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11

— Vete a tu habitación. — susurró el peliazul mientras se colocaba sus prendas.

Soobin sonrió con arrogancia.

— Ni se te ocurra hacer alguna estupidez porque te juro por mi madre que te haré la vida imposible. — susurró nuevamente pero ahora en un tono distinto.

— Wow, de verdad le temes. — se burló el menor.

Los golpes a la puerta aparecieron y Yeonjun apuntó la habitación del menor indicándole que se vaya.

Soobin sonrió sin mostrar los dientes y subió a su habitación sin decir una palabra.

El peliazul suspiró antes de abrir rápidamente la puerta.

— Jackson...— fingió sorpresa, pero más bien parecía que lo habían atrapado haciendo algo malo.

Tan mentira no era.

— Te llamé mil veces, fui a tu casa y no te encontré. ¿Por qué no me dijiste que estabas aquí? ¿De quién es la casa?

El menor frunció el ceño, molesto por las preguntas y salió de la casa, obligando al mayor a alejarse. Cerró la puerta y se cruzó de brazos hacia su novio.

— ¿Ahora tengo que decirte en dónde estoy? Estoy trabajando, Jackson.

— Hoy teníamos algo planeado, ¿lo recuerdas no? Iríamos al evento de mi madre, se decepcionó al no verte allí.

— Pss, tu madre me odia.

— Bueno, era el momento de quedar bien con ella, y lo arruinaste.

— Lo siento, pero estoy trabajando, no tuve tiempo. Pudiste esperar a mañana para hablar, no necesitabas venir aquí. Odio que hagas eso.

— ¿De quién es la casa? No creo nada que sea de un alumno, ya es casi media noche.

"¿Este idiota siquiera está escuchándome?"

Yeonjun carcajeó sin gracia, volteando a los lados y luego a su novio.

— Estoy harto, de tener que darte explicaciones de cada cosa que hago.

— Es porque no confío en ti, no estás ayudando a que funcione.

— Oh, ¡¿Yo no ayudo?! Eres tú el que está día y noche haciendo de estas ridículas escenas y hablando con tus amigos de nuestra intimidad.

— ¿Y por eso tienes que comportarte así con todos? Te veo Yeonjun, y como te miran. Te gusta eso y no tienes una pizca de respeto por ti mismo.

El menor sintió algo extraño en el pecho, estaba confuso entre ira e humillación.

— ¿Qué quieres decir?

— Que te gusta cómo mis amigos te ven, te gusta que te deseen, Yeonjun. ¡Admitelo!

— ¡No es así!

— ¡Lo es! ¿Crees que ellos se quedan callados? No, Yeonjun.

El peliazul tragó en seco, desviando un poco la mirada hacia un lado, sintiendo vergüenza de repente.

Y no pudo hacer peor cosa.

El mayor fijó sus ojos en la mandíbula del menor, para luego bajar a su cuello y clavícula.

Yeonjun pegó un brinco del susto, casi terror cuando el mayor lo empujó hacia la pared.

— ¡¿Tú crees que soy estúpido?!

— ¡¿Qué carajos te pasa?! — Yeonjun respondió con la misma agresión física.

— ¡No tienes vergüenza! — el mayor sí se veía furioso ahora — Vengo aquí y te quejas por hacer una escena aún con marcas en todo el cuello.

El menor abrió los ojos en demasía, acariciando su cuello como si pudiera sentir las marcas de chupones.

— ¿Te das cuenta de lo que eres?

— ¡¿Qué?! ¿Qué soy? ¡Dilo de una vez y vete a la mierda!

— ¡¿De quién es la puta casa?!

Soobin observó desde la ventana de su habitación, muy bien oculto, mordiendo su labio inferior fuertemente, luchando con las ganas de bajar y romperle la cara al castaño ese.

Cuando el mayor pareció tener la intención de entrar, Yeonjun lo empujó ahora con más fuerza.

— ¡No vas a entrar a la casa! Vete ahora o voy a llamar a la policía.

El castaño se quedó unos segundos quieto, analizando la expresión de su novio antes de marcharse sin calma e insultando. Yeonjun ya no le prestó atención.

Cuando Soobin pudo observar que Yeonjun entró a la casa, bajó rápidamente de su habitación.

Yeonjun lo observó fijamente, aún con la mano en la perilla.

— Voy a matarte. — murmuró el mayor.

— ¿Ahora tengo la culpa de algo?

El menor tuvo la intención de acercarse pero el mayor lo detuvo colocando su mano libre entre medio de ambos, sin que lo llegue a tocar.

— Shh... ni te me acerques.

— No es culpa mía que tu novio sea un celoso lunático.

— ¿Mira las marcas que me hiciste? ¿Quién te lo ha permitido?

Soobin observó las marcas, pero no pudo evitar distraerse. Yeonjun estaba enseñando su cuello y pecho, Soobin no podía pensar en nada más que lanzarse hacia él y continuar lo que estaban haciendo.

Cuando Yeonjun notó que la mirada del menor cambió, se cubrió el cuello nuevamente.

— Lo siento, me dejé llevar. — Soobin se disculpó sinceramente.

— Está bien, solo ten cuidado la próxima vez.

El menor alzó las cejas con sorpresa y lo observó con una sonrisa burlona. Yeonjun notó lo que dijo y entró en pánico.

— ¡Ninguna vez! No...volverá a pasar.

— Sabes que sí.

— Cierra la boca y sube. — Soobin asintió y subió no sin antes burlarse del mayor solo con los ojos. — Mocoso...— murmuró antes de irse a la habitación también.

Entró en la amplia habitación, desasiéndose de sus prendas hasta quedar con la camisa de Soobin y en ropa interior. Gateó hasta el centro de la cama, era grande y se acostó observando el techo, pensando y procesando todo ese día.

Beomgyu tenía razón, un niño podía hacer lo que quisiera con él, Yeonjun no le pone ningún alto. 

Y por más que no quisiese hacerlo, era lo correcto. Pero su mente se volvía tan inútil estando cerca del menor, sabía que estaba mal pero no le cruzaba por la mente alejarlo como lo hizo con Jackson. Soobin tenía un tipo de control en él, lo terminaría descubriendo tarde o temprano y no dudaría en usarlo para conseguir lo que quiera.

Tendría que estar más atento ahora, no puede dejar que Soobin haga lo que le venga en gana.

Como pudo, cerró sus ojos e intentó dormir hasta que quedó profundamente dormido sin darse cuenta. Si no fuera por el estruendoso sonido de su alarma.

¿7 Am? ¿Para qué carajo había puesto la alarma tan temprano? Ese día no tenía que ir a la universidad.

Se sentó de golpe en la cama, observando al rededor, no era su cuarto.

Y luego recordó; tenía que llevar a Sophie a la escuela.

— Mierda... — murmuró levantándose de golpe de la cama.

La habitación tenía su baño privado, así que dirigió a él y lavó su cara, hasta habían cepillos de dientes descartables.

— ¿Es una casa o un hotel? — dijo para sí mismo.

Bajó rápido de las escaleras sin ver al frente, solo sus pies y cuando subió la mirada se llevó una pequeña sorpresa.

— Soph-...Sophie. — Sonrió viéndola, completamente arreglada para ir a la escuela. — Guau, ¿te arreglaste sola? — preguntó, inclinándose hasta que su rostro quede a la altura de la niña y acariciando su cabeza con una sonrisa.

— De hecho me ayudó Soobin. — respondió volteando el rostro hacia atrás.

Yeonjun alzó la mirada y borró lentamente su sonrisa cuando vio a Soobin. Con la misma lentitud se enderezó, sin dejar de hacer contacto visual con el menor.

— ¿Desayunaste, Sophie? ¿Te sientes mejor?— preguntó Yeonjun, aún sus ojos clavados en Soobin, quien tampoco dejaba de verlo como si estuviesen compitiendo.

— Sí. — dijo la pequeña con una enorme sonrisa, esperando a que Yeonjun la vea y note lo bonita que estaba.

— Bien, entonces vamos. — El mayor bajó la mirada hacia ella y comenzó a caminar hacia la puerta.

— Okey, ¿te gustan mis trencitas? Me las hice yo.

— ¿En serio? Guau, son muy bonitas. — halagó Yeonjun y fue lo último que oyó Soobin antes de que Sophie cierre la puerta.

Soobin sonrió y volteó hacia la cocina, pensando si era mejor desayunar o irse a dormir nuevamente, optó por lo primero.

Yeonjun no tardó en volver, pues la escuela de Sophie no era tan lejos, su madre siempre la llevaba a pie. 

— ¿Qué haces despierto? — preguntó Yeonjun cerrando la puerta tras suyo. Soobin le estaba dando la espalda, al parecer estaba haciendo café, por el aroma.

— ¿Mm? — Soobin volteó el rostro hacia el mayor, viéndolo sobre su hombro. Yeonjun había llegado rápidamente a solo unos pasos de él. — Ya es de día. — dijo, como si no fuera obvio.

— Dudo mucho que tu día empiece a las 7Am. — Yeonjun colocó  sus manos en sus caderas y ladeó un poco la cabeza hacia Soobin, quien tenía la mirada al frente y sonrió.

— No, tú día empezó a las 7Am, el mío a las 6:30Am. — Corrigió después de darse la vuelta para quedar cara a cara con Yeonjun. Apoyó sus palmas en la mesada tras él. 

— Ujum y supongo que todos tus días empiezan a las 6:30Am, ¿no?

Soobin sonrió, acariciando levemente la parte trasera de su dentadura con la lengua, Yeonjun apretó sus caderas, como si quisiera estrujar con sus manos el deseo de besarlo allí mismo.

— A veces... — dijo Soobin simplemente y caminó hacia Yeonjun, quien retrocedió un poco asustado pero Soobin solo se dirigió a un estante para tomar una taza, aprisionando a Yeonjun entre la mesada y él.

Yeonjun alzó un poco la cabeza, Soobin seguía buscando la taza.

— Pero a mis clases llegas tarde siempre.

Soobin sacó finalmente una taza, pero no se alejó de Yeonjun, sino bajó la mirada hacia él.

— Bueno, tu clase es a la que más temprano llego, me gusta mucho. — confesó sin vergüenza y Yeonjun alzó las cejas con sorpresa, ocultando su sonrisa.

— ¿Te gusta mucho la literatura? — Yeonjun sonrió, casi burlón. 

Soobin dejó la taza en la mesada tras Yeonjun, su mano pasando entre la cintura y el brazo de Yeonjun, quien observó todo el movimiento. Luego sin pena Soobin sostuvo las caderas del mayor con esa mano. Yeonjun rápidamente subió su mirada a Soobin, quien lo tenía acorralado. Yeonjun se removió, su respiración dejó de ser irregular y sus ojos escanearon todo el rostro de Soobin.

— Me gusta el que enseña. — dijo Soobin.

El mayor sabía que si Soobin lo besaba perdería definitivamente su batalla contra sí mismo. Aún así no lo alejó. Soobin observó sus labios unas veces rápidas y cuando Yeonjun no dió ninguna señal de alto, se acercó hasta sentir la respiración del mayor.

Y fue como si a Yeonjun le regresara el alma al cuerpo, tomó aire repentinamente, arrugando el cuello de la camisa de Soobin con sus dedos y alejando su rostro. A la vez Soobin guió la mano que se encontraba en las caderas del mayor hacia su espalda, arqueándolo y acercando sus cuerpos.

Yeonjun desvió la mirada levemente, Soobin sonrió y dejó un beso corto entre su cuello y mandíbula. El mayor guió sus ojos hacia Soobin, quien miró hacia abajo con burla. Yeonjun bajó la mirada igual, notando que había abierto levemente sus piernas y hasta una de ellas estaba alzada y aprisionando a Soobin.

Finalmente se apartó con rapidez y empujando a Soobin levemente. Le dió la espalda y suspiró pesadamente después de tomar un vaso de agua.

— Te espero en el comedor, hice café para ambos y hay galletas.

Yeonjun asintió sin decir una sola palabra o siquiera verlo. Frunció el ceño con enojo cuando escuchó la carcajada burlesca de Soobin.

— Mocoso idiota. — murmuró antes de beber todo el agua.

Ahora estaban solos, por lo que debería hacer lo que Beomgyu le platicó, no otra cosa completamente diferente. Dispuesto y con solo esa idea en mente sirvió su café y se dirigió al comedor.

Soobin no alzó la mirada hacia el mayor, pero lo veía y volvió a reír cuando Yeonjun tomó asiento en la otra punta de la mesa.

— ¿Qué carajos te da tanta risa? — preguntó el mayor, casi agresivamente y sin verlo también.

— Te lo explicaría pero me terminarías discutiendo hasta que terminemos ambos arriba de la mesa, y respeto que no es lo que quieres ahora.

Yeonjun solo carraspeó, sin tener intención de discutir realmente y bebió su café.

— Y...¿vas a ir a la escuela hoy? — preguntó repentinamente Yeonjun. Y el hecho de tener que preguntarle ello a alguien con quien estuvo a punto de besar le hizo pensar que realmente Beomgyu tenía razón.

Soobin asintió.

— ¿Tu madre trabaja siempre todo el día?

El menor bebió de su café y luego observó a Yeonjun.

— Mm...no lo sé, no estoy mucho en su casa.

— Oh, supongo que tus padres están separados. — comentó el mayor y el menor solo hizo un gesto indiferente. — Digo, creí haber estado en tu casa y luego vengo aquí y sorpresivamente también es tu casa, ¿Cuántas casas más tienes? — preguntó, dándose cuenta después que estaba volviendo a ser sarcástico y agresivo.

Soobin rió ligeramente antes de contestar.

— A donde sea que vayas para evitarme se volverá mi casa.

— Sí, seguro en tu cabeza eso sonó bonito pero eres un puto acosador. — dijo con un tono pasivo/agresivo. — ¿Tu mamá volvió a casarse? — volvió al tema original.

— Así es.

— Oh, ¿te llevas bien con su pareja? 

Soobin frunció el ceño levemente, confundido. ¿De repente Yeonjun era tan curioso?

— Regular. — dijo, sin ninguna expresión o tono usual.

"Puto niño difícil" — pensó Yeonjun antes de llevar la taza a sus labios.

— Uhm...— murmuró aún con café en la boca — Sophie es hija de ese hombre, ¿cierto?

Soobin sonrió por la expresión de haber adivinado el acertijo del siglo y asintió.

— Ohhh, por eso no tiene los rasgos tan marcados como tú.

La paciencia de Yeonjun comenzó a terminarse. Está bien, sabía que Soobin no le contaría todos sus problemas de una vez, pero Yeonjun era un hombre sin paciencia y Soobin parecía no tener un mínimo interés de hablar sobre sí mismo

— ¿Tienes más hermanos? — preguntó de repente.

Soobin observó un punto fijo y luego de unos segundos su expresión se hizo confusa.

— ¿Por qué me haces preguntas?

— Mira, Soobin. Tú... me caes bien, eres un buen alumno, pero sabes que fuera de todo eso está mal. Y por lo que veo no será fácil que lo entiendas o alejarte de mi. Quiero creer que si te conozco más vamos a tener otro tema de conversación y nos mantendremos más alejados de esa forma, ¿comprendes?

— A mi no me interesa ser tu amigo.

Yeonjun alzó las cejas con sorpresa ante la seriedad de Soobin.

— Seamos desconocidos entonces. — el mayor se levantó de su asiento, algo enojado por la actitud del menor. — Eres un niño, por lo que no espero madurez pero mínimo podrías comprenderme.

— Entonces tú explícame.

— ¿Qué más quieres que te explique?

— Me estás volviendo loco. — confesó el menor también levantándose de su asiento. — No puedo no acercarme a ti, lo siento, pero tú tampoco haces nada, me besas igual. Juegas conmigo, siento que hasta me provocas apropósito para acercarme, porque tú no eres capaz de hacerlo.

— Mierda, ¡Lo sé! Pero tampoco es mi intención, ¿sí? Créeme que si pudiera no te hubiera besado. Por eso necesito que tú lo intentes como yo.

— Bien.

El menor comenzó a caminar a pasos rápidos hacia su habitación. 

Yeonjun no dijo nada hasta que volvió a ver al menor con su mochila.

— ¿Qué haces? — preguntó, Soobin no se detuvo — Hey...

— Me voy a mi casa. 

— No tienes que hacer eso. — Yeonjun lo siguió hasta afuera, Soobin aún no volteaba a verlo.

— ¿Quieres que me quede encerrado contigo hasta el horario de clases? — Ahora volteó hacia el mayor.

— Eso no me molesta, no tienes que enojarte así por algo tan bobo.

— ¡Yeonjun, maldición! Me gustas, ¿entiendes eso, no? Creo que te quedó claro.

El mayor se preocupó un poco por el tono tan alto de voz del menor, volteando hacia los lados.

Soobin lo notó y se calmó aunque seguía igual de enojado.

— Nadie nos va a escuchar aquí, no te preocupes. — comentó y Yeonjun regresó su mirada hacia él.

— ¿Tanto te molesta estar conmigo y ser mi amigo, Soobin? 

— Sí, sí me molesta. No quiero ser tu amigo y lo sabes. Yo quiero estar contigo, besarte, abrazarte, yo-...

— Pero no podemos. — interrumpió Yeonjun — Tienes que entender eso. 

— Ya lo sé, y lo entiendo. — Yeonjun respiró hondo, queriendo acercarse pero Soobin se alejó — Seamos desconocidos entonces.

Y comenzó a alejarse.

— Soobin...— llamó Yeonjun pero fue en vano.

No entendía por qué Soobin se enojaba tanto, o quizás sí. Él tampoco quería alejarse, le gustaba estar con Soobin, era una montaña rusa de sentimientos. Pero también era peligroso acercarse, Yeonjun no sabía cuánto más podría haber aguantado así que pensó que fue lo mejor.

Entró nuevamente a la casa, arrastrando los pies. Cuando cerró la puerta tras suyo su teléfono comenzó a sonar. Por alguna razón su primer idea fue Soobin, así que sacó su teléfono del bolsillo.

Una llamada de Beomgyu. Contestó.

— ¡Hola! — Beomgyu sonaba alegre como siempre.

— Hola, ¿Qué sucede? — dijo Yeonjun.

— Ugh, qué humor. — Beomgyu se burló — Ayer me preocupé por lo rápido que fue Jackson, ¿Dónde estabas?

— Con Soobin. — soltó, sacando lo único que tenía en la cabeza en ese momento. 

— ¿Qué? — preguntó el castaño, su tono alegre desapareció.

— ¡No! Quiero decir-...

— Yeonjun, dijiste que irías a dar tutoría.

— ¡Eso hice! A la hermanita de Soobin.

— ¿Tienes algo que contarme?

— No.

— Yeonjun...

— E-ehh...— pensó en algo, desesperándose — Tengo que colgar. 

¡Mierda, mierda, mierda!

— ¿Todo va a salirme mal hoy? — preguntó cubriendo su rostro con sus manos.

Estuvo queriendo alejar a Soobin desde hace tiempo, pero la forma en la que tuvieron que alejarse lo lastimaba. Quizás si lo hacía más temprano no sería de esa forma, pero ahora Yeonjun estaba seguro de que sentía algo por él.

Para su desgracia o suerte, su primera clase del día era con el curso del menor, una clase de dos horas.

Ya había dejado a Sophie con la niñera, por lo que no tendría que tener ninguna preocupación con la familia Choi.

Soobin estuvo ignorando la clase durante una hora, además de llegar 20 minutos tarde, 15 más de lo usual. No solo lo ignoraba, también se había sentado muchos asientos más lejos que de costumbre, dejando a Taehyun en una mesa completamente solo por sentarse en otro lugar.

— Choi, ¿Qué tal si deja de hablar con su compañera? Si no quiere oír la clase no lo haga, pero no moleste. — Yeonjun lo miró fijamente y todos miraron a Soobin igual.

El menor no dijo nada, solo se calló y acomodó en su asiento.

Finalmente fue el receso, pero Yeonjun se quedó en el aula ya que la siguiente hora aún tenían la clase con él.

— ¿Ahora te molesta la literatura? — preguntó el mayor, sin alzar la mirada hacia el menor. 

Soobin se acercó al escritorio a pasos vagos.

— Quizás me molesta el que enseña. — soltó y Yeonjun alzó su mirada, viéndolo fuera de sus lentes.

— ¿En serio vas a ser así?

— Sí, ¿te molesta?

— Eres ridículo.

— Bien. — cuando Soobin quiso alejarse el mayor lo detuvo poniéndose frente a él.

— Espera, lo siento. — se disculpó — Yo...en serio no me gusta que estemos así, Bin, por favor.

— Y yo en serio no quiero hablar de eso. — el menor observó la mueca de tristeza del mayor y suspiró — Tampoco quiero, pero dame un tiempo para olvidarte.

— Está bien. — el mayor se apartó dejando que el menor salga al receso, cosa que nunca hacía.

Yeonjun dejó ir el aire en sus pulmones con alivio, esperando que de ahora en adelante todo sea mejor.

Se supone que había más pero cada cap suele durar 3mil y ya tiene 3.2mil xd Así que hoy dos caps.

Avisen errores, parte 1 concluida el sábado, 20 de mayo del 2023 a las 1:39am uwu 

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