
Desmentir
Mi seño se frunce ante tus palabras.
-¿Tienes el descaro de preguntar algo como eso? -digo, la amargura envolviendo mi corazón acelerado, porque es así, solo me altero cada vez más, cada vez que te veo frente a mí y sé que no puedo decirte lo que siento, casa centímetro que nos separa siendo tan doloroso, solo queriendo tenerte entre mis brazos-. Eres un desvergonzado.
-Creí que eso ya lo sabías -dices, con una sonrisa maliciosa mientras achinas los ojos, de pronto sintiéndome acorralado entre esa mirada que parece atravesarle y la baranda de metal que ahora hace presión contra mi espalda. Un salto de nervios altera mi estómago cuando me percato de la repentina cercanía, sintiendo tu respiración entrelazarse con la mía, tan pausada y tranquila, a diferencia de mi, siendo tan acelerada y temblorosa.
-¿Q-qué haces...?
-Micchi, no te mentí, por lo menos no donde crees que lo hice -susurras contra mis labios, tu mano subiendo a mi mejilla en una caricia dulce que me hace temblar, mis manos aferrándose al metal detrás de mí entonces.
-¿Eh?, ¿de qué hablas? -me desentiendo de la situación totalmente, costándome pensar en realidad cuando te tengo a solo centímetros de mi rostro.
-Dije que me gustaba Kenchin, pero no es así, te mentí, porque no quería hacerte ver que realmente me gustas tú, y que me hiciste daño al rechazarme -suspiras, de pronto apartándote de mí ante la idea errónea de mis pensamientos.
Mis ojos se abren en sorpresa al entender, hiciste lo mismo que yo, y todo de repente es tan confuso, nos mentimos el uno al otro sin saber, y fue todo por mi culpa.
-¿Yo te... gusto? -asientes, escuchando lejano mi susurro, y no lo pienso más, lanzándome a tus labios con tantas emociones dentro de mí, pequeñas lágrimas acumulándose en mis ojos al saber la verdad, al saber que mi amor es correspondido, hayando calma en el roce de tus labios contra los míos, calmando la tormenta de todas las emociones alimentadas fríamente en la soledad de los últimos días.
Pero de repente, mi toque al cielo termina, me apartas con dificultad, no queriendo apartarte de mis labios en realidad, lo sé, porque te ha costado tanto.
-Tú... ¿por qué? -suspiras en mis labios, aún rozando los tuyos, nuestras frentes estando juntas, entonces abriendo mis ojos, viendo los tuyos tan negros, una oscuridad tan atrayente que me rindo en cuestión de segundos, dejando mi orgullo atrás, porque amor y orgullo no caben en una misma oración dónde todo salga bien.
-Te mentí, en el hospital, dije que no me gustabas, pero solo fue para no hacerle daño a Hina -digo, sin apartarme de ti, porque te necesito a mi lado, mi cuerpo ardiendo al sentir mi piel contra la tuya, y de repente tan frío y vacío cuando te alejas en una expresión confusa, aún más cuando las gotas de lluvia comienzan a caer sobre nuestras cabezas.
-¿Q-qué dices?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro