❝ 07.WATER AND CRYSTAL ENMITIES ❞
-Fuí a buscarte a tu recámara, no estabas y encontré la nota que dejaste para Delila- dijó cuando estuvimos frente a frente.
-Lo siento solo que después del desayuno no quería más drama y quería salir a despejar mi mente- Me excusé.
-Hey tranquilo amigo ¿Por qué tan preocupado?- Cuestionó Jay.
Ben miró con extrañeza a Jay, luego posó su mirada en mí y finalmente aún más confundido miró a Lydia.
-Escucha lamento lo que pasó en el desayuno, no fue culpa tuya y no fue justo que vivieras ese drama- se disculpó Ben ignorando a Jay y volviendo su mirada hacía mí- Escucha no conoces muy bien Auradon y si quieres despejar tu mente te acompaño ¿De acuerdo? Es mi responsabilidad cuidarte mientras estés aquí.
Sentí un pinchazo en el estómago y luego una carga de enojo se presentó cuando en aquel momento Ben me dejaba claro que hacía aquello por obligación.
Tal vez no sólo venir a buscarme era su resñpnsabilidad, si no todo lo demás: Llevarme a aquel Karaoke, darme un celular, pasar la mañana con mis padres, desayunar conmigo y mis padres, disculparse por el drama... TODO.
No quería incomodarlo y tal vez un enojo por sentirme una carga me invadio en ese momento.
-No gracias Ben, no necesito tu compañía por obligación, no quiero ser una carga- dije lo más relajada que pude lo cual le dió a mi voz un tono gélido- Jay me a invitado a salir y estaba a punto de acceder cuando llegaste.
-Pero...- intentó asimilar Ben- pensé que no estaban en buenos términos.
-Al contrario, me he dado cuenta de que podríamos disfrutar de una compañía mutua si llegamos a conocernos mejor, además no deseo estropear tu tarde forzandote a pasar el rato conmigo.
-No quería decir...
-Si, si querías decir eso- interrumpí.
Ben se quedó callado. Su rostro mostraba que comprendía exactamente a que me refería y el porqué de mi comportamiento. Por primera vez un silencio tenso se hacía entre nosotros.
-¡La práctica termino! ¡Todos a las duchas!- rompió el silencio Jay- espera aquí por mi ¿De acuerdo?- se dirigió a mi con una enorme sonrisa y yo asentí.
-Nos vemos, Rey Ben- dije como última palabra para dirigirme a las gradas junto con Lydia para esperar a Jay.
Lydia no dijo nada relacionado con Ben, y se limitó a preguntarme cosas sobre mí y mi reino.
Intercambiamos números de celular para mantener el contacto y tal vez salir en alguna ocasión.
-¿Nos vamos?- interrumpió Jay con una enorme sonrisa tomando su bolsa deportiva con ambas manos denotando entusiasmo. Asentí con la cabeza a forma de respuesta.
Me despedí de la pelirroja quien me hizo prometer que le escribiría en cuanto terminará mi cita con Jay. Al parecer era de esas personas que toman confianza lo más rápido que pueden, me agradaba mucho.
Al contrario de lo que pensé Jay no parecía confiado. De hecho parecía aún más nervioso que yo, eso contando el hecho de que yo estaba saliendo con el hijo del peor enemigo de mis padres.
-¿A dónde quieres ir?- preguntó Jay rompiendo el silencio en cuanto salimos del campo de entrenamiento.
-No lo sé, no conozco mucho de aquí.
-Claro claro, entonces ya sé a donde iremos. No te preocupes no te llevaré al lugar donde nos conocimos, te llevaré a un lugar aún más genial.
Me limité a seguirlo en silecio, pues ninguno se atrevió a pronunciar palabra.
"¿Aún más especial?" Pensé "Creí que no podría haber ningún lugar más especial que aquel"
Jay dijo que primero tendríamos que comprar algunas cosas así que antes de ir a nuestro destino hicimos una parada al supermercado para comprar algo de comida.
Imaginé que me llevaría a algún lugar donde pudiéramos hacer un día de campo y mi mente divagó hasta toparse con una imagen de Ben y Mal en su propio picnic. Borré la imagen rápidamente pues no tenía ningún sentido pensar en aquello.
Después de comprar seguimos caminando hasta que vimos un puente dentro de él bosque donde nos habíamos adentrado.
-Después de usted- dijo Jay haciendo una reverencia con una sonrisa a forma de broma.
Tragué en seco... Yo le tenía pánico a las alturas.
-¿Qué pasa?- preguntó con rostro de que ya sabía la respuesta.
-Me aterran las alturas- respondí con una mueca.
Hubo un momento en el que Jay claramente pensó en una solución mientras yo me sentía culpable por tener miedo.
-Tengo una idea- habló Jay por fin- Sujeta esto ¿Si?- me tendió la bolsa donde estaban nuestras compras.
No tuve tiempo de preguntar cuando Jay sostenía mi cintura con una mano y con la otra sostenía mi mano.
-Cierra los ojos- susurró a mi oído y la piel en todo mi cuerpo se erizo.
Sin opinar ni objetar cerré los ojos y dejé que Jay me guiará por aquel puente.
Estaba literalmente confiando ciegamente en el hijo de el enemigo de mis padres.
A cada paso que dábamos sentía como él agarre de Jay me transmitía confianza.
No abrí los ojos en ningún momento y sin embargo tenía la viva imagen de Jay mirándome. Me sentí como una niña pequeña y como alguien a quien le gustaba sentirse protegida.
Cuando Jay se detuvo abrí los ojos lentamente y mire hacía el puente para luego mirar a Jay quien aún mantenía su agarre.
Le sonreí y él lentamente fue soltandome.
-¿Seguimos?- dijo terminando de soltar mi mano y tomando las compras.
-Si si si, vamos- dije torpemente para luego seguir nuestro camino.
De lejos pude notar un pequeño lago con una especie de quiosco destruido.
El lugar era precioso y me daba la impresión de que era un lugar especial para muchas personas.
Cuando llegamos me di cuenta que habíamos caminado demasiado y que realmente tenía sed.
Mire a Jay y se veía intacto, como si realmente hubiéramos llegado en alfombra mágica y yo seguramente me veía exhausta.
El chico comenzó a sacar las cosas y a ponerlas en el suelo junto a su bolsa de él entrenamiento.
A penas me senté Jay puso una chaqueta de cuero encima de mis piernas para que pudiera sentarme cómodamente.
-Entonces princesa Scarlett ¿Qué te trae a Auradon?- preguntó Jay cuando ya estaba todo en su lugar y estábamos cómodos.
-Si te lo digo no me creerías- le respondí metiendo una uva en mi boca.
-Vamos, si puedo creer que estoy teniendo un picnic con la hija de los enemigos de mis padres puedo creer cualquier cosa- bromeó.
La verdad no tenía ganas de mentirle y tampoco tenía ganas de decir la verdad, pero sabía que tarde o temprano se sabría.
-De acuerdo sólo no me odies ¿De acuerdo?- suspiré- Auradon y Agrabah tienen muchos tratados, pero al parecer uno no salió del todo bien y la única forma de evitar una crisis que acabaría en guerra es casandome... Con Ben.
Jay, quien estaba medio acostado en el suelo se levantó de un salto.
-¿ESTÁS COMPROMETIDA CON BEN?- exclamó asombrado.
-Si... Algo así- dije apenada- aún estoy buscando secretamente una forma para librarme de este convenio.
-Pero Ben aún está con Mal ¿Cómo pueden estar comprometidos?- dijo ya más calmado tomando asiento de nuevo.
-Ella no lo sabe, Ben aún no quiere decírselo y te ruego que no se lo digas. Yo sé que Mal es tu amiga y yo soy prácticamente una desconocida, pero no quiero generar problemas antes de que encuentre una solución- respondí con un tono casi suplicante.
-Wow, de verdad que estás llena de sorpresas ¿Eh?- dijo tomando una rebanada de pay- Tranquila, no diré nada.
De verdad había pensado que Jay me dejaría ahí después de decirle que estaba comprometida y además con el novio de su mejor amiga... Pero no, Jay aún estaba frente a mí, comiendo como si nada.
-Ojalá hubiera traído mi traje de baño- dije tomando también un pedazo de pay, dejando el tema a un lado- ¿Llevas aquí a todas las chicas con las que sales?- bromeé.
-Nunca había traído a una chica aquí- dijo mirando a otro lado- supongo que jamás había querido impresionar a una chica.
Me quedé en silencio.
El hablaba en serio y se notaba. El sinceramente quería impresionarme y demostrar que no era como su padre.
-¿Dijiste que desearías haber traído tu traje de baño, no?- preguntó rompiendo el silencio. Asentí- ¿Y porqué no meterte con esa ropa?
-¿Estás loco?- reí, pensando en que bromeaba y cuando Jay alzó una ceja mirándome como si la que estuviera bromeando fuera yo supe que hablaba en verdad.
-¿Qué tiene de malo? La ropa se seca.
-Si tu te atreves a meterte con ropa yo lo haré- dije segura de que Jay no lo haría y me di cuenta de mi error cuando Jay sonrió con malicia y empezó a quitarse los zapatos- ¡No, espera! ¡Estaba bromeando!- muy tarde, Jay se encontraba dentro del agua.
Me levanté de un salto en el momento en el que Jay emergió del agua con una sonrisa victoriosa.
-¡Tu turno!- gritó desde donde estaba.
-¡Te dije que estaba bromeando, no lo haré!- respondí riéndome.
-¡¿Qué?! ¡Pero yo lo hice!- dijo dando un golpe al agua.
-¡Es tu problema!- reí.
-¡Ahora verás!
Mi risa se fue cuando Jay regresó del agua y se acercó peligrosamente a mí.
Intenté correr para que no me atrapara.
De nuevo riendo corrí en círculos intentando que Jay no me atrapara lo cual fue inútil cuando me llegó por la espalda atrapando mi cintura y levantándome mientras yo pataleaba entre risas.
-¡No no no!- mi voz se vió ahogada cuando Jay saltó al agua conmigo en brazos.
Salí a la superfie peinando mi cabello con mis manos hacía atrás para que pudiera ver.
El lago no era lo bastante bajo para tocar el suelo, pero tampoco bastante profundo así que nos manteníamos flotando entre risas.
-Pudiste haberme quitado los zapatos- Dije azotando mi mano en el agua para salpicarlo.
-Eso le quitaría lo divertido- rió cubriendose la cara con las manos- Además todo hubiera sido más fácil si te hubieras metido por tu voluntad.
Jay empujó el agua con las manos para salpicarme lo cual acabó en una guerra de agua entre risas y declaraciones de guerra.
-Creo que no te estoy tratando como se le debe tratar a una princesa- dijo Jay riéndose parando nuestra disputa de agua.
-Al menos así me divierto.
-Hey, te apuesto lo que quieras a que no te atreves a saltar desde esa roca de ahí- dijo Jay cambiando de tema, apuntando a una roca cerca de ahí.
Al principio lo considere una idea loca, pero ¿Qué más daba? Mis padres no estaban ahí y nadie de ahí podría decirme que esas no eran actitudes justas de una futura reina.
Con seguridad salí del agua temblando un poco por el cambio de temperatura. Me saqué los zapatos y los dejé junto a los de Jay para que se secaran y me dispuse a subir a la roca.
-¡No olvides que apostaste lo que yo quisiera!- le grité desde arriba tomando valor.
Caminé hacía atrás tomando para tomar impulso y acto seguido corrí hasta la punta de la roca para saltar al agua.
No tuve tiempo de arrepentirme cuando mi cuerpo impactó contra el agua.
Una vez más emergí al estilo de la madre de Lydia y curiosamente me encontraba frente a frente con Jay.
-¿Y qué es lo que pides?- dijo con nuestros rostros a centímetros.
Juraría que estaba tan nerviosa que pude haber vomitado ahí mismo. Pero no, solamente sonreí mirando directamente a los ojos de Jay.
-Aún no lo decido, pero te lo haré saber en cuanto lo sepa- y dicho esto me separé lentamente de él, regresando a dónde había iniciado nuestro picnic.
Una brisa fuerte golpeo mi cuerpo y por inercia este tembló.
Jay al darse cuenta salió del agua y corrió hacía su chaqueta para luego ponerla sobre mis hombros.
Seguimos comiendo entre bromas y juegos.
Nunca me habría imaginado que podría pasar un rato tan agradable a su lado y contra todo pronóstico ahí estábamos, dialogando sobre nosotros, que nos gustaba, quienes éramos y quienes queríamos llegar a ser.
Le platiqué a Jay como había sido mi infancia en Agrabah, colmada de amor por parte de mis padres, llena de lujos pero encerrada en un castillo.
Jay por su lado me contó lo dura que había sido su vida en la isla y como a pesar de eso el había sido feliz al lado de sus tres inseparables amigos.
En algún momento terminamos totalmente recostados en el suelo tan cerca el uno del otro que nuestros brazos parecían pegados. Mirábamos el cielo en silencio, pero se sentía como si aún estuviéramos conversando.
-Jamás habría pensado que estaría aquí contigo- habló el chico rompiendo el silencio- Es genial- dijo girando todo su cuerpo hacía mi recargando su cabeza en su mano.
-Yo tampoco- le respondí girando sólo mi cabeza hacía el- Es agradable- le sonreí- No eres tu padre, ni tampoco como él- dije con la mayor seguridad esperando que entendiera que por fin hablaba con completa sinceridad.
Nos quedamos mirándonos.
Sabía que Jay era un chico genial y por un momento me imaginé como sería si en lugar de Ben estuviera comprometida con Jay. La idea se fue enseguida de mi cabeza en el momento en que llegó, era inútil tener pensamientos como aquel.
-¡El último en saltar al lago es una manzana podrida!- exclamé de la nada para luego levantarme y correr hacía el lago.
El hecho de haberme levantado primero no sirvió de nada pues Jay se encontró en el agua antes que yo.
Pensé que el tiempo en que estuvimos esperando por secarnos no valió nada pues nos encontramos empapados de agua de nuevo.
Estuvimos en el agua 10 minutos más antes de por fin salir para ponernos los zapatos y recoger todo e irnos de aquel lugar.
Al encontrarnos de nuevo en aquel lugar me di cuenta que no parecía tan alto como me había parecido la primera vez. Aún así cuando Jay me tendió su mano la tomé hasta que cruzamos.
Seguimos caminando hasta llegar al castillo de Ben.
-Fue divertido- sonreí- Pero no deberías entrar conmigo a menos que quieras que mi madre nos vea y te mate. Por cierto, toma tu chaqueta- dije haciendo ademán de quitarme de los hombros la chaqueta que Jay me había dado en cuanto salimos por última vez del agua.
-Conservala, y si quieres después me la regresas- dijo con un movimiento de mano restándole importancia.
-Bueno, entonces... Nos vemos luego Jay- dije como última palabra antes de darme la vuelta para entrar al castillo.
A penas entre miré a todos los lados para asegurarme que no hubiera nadie mirando.
Entonces sentí una mano tocando mi hombro e instintivamente salté hacía atrás para ver de quien se trataba.
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