
El metro
Mis ojos se abren como platos y te dirijo la mirada, me estΓ‘s viendo con vergΓΌenza, un leve rubor adorna tus mejillas, pero se nota de sobremanera al ser tu piel tan blanca.
Aunque de todas formas, Β‘estoy peor que tΓΊ!
Mi estΓ³mago parece virarse al revΓ©s, por el calor en mi cabeza creo ya estar echando humo.
Sin embargo, creo que me he salvado.
-Β‘Mira, date prisa, es nuestro tren! -comienzo a correr en aquella direcciΓ³n, me sigues unos metros mΓ‘s atrΓ‘s nuestras respiraciones estΓ‘n aceleradas, pero gracias al cielo llegamos tiempo.
CΓ³mo habΓa muchas personas guardamos tus cuadernos en mi mochila, ya que los traΓas en las manos y podrΓan daΓ±arse.
Llega el punto en el que somos los ΓΊnicos en el vagΓ³n, ahora observo hacia mis pies, ambos estamos en silencio, sentados uno al lado del otro.
Estuvimos conversando por mucho tiempo, incluso intercambiamos nΓΊmeros y dijimos nuestras direcciones.
El tren se ha detenido, logrando sacarme de mis pensamientos.
Observo hacia afuera, es tu parada, pero en cuanto te miro me derrito con la imagen, estΓ‘s totalmente dormido, tu cabello cae suavemente a los lados de tu frente, tus mejillas estΓ‘n infladas mientras inconscientemente pronuncias sonidos bajos, haciendo que tus labios, y rostro en sΓ, se vean realmente tiernos.
No quiero despertarte, mΓ‘s debo hacerlo, de lo contrario no llegarΓ‘s a tu casa.
-M-Mikey, despierta, ya debes bajarte -te sarandeo un poco, comienzas a abrir tus ojos, me miras desentendido.
-ΒΏMicchi? -mis mejillas toman un color muy rojo, ΒΏcuΓ‘ntas veces piensas ponerme asΓ?
-Y-ya hemos llegado a tu parada...
Te despides de mΓ con un fuerte abrazo, uno que me deja en las nubes, y justo cuando las puertas se cierran, recuerdo algo.
Tus cuadernos siguen en mi mochila.
BαΊ‘n Δang Δα»c truyα»n trΓͺn: Truyen247.Pro