
Calma después de la tormenta
—S-sé que estuvo mal, pero creí que podía explicarte luego —digo con rapidez, tropezando en mis palabras, sintiéndome tan desesperado ante tu mirada intensa, no tenerte cerca de mí matándome por dentro, y me sorprende, porque no creí hacerme tan dependiente de ti—. Pero desapareciste, no contestabas mis mensajes, y no podía decirlo por ahí, quería decirlo en persona —juego con mis manos nerviosamente, sintiendo la lluvia humedecer mi cuerpo—. D-después traté de explicarte esa tarde, cuando te peleaste con los chicos que abusaron con Emma, pero dijiste eso y me derrumbé, no quise decir la verdad por orgullo, me sentí tan mal y solo que —apenas puedo terminar de hablar cuando siento la presión de tus labios sobre los míos, en movimientos desesperados, ansiosos, mi cuerpo se tensa en ese instante, pero tras sentir la suavidad de tus labios, es como un calmante, me relajo por completo mientras cierro mis ojos para seguirte los movimientos, mi corazón acelerándose mientras las lágrimas se mezclan con la lluvia. Y solo somos nosotros en el mundo, ya no importa Hina, Draken, o quién sea que conozcamos, solo ambos bajo la lluvia, aceptando la verdad, que nos amamos, y no podemos estar sin el otro.
—Te amo —dices de pronto, separándonos para tomar aire, agradeciendo que la lluvia es lo suficientemente suave para no dificultarnos el estar afuera.
Dudo a la hora de responder, porque no había pensado realmente ponerle un nombre a lo que sentía por ti, por lo menos no pronunciarlo en voz alta.
—Yo también te amo —susurro de igual forma, y se siente como la calma después de la tormenta, tanta paz.
Tuvimos que ir hacia las escaleras para no seguir mojándonos, sin poder separarnos ni un instante, siguiendo entre besos y caricias, terminando en una llamada de Chifuyu en mi teléfono.
—Oye, ¿dónde mierda estás?
—En la escuela, ¿dónde más voy a estar? —siento como repartes dulces besos en mi cuello, haciendo erizar mi piel, ambos sentados en el escalón más alto, yo sobre tí, tu espalda recostada en la pared, tus brazos rodeando mi cintura.
—Yo... necesito hablar contigo —escucho su voz quebrarse de pronto, y siento una presión en mi pecho, como un mal presentimiento.
—¿Qué pasó?, ¿estás bien? —pregunto preocupado, me observas curioso, viendo mi cambio repentino.
—No, no lo estoy, me siento muy mal —escucho su llanto, tan doloroso, y mi corazón se exprime dentro de mi pecho, dolliéndome tanto escucharle así.
—Cuando salga iré a tu casa y hablamos, ¿está bien?
—Vale, gracias, Takemichi.
—No es nada, amigo, nos vemos después.
Cuelgo la llamada suspirando, mi mirada decaída llama tu atención.
—¿Pasó algo?
—Chifuyu estaba llorando, quiere que hablemos, estoy preocupado —digo, y niegas con la cabeza, dejando un dulce beso en mis labios.
—No te preocupes, no quiero verte así —me abrazas, yo escondo mi cabeza en tu pecho, sintiéndome tan pequeño, amando la sensación de tenerte ahí, a mi lado, ahora ya nada nos separará, o eso espero.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro