
Despertar
A la mañana siguiente abro mis ojos despacio, sintiendo tus brazos rodeando mi cuerpo, suspirando cerca de mi rostro. Pero el agarre es demasiado fuerte, incluso estás sonriendo, seguro estás soñando.
Y no, no pasó nada anoche, sigo siendo virgen.
—Mikey, despierta —digo comenzando a sentirme sofocado, suavemente para no asustarme, pero solo siento que añades más fuerza, haciéndome perder un poco de aire cuando tu pierna rodea mi cintura—. ¡M-Mikey! —pronuncio con dificultad, de pronto sintiéndome con más movilidad, viendo cómo comienzas a despertar ante mi llamado.
—¿Takemicchi? —murmuras somnoliento, tallando tus ojos antes de fijar tu vista en mí, yo frunciendo el ceño mientras te sarandeo por los hombros.
—Tonto, casi me matas mientras dormías —un puchero se forma en mis labios, tu ríes y de pronto te acercas, dejando un corto beso en mis labios para luego sentarte en la cama, un poco más despierto ahora.
Después de eso, ambos caminamos hacia el baño y comenzamos a cepillar nuestros dientes, ayer nos habíamos acostado temprano, sin embargo, el sueño es pesado sobre mí aún por el viaje, eso siempre logra cansarme, y tú porque..., supongo que simplemente eres un dormilón de primera, después de todo, pasas el día dormido en clase y no hay quien te despierte.
Debido a nuestro silencio y la tenue luz en la habitación, es fácil comenzar a dormirnos otra vez, de pronto tu cabeza cayendo sobre mi hombro y la mía sobre la tuya, ambos moviendo nuestros cepillos dentro de nuestras bocas lentamente hasta quedarse quietos, y cuando tus manos ya no tienen fuerza, el tuyo cae dentro del lavamanos, ante el ruido despertándonos sorprendidos, luego riendo por habernos quedado dormidos ahí.
Cuando terminamos y fuimos de vuelta a la habitación, nos cambiamos de ropa, tu prestándome de la tuya debido a que yo no he traído, pues no pensé en que me quedaría más de un día allí.
Agradezco que te gusta usar ropa ancha, así puede servirme sin importar la diferencia de tamaño, que después de todo no es tanta.
Bajamos a desayunar junto a tu hermano y tío, también allí encontrándome con un señor bastante anciano que dice ser tu abuelo.
—Él no cenó con nosotros ayer —digo desde el sofá, viendo al anciano conversar con Wakasa en el portal.
—Él cena más temprano en su cuarto, para esas horas ya estaba dormido —dices, dejando descansar tu cabeza sobre mi hombro.
—¿Dónde están tus padres, Mikey? —me atrevo a decir, porque no recuerdo que los hayas mencionado en algún momento, o siquiera haberlos visto en tu casa. Veo como te tensas en tu lugar al escucharme, entonces bajando la mirada para hablar.
—Ellos murieron, mi madre cuando era niño por una enfermedad, y mi padre se suicidó días después —murmuras tristemente, yo te observo con sorpresa, no esperaba eso.
—Oh, en verdad lo siento, Mikey —te observo preocupado, tu niegas con la cabeza.
—Está bien, no importa ya —sonríes, de pronto Shinichiro interrumpiendo la conversación.
—¡Mikey, es Izana!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro