—Siento no haberte atendido antes, Mikey estuvo cocinando hoy, y viró la casa al revés, por eso estaba ocupado —el chico de cabellos negros y ojos de igual color deja una bandeja con dos tazas de café y un tazón lleno de galletas, y a un costado de estas, los dulces que tanto te gustan.

—No se preocupe, lo entiendo, me lo espero de Mikey —sonrío nervioso, recibiendo una risita tras un asentimiento de cabeza, de pronto entrando en el salón aquel chico de cabello bicolor, rodeando con sus brazos la cintura del de ojos oscuros.

—Amor, deberíamos dejarles solos, ¿no crees? —le dice, no muy alto, aunque solo me parece que es así su voz.

—Oh, si es cierto, vamos Waka. Mikey, no hagas tonterías eh —te envía una mirada fugaz, tú solo escondes más tu rostro en el cojín sobre tus rodillas, sentado en el sofá.

Luego de que ambos chicos saliesen de allí, me acerco a ti en un impulso por calmar las emociones en mi interior, queriendo tenerte cerca, y en el momento que tomo una de tus manos, la apartas temblorosamente, dirigiéndola junto a la otra en tus rodillas.

—Mikey, todo fue un mal entendido.

—¿Un mal entendido?, yo lo ví con mis propios ojos —murmuras, en un hilo de voz, yo odiando verte así cuando sueles ser tan ruidoso.

—No quería hacer eso, pero Chifuyu tuvo problemas con Baji, al parecer le vió besando a Kazutora, y luego me llamó hecho un desastre, lloró toda la noche, fue esa que estuve durmiendo en su casa —suspiro, encontrando tu mirada sobre mi persona, entonces desviando mi vista hacia otro lado, tus ojos siendo demasiado intensos—. Cuando estuvimos en la cocina, en el momento que te fuiste para dejarnos hablar, él dijo que Baji le había invitado al festival, y armó un plan, donde yo debía ir y aparentar más que una amistad con él. En serio quise ir contigo cuando me lo pediste, pero ya había quedado con él, es mi mejor amigo, y quería ayudarle —te observo, colocando mi mano sobre las tuyas, tú temblando ante mi toque, entonces agradeciendo que solo te mantienes en silencio para escuchar toda la historia—. Cuando fuimos al festival se molestó varias veces con Baji y Kazutora, entonces intentaba acercarse más de lo debido a mí, y cuando estuvimos en aquel lugar para ver los fuegos artificiales, el coqueteo entre Kazutira y Baji era demasiado, y de pronto nos estábamos besando —bajo la mirada, con rabia en mi tono, molesto conmigo mismo por hacer aquello—. Te juro que te quiero a ti, lo siento, fue culpa de ambos, porque él me besó, y yo no quise un momento, pero luego accedí —acepto en voz baja, entonces acercándome más a ti—. Entiéndeme, por favor, te amo, perdóname, haré lo que sea porque me perdones —comienzo a llorar otra vez, siendo demasiado el peso de la culpa en mi interior, pero de pronto sintiendo tus labios rozarse sobre los míos.