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Cuando Sophie despertó llamó aterrada a su hermano mayor, su lamparita de noche se había apagado causándole pánico la absoluta oscuridad. Bajó con prisa y al ver a Yeonjun corrió hacia él sin dudar.

El peliazul le sonrió y la abrazó también, realmente la había extrañado.

— ¡Sophie! — respondió alegre mientras la abrazaba y la niña no se despegaba de él ni un momento.

Soobin no pudo evitar reír ante la escena.

— Una vez llegué a casa después de ser operado y ella solo me dijo "No dejes la tapa del baño levantada". — comentó y luego rió al terminar la frase, Yeonjun soltó una pequeña risa mientras Sophie aún no pensaba soltarlo.

— Veo que me extrañaste también. — dijo Yeonjun mientras se agacha un poco a la altura de la niña, quien por fin lo soltó.

— Sí, sí, sí. Te extrañé mucho.

Yeonjun le sonrió cálidamente y acarició su cabeza.

— Lo único malo de tenerte aquí es que Soobin viene solo si tú tambien.

El peliazul frunció el ceño un poco confundido y volteó su mirada hacia Soobin.

— Bueno, Sophie...¿vemos unas películas? Hoy tú eliges Sophie. — interrumpió el pelinegro cambiando el tema y sin ver a Yeonjun.

La niña pegó saltos de alegría hasta el sillón.

Soobin dió unos pasos adelante estando ahora a un lado de Yeonjun.

— ¿No visitas a tu madre? — preguntó Yeonjun, murmurando y Soobin solo carraspeó incómodo ante la pregunta.

— Claro que lo hago, veamos la película. — el peliazul comenzó a avanzar hacia el sillón, Yeonjun lo siguió. Soobin pegó un brinco desde atrás del sillón para quedar sentado en un extremo, el derecho y Yeonjun solo rodeó el sillón hasta sentarse en el otro extremo, Sophie al medio.

— ¿Qué película elegiste, Sophie? — preguntó Yeonjun juntando sus manos entre medio de sus piernas, buscando calor.

— Eh...pollonejo.

— ¡¿Eh?! — dijeron ambos mayores al unísono.

— Pollonejo. — repitió la niña.

— ¿Eso qué mierda es? — soltó Soobin y Yeonjun lo regañó con la mirada.

— No le hables así, si ella quiere ver patonejo hay que verla.

— Pollonejo. — corrigió la niña.

— Sí, eso.

— Bien. — la niña tomó el control remoto — Po...llo...ne-...

— Sí, pollonejo, ya entendimos. Las últimas 4 cosas cosas que has dicho es pollonejo. — interrumpió Soobin y la niña carcajeó.

— Pollonejo me gusta.

— Ya dejen de decir pollonejo. — lloriqueó Yeonjun mientras se quitaba los zapatos para acurrucarse en el sillón junto a la niña.

La película comenzó y los tres se acomodaron atentos a la televisión.

— Aww, ahí encuentran a pollonejo de bebé, abandonado. — le contó Sophie a Yeonjun y este sonrió asintiendo.

— Así te encontramos también. — soltó Soobin hacia Sophie y Yeonjun golpeó su nuca.

— Tarado. — le susurró.

Soobin rió, Yeonjun igual y dejó su mano extendida en la parte superior del sillón, Soobin apoyó su cabeza haciendo que Yeonjun lo acaricie, quien no tardó en comenzar a mover su dedos, acariciando su cuero cabelludo.

— ¿Por qué el conejo tiene patas de pollo? No tiene mucha lógica. — dijo Soobin murmurando, atontado por los suaves masajes.

— Soobin, es una película para niños a cerca de un mundo donde los animales son civilizados, desde el principio no hay lógica. — respondió Yeonjun, sin dejar de acariciarlo.

— Eso es, Soobin tonto. Yeonjun eres muy inteligente. — halagó la niña viéndolo.

— Tú también lo eres. — respondió el peliazul y acarició nuevamente la cabeza de la niña.

Sophie le sonrió y luego volteó su rostro hacia Soobin para sacarle la lengua, Soobin le hizo lo mismo.

— Esa puta tortuga me representa tanto. — soltó Soobin a mitad de la película.

— Shh, no digas esas palabras frente a Sophie.

— Sí, Soobin, no debes decir esas cosas feas frente a mi, yo soy una buena niña. — Yeonjun alzó las cejas cómicamente mientras observaba a Soobin.

— ¿Oyes? Ella es una niña buena.

— Ajam.

— ¡Ja! Su insulto más tranquilo le causaría un infarto a toda la familia. — se burló Soobin.

— Ya...— calmó Yeonjun a los tres para que sigan viendo la televisión.

Luego de unos minutos, Yeonjun jadeó del frío e intentó acomodarse en el sillón pero no podía. Soobin alzó la mirada hacia él.

— Sophie, levántate. — ordenó Soobin y la niña frunció el ceño negando. — Levanta tu trasero si no quieres que lo haga mi pie. — amenazó y la niña bufó levantándose. — Ven, Yeonjun.

El peliazul con confusión se acercó al menor, este lo tomó de la muñeca y lo estiró hasta que esté básicamente sobre él en el sillón.

— Hey, ¿qué haces? — preguntó el peliazul.

— Nos acomodo, ¿ves? Yo me acuesto en el sillón, tú entre mis piernas y Sophie en tus pies.

Yeonjun no pudo oponerse, no cuando Soobin lo estaba moviendo como si fuera una almohada.

— Ahora sí, ven Sophie.

Sophie se sentó en el sillón y Soobin tomó la manta tras suyo para cubrir a todos, bajo la manta abrazaba a Yeonjun.

— Pudiste simplemente pasarme la manta. — susurró Yeonjun en el oído del menor y este rió despacio.

— Pude hacerlo, pero no estaría acariciándote ahora. — Yeonjun se removió un poco para alejar la mano del menor, la cual estaba en su cintura, zona peligrosa para Yeonjun, era sensible allí. — Además estoy seguro que yo puedo mantenerte más caliente que una manta. — susurró el menor.

— Shh, ya cierra la boca, no estamos solos.

— Ya lo sé, si estuviéramos solos no tendrías ropa. ¡Ah-h! — se quejó al recibir un golpe en su estómago con el codo de Yeonjun.

— Lo siento, los escalofríos me hacen tener espasmos.

Y si no fuera porque se había quedado sin aire hubiera dicho otro comentario.

La película terminó más rápido de lo que Soobin deseaba, él en verdad lo hacía, nunca había deseado tanto que su hermana se duerma.

— Bueno, a la cama. — dijo el menor y cuando tomó el control remoto la niña se abalanzó hacia su hermano, cayendo también sobre Yeonjun.

— Pero yo no tengo sueño. — dijo ella removiéndose para alcanzar el control.

— Pero ya es tarde. — Soobin alejó más su mano, casi cayendo del sillón.

— Yeonjun dile algo a Soobin. — lloriqueó la niña.

— Soobin, dale el control a tu hermana. — ordenó el mayor removiéndose sobre Soobin para que Sophie no lastime sus partes con su rodilla.

— Pero-...

— Me está pisando el estómago, ya dáselo. 

— Ush. — y se lo dió.

Sophie sonrió victoriosa y se regresó a su lugar.

— Hay que jugar a algo, un videojuego.

— No voy a sacar mi Xbox, ve a dormir. 

— ¡Soobin! — volvió a lloriquear y Soobin bufó.

— Soobin, aún es temprano, juguemos con ella un rato.  — pidió el mayor llevando la cabeza hacia atrás para que Soobin pueda verlo.

— Bien, solo porque tú me lo dices.

Yeonjun sonrió y se sentó en el sillón para que Soobin pueda salir.

— ¡Sí! — celebró la menor y chocó los cinco con Yeonjun.

Y después de media hora eligiendo, se decidieron por Boomerang fu, super crazy rhythm castle, fall guys, gang beats y otros que Sophie pueda.

— Eres horrible jugando. — se burló Soobin, atento a la pantalla.

— ¡Cállate! Tú eres un tramposo. — se quejó la niña y Soobin reía.

Yeonjun, atento al menor sonrió también y sacó su teléfono. 

"Señora S." — ¿Cómo están mis niños, Yeonjun?

Yeonjun tomó una foto de la niña jugando y luego de Soobin, el menor salió muy sonriente, Yeonjun sintió un pequeño nudo en el pecho al verlo.

— Yeonjun...— murmuró la niña.

— ¿Mhh? ¿Qué pasa, cielo? — preguntó viéndola.

— Tengo sueño...

— ¿Quieres ir a la cama?

Soobin pausó el juego y observó a su hermana, quien asintió hacia Yeonjun.

— Gracias Dios...— susurró observando el techo mientras levantaba los puños en victoria.

— Shhh. — regañó el mayor a Soobin mientras cargaba a la niña.

Mientras Yeonjun subía hacia la habitación de Sophie, Soobin desconectó la consola, guardó sus cosas y sacudió el sillón. Cuando Yeonjun bajó rió bajo al ver a Soobin lanzarse al sillón como si no estuviese preparando algo.

— ¿Qué haces? — preguntó el mayor aún encontrándose de pie tras el sillón.

Soobin volteó el rostro hacia Yeonjun y le sonrió inocentemente.

— Nada, te esperaba.

— ¿Para qué? — lanzó otra pregunta mientras apoyaba las palmas en el respaldo del sillón, sin dejar de mirar al menor.

— No sé, ¿aún te parece temprano? podríamos quedarnos un rato más despiertos, ¿no?

Yeonjun sonrió mientras negaba. Caminó  rodeando el sillón hasta quedar frente a Soobin.

— Tengo un poco de sueño. — dijo acariciando los hombros del menor, quien tomó su cintura queriendo hacer que se siente sobre él, Yeonjun puso resistencia ante eso.

— ¿En serio? Yo pensaba seguir lo que estábamos haciendo. — dijo directo Soobin, sin ver al mayor a los ojos, solo fijo en su cuerpo que resaltaba por la luz de fondo de la TV.

— Pss, olvídalo. Estoy lo suficientemente consciente para decir que no ahora.

— ¿Eh? ¿Y por qué no?

— Porque tienes una hermana de 8 años durmiendo en la casa. — respondió el mayor con obviedad.

— Puedo deshacerme de ella si quieres. — Yeonjun rió negando mientras se sentaba junto al menor, se extendió en el sillón y subió sus pies descalzos a los muslos de Soobin y este le acarició las piernas. — O sea que si estuviésemos solos...

— Ujum. — Yeonjun asintió — No hace falta que lo digas.

— Yo...mi padre y su esposa no van a estar en mi casa en toda la siguiente semana. — Yeonjun asintió sentándose, por ende más cerca de Soobin.

— Bien, tienes toda esa semana para convencerme como se debe, y si lo haces rápido a lo mejor tengas más días para disfrutarla. — susurró con un tono suave que lo hacía sonar sensual también.

— Eres malvado. — susurró Soobin y Yeonjun le sonrió antes de dejar un corto pico en sus labios.

— ¿Pero lo vale?

— Cada minuto. 

Lo que Soobin no sabía es que para Yeonjun, el que Soobin esté tan desesperado por él ya lo había convencido.

— Me iré a dormir ahora.

— ¿Sólo?

— Sí, sólo. Te veo mañana.

Yeonjun subió hacia la habitación, una sonrisa adornando su rostro. Si antes no sabía lo que hacía ahora mucho menos, pero la atención que Soobin le daba se convirtió en algo esencial en su vida en tan poco tiempo de conocerse, o al menos eso piensa Yeonjun. No quería aceptarlo antes, pero sí, Soobin tenía algo que lo atraía terriblemente pero pensar en ello le daba escalofríos.

Aunque tenía el presentimiento de que todo acabaría terriblemente mal.

Antes que nada debería arreglar las cosas con Beomgyu. Entendía lo preocupado que su amigo estaba, pero Yeonjun siempre lo apoyaría cuando Beomgyu hiciera las cosas mal, lo malo es que...¡Beomgyu nunca ha hecho algo mal! Pero en caso de que sea así, Yeonjun estaría para él. Solo quiere a su amigo de vuelta.

