
Extra: Perdón.
[🌸] ¿Se han preguntado qué ocurrió con Draken? Si recuerdan, en el capítulo "Arrestados", Mikey recibe un mensaje de texto, dónde Draken le dice cuando hablarían sobre el tema que tanto venía rondando sus cabezas.
Cómo todo ha sido narrado desde el punto de vista de Takemichi, es imposible que se los hubiese dado a conocer por esos medios, por lo que, este extra les explicará lo sucedido entre Draken y Mikey en su charla después de la pelea de Moebius, desde mi punto de vista.
Es corto, pero espero lo disfruten.
• • •
Después de el encuentro con Moebius, dónde ToMan salió victoriosa, Mikey, acompañado de otros miembros de su pandilla, llevan a Takemichi al hospital, ya que este no se encontraba en muy buenas condiciones.
Mientras el rubio es revisado por los doctores, Mikey se encuentra sentado en la sala de espera, y como es de saber, el ojinegro se desespera muy rápido, aún más si se trata de Takemichi, a pesar de que sabe que no es nada grave.
Se levanta de su asiento con ansiedad, y tras darle varias vueltas a la sala, decide salir de allí, y para su sorpresa, se encuentra con Draken en la parte trasera del hospital, conversando con Baji tranquilamente.
—¿Qué hacen aquí? —pronuncia confuso, Baji le sonríe alegremente, enseñando sus afilados colmillos.
—Hola Mikey, Draken venía a ver cómo estaba... ¿Takemichi? —dice un tanto inseguro, y tras recibir un asentimiento de cabeza por parte de Draken, procede a continuar—. Y bueno, yo ya me iba, ya te detuve bastante tiempo —palmeó el hombro del más alto—. Nos vemos, chicos.
Minutos después de su despedida, ambos rubios se encuentran sentados en una pequeña escalera del lugar, todo está en silencio, nadie pasa por allí, al menos no en el tiempo que ha transcurrido.
—Esto es muy complicado —Draken decide romper el hielo, porque conoce demasiado al contrario, y sabe perfectamente lo nervioso que se encuentra, y que si es por él, no comienzan a hablar nunca.
—Lo sé, Kenchin —responde con rapidez, como si hubiese estado esperando a que hablase desde hace ya varios minutos—. Quiero pedirte perdón, por haber sentido esas cosas por ti cuando somos amigos desde pequeños, perdón por traicionar tu confianza...
—No quiero que te disculpes —interrumpe, recibiendo una mirada curiosa por parte del más bajo—. No es algo malo enamorarse, Mikey —comienza a decir, y su contrario también puede darse el lujo de decir que le conoce demasiado bien, así que sabe que lo que viene es unas palabras bien pesadas pero verdaderas—. Es cierto que en estas circunstancias es mejor no hacerlo, yo estoy con tu hermana, y la amo —dice muy bajo, siempre fue alguien que le es difícil abrirse—. Pero también soy tu amigo, por encima de todo, y siempre voy a apoyarte —se gira hacia el chico, este solo escucha sus palabras atentamente—. Perdóname, por ser tan estúpido y reaccionar de tan mala forma —toma su mano, entonces Mikey se siente agobiado—. Cuando escuché lo que dijiste, no supe qué hacer, quería hablarte con calma para no dañarte, pero entré en pánico —suspira—. No puedo amarte, no podemos estar juntos, sé que duele, porque amas a tu hermana, y también a mí —sonríe—, pero eres fuerte, nuestra amistad lo es, podemos superar otro obstáculo más, ¿verdad?
El corazón de Mikey parece estrujarse en su pecho, y a pesar de que actualmente no está interesado en el de trenza rubia, le duele, le entristece que estén pasando por esa situación, no quiere dañar a su hermana, o su amistad con Draken.
Las lágrimas hacen cristalizar sus ojos, baja su cabeza con rapidez, Draken sonríe ante su acción.
—¿Ves?, eres muy fuerte, y orgulloso —una carcajada sale de su boca mientras las mejillas de Mikey se sonrojan levemente.
—¿Cómo puedes decir que soy fuerte... —susurra—...cuando lo que hago es llorar? —levanta su mirada mientras que con sus manos seca sus lágrimas, no queriendo llorar delante de él.
—Ser fuerte no es no llorar, Mikey, es poder secar tus lágrimas y seguir hacia adelante.
No tuvo siquiera que pensarlo, solo lo hizo, abrazándole con fuerza, como si no hubiera un mañana.
—Te quiero mucho, Kenchin —solloza en un hilo de voz, tratando de aguantar los desgarradores sonido que quieren salir de su garganta.
—Yo igual, Mikey.
Y así fue como volvieron a reconciliarse, sin duda alguna ese fue uno de los mayores desacuerdos que tuvieron, pero salieron victoriosos, porque nada los separaría, su amistad estabaja forjada con un lazo inquebrantable.
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