-¿Cómo te llamabas? -pregunta el chico de trenza rubia y tatuaje de dragón, estoy caminando entre él y Chifuyu, subiendo la gran escalinata del Santuario Musashi.

-Llorón -menciona Chifuyu, y pongo los ojos en blanco, Draken comienza a reír.

-Hanagaki Takemichi -digo, los tres ya pisando el último escalón.

-Ya veo, es un gusto, soy Ryuguji Ken, pero puedes llamarme Draken.

-Un gusto, Draken-le sonrío como él también hace, no parece una mala persona después de todo.

Pero esto queda en segundo plano cuando por fin veo lo que hay delante de mí, todos están vestidos iguales, son uniformes negros con detalles amarillos lo que lucen, y están todos formados a cada lado de la escalinata, mirando hacia algunos escalones que hay más adelante.

Chifuyu me indica que tome lugar en una esquina, fuera de las filas a las que él también se incorpora.

Al final le pedimos permiso a Mikey para que yo asistiese a la reunión, bueno, lo hizo Chifuyu, a través de una llamada.

Me dijo que se escuchaba algo extraño, fuera de lo normal, porque siempre solía ser muy entusiasta, y ahora su voz estaba completamente apagada.

Y cómo no, estaba sufriendo con el corazón roto a manos de quien más confía.

De repente todos hacen una reverencia y pronuncian a coro un: "Buenas noches, capitanes."

Veo a cinco chicos caminar con tranquilidad entre la multitud, por un camino rodeado de cabezas bajas.

Son muy distintos, uno de ellos tiene el cabello negro, que cae con pocas ondas hasta la parte baja de sus hombros, sus ojos son color chocolate y dos afilados colmillos sobresalen de sus labios. Tiene una presencia bastante salvaje, algo me dice que es alguien fogoso y prepotente.

El siguiente luce cabellos plateados, y ojos color lila, un pendiente negro con una cruz plateada en el centro adornan su oreja, su expresión es totalmente serena, parece ser alguien pacífico y tranquilo.

Está acompañado por uno que no es para nada delgado y posee una cicatriz en su rostro, su mirada da algo de miedo.

Al lado de este hay dos más, uno de rizos cabellos naranja y sonrisa gigantesca, y otro realmente alto, firme y atemorizante, su expresión es fría, haciendo total contraste con su contrario.

Les he estado viendo fijamente, se han posicionado cada uno frente a un grupo de chicos, aproximadamente de 20 miembros cada uno, según como les han llamado, deben ser los capitanes, y los que se encuentran detrás de ellos, sus divisiones.

La voz de Draken retumba en mis oídos como una bomba, logrando sacarme de mi trance.

-¡Que comience la reunión!

Fue en un segundo que mis pensamientos quedaron en blanco, cada vez te acercas más, logro reconocerte de inmediato aunque estés bajo aquel uniforme negro, tus mechones rubios son inconfundibles. Sin embargo, cuando llegas a mi frente me quedo sin aire, es decir, ¡no llevas nada bajo tu chaqueta abierta!

Perfecto, debo estar más rojo que un tomate.