
Suplicar perdón
—M-Mikey —Chifuyu se levanta con rapidez, los nervios y confusión viéndose en sus ojos—. ¡N-no es lo que parece!
—M-Mikey, y-yo no... —a diferencia de mi amigo, me levanto tambaleante, con un millón de emociones dentro de mí, y estoy seguro que no son ni la mitad de las tuyas.
Debe ser horrible.
—T-Tú... —la mirada que me dedicas está completamente perdida en la nada, tus ojos que antes parecían un abismo en el que adoraría hundirme, ahora son un lugar oscuro, vacío y sin nada de brillo, causándome escalofríos al verte fijamente hacia allí, con lágrimas deslizándose por mis mejillas, porque no quiero que veas esto, es tan vergonzoso, tan repugnante.
—M-Mikey, yo no quería, esto no... —me acerco desesperado hacia tí, no aguantando verte tan metido en tus pensamientos—. O-oye, responde —te sarandeo un poco, de pronto poniéndome ansioso al no decir nada—. ¡Mikey! —llamo tu nombre por tercera vez, entonces observas a Chifuyu, frunces el seño, y la verdad no puedo describir la rapidez con que te libras te de mi agarre sobre tus hombros para proporcionarle un puñetazo en su rostro, haciéndole caer al suelo, captando la atención de aquel azabache y aquel chico de mechas decoloradas.
—¡¿Qué mierda haces, Manjiro?! —Baji está furioso, y yo solo caigo al suelo al verte sobre mi amigo, golpeando su rostro sin ninguna compasión, puedo ver la sangre sobre su piel, y lo único que pienso es en apartarte, tomando tus brazos desde atrás, pero me lanzas en dirección contraria al sentirme, golpeándome contra el suelo entonces.
—¡D-déjale! —grito, de repente estando tan aterrado—. ¡É-él no tiene la culpa! —digo, y no sé si estoy diciendo la verdad.
Baji se acerca tras reaccionar, agarrando tu cuerpo por detrás y haciendo apartarte, ahora tu estando en el suelo, con su cuerpo sobre el tuyo.
—¡¿Te volviste loco, imbécil?! —te dice, a punto de golpearte, pero Kazutora le detiene, sosteniendo su puño entre sus manos.
—¡Basta, Baji, Manjiro! —regaña, apartando al azabache sobre ti, mientras tanto, yo me arrastro como puedo hacia Chifuyu, sosteniéndole entre mis brazos.
—F-Fuyu, ¿estás bien?
No responde.
—Takemicchi —te escucho llamarme, entonces alzando mi mirada hacia ti, tus ojos me absorben en un segundo, y no puedo evitar llorar aún más al enfrentarme a ellos.
—¡Perdón, lo siento, yo no quería que-
—Cállate —prácticamente, escupes al decir, yo me tenso en mi lugar, entonces solo sintiendo una enorme presión en mi pecho al ver tu expresión, viéndome así otra vez, como un ser despreciable—. Ni siquiera sé qué decirte —frunces el espacio entre tus cejas, entonces de pronto un rastro de tristeza apareciendo en tu rostro—. No sé por qué llegué a pensar que podría confiar en ti.
—¡No, puedes confiar en mí! —digo cuando me das la espalda, comenzando a marcharte de allí, Emma y Draken te esperan a lo lejos, y puedo ver cómo intentan hablarte, pero solo pasas de largo al verles—. ¡¡MIKEY!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro