—Su nombre es Hanagaki Takemichi, y no, no es nuestra mascota —Kakucho pone los ojos en blanco, escuchando como el de cabellos bicolor hace un ruido con sus labios, infantilmente decepcionado.

—Él será nuestro invitado hoy —Izana abraza mis hombros desde atrás, y yo no puedo sentir más que nervios al tener aquellas miradas intimidantes sobre mí.

—Vale. Y por cierto, ¿dónde está tu uniforme? —ahora habla el pelinegro que antes se estuvo quejando, levantándose de los escalones y acercándose a nosotros.

—No pude traerlo —se encoge de hombros, soltándome entonces cuando se gira hacia todos los que nos observan curiosos—. ¡Tenjiku! —alza la voz, y se puede escuchar una bulla por segundos, en respuesta a su palabra, este alzando los brazos a los lados de su cuerpo para volver a hablarles—. ¡Comienza la reunión!

Debo admitir que aquí no es tan organizado como en la Tokyo Manji, aquí los capitanes se pelean demasiado entre ellos y parecen que pocas veces llegan a un acuerdo donde todos están felices, o al menos así es como yo les llamo, ya que no sé en realidad cuál es el rango de puestos aquí, pero por lo que puedo ver, hay cuatro personas con suma autoridad después de Izana.

Kakucho Hitto, Ran Haitani, Kanji Mochizuki, Shion Madarame.

También destaca Rindou Haitani a mi parecer, ya que Ran se asegura de conversar con él antes de tomar cualquier desición.

Además de Rin, puedo decir que Kokonoi Hajime es partícipe en cada desición también, su voz contando casi más que la de ellos cuatro, y por lo que le he escuchado decir hasta ahora, tiene un buen sentido deductivo, y es inteligente a la hora de hablar acerca del dinero.

Tal vez por eso Izana se asegura de contar con su opinión.

Una pandilla interesante.

Después de dar por finalizada la reunión, la mayoría de las personas ya se han ido, solo quedamos Izana, Kakucho y Kokonoi, Ran, Rin y yo en el lugar más silencioso que antes.

El tema de la pandilla ha quedado totalmente atrás, solo hablando y discutiendo acerca de la primer tontería que se les viene a la mente.

Ya es bastante entrada la noche, y comienzo a preguntarme la hora, sin embargo, mi celular y el de Izana se han quedado sin batería, pero aún así logro ver la información en el teléfono de Kaku.

11:30 p.m.

Es muy tarde.

—¿Por qué no vamos a tomar algo? —propone Ran suspirando, y tras algunas cuantas respuestas, deciden acceder, al parecer no tienen nada más qué hacer o en qué entretenerse.

—No creo que sea buena idea —le susurro al de cabellos blanquecinos, este me sonríe burlonamente al entender.

—Vamos, Mikey no te va a castigar —ríe, yo siento mis mejillas arder ante su comentario, escuchando las leves carcajadas de los demás.

—¿Este es el chico de tu hermano? —Rindou me observa de arriba abajo, yo no puedo estar más nervioso.

—Así es —asiente.

—Vaya, sí tiene buen gusto.

Trágueme tierra.