
Amarre
Al dirigirnos a la sala, lo primero que veo es una escena demasiado tierna, juegas con Peke J con una sonrisa muy dulce en tus labios, logrando hacer que yo sonría también, recibiendo una mirada burlona por parte de Chifuyu, y un susurro en mi oído que me hace enrojecer.
—Vaya, pero quién viera al llorón tan enamorado~
Le envío una mala mirada, entonces él riendo mientras se acerca a su mascota, tú percatandote de nuestra presencia, volteándote a verme con una de tus lindas sonrisas.
—¡Micchi! —te levantas solo para abrazarme, sacándome una carcajada ante tu tierna reacción—. Te extrañé.
—Solo fueron cinco minutos —susurro en tu oído debido a la posición, como mismo has hecho antes.
—Igual te extrañé, ¿sabes? —te separas un poco, Chifuyu marchándose a la habitación, dejándonos solos—. Esos cinco minutos me sirvieron para pensar y... —no puedo evitar sentirme preocupado, sintiendo un cosquilleo en mi estómago, nervioso—...quiero preguntarte algo.
—¿Qué cosa? —digo, sin poder hacer esfuerzos para no cerrar un poco los ojos ante la cercanía, sintiendo tu aliento tibio chocar contra mis labios, logrando empeorar el vapor en mis mejillas, esas que están siendo acariciadas suavemente por tus dedos.
—¿Qué mierda me hiciste? —dices, seriamente antes de reclamar mis labios como tuyos, tan lentamente que resulta torturoso.
—¿Un amarre bien fuerte? —digo, riendo contra tus labios, obteniendo una risita de tu parte.
—Me sorprende la forma en que encuentras sinónimos para no decir groserías —murmuras con burla, besando lentamente mis labios, avergonzándome.
—Me enseñaron bien, supongo —me haces retroceder hasta estar contra la pared, tus manos aferrándose a mi cintura entonces, acercándome más a ti.
—Tan lindo~ —susurras, casi inaudible, pero que se graba a fuego en mi cabeza en realidad, porque eres la primera persona después de Chifuyu que elogia mi forma de ser, y es algo que realmente aprecio.
Entonces nuevamente tomas mis labios, en movimientos tan lentos y melosos, cariñosos y suaves, tan diferentes a cuando llegaste, que parecías una tormenta queriendo arrastrarme a la lujuria.
Varios jadeos salen de mis labios cuando nos separamos, intentando recuperar la respiración, con los corazones latiendo tan a prisa que juro poder escucharlos.
Entonces lo pienso, ¿realmente será correcto acompañar a Chifuyu al festival?
Y para mí sorpresa, soy yo quien te vuelve a besar, no pudiendo resistirme a la imagen de tus labios rojizos por los besos, o tus hermosos ojos negros observando mis labios con deseo, cuando en realidad soy alguien que no toma la iniciativa, por lo menos, no en este tipo de cosas.
—Manjiro —jadeo en voz baja cuando subes mis piernas a tus caderas, quedando totalmente atrapado entre tu cuerpo y la pared.
—¿Si? —practicamente es un suspiro, sin despegar la vista de mi boca, viéndose en tus ojos las tantas ganas de tenerla en la tuya otra vez.
—Chifuyu nos está mirando raro.
Pones los ojos en blanco, para entonces voltearte, viendo al mencionado de brazos cruzados en la otra pared.
—Mierda, mierda y más mierda.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro