
Lo siento
—Cuando estés en el tren, envíame un mensaje, luego yo te enviaré la ubicación de la casa de Shinichiro, ¿está bien?
Eso fue lo que me dijo antes de irme, recién acabo de enviar ese mensaje, y rápidamente recibo una respuesta con la ubicación.
Suspiro pesadamente, el viaje realmente se me ha hecho largo, tengo sueño y estoy cansado, debería detenerme a beber algo, sin embargo, no tengo hambre, solo quiero verte, escuchar tu voz aunque sea por cinco segundos más.
Le respondo con un "Gracias." , entonces comenzando a caminar hacia el taxi que acaba de parar frente a mí.
Puedo ver las gotas de agua jugar en el cristal de los autos, la lluvia es tenue, pero consiguiendo retrasar el tráfico ante las calles humedecidas.
Mi mirada es apagada, realmente quiero dormir y olvidarme de todo, solo despertarme y verte frente a mí, diciéndome que por qué digo tonterías, que todo era un sueño.
Siento mis mejillas tibias, seguramente ya me he puesto rojo, cierro los ojos mientras recuesto mi cabeza al cristal de la ventanilla, consiguiendo una mirada fugaz del conductor.
—Gracias —con eso me despido tras pagarle por el viaje, luego y en el medio de la acera poco transitada, levantando mi rostro hacia el cielo, sintiendo las gotas frías de agua impactar contra mi piel.
Volteo entonces, encontrando con mi vista la puerta blanca de la casa frente a mí, y puedo verte a través de la ventana, sentado mientras ves tu teléfono, y al parecer, yo no soy el único con esta terrible y lamentable expresión.
—Buenas tard- —tus palabras se esfuman en el viento, tus ojos sorprendidos se fijan en los míos, yo te sonrío levemente, en una expresión triste, ni siquiera pudiendo hablar cuando tus brazos me rodean en un abrazo dolido—. ¿Qué haces aquí, maldito idiota?, ¿por qué viniste? —tu voz se ha quebrado, y de tus hermosos ojos salen lágrimas como cristales rotos, deslizándose a través de tus ahora enrojecidas mejillas.
Parpadeo varias veces para entender tu comportamiento, pero ni siquiera permitiéndome yo mismo a hacer eso, abrazándote también, tan necesitado de ti.
—Lo siento —susurro, mi voz se oye tupida por el nudo en mi garganta, pero no voy a llorar, no quiero hacerlo.
—Te odio —murmuras, tus puños arrugando la tela de mi pullover levemente húmedo.
—Lo siento —repito, frunciendo el ceño, reteniendo el llanto en el fondo de mi garganta, no queriendo derrumbarme otra vez.
—¿Cómo pudiste hacer eso? —tu tono es enojado, triste, sin embargo, no soltandome aun así, escondiendo tu rostro en mi hombro.
—Lo siento —esta vez tengo que morder mi labio inferior, sintiendo las lágrimas caer por mi rostro, yo sin poder frenarlas desde mi posición.
—Confié en tí, incluso te invité al festival conmigo, pero dijiste que tenías planes con Chifuyu, ¿fue planeado, Tamemicchi?, ¿acaso no tienes corazón? —tu voz se rompe más al decir, y yo ya no puedo contenerme al escucharte de esa forma.
—¡Lo siento, te amo Mikey, lo siento!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro