos los días?
— Camina. — ordenó y Soobin sonrió acotando su órden.
Cuando ambos entraron a la dirección no pensaron encontrarse con Yeonjun.
— Hola, ¿qué hacen ustedes aquí? — preguntó el peliazul bebiendo un café.
— Ahora no me importaría estar en dirección. — soltó el menor de los tres.
— Vinimos a buscar a la directora.
— No está, ¿necesitaban algo?
— Sí, solo vinimos a buscar algo. — dijo Beomgyu tomando el registro del curso de Soobin y luego lo arrastró fuera de la dirección. — Te salvaste hoy, Choi.
La clase de arte siguió con normalidad, solo que Soobin estaba en detención. Él no se estaba quejando, ya no soportaba las clases de arte.
En un momento vió como Yeonjun pasó por el salón para dirigirse al baño y Soobin lo siguió.
Como estaban en horario de clase, todos los profesor y directores estaban ocupados, por lo que Yeonjun estaba solo en el baño, o eso pensaba porque Soobin lo había seguido asegurando la puerta al cerrar.
Yeonjun se sostuvo del lavamanos y cuando levantó la mirada hacia el espejo pegó un brinco del susto al ver a Soobin detrás de él.
— ¡Soobin! Carajo, no vuelvas a asustarme así. — se quejó al voltearse, con una mano en el pecho.
Soobin sonrió mientras se acercaba al mayor hasta encarcelarlo contra el lavamanos.
— ¿Por qué me miras así en los pasillos?
— ¿Así cómo?
— Siquiera me saludaste.
— Oh, no te vi.
— No es verdad. — el menor acarició la cintura del mayor y este se arqueó ligeramente.
— Bueno, no podemos olvidarnos de la realidad en público, nadie puede saber nada, ¿sí? Mucho menos Beomgyu.
— Entonces, nadie puede saber de nosotros.
— ¿Nosotros?
— De eso quería hablarte ayer, yo...sigo confundido. Quiero que me digas qué somos, Yeonjun.
— No sé si esto tenga una etiqueta aún. No estoy seguro.
— Bien, lo entiendo. Entonces dime si vas a seguir jugando conmigo. ¿Puedo besarte o vas a decirme que no y que está mal? para luego buscarme y besarme tú.
Yeonjun se subió sobre el lavamanos y pegó su cuerpo contra el de Soobin.
— Puedes besarme todo lo que quieras, ya no quiero detenerte. — susurró muy cerca de su rostro y Soobin no pudo resistirse a eso, devorando sus labios al segundo, pegando más su cuerpo contra el mayor, alzando más sus piernas, enredándolas a sus caderas y acariciando su cintura. Yeonjun realmente no se opuso a nada, siguió el beso con más desesperación.
— ¿Y qué hay...de lo otro? — preguntó el menor separando sus labios de los ajenos, Yeonjun no se detuvo, besaba el cuello del menor.
— ¿Qué otro? — preguntó sin detener sus besos — ¿Hablas del sexo? — Soobin asintió — Tendrás que esforzarte un poco más.
Soobin rió ligeramente, viendo en el espejo el cuerpo de Yeonjun pegado al suyo, desesperado y besándolo.
— No lo creo. — se burló — ¿Acaso quieres que te folle aquí? Porque si seguimos besándonos no voy a detenerme.
— Está bien, tienes razón. — Yeonjun se separó lentamente del menor, con la respiración agitada y se recostó contra el espejo.
— ¿Qué haces hoy? — preguntó el menor.
Yeonjun rió ligeramente.
— No sé, creo que nada.
— ¿Te gustaría salir?
— Me gustaría, pero creo que es mejor si me quedo a cuidar a mi madre esta noche.
— Bien. — soltó el menor sin soltar la cintura del mayor — Si no tienes planes de todos modos puedes decirme. — dijo deslizando sus manos hasta el trasero de Yeonjun, metiendo sus manos en sus bolsillos.
— Lo haré, ahora suéltame que debo ir a dar la estúpida clase.
— ¿De verdad tengo que soltarte?
— Desgraciadamente sí. — dijo el mayor antes de dejar un beso corto en los labios de Soobin.
Cuando Soobin sacó sus manos de los bolsillos, Yeonjun sintió que el menor sacó sus lentes, pero no dijo nada sobre eso, solo salió del baño y caminó hasta el salón.
•bd•
Yeonjun llegó a casa más cansado que de costumbre, todo el trabajo y estudio lo estaba matando, pero estaba seguro de que podría seguir aguantando un poco más. Luego se dió cuenta de que en su casa se oían risas que no solo eran las de su madre, alguien más estaba ahí.
Corrió hacia la cocina temiendo de que sea Jackson.
— Oh, tío. — soltó con alivio al ver al hermano de su madre sentada junto a ella. — Hola, qué sorpresa verte aquí.
— Hola, Yeyo, ¿cómo estás?
— Bien, ¿qué haces por aquí?
— El tarado de tu tío inundó su casa, su mujer se enojó tanto que lo corrió así que se quedó a dormir. — se burló la mujer.
— Sí, básicamente eso. — rió el hombre — ¿no te molesta que duerma en tu habitación, no? Solo hasta que se arregle lo de mi casa.
— Claro que no, adelante. — Yeonjun se alzó de hombros y abrió el refrigerador para beber algo de agua fría.
En ese instante el timbre sonó alertando a todos en la casa.
— Yo voy. — dijo Yeonjun dejando el vaso de agua para caminar hacia la puerta.
Giró la perilla y cuando abrió por completo se sorprendió por quien estaba en su puerta, así que cerró la puerta hasta la mitad, haciendo que Soobin solo pueda verlo a él y su familia no pueda ver de quien se trataba.
— ¿Qué haces en mi casa? — preguntó y Soobin le sonrió.
— ¿No puedo venir a visitarte, cariño?
— Bueno, creo que no me molesta pero debiste avisarme.
— Bien, lo siento. — se disculpó y luego sacó algo de su bolsillo. — Vine porque quería darte esto, te lo olvidaste. — Yeonjun negó con una sonrisa al ver su lentes.
— Mmm, ¿me lo olvidé en tus manos?
— Algo así. — dijo el menor alzándose de hombros.
— Y supongo que esto fue solo para venir a verme. — dijo tomando los lentes.
— De hecho, quería estar contigo.
— ¿A-ahora?
— ¡Yeonjun! ¿Quién está en la puerta? — preguntó la mujer dentro de la casa y Yeonjun bufó girando la cabeza para verla
— Un...— Yeonjun volteó nuevamente hacia Soobin y tragó duro. — ¡Es Soobin! — dijo viendo al menor, este sonrió.
Definitivamente no quería cagarla. ¿Un amigo? ¿Un novio? ¿Qué carajos era Soobin?
De pronto escuchó como su madre se levantó de golpe para acercarse.
— ¿Ah sí? — dijo abriendo más la puerta para ver al joven. — Jesucristo. — soltó viéndolo.
— Mamá... — regañó el peliazul entre dientes.
— ¿Por qué dejas que esté afuera? Tarado. — le dijo a su hijo — Entra Soobin, entra, eres bienvenido.
— No creo que-...
— Cálmate, ¿de qué tienes miedo, cariño? — susurró el menor muy cerca del peliazul cuando la mujer se alejó de ellos.
— Mi mamá sabe todo, y bueno...nunca traje a alguien con quien...estuve a casa además de Jackson, ¿entiendes? — Soobin notó como Yeonjun acariciaba sus manos.
— Bien, no te preocupes. — susurró antes de dejar un beso en la frente del mayor mientras le dejaba una caricia en la cabeza para luego entrar a la casa.
Yeonjun sonrió ligeramente, sintiendo de nuevo ese pequeño nudo en el corazón que se extendía por todo su pecho. Era como si su corazón estuviese derramando miel y bombee a todo su cuerpo, el mayor así lo describía.
Volteó, cerró la puerta tras él y echó un suspiro antes de acercarse a la mesa.
— ¿Y este joven tan apuesto? — interrogó el hombre mirando a Soobin.
— Es Soobin. — dijo la mujer — Un...— ella miró a Yeonjun, quien la veía con preocupación. — Alumno de Yeonjun, él estudia para ser profesor y esta es su práctica. — dijo y Yeonjun asintió.
— ¿Y tu alumno viene a tu casa? — bromeó el hombre.
— Regularme él va a mi casa. — dijo Soobin y Yeonjun rasca su nuca. — Es la primera vez que vengo aquí. Él también es mi tutor y de mi hermana, a veces la cuida.
El hombre asintió sorprendido.
Yeonjun casi no habló, pero de pronto la mesa era cálida y familiar, Soobin y su madre lo hacían fácil. Ambos tenían varias cosas en común.
— ¿Cómo inundaste tu casa? — preguntó Soobin entre risas hacia el hombre, ya hasta habían dejado de hablarse con respeto.
— Es que...soy un inútil y no quería admitirlo, mi esposa me dejó a cargo de la casa para probarlo y no entendía la lavadora.
— ¿Te echó de la casa? — preguntó y el hombre asintió — ¿Dónde duermes ahora?
— En la habitación de Yeonjun. — afirmó y el menor llevó su mirada hacia el mayor, quien negó ante la idea que Soobin estaba teniendo.
— Entonces...Yeonjun puede quedarse en mi casa mientras tanto. — dijo sonriendo y la madre de Yeonjun cubrió su boca con sus manos evitando reir o decir una estupidez.
— Oh, no quiero molestarte tampoco. — dijo el hombre hacia el menor y Soobin negó.
— Por favor, incluso yo le he pedido que venga a dormir pero no quiere.
— Soobin...— regañó Yeonjun bajo y Soobin le sonrió inocentemente.
— Yo no tengo ningún problema, en serio.
El hombre dirigió la mirada hacia su sobrino, esperando una respuesta.
— ¿Tú estás bien con eso?
Yeonjun lo vió fijamente, luego a Soobin de reojo y luego a su tío de nuevo.
— Claro. — soltó y Soobin festejó mentalmente.
— Bien, ya arreglado yo voy a tomarme una ducha. — dijo el hombre levantándose de la mesa.
— Ve, apestas. — bromeó su hermana mientras él dejaba el comedor.
Cuando Yeonjun vió a su tío desaparecer en las escaleras le dió un golpe a Soobin.
— ¡Auch! — se quejó sobando su brazo. — ¿Y eso?
— ¿Dormir en tu casa? ¿Estás loco o qué? — soltó y Soobin rió. — ¿Qué te da risa?
— Que te preocupes tanto, ¿qué tiene de malo? — dijo abrazando al mayor y este bufó.
— Bueno...si Beomgyu lo sabe-...
— ¿Para qué vas a decirle? — interrumpió el menor. — Yo no voy a decirle, mi suegra tampoco va a decirle, ¿o no?
La mujer sonrió ante cómo Soobin la había llamado y asintió.
— Claro, no diré nada.
— ¿Ves? Mejor ve a buscar tu ropa para esta noche.
— ¡Soobin! — regañó levantándose.
— ¿Qué? ¿No piensas bañarte acaso? — rió mientras el mayor se dirigía a su habitación.
— Bien, yo me voy a dormir. Usen condón, por favor. — soltó la mujer y Soobin rió.
— No te aseguro nada. — bromeó el menor.
— Así me dijeron y salió Yeonjun.
— Gracias por eso, entonces. — la mujer rió mientras se iba a su habitación.
JJSAJJAJ es q se supone q cada cap tiene 3mil palabras nopuedeser
Cap concluido el domingo 23 de julio del 2023 a las 12:42 am. Iba a seguir el otro cap así seguido pero me quedé dormida. Avisen errores
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