
Se fue
Después de eso volví a mi casa, Chifuyu quiso quedarse, y Baji tampoco le permitía irse, así que pasarían la noche allí...
Los tres.
Que miedo.
No he recibido una llamada suya en toda la mañana, eso es raro.
¿Estará bien?
Bueno, realmente no quiero molestarle, así que tomo mi teléfono para marcarle a Mikey milésima vez, y como siempre, no responde. No me siento para nada bien respecto a esto, nunca he sido muy bueno con las palabras, y Mikey no es bueno escuchando. Al menos no según sus amigos.
Además, es mi culpa, todo fue mi culpa.
Suspiro para entonces comenzar a cambiarme, luego cuando ya estoy listo, me dirijo hacia la puerta para salir. En poco tiempo me encuentro en el metro, y ahora estoy a unos pasos de casa de Mikey.
Detengo mi andar frente a la puerta, respirando entrecortado, teniendo una sensación muy molesta en mi interior. Mis manos sudan frío, y tambaleantes se acercan para tocar el timbre, entonces escuchando el ruido agudo de este.
Tras varios intentos Emma es quien abre la puerta, sonriéndome sorprendida al verme allí.
—¡Oh, Takemichi! —rodea mi cuerpo con sus brazos repentinamente, luego apartándose sin darme tiempo a reaccionar—. ¿Viniste por Mikey, cierto?
—Así es, ¿él... está aquí? —mi voz tiembla al salir de mi boca, incluso siendo un poco más baja de lo normal.
—Yo traté de obtener tu número de teléfono, pero Draken estaba dormido y Mikey encerrado en su cuarto, por eso no pude avisarte —su expresión se torna apagada, de pronto una presión en mi pecho se hace presente, preocupado ante sus palabras.
—¿Avisarme de qué?
—Él... se fue —dice, parpadeo unos instantes para intentar analizar sus palabras, no entendiendo nada, tal vez, no queriendo hacerlo.
Emma me invita a pasar al no verme hacer nada, yo solo sentándome en el recibidor, con su mirada preocupada sobre mí.
—¿A dónde? —digo al encontrar mi voz en el fondo de mi garganta, con mi vista fija en la nada, mis puños apretándose sobre mis muslos.
—Fue a Kioto, a casa de nuestro hermano mayor, él le había llamado hace unos días para pedirle que fuese un tiempo con él, pero Mikey le dijo que no, que tal vez en otra ocasión sería —suspira—. Pero ayer, cuando llegamos del festival, repentinamente dijo que iría con él, quise detenerle, pero no pude hacer nada, lo siento, de verdad lo siento.
Siento una molestia en mis ojos, impidiéndole ver con claridad, luego algo frío correr por mis mejillas.
No puedo evitarlo.
—T-Takemichi, no llores, ¡podemos hacer algo! —Emma luce nerviosa al verme bajar la cabeza, intentando secar las lágrimas gruesas que caen por mi rostro, y son demasiadas, llenas de dolor y culpa, derramándose como un mar sin fin.
Siento como me abraza, su voz preocupada intentando calmarme, pero no puedo, no puedo estar sin ti, ¿ya no me quieres?, ¿por qué te fuiste?, ¿y por qué me siento como si mi mundo se acabase de derrumbar?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro