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Capitulo tres

𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐒
"LA CANCIÓN"







Internamente lloró, haciendo un puchero que se dejó ver.

No, por favor, no, no, no. —suplicó internamente. Sus ojos se volvieron llorosos y su pecho dolió en anticipación.

—Lo siento, pero no debutarán como un grupo mixto.

Todos en el lugar entendieron sus palabras. El escenario se lleno de lamentos en vez de festejos y aquello solo rompió aun más su corazón. Miró a Aeri con lágrimas en los ojos, notando las lágrimas que fluían con rapidez por sus mejilla sonrojadas mientras lo miraba con una sonrisa quebrada, llegando a crear un puchero que terminó por romperlo.

—Hyunjin...

—Lo siento, lo siento tanto... —le dijo entre lágrimas, abrazandola con fuerza importandole muy poco las personas a su alrededor— No mereces que esto te este pasando, enserio me hubiera encantando seguir juntos... Debutar y seguir nuestros sueños juntos... Enserio, lo siento, Aeri.

Rompió su promesa con ella.

—No te disculpes, no tienes por que... Prometeme algo ¿si? —él asintió, sintiendo las suaves manos de Aeri pasear por su espalda como un a suave caricia. ¿Como una niña podía consolarlo de tal manera?— Sigue nuestro sueño por ambos, prometemelo.

Se separó del abrazo con cuidado, mirando los ojos oscuros que lo miraban con anhelo y dolor. Él solo atinó a asentir frenéticamente, con más lágrimas desbordando de sus ojos y dándole al final un suave beso en la frente que se demoró varios segundos.

El final que tanto quería esta justo delante de mí

El ser humano es extraño, solía no preocuparme ni arrepentirme por nada

Pero, justo delante de ti, ¡Bang! Mi corazón se ha estrellado

—Estare para ti por cualquier cosas, nunca dudes en llamarme.

Luego de eso cada unos de los integrantes del grupo fueron a darle un abrazo a Aeri, siendo BangChan el último que después de varios consejos y palabras de aliento la dejó libre para salir del escenario. Nadie decía nada, nadie hacia el mínimo ruido mientras ella caminaba lejos de allí. De él.

Y cuando se giro un segundo antes de salir para hacer un corazón con sus manos, pareció que todo se derrumbó por fin para él.

—Ánimo, chicos... Lo harán genial, los extrañare.

Tú me hiciste querer respirar

Tal vez todo lo que quería era solo un abrazo

Y había estado ocultandolo detrás de esa máscara de chico fuerte.

El recuerdo se desvaneció segundos después de su mente, reemplazándolo por aquel día en donde luego de varias insistencias de su parte y el líder lograron integrarla de nuevo al grupo con mucho esfuerzo. En ese tiempo hubo demasiado, casi en su mente parecía un borrón que paso demasiado rápido para lograr concentrarse en uno solo de sus recuerdos...

(...)

El cielo se encontraba nublado, dejando pasar sólo leves rayos de sol. Miró con una sonrisa cortés hacia las fans que lo saludaban a él y a los demás con sus teléfonos en mano, tomando fotos y vídeos sobre el Fanmeetig gratuito que habían hecho en una de las plazas de Seúl.

Saludó con su mano a varias chica que lo hicieron e hizo la mitad de un corazón con la misma mano, sonriendo. Varias fans llevaban bolsas de regalos en sus manos, dulces o peluches que seguramente si se acercaba lo suficiente podrían darle.

Miró con una ceja alzada a Minho cuando una fan logró darle un regalo a éste, abriendolo de una vez descubriendo así un pequeño peluche de conejo.

-Se parece a mi ¿No?

Jisung a su lado se rió, logrando que inmediatamente Minho lo mirara con un rostro serio e intimidante.

Jisung dejó de reír, asustado.

-¿Que es tan gracioso?

Rodó los ojos con una sonrisa por su actitud infantil, observando de nuevo al público. Estuvo así por segundos hasta que entre todas las chicas una pelinegra sin su teléfono le ofreció un sobre blanco con varios dibujos en él mirándolo con súplica.

Acercándose un poco se dejó ir por su curiosidad y tomó  el sobre, observando como la chica lo miraba con sus ojos negros profundamente luego de hacerle un gesto para que no dijera nada. Aquello lo dejo inmóvil por un segundo.

¿Que estaba pasando?

El sobre en sus manos se hizo un poco pesado recordándole que aún lo tenía a la mano y lo volvió a ver, hasta llevarlo a su bolsillo trasero. No lo abriría ahí. Llevó sus ojos de nuevo al frente para agradecerle a la chica por la carta cuando como si fuera un parpadeo desapareció entre las demás y no logró ubicarla a pesar de su insistencia.

Ella ya no se encontraba ahí.

Y por alguna extraña razón su pecho luego de eso empezó a doler.

Trató de no pensar en ello por un rato, concentrándose en su trabajo mientras se movía de un lado a otro hablando con los chicos, cantando y dedicando algunas palabras antes de despedirse hacia las fans. Momento donde sin ser consciente había tratado de encontrar la mirada oscura que había dejado su pecho doliendo cada vez más.

¿Que le estaba pasando?

Horas después se encontraba en la sala del departamento que compartía con el grupo, sólo y mirando con el ceño fruncido un pendrive entre sus dedos, lo colocó en la mesa ratonera y sacó la hoja doblada a la mitad de la carta descubriendo así la letra de una canción que lo dejo poco a poco más confundido y lleno de intriga.

Era sumamente extraño que alguien, una fan siendo específicos, le regalará una canción de esa manera y con aquella letra en específico. Algo que transmitía tanto dolor y a la vez tanto miedo. Intrigado dirigió su mirada al pendrive y sin pensarlo mucho lo colocó en la computadora que Seungmin había dejado olvidada en uno de los sillones, busco la única carpeta que aparecía dándole click para encontrar un archivo multimedia.

-La canción. -Pensó, dándole un doble click hasta que el archivo comenzará a reproducirse. Lo primero que escuchó fue una suave voz cantar acapela, con ritmo pero sin ninguna música de fondo que dejará a la imaginación la canción  terminada. Y lo segundo que luego percibió fue lo familiar que se escuchaba aquella voz, tanto que al estar por lo que sería la mitad de la canción sintió lágrimas fluir con rapidez con sus mejillas... Su cabeza le llevó dos años atrás donde se despidió de aquella niña luego de su debut y luego a la misteriosa chica que le había entregado la carta junto a la canción.

Se llevó una mano a la cabeza quitando el flequillo que colgaba tapandole la vista y suspiró entrecortado, apretó los puños y se los llevó a los ojos. ¿Como pudo ser tan estupido? ¿Como no pudo verla? ¿Como no pudo reconocerla?

Estaba cambiada, por lo que pudo recordar estaba más alta y sus rasgos habían cambiado un poco, pero sus ojos seguían siendo los mismo. Seguía teniendo aquella mirada inocente y llena de determinación que le había cautivado en secreto, y ni siquiera pudo darse cuando de inmediato que era ella.

Su pequeña Aeri.

Las lágrimas que derramaste por mí eran cálidas

Tu mano que tomaba la mía también era cálida

Te extraño demasiado, tanto que podría morir

Estuvo horas escuchando la canción que se reproducía en la laptop hasta que la puerta del departamento se abrió dejando ver a unos alegres BangChan, Jisung y Jeongin  pasar hasta que éste último lo localizó con ambas manos en su cabeza y jalando algunos mechones con frustración en el sillón sin sin dejar de ver la laptop.

-¿Hyunjin? ¿Oye, estas bien?

Él negó, molesto consigo mismo y desvió la mirada hasta dar con ellos. Quedando un largo tiempo observando a BangChan hasta darle una señal para que se acercará.

-Chan, debes... debes escuchar esto ¿si?

El mayor se acercó a él, mirándolo con preocupación hasta sentarse a su lado y poner atención a la canción que aún se escuchaba. La letra era buena, y la cantante también... Estuvo escuchando hasta que cayó en cuenta aún más rápido que él  mismo sobre quién era la dueña de tan dulce voz.

-Es...

Hyunjin asintió.

-Hoy la vi, Chan. Me dio esto en el Fanmetig y ni siquiera me di cuenta que era ella... ¿Y si piensa que la olvidamos? Maldición, necesito encontrarla.

Admitió, desesperado.

-Y lo haremos, Hyunjin. Esa canción es muy buena y si fue ella la que la escribió podría debutar. -sintió una mano hacer presión con suavidad en su hombro y al gira su cabeza un sonriente Jisung lo recibio- Sólo hay que darle una pequeña ayudita.

Él solo le devolvió la sonrisa con levedad, aún conternado por las emociones que crecían por su ser con una rapidez extraordinaria.

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