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24. Escape.

( Esto se acabó.. )


CONFESIÓN DE UN PADRE


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VIOLETTE APRETABA SUS PUÑOS AL SENTIR COMO LA ESTABAN TORTURANDO POR VARIAS HORAS YA, no sabía que era lo que la torturaba más, si la máquina o los momentos que paraban y la dejaban en silencio.

Y para rematar la situación en la que estaba, le habían puesto en una pantalla la cámara de donde se encontraba el pequeño Grogu en una celda.

—¡Si le tocan tan solo un! —Gritó—. ¡Si lo tocan los mataré!

Todos en la base podían escuchar sus gritos, maldiciendo a cada uno cuando escapara de ese lugar. Pero es que prácticamente todos estaban tranquilos al tener el control de la situación. Siendo el único que tenía miedo era el mayor de los Blade. Robert no podía reconocer a sus hijas en esos momentos. En cómo Aisha no se tentaba el corazón de hacer ella misma la tortura de la castaña.

Y en cómo Violette, no solo había cambiado físicamente, se miraba diferente. Ya no era la misma.

Y solo sus gritos era una pequeña base.

—¿Que debemos hacer con ella? —Preguntó la madre mientras miraba todo.

Ninguno en esa base sabía como actuaría Violette si llegase a escapar, si ya hizo una guerra en el pasado y escapó con éxito por mucho tiempo con solo veinte años. ¿Que les decía que no podría volver a hacerlo ahora con todo el conocimiento y fuerza que poseía ahora? ¿La máquina de tortura aguantaría más? Pues desde donde estaban podían ver la fuerza que hacía con tal de quitarse esas cadenas que la sujetaban.

—Debe sufrir un juicio como merece con los demás de la corte. Ella no merece la muerte. Sería un regalo para Violette darle algo tan placentero que ha pedido a gritos por años.

—Tienes razón hija... ¿Que dices Robert? —Amber vio a su marido, quien tenía la mirada perdida—. Por todas las estrellas, hemos esperado tanto tiempo este día y lo único qué haces es quedarte callado.

Robert levantó su mano, dándole una cachetada a la señora que cayó al suelo. Aisha que presenció todo fue en rescate de su madre pero también fue brutalmente golpeaba por el mayor.

—Escucha, Aisha. ¿Violette nunca te contó de los castigos que le daba por contradecirme o desobedecerme? —Pausó, quitándose los guantes—. ¿Realmente sabes quien es Violette?

La mencionada negó, aún que claramente sabía ya que ella había hecho que muchas veces la castigaran.

—Pues donde esta ahora es una de las principales razones por las cuales nunca me desobedeció, lo que hice ahora contigo solo es una acaricia. Tu, ni tu madre me van a cuestionar mis métodos. Si yo te hubiera enseñado bien, no estarías tirada en estos momentos. ¿Por que Violette es mejor que tú? Por muchas razones.

—Pero...

Esta vez la golpeó con su guante. Ocasionando que el mayor de la familia sonriera.

—Violette es una versión de mi, más fuerte. Más lista, tiene mis valores. Ella es la mejor soldado que he conocido... La más capacitada para cualquier situación. Ella logró hacer que no todo el mundo puede hacer. Destruyó nuestro poder, lideró todo un plante. Y exigió su puesto. Dejando un listón muy arriba, que sinceramente, nunca llegarías alcanzar. Además. Por que, si fuera así, la hubieras encontrado desde hace tiempo, siendo tu misma la que la atrapara.

Aisha vio a su madre que aún estaba en el suelo junto con ella, la cual ni siquiera la miraba.

—Querías ser reina después de esto. ¿Como quiere ser reina alguien que no mira por los demás? Es cierto. Violette es una máquina de matar porque yo así lo quise, pero ella hizo un bien mayor con sus conocimientos. ¿Lo hizo por placer, como tú lo haces? Por supuesto que no. Lo hace por supervivencia, haciendo lo necesario para poder sobrevivir este tiempo. Escapando y huyendo de planeta en planeta al saber nuestras debilidades.

Ambas mujeres estaban en silencio, sin saber si responderle o no.

—Ella es la definición de la perfección misma, es la que tiene todo el potencial de esta familia y que nunca ha logrado desperdiciarlo. Es el soldado, la reina perfecta.

—Pero Robert... ¿No tendrá consecuencias por lo que te hizo? —Amber vio asustado a su esposo.

—Pues amarraste tu propia soga. —Susurro Aisha para sí misma.

Nunca en todo ese tiempo le había pegado, así que estar ahí tirada era una humillación y el odio por la castaña creció más al escuchar la declaración de su padre.

Y es que Robert sabía que tenía un problema, él amaba a sus hijas a pesar de no ser de su sangre. Pero el había visto en Violette una versión de él menos fragmentada que podría mejorar. Ser la mejor versión de el, tener todo lo necesario para ser la lider por el cual era su destino. Había creado su propia tumba, eso lo tenía muy en claro pero nunca se imaginó que su hija se le enfrentaría y haría tal brutalidad como fue el hecho de cortarle la garganta. Y si no hubiera sido por qué entró Aisha, él no estuviera ahí. Pero ese era el peso de sus actos, y no la odiaba.

Es más.

El estaba orgulloso y sabía de perfecta mano que volvería a hacer todo de nuevo. Lo único que quería era tenerla de su lado, con su fuerza y mente podrían hacer un cambio.

Ser la familia que antes habían sido, no, incluso ser mejores que antes. Robert tenía una obsesión y una desformada manera de ver la realidad. Que si no conseguía a la Violette original, tenía su segundo plan en crear a su propia hija gracias a su ADN. Moldearla. Pero ahora que la tenía ahí con ellos, haría el proceso más rápido y sencillo.

—Vamos con los demás, veremos qué castigo podremos darle. —Aisha solo vio a su madre, asintiendo.

Amber ignorando lo que sucedió, se acercó a su esposo tomándolo de la mano y salir de la habitación. Dejando a Aisha con muchas preguntas con lo que había pasado, viendo por una última vez a la castaña sufriendo en la máquina.

Violette por su parte trataba de quitarse la máquina poco a poco, era doloroso ya que las pausas o eran largas o muy cortas, así que cuando escuchó toda la conversación que tuvo su familia la motivó más en escapar de ese lugar. Si por Aisha fuera, ella estuviera ahí toda su vida y no podía permitir eso. Estaba perdiendo tiempo valioso. Pero eran tan cínicos que les había agregado un nuevo holograma donde salía Din junto con ella en Balmorra, que supuso que habían sacado del cazarrecompensas que habían matado tiempo atrás.

—Din... Maldita sea. —Se dijo para sí misma.

No miraba una forma de escapar, empezando a llorar al no poder hacer nada al respecto. Por fin había formado una familia, un hogar donde pudiera regresar y sentirse a salvo. Din le había enseñado el significado de amar y ser amado. Nunca había formado un lazo como lo hizo con él y ahora, se estaba rindiendo.

Ya no tenía fuerzas, era un desgaste mental estar ahí, siendo torturada por esa máquina sin esperanza.

Estaba cerrando los ojos, simplemente esperando que la máquina la volviera a torturar hasta que vio por la pantalla como Moff Gideon entraba a la celda donde se encontraba Grogu, consigo traía un sable de Luz oscuro que dedujo era el que Bo-Katan les menciono. Estaba charlando, mostrando su ego a flote al señalar a la cámara y sonreír.

—Grogu... —Sintió como sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas, no quería rendirse pero su cuerpo le pedía dejarlo todo.

Toda su vida siempre fue de cuidar de alguien, desde niña cuido a su pequeña Aisha viviendo una guerra entre los escombros, siempre tratando que los castigos fueran para ella y no en la menor y así fue con Grogu, al verlo tan indefenso su corazón le pidió a gritos salvarlo, al igual que salvar a su pueblo. A pesar de no volverse reina, todos en bizitza la trataron como tal. Los había salvado. Uno a uno y ahora.

Ella recostada con una máquina de tortura en completa soledad.

Pero bien dijo Robert, no se arrepentía de nada. Había valido la pena todo lo que vio, conoció a mucha gente gracias a lo que hizo, Madison solo fue el principio de su aventura, le había enseñado lugares, cultura e idioma. Gracias a sus misiones conoció a gente como Jafet y Jaír, y de cómo su familia independiente les envió a un mandaloriano que le haría muy feliz.

Levántate. —A lo lejos podía escuchar la voz de Madison.

—No puedo hacerlo...

Un sabio Jedi hace mucho tiempo me dijo una frase que marcó a una generación de caballeros Jedi: Hazlo o no lo hagas.

Es fácil para ti decirlo, no estás aquí encerrada. ¡No estas aquí! —Gritó, sintiendo como la máquina volvía a funcionar.

Apretaba sus puños tratando de aliviar su dolor y no gritar en el proceso. No quería darles esa satisfacción a su familia, acumulándose odio en su interior. Algo que Madison temió que se fuera al lado oscuro. Pero la moral de Violette seguía ahí, inquebrantable. Algo que muchos que la conocían y admiraban de ella era su fuerza de voluntad.

Pero algo sucedió, la máquina se detuvo y las luces se apagaron, encendiéndose rápidamente la de emergencias.

Dándole una oportunidad de escapar.

Estaba agotada, sus muñecas estaban con un moretón al haber hecho esfuerzo con la fuerza con tal de escapar. Además de su nariz que estaba sangrando por todo lo que había hecho.

Sabía que todos se vendrían hacia ella y si era sincera, no le importaba. Acabaría con cada uno de ellos si era necesario. Violette saldría de ese planeta con Grogu, y si eso significaba acabar con su familia. Lo haría sin pensarlo.

Nada ni nadie se interpondrá en su camino.

Sin ni siquiera levantar una mano, con la fuerza fluyendo dentro de ella hizo que la puerta de donde estaba ella explotara dejando un hueco. Encontrándose con un grupo de stormtrooper esperándola, que al solo ver humo comenzaron a disparar. Uno de los clones que estaba disparando fue atraído hacia el humo, siendo lo único que se escuchó su grito.


Violette salió entre el humo, caminaba cojeando hacia ellos pero de sus dedos salían chispas de electricidad que acabó con el grupo de stormtrooper. Dejando únicamente a uno con vida.

—¿Donde está el Niño? —Dijo levantándolo con la fuerza, dejándolo en el aire.

—Aquí no hay ningún Niño.

—No me mientas en la cara, stormtrooper, ¿donde está Moff Gideon? —Apretó más su mano, ejerciendo fuerza en el cuello del clon.

—¡Moff Gideon se encuentra en s-su crucero espacial, lo juro!

—¿Donde se encuentran los Blade?

—Ellos están en otra base, pero no tardarán en llegar. Eso es lo único que se, lo prometo. —Sin más la castaño lo asesino, empezando su camino.

Violette no podía creer que Grogu no estuviera en el mismo lugar, incluso Gideon. ¿Habían jugado con su mente? Pero sabía de perfecta mano que para ellos era un plan de contingencia por si ella se escapase, y vaya que no se lo espero.

—Pero alguien apago la luz...

Querían que ella escapara. ¿Podría ser Din?

—No siento su presencia... —Susurro mientras corría como podía en los pasillos.

Es cierto, la fuerza la ayuda a no sentir dolor pero en estos momentos prefería guardar esa energía para pelear. Como le mencionó el stormtrooper, su familia en cualquier momento podría acorralarla.

Pero necesitaba su sable de luz.

El sistema de luz al ser apagado, este se reinició dando al antiguo sistema donde aún la tenían registrada. Encontrándose con una computadora donde había un mapa de la base, enseñándole cómo llegar hasta donde se encontraban torturándola desde la parte de arriba. Supuso que ahí sería donde operaban, y que esperaba que estuviera su sable.

"Ya estoy por llegar." Violette se motivo así misma, tratando de centrar su mente en el pequeño.

Hasta que por fin llegó, encontrándose con otro tipo de Shadow Trooper, quien ya hacía esperándola. Este a diferencia de los stormtrooper, era de color negro y era más eficiente en combate pero que no fue competencia para la castaña al acabarlo.

Al caer al suelo, pudo ver su reflejo en el traje del trooper. Estaba hecha un asco, su pelo estaba suelto y sucio. Estaba manchada de sangre al igual de aceite de androides que acabo para llegar a ese lugar.

Sin más importancia reviso el lugar y el mapa entero. Encontrándose con un holograma de Moff Gideon.

Entiendo, después de mucho tiempo por fin podemos celebrar esta victoria, pero claro está, que ninguno de los dos se darán por vencidos fácilmente. Así que, propongo sepáralos, hacerle pensar a Violette que están juntos. Y del mandaloriano, si llegase a ser problema, déjemelo a mi.

Bastardo hijo de puta. —Dijo golpeando la máquina de control, logrando botar algo en ella que llamó su atención.

Era su sable de Luz destruido.

—No, no... —Se agachó a recogerlo, el cristal que lo hacía funcionar estaba destrozado.

Dentro de sus cosas, guardo el sable de Luz destruido, ahora sabiendo la ubicación de Moff Gideon robaría una nave del lugar para ir tras el, acabaría con la base antes de irse lo más rápido posible, siendo el area de emergencias.


Con sigilo se iba por los pasillos, si la base seguía igual como la recordaba, no tardaría en llegar a la salida. Pero mientras más avanzaba, sentía la presencia de su hermana en su nuca.


Narra Violette

Ya estando cerca de la salida, me encuentro en un puente larguísimo que al final de ella se encontraba Robert Blade esperándome.

—No debes seguir. Podemos parar con todo esto, juntos.

—¿Juntos? —Grite, viéndolo fijamente.

—Después de lo que hiciste, de lo que me hiciste... —Con una mano comenzó a quitarse la bufanda que tenía, mostrando la cicatriz que le había provocado—. Podemos volver a ser la familia que fuimos antes, entiendo que lo hiciste por un bien mayor, después de todo, yo te crié de esa manera.

—¿¡Torturándome?! ¿Ese era una manera de crianza para una niña?

—Mis acciones fueron muy drásticas. ¡Pero mírate! Haz acabo con una base antes y lo has vuelto a hacer, hija mía.

—¡Yo no soy tu hija! —Eleve mi mano, sacándole su blaster—. Tu dejaste de ser mi padre hace mucho tiempo. Envenenándole la mente a Aisha, ¿por que no le cuentas las atrocidades que hacías en los pueblos? ¿La hambruna que vivían?

Poco a poco me iba acercando, escuchando como mis pasos hacían eco en el lugar.

—¿Sabes todo lo que tuve que pasar por tu culpa? ¿El sufrimiento? ¿El maltrato? ¿Tu indiferencia? —Sentí como lágrimas caían por mis mejillas al igual que me ardían los ojos.

Además de cómo salían de mis dedos electricidad, atacándolo.

—Solo era una niña que trataba de cumplir tus expectativas. Tú querías un soldado, un líder. Yo solo quería un padre.

—Adelante, llora, sácalo todo pequeña. —Sacó una pequeña sonrisa al igual que se encontraba llorando—. Lo lamento.

Me quede parada ahí, paralizada al escuchar sus palabras. ¿Estaba mintiendo? ¿Me estaba diciendo la verdad? Y es que si era sincera, toda mi adolescencia estuve esperando ese momento. Incluso después de escapar y pensar que estaba muerto.

Tal vez mi yo de niña necesitaba esa explicación, esa disculpa después de todo este tiempo.

—Se que fui un terrible padre, lo único que quiero es arreglarlo.

Pero por más que me estuviera rogando, en mi mente estaba todo claro.

—Aquí no hay... Nada que arreglar, Robert. —Susurre pasando por su lado.

Lo único que importaba ahora es encontrar a mi familia y acabar con esta maldito circulo vicioso.

Hasta que sentí como me querían atacar, fácilmente lo esquivé, usando la fuerza para atraer el arma que iba a usar contra mi, dándome cuenta que era un sable de luz.

Específicamente el de Aisha.

Al terminar de dar la vuelta por esquivar, lo vi fíjate, a esos ojos que una vez me vieron con esperanza y amor. Ahora solo quedaba vejez y tristeza. Además de darme cuenta que le había cortado un brazo sin querer.

—Tú trajiste esto sobre ti mismo, padre. Pero sé que todavía te amo, a pesar de que ya no puedo seguir tu camino. —Tire al suelo el sable, caminando hacia la salida—. Esto se acabó.

—¡No puedes dejarme! —Gritaba.

—¡Traidora! —Sentí un escalofrío en mi nuca, volteando a ver y encontrarme a Aisha parada al lado de Robert.

Se agachó para poder ayudarlo, teniendo su sable de luz.

—¿Después de todo lo que hizo, lo apoyas? ¿Sabiendo la verdad?

—Lo lamentó tanto hija, no debí nunca subestimarte. Eres mucho más de lo que llegue a creer.

Llorando mientras me miraba. Aisha tomó firmemente su sable de luz, dudando de las palabras que le decía junto con las de su padre. Sabía a través de la fuerza que se encontraban en duda, cuestionándose con todo y nada a la vez. Al final de cuentas, el hombre que estaba ahí con ella nos había criado, nos había dado un lugar donde vivir. Sin embargo, también era responsable de tanto dolor y sufrimiento.

Ella sabía lo que tenía que hacer, pero eso no lo hacía más fácil.

—Ven conmigo, deja todo esto atrás. —Le ofrecí mi mano, sin recibir respuesta.

—Me decepcionas, Aisha, después de todo este tiempo. ¿Dudas de mi palabra? Quiere cambiar el pasado con simples palabras, te lastimo, nos traiciono.

Negué varias veces.

—No estoy tratando de cambiar el pasado. Estoy tratando de hacer un futuro mejor.

Robert se burló, provocándome pero me quede ahí parada. Viéndolos.

—Acaba con todo esto, Aisha, acaba con tu dolor. Termina lo que empezaste.

Sentí el temblar de mi hermana, sonriendo levemente mientras recostaba a Robert y luego mirarme a mi.

—Te amo. —Dijo, encendiendo su sable y atravesarlo en el pecho de nuestro padre.

Fue el sonido de emergencias que me hizo salir del trance, además de ver cómo el cuerpo de Robert caía al abismo luego de que Aisha apagara su sable. Quise acercarme a ella pero me lo negó, empujándome.

—La alarma de autodestrucción. —De repente dio un gran temblor.

Hasta que un pedazo de metal cayó en el puente, destrozando gran parte de él y separarnos.

—¡Aisha, ven conmigo! —La llame pero parecía estar en shock.

—Yo lo asesine.

—Toma mi mano, salta de ahí.

Y fue cuando escuchamos la voz de Amber, nuestra madre pidiendo auxilio, seguramente quedando encerrada en alguna parte de la base. Viendo la decisión de mi hermana iba a saltar, pero unos brazos me detuvieron.

—Debemos irnos.

—¡No, Aisha, regresa!


























꒰ 🧿 ꒱



































Narra Narradora

Din después de todo lo que tuvo que pasar, lo que tuvo que hacer para llegar a ese momento.

Y como lo ayudó Mayfeld después de lo que habían vivido.

Convivir con él y sus charlas le habían enseñado y decidido que hacer cuando por fin recuperase a su familia. Y es que al fin y al cabo, como él dijo: "Todos somos iguales, todos cruzamos nuestros límites cuando estamos en apuros."  Y algo que nunca se imaginó a cruzar.

Su credo.

Lo había roto, por ellos.

Ellos valían la pena, el esfuerzo a pesar de lo que eso significaba. Así que cuando miraba como se acercaba a ese crucero imperial, apretó su muñeca donde ya hacía la pulsera de Violette en el.

¿Estás seguro de hacer esto? —Preguntó Fennec algo no muy convencida.

—El necesita saberlo, que estoy tras el.

Mando llegó hasta la parte de comunicaciones de la nave de Boba, satisfecho.

Moff Gideon, tienes algo que quiero, puedes creer que tienes una idea de lo que posees pero no es así. Pronto ellos volverá conmigo. Importa más para mí de lo que tú nunca sabrás.

Y con esto dicho, se bajaron de la nave para infiltrarse en el crucero imperial.

Sabían que los Darth stormtrooper podrían aparecer y lo mejor era mandarlos al espacio o explotarlos. Mientras que Boba Fett, Fennec, Bo-Katan y su equipo tomarían el control de la cabina, Din iría tras Grogu y Violette.

Ya que al fin y al cabo. Todos estaban ahí tras haber formado una amistad con la castaña y el pequeño niño. Incluso Mayfield aceptó al respetar a la mujer que lo había cazado junto su equipo.

—Ya sabes el plan, Mando, Gideon es mío. —Este asintió, separándose de los demás.

Primero debía deshacerse de las máquinas asesinas.

No sabía exactamente donde podrían estar ellos pero los encontraría cuando encuentre una computadora. Hasta que vio a una de esas máquinas ahí, lo habían detectado ya que estaba cuidando una gran puerta.

Din rápidamente usó su lanza que se había ganado y que Ahsoka le había entregado.

Que gracias a ser beskar puro, se pudo salvar de milagro de esos androides. Logrando expulsarlos al espacio al abrir la puerta del exterior.

—Violette, espero que estes bien. —Suspira, tocándose el estómago exhausto.

Esas máquinas sí que habían sido un éxito, después de todo. Ya al estar seguro encontró una computadora que lo ayudaría a encontrar a su familia, facilitándole la búsqueda.

No hemos encontrado a Gideon en ninguna parte. —Habló Cara desde su radio.

—No debe estar muy lejos. No bajen la guardia. —Sin más siguió con su camino.

Había localizado la celda.

Miraba por todas partes en busca de no ser detectado. Además de ser esa nave un laberinto viviente. Nunca lo entendería y no le importaba, solo quería escapar lo más rápido posible.

Al confirmar la "habitación" presionó el botón para que pudiera abrirse la puerta, encontrándose con Gideon y Grogu en ella. Siendo el mayor con su sable oscuro, amenazandole.

—¿No es gracioso? Después de todo, siempre encontrarán una forma de encontrarse.

—Deja al niño en paz, el no tiene la culpa de nada. —Suplicó, bajando su arma.

—Oh, por supuesto. Gracias a él tuve muchas jaquecas ocasionadas por Violette Blade. ¿Está contigo?

—¿Donde la tienes?

—Ya veo... El plan funcionó. —Sonríe—. Puedes llevarte al pequeño, ya tomamos sangre suficiente para que en un futuro no muy lejano el imperio pueda restaurar su orden en la galaxia.

—¿¡Donde esta?!

—Din, Din, Din. ¿Que no es obvio? La princesa fue enviada a su planeta. Y al verte sin ella, supongo que ya en estos momentos debe estar muerta.

—Estas mintiendo.

—¿Crees que sería tan estupido de dejar a estos dos en el mismo lugar? Ya pasamos por esos errores, perdóname si me di el lujo de asegurarme mi victoria. —Pausó, sonriendo—. Como te dije en el pasado y vuelvo a repetir, su familia la estará juzgando y conociendo a Aisha, ella seguramente ya está con la "fuerza"

Din al escuchar esas palabras, sintió como su corazón dejó de latir. Sus manos se pusieron frías a pesar de tener guantes, además de ya no escuchar ni una sola palabra o ruido de su alrededor.

Se sentía mareado, como si el cuerpo y su armadura pesaran más de lo normal.

—Ella murió, Din Djarin. —Pausó, tratando de ver alguna reacción—. Puedes llevarte al niño, eso es algo que hubiera querido ella, después de todo su esfuerzo.

Sin creerle ni una palabra, aún así decidió hacerle caso y tomar a Grogu entre sus manos. Pero rápidamente fue atacado por este por la espalda. Dejó como pudo al niño en el suelo y alejarse para que no saliera herido. Saliendo de la celda y atraer a Gideon hacia el.

Estaba usando su sable oscuro.

Al recordar la pelea anterior que tuvo Ashoka con la magistrada, decidió usar su lanza para pelear con el. No solo por que quiso matarlo, si no de alguna manera poder sentirse bien consigo mismo por no poder ayudar a Violette. Le había fallado con su promesa de cuidarla y protegerla.

—¡Este es el mandaloriano que tanto me hablaron! ¿Oh es Din Djarin peleando por Violette? —Ríe, estirándose para atacarlo.

Simplemente no respondió, estaba recordando todos los momentos que vivió con ella y como ella le había confesado su amor tan solo un día antes. Aun recordaba su risa, sus labios. ¿Por que no podía ser feliz? ¿Porque después de tanto tiempo se lo arrebataron?

Pero esa tristeza pronto se convirtió en odio, ira hacia el hombre que estaba enfrente suyo.

—Ya veo, ya lo aceptaste.

—Acabaré con esto de una vez por todas... —Suspira, lanzándole de su cuerda para sujetarlo.

Pero Gideon lo corto con su sable, esquivándolo.

—¿¡Sabes?! La última vez que la vi tenía un chupetón, nunca me imaginé que romperías tu credo, expósito.

Din cansado comenzó a someterlo, usó toda su artillería pesada contra el. Cegándose del sentimiento, dentro de él seguía su voz, su sonrisa, su roce.

—¿¡Por que?! —Le gritó.

—Esto es algo que pedía a gritos, Din Djarin, esto era inevitable.

—Tu la mataste. —De un giro, logró botarlo al suelo y que este soltara su sable.

Por fin lo tenía ahí, en el suelo. Dispuesto a hacerlo, vio su mirada de satisfacción al saber que pronto acabaría.

Pero ese no era su destino.

El no merecía morir. No después de todo el daño que había causado.

Verlo muerto no haría que Violette regresara a sus brazos. Como pudo, agarró el sable de luz, activándolo y amenazandolo para que fueran con los demás a la cabina con grogu en una de sus manos libres.

Algo que dejó completamente confundido a Gideon al ver el equipo del mandaloriano, es decir: Boba Fett con una experta francotiradora que estaban por muertos. Una navegante de Alderaan, y el equipo de Bo-Katan.

Que esta última al ver a Din con el sable de luz, hizo que se pusiera histérica.

—No quiero problemas, te lo entrego. Ustedes cumplieron con su parte. —Le entregó el sable, quien no recibió respuesta alguna.

Solo el silencio y las risas burlonas de Moff Gideon.

—Así no funciona, Din Djarin, tú me ganaste en la batalla. Bo-Katan deberá pelear contigo para tenerlo y poder gobernar Mandalore.

—En serio, no quiero hacer esto. Ya tengo suficiente con lo de Violette...

Pero un fuerte ruido hizo que todos se alarmaran, viendo hacia las cámaras y darse cuenta que se trataban de los androides del mismo Gideon.

—Veo que al final de cuentas, era inevitable este desenlace. No pueden ganar, mis Darth trooper acabarán con ustedes.

—Debe de haber alguna manera.

—No la hay. —Sonrió victorioso.

A lo que Fennec le dio un golpe con su arma para que este se callara. Tenían que hacer un plan. La diferencia era abrumadora y Din apenas y pudo con uno. Podrían pelear pero igual sería el mismo resultado, con Grogu otra vez capturado.

—Sella todas las puertas, que nos den algo de tiempo.

Cara asintió, activando todas las alarmas de emergencia pero solo los estaban retrasando.

—Debemos hacer algo, son muchos.

—Si me dejan libre, es probable que los deje ir. Será algo muy bondadoso de mi parte.

—Tu serás entregado a la nueva República por todos tus crímenes.

Este negó, sonriendo.

Dejándoles con poco tiempo, las máquinas estaban empezando a destruir la única puerta que los separaba. Lo único que pensaba Din era como Violette hubiera reaccionado para escapar.

—No tenemos más tiempo, debemos pelear. —La compañera de Bo-Katan miraba la puerta y en cómo hacía ruido.

Grogu que miraba la pantalla, solo miraba a los androides regados en el lugar.

Hasta que todos fijaron su vista en la nueva nave que apareció en el radar y en la vista de las grandes ventanas del crucero. Las cuales eran dos figuras encapuchadas que salieron de esta y acabar con los que estaban en el área de carga. Sus movimientos eran delicados, sus giros a la hora de esquivar eran rápidos y precisos a la hora de atacar.

Estaban completamente de negro, Din al verlos sintió un escalofrío. Dándose cuenta de inmediato que se trataba de dos Jedis.

Lo sabía al ver sus sables de luz: Verdes y Azul. Pero había algo en particular en uno de ellos, no solo por la manera de moverse, si no en la forma de un ataque en específico.

Era el que había visto muchas veces practicar en Violette.

—¿Será Violette? —Preguntó Bo-Katan hacia él mandaloriano, que negó.

Ella estaba muerta.

Algo que ninguno en el salón se digno a preguntar si quiera al verlo solo con Grogu en brazo. Que siendo sinceros, entristeció a la gran mayoría del salón. Independiente, Violette los había ayudado y formado un vínculo con cada uno.

Grogu solo se limitó a tocar la pantalla, volteándose y ver a Din.

Los Jedis se estaban acercando, y si bien era cierto que los estaban ayudando. No sabían el porqué, si eran buenos o malos. Si solo acabarían con los androides y acabar con ellos. Miles de preguntas venían a la mente de Din y ninguna era reconfortante de ninguna manera.

Gideon al ver las siluetas, no tardó en asumir de quienes se trataban. Lo cual al ver un blaster en el suelo de unos de los guardias, se decidió en disparar al pequeño que Din fue rápido en acudir a su rescate. Al ver su fallo, llevo ahora el arma a su cuello, no dejaría que lo entregara a ellos. Siendo ahora Bo-Katan que actuó y le quitó el arma.

—No te irás tan pronto, Gideon. —Ahora la que sonreía era la pelirroja, dejando asustado al mayor.

Y sin darse cuenta, las siluetas ya estaban peleando con los androides que los separaba, uno de ellos logró destruir a uno de ellos con solo una mano.

—Abre la puerta.

—¿Que?

—Hazlo. —Ordenó Din, sintiendo una corazonada.

Siendo el ruido de la puerta abriéndose, dejando que estas personas entraran y lograran mostrarse.

El que estaba enfrente se quitó la capucha que le tapaba el rostro, mostrando una cabellera castaña junto unos ojos azules intensos pero que transmitían paz.

—Mi nombre es Luke Skywalker.

La otra que se puso a su lado, se quitó con una mano la capa que también traía consigo, logrando cautivar a todos en el lugar al no saber que decir.

—Violette...

La mirada de la mencionada a pesar de ser la misma, había algo distinto en ella. No había visto a nadie más, su mirada estaba fijada en el mandaloriano que estaba parado a tan solo unos pasos.

—Vengo a por el Niño. —Mencionó Luke al ver la situación del lugar.

Din sentía como todo el aire que había mantenido contenido desde la noticia, podía fluir y dejarlo ir. Su corazón volvía a su ritmo y su cuerpo se había más ligero. Solo bastó con verla ahí, para darse cuenta que todo había valido la pena.

—¿Como nos encontraron? —Preguntó, sin saber la razón.

—Todo fue gracias a ellos dos, sentí su presencia y fui a su llamado. —Pausó, viendo a la castaña—. Además, que Violette ya sabía la localización del crucero.

Din tomó al pequeño entre sus manos, entregándoselo.

—No puedo llevármelo.

—¿Por que? —Vio al Jedi, confundido.

—El está pidiendo tu permiso.

Violette les sonrió a todos, de alguna manera agradeciéndoles el hecho de llegar hasta ese lugar solo para salvar al pequeño. Topándose con la mirada de Gideon.

—Algo inevitable.

Sin percatarse cómo Din se iba quitando el casco, dejándola asombrada.

—Es tiempo de irse, Grogu. —Le sonrió, sintiendo como el niño tocaba su rostro.

Luke al sentir la tranquilidad en ellos, se acercó a este para tomarlo y dejarlo en su pecho.

—Nos volveremos a encontrar. Que la fuerza los acompañe a todos. —Pausó, buscando a la castaña—. Te espero en la nave, Violette.

La mencionada asintió, viendo como estos se marchaban. De ninguna manera esperaban que ella también se fuera con el Jedi. Pero al final de cuentas, ella misma le había confesado a Din que no quería seguir ese camino. Pero después de lo que sucedió en Viltis y en cómo la atraparon y el lado oscuro dentro de ella, sabía que debía controlarlo para que en un futuro no le suceda lo mismo.

Pero nada de eso importaba en esos momentos. Todos al igual que Luke, dejaron a la pareja a solas con la excusa de "encerrar a Gideon".

Al estar completamente solos, Violette fue la primera en acercarse. Quien temerosa puso sus manos en las mejillas de Din que fueron bien recibidas por parte del mandaloriano al llevar sus manos junto las de ellas.

Después de todo, pensaba que era una ilusión, una mala jugada de su mente.

—Pensé que habías muerto. —Susurro entre sus manos.

Sus lágrimas se deslizaban en sus muñecas, mostrando por fin una parte vulnerable. Su rostro.

Había roto su promesa.

—Hace tiempo te dije una frase... Siempre encontrare la forma de regresar, no importa como o cuánto tiempo tenga que tardar. Siempre hallare la forma de regresar a ti. A nosotros.

Sin más carcajeó, asintiendo en silencio. Ella había cumplido su promesa. Siguieron así un buen rato, hasta que él se separó un poco.

—En este tiempo, en el que creí que te perdí. Me di cuenta que eres mi roca, mi guía a lo que me mantiene cuerdo. —Beso una de sus muñecas, sonrojándola—. Te he amado desde el momento que te conocí y seguiré amándote por el resto de mi vida... Te seguiré a todas partes, no importa el tiempo que necesites, estaré esperando por tu regreso.

Inevitablemente Violette también comenzó a llorar. Probablemente si no hubieran pasado por esa separación, ella seguiría a su lado.

—Podremos superar esto juntos.

Esta asintió varias veces, sintiendo como Din ponía sus manos en su nuca para acercarlo a él y besarse entre lágrimas.

—Esto no es un adiós, es un hasta pronto. —En su mano le entregó unos números de frecuencia.

El cual era donde se pondrían en contacto.

—Ya debo irme, Din. —Susurro, dejando un pequeño beso.

Sin más vio como la figura de la castaña se iba alejando, pero con alivio en su corazón al saber que serían a salvo con Luke.

—Nos volveremos a ver, Violette.







































¡Bueno, bueno, bueno! Por fin ya termine el primer acto de este fic y no puedo creerlo. 😭

Me inspire en muchas canciones, me obsesionaba con una y hacía la base, después con otra y me venían más ideas, agregándole y modificando. Por eso mismo me tardé un poco más en publicarlo, además que quería hacerlo más largo (5,000) palabras. Quería agradecerle a todas que han leído este Fanfic, que aún no ha terminado.

El primer acto se basó en la primera y segunda temporada, ahora en el acto dos viene la serie de boba fett y la tercera temporada.

Me siento feliz y satisfecha con este final, que tuvo ligeros cambios a como lo imaginaba al principio pero me encanta. Quería que todo tuviera sentido desde el principio, como Violette está con grogu, su conocimiento, él como conoce a Gideon y esos detalles. (Además de agregarle algunas cosas del videojuego) la introducción de la fuerza y ahora en el cambio que dará Violette.

Por que ahora tendrá que conseguir su propio sable de luz, su desarrollo de personaje y del cual será su color. ¡Todo tiene un por qué!

Si tienen preguntas, con gusto estaré dispuesta a responderlas a todas 💗

Sin más que decir, muchas gracias y hasta la próxima.

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