Con esos pensamientos impregnadas en su mente, con suerte logra despertarse y levantarse al día siguiente. Sentándose en la orilla de la cama sintió como toda la habitación daba mil y mil vueltas y de pronto sintió un horrible deja vú de la adolescencia.

— Mierda...— murmuró acariciando su cabeza hasta que todo volvió a la normalidad — Listo. — se preparó mentalmente para el día y se levantó para hacer sus necesidades.

Era domingo, Sophie no tenía escuela, ni Soobin, ni él, así que probablemente solo sean los tres ese día.

Cuando salió de la ducha se pegó el susto de su vida al ver a una bestia probablemente más grande que él mismo.

— ¡Soobin! — gritó aferrándose a su toalla como si fuera lo único que tenía.

Escuchó al menor por los pasillos corriendo hacia la habitación como si alguien le hubiera gritado que Minecraft dejó de existir para siempre.

— ¿Qué pasa? — preguntó en el marco de la puerta.

Yeonjun solo apuntó al perro en su cama.

Soobin bufó mientras negaba y se acercó al animal.

— Cariño, es solo un perro.

— ¿Solo un perro? Probablemente si se para sea más alto que tú. — Soobin rió ante la exageración ya que el perro con suerte y pasaba a Sophie, aunque sí se veía pesado —¿Cómo quieres que no me asuste? No sabía que tenían uno.

— No tenemos uno. — afirmó el menor con calma mientras se acercaba al animal, haciéndole sonidos raros para atraerlo. 

Yeonjun abrió sus ojos en demasía ante el comentario del menor y se alejó más de la cama.

— ¡¿Cómo que no tienen uno?! ¿Y este de quién es? ¡So-Soobin no lo toques!

— Quizás entró mientras saqué la basura, por el olor del desayuno. — decía mientras acariciaba el cuello y la cabeza del animal.

— Podría morderte o algo, sácalo de aquí.

Y como si le hubiera entendido el perro observó a Yeonjun y ladró ante su comentario.

— ¡Ah! Mierda. — Yeonjun se pegó más a la pared.

Soobin rió ligeramente acariciando al perro mientras negaba ante la actitud de Yeonjun.

— ¿Te dan miedo los perritos?

— ¡Es un pitbull blanco! No sé qué raza sea pero los vi muchas veces en videos donde dicen lo violentos que son. — se defendió — De todos modos cómo es que una raza como esta es un callejero.

— Es un dogo argentino. Y no te preocupes, ha deambulado por este vecindario desde hace años. Se llama Destructor.

— ¡No digas eso que es peor! 

— Bromeo. Se llama Montaña, pareces un bebé. — Soobin se alejó del perro y este se levantó rápidamente asustando más a Yeonjun, quien ya estaba sentado sobre un mueble como si eso le brindara más seguridad. 

Y fue cuando Soobin notó que Yeonjun solo tenía puesta una toalla.

— Tranquilo, solo me busca a mi. — Soobin se acercó hacia el mayor, posicionándose entre sus piernas.

— Sácalo de la habitación, tengo que vestirme.

— Bien, ¿me das un beso de buenos días?

— No. — sonrió el mayor ligeramente, aún con miedo de que el perro pueda sacarle una pierna o algo mientras él está distraído en Soobin.

Pero parece que el perro también estaba distraído en Soobin.

— ¿Qué tal un beso de "gracias por salvarme de un perro de 45 kilos"?

Yeonjun giró los ojos antes de dejar un beso corto en los labios del menor. Pegó otro brinco aferrándose a Soobin con sus piernas y brazos cuando el perro gruñó, luego le ladró.

— Parece que no le gustas. — se burló Soobin.

— Bueno, tenemos algo en común. — dijo el mayor — Más bien parece que tú le gustas.

— Ahora tienen dos cosas en común. — volvió a burlarse antes de dejar otro pico en sus labios y salir de la habitación, siendo seguido por el perro.

•bd• 

Cuando Yeonjun bajó no solo le esperaba Soobin con un desayuno, también un perro probablemente asesino que si quisiera lo mataría en un segundo.

— Que lindo, Montaña. —  Sophie lo acariciaba y el perro se veía gustoso.

—  Soobin, es peligroso para ella. —  murmuró el mayor.

Soobin bufó mientras rodeaba la mesada para acercarse a Yeonjun.

—  Mira. —  el menor tomó uno de los peluches de su hermana y lo agitó frente al perro.

El animal solo lo miró por unos segundos y bostezó.

— Es el perro asesino más vago que he visto. —  dijo Soobin y le entregó el peluche. El perro solo lo lamió y luego se acostó sobre él. 

— Bien. No sé qué dirá tu madre de esto. —  Yeonjun observó al perro, quien solo lo observaba con unos ojos tiernos de súplica. — No te odio, solo me das miedo. —  le dijo al perro y Soobin rió.

Yeonjun se sentó en las banquetas de la mesada, el desayuno estaba hecho sobre esta.

— Wow, ¿Haces esto siempre?

— Claro. —  Soobin sonrió hacia el mayor mientras se sentaba frente a él.

— No es cierto. —  soltó Sophie.

— Tú cállate, muérdela Montaña.

El perro observó a la niña y lamió su mejilla hasta hacerla reír.

— Que perezoso. — dijo Soobin hacia el perro.

— ¿Te lo piensas quedar? 

— Vive en el parque, todos los vecinos lo cuidamos porque es muy protector con los niños.

— ¿Por qué se llama Montaña? — preguntó el mayor y Soobin se alzó de hombros.

— Eh...no sé.

— Se llama montaña porque fue el nombre que Soobin le puso de bebé y a los vecinos les gustó. — contó Sophie burlándose.

— Cállate. — Soobin le sacó la lengua a la niña y esta hizo lo mismo.

Yeonjun rió y Soobin llevó su mirada hacia él.

— Es tierno. — dijo antes de beber su café — ¿Y Montaña entra a las casas como si nada?

— Solo a la nuestra, hubo veces que entró en casas de otros pero fue de emergencia, como un robo o algo. Por eso lo cuidamos, se ha encargado muy bien de las malas personas que entran aquí.

El perro lloriqueó por la atención de Soobin y comenzó a restregar su cabeza contra la pierna del adolescente.

— Perdón por juzgarte entonces, Montaña. — le dijo el mayor y el perro se acercó a Yeonjun para querer su atención también, Yeonjun le acarició la cabeza mientras le daba una galleta. — ¿Sophie tú no comes?

— Ya comí, Soobin quería comer contigo así que te esperó.

Yeonjun sonrió con la boca cerrada, su mirada fija en su comida.

— ¿Puedes dejar de delatarme, Sophie?

— No, Yeonjun es lindo cuando se sonroja. — y Soobin lo pudo comprobar gracias a eso.

— ¿Por qué no vas a jugar? — Preguntó hacia su hermana y esta se alzó de hombros antes de levantarse.

— Vamos, Montaña, vamos a jugar. — la niña sacudió al perro pero este parecía a gusto y  profundamente dormido frente a la chimenea.

— Déjalo, ¿no ves que no puede ni con si propia vida?

La niña bufó y salió hacia el jardín para llamar al niño que vive a un lado de su casa.

Yeonjun dió su último sorbo de café y se levantó de la banqueta.

— Bueno, gracias por esto, Soobin. No debiste molestarte. — Soobin sonrió hacia el mayor parándose de la banqueta también — Ahora, necesito arreglar unos asuntos en mi casa. ¿Podrías cuidar a Sophie por mi hasta que regrese?

— Creí que te quedarías todo el día hoy.

— Sí, sí, eso haré pero primero necesito asegurarme de que mi madre se encuentre bien, ¿sí?

— Claro, ve, no hay problema.

— Gracias, en serio. — agradeció el mayor tomando sus llaves, teléfono y billetera. — Nos vemos en un rato.

— Claro. 

Yeonjun se acercó a la puerta y hubiera salido si no fuera porque Soobin lo llamó.

— ¿Sí?

— Bueno...quería saber si cuando vuelvas podríamos hablar sobre algo.

— Claro.

no se me enojen q ya está el otro cap putitos

el emoji del principio era solo para ilusionarles jajjsjsjjs

cap concluido el domingo 23 de julio del 2023 a las 01:19 avisen errores

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