
Una noche solos
Puedo sentir mis mejillas enrojecer rápidamente ante tu comentario, girándome por completo hacia ti para bajarme del vehículo también, pero lo impides, rodeando mi cintura con tus brazos, de pronto estando tan cerca de mi rostro.
—¿Sabes?, hace media hora estuve a punto de morir cuando nadie te encontraba —murmuras haciendo un puchero que me parece demasiado lindo, haciéndome reír.
—No seas exagerado.
—No lo soy. Creí que habías sido golpeado o algo, imaginé muchas cosas malas —te quejas, en ese tono infantil que tanto te caracteriza.
—Perdón. En serio no quería preocuparte. Lo siento —mi expresión se torna más apagada, entonces me miras sorprendido, luego sonriendo de una forma tan increíblemente hermosa que logra derretirme.
—Eres tan lindo —dices, luego rozando tus labios sobre los míos, de pronto tu mano estando enredada en mis cabellos, y las mías detrás de tu cuello, ambos queriendo al otro más cerca. Luego separándonos para tomar aire, compartiendo pequeñas sonrisas.
Esto se siente tan bien.
Minutos después estacionas tu motocicleta en el garaje, luego entramos a la casa juntos, encendiendo las luces, al parecer Emma no ha llegado, y se está haciendo tarde.
—Emma no contesta su teléfono —dices, haciendo que te dirija mi mirada, yo estando sentado en el suelo con la espalda recostada a la cama donde estás acostado.
—¿Qué harás? —te digo, olvidándome por unos instantes del videojuego.
—Posiblemente tenga que ir a... Kenchin —dices de pronto, y yo alzo una ceja al no entender el motivo de la pronunciación de aquel nombre.
—¿Kenchin?
—Un mensaje —aclaras al fin, entonces me acerco a ti para ver el teléfono entre tus manos.
Kenchin:
Emma se quedará en mi casa esta noche. No te preocupes, todavía será virgen en la mañana.
—Vaya, no tuve que regañarle —pareces desanimado, yo río volviendo a mi lugar, tomando el mando del juego entre mis manos.
Y minutos después, logro ganar el juego.
—¡Gané! —exclamo sonriendo, luego sintiendo tu respiración en mi cuello, haciéndome sobresaltar.
—¿Por qué te has quedado esta noche? —murmuras cerca de mi oído, de repente siento mis mejillas y orejas arder, deben estar muy rojas.
—Mi madre está en un viaje de negocios fuera de Tokyo, no creí que fuese problema quedarme. Además, dormiría mucho mejor si estoy contigo —sin damre cuenta, me encuentro suspirando entrecortadamente, mi corazón latiendo demasiado rápido.
—Eh, eso es bueno~
—¡¿M-Mikey?! —me sorprendo al sentir tus brazos levantarme hasta dejarme sentado en la cama.
¿De dónde carajos sacas tanta fuerza?
Tus manos se cuelan por debajo de la tela blanca de mi pullover, haciendo erizar mi piel, aún más cuando siento besos sobre la zona de mi cuello, y siempre he sido demasiado sensible ahí.
—E-espera... —tartamuedo al hablar, tu ríes en mi oreja, haciéndome avergonzar aún más.
—Te quiero mucho, Takemicchi.
—¡¿Por qué dices esas cosas lindas en esta situación?! —pongo los ojos en blanco, escuchando la carcajada que sale de tus labios.
Y ahora que me doy cuenta...
Estaremos solos toda la noche.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro