—¿Qué?, ¿yo?, ¿por qué? —digo, totalmente confundido, viendo cómo te señala con la mirada, y comprendo que tú no puedes escuchar, entonces te observo, y tras pestañear varias veces bajo nuestras miradas, te apartas.

—Oh, ¿debería irme?

—¿Esperarías un momento en la sala? —digo, acariciando tu mejilla con suavidad, logrando hacerte asentir, entonces dejándonos solos, incluso Peke J yendo detrás de ti—. ¿Y bien?

—¿Irías conmigo y...? —me ve fijamente, como dudando en decir, solo logrando ponerme ansioso.

—¿Y? —le apresuro, entonces suspirando.

—Aparenta ser algo más.

—¿Algo más? —inclino un poco mi cabeza hacia un lado, sin entender, mucho menos al fijarme en sus mejillas rojas.

—Y-ya sabes, él estará con Kazutora, y yo estoy molesto, entonces... —me observa fijamente, entonces entiendo todo, sintiendo como si fuese un balde de agua fría cayendo sobre mi cabeza.

—No, no y no —digo, negándome, sé que es mala idea, muy mala idea, podría terminar en problemas con Baji, o con Chifuyu, incluso contigo.

—Vamos Take, solo será por esa noche —sus manos se juntan frente a su rostro, en una súplica, entonces no hago más que negar con la cabeza.

—No, Fuyu, es muy mala idea —doy un paso atrás, viendo cómo Chifuyu se acerca en busca de aprobación—. No quiero problemas con Baji, ese tipo incendia autos cuando tiene hambre, capaz termino quemado yo —pongo los ojos en blanco, porque ese chico realmente luce muy salvaje, no sé cómo puede gustarle, Chifuyu es alguien delicado y sensible, todo lo contrario a él.

—Vamos, ni tanto —rueda los ojos, y su tono realmente no logra convencerme.

—No, además, ahora estoy con Mikey y... —susurro lo último, de repente una pregunta formulándose en mi mente, ¿estamos juntos, no?

—Venga, no tenemos que besarnos o algo así, aunque tú sueles meterte mucho en el papel —dice, riendo burlón al recordar esa vez en la que actué como su hermano delante de su profesora para ayudarle a justificar sus ausencias por estarse viendo con Baji, y terminé discutiendo acerca de quién lo educaba mejor.

No puedo evitar reír también, de pronto sintiendo sus manos sobre mis hombros, y sus ojos verdes clavándose sobre los míos.

—Ay, no me mires así —me quejo, sabiendo en lo que terminará, y lo único que hace es un puchero en sus labios, consciente que es una de las expresiones de él a las que soy débil, entonces suspiro frustrado—. Está bien, si me pasa algo te mato, de paso Mikey también te mata.

—¡Eres el mejor!~ —Chifuyu se lanza sobre mí en un abrazo emocionado, sonriendo genuinamente mientras correspondo a su gesto, realmente es un demonio en el cuerpo de un ángel, un ángel muy bello y...

Vale, eso ya es mucho amor, con razón Senju nos decía que parecíamos las típicas mejores amigas.

Pero es que mi amigo es el mejor.

Y ahora que lo pienso, Mikey no sabrá nada, ¿qué es lo peor que podría pasar?, además de una golpiza por parte de Baji claro.