03
UNA LLAMADA
ME SENTÉ AL BORDE del acantilado, mis piernas colgaban y mí vista estaba pérdida en algún punto del cielo. Ya no tenía ese miedo a las alturas, ya si caía no lo sentía fisicamente, porque había caído emocionalmente más bajo de lo que nunca pensé. La muerte de una mascota uno siempre lo espera, aún que no esté preparado, pero que lo asesinen es totalmente diferente.
Sabía que con ver la constelación podía sentir que mí pequeño conejo estaba allí, pero no era lo mismo. Ahora todo tenía sentido. Victoria había estado rondando por estos lados buscandome, al tener a Izzie bajo el punto de mira solo se enfocó en encontrarme. Y lo había hecho. La muerte de Harry en verdad tendría que haber sido papá, la muerte de Draco tendría que haber sido la mía. Victoria solo me estaba buscando.
¿Qué hacer cuando todo lo que tocas lo arruinas?
Había una parte de mí que me decía que todo era mí culpa, todo había sido provocado por mí presencia. Aveces deseaba alejar a todos, absolutamente todos para intentar protegerlos...pero cuando lo hice con Charlie o Leah solo pude ver cómo los lastimaba de igual manera ¿Qué opción era mejor?
Quisiera tener liberosis. Ese deseo de que las cosas y situaciones nos importen menos. Una tonta palabra que había aprendido por lo mucho que a Izzie le gustaba leer. Mierda, Billy Black de seguro ya le estaba diciendo a papá que...Draco...había sufrido algún accidente con un animal salvaje o algo por el estilo y él junto a Izzie estarían preocupados.
Draco.
De solo pensar en el pequeño animal que había estado conmigo, el pequeño conejo que tenía de hijo era lo peor. Sentir como el pecho se presionaba contra si mismo, haciendo una especie de agujero. Los cosquilleos en las manos que eran mojadas por goteras, gotas que resbalan por mis mejillas hasta chocar contra mis palmas. Mire el cielo buscando alguna...ya no sabía que buscaba.
Me sentía perdida.
Y llore. Nuevamente volví a llorar ¿Por qué no estaba Draco? ¿Por qué no matarme a mí directamente? ¿Por qué...?
-¡Joder, por qué! -Grite cansada, golpeando la tierra a mi lado. Solloze volviendo a gritar, una y otra vez, sintiendo mi garganta rasposa. Pero solo quería desahogarme.
Vi a algunos pájaros salir volando de entre los árboles, yo los ignore para recostarme sobre el suelo sin importarme que las hojas o la tierra me ensuciarían, solo quería llorar y desaparecer, o volver el tiempo atrás en Phoenix con Phill, René, Izzie y Draco.
Pero con Phill ya no me hablaba, con mi madre mucho menos. Draco ya no estaba y la relación con Izzie poco a poco volvía a retomarse.
¿En qué momento se desmoronó todo? Podía decir que fue por llegar a Forks pero esto venía desde mucho antes, desde demasiado tiempo atrás. Ni siquiera estaba en mis manos la mierda que me sucedía, no era culpa de mamá por querer sentir libertad y tener una hija con otro hombre, no era culpa de los Cullen que yo fuese su compañera, no era culpa de James ser cazador y mucho menos de Victoria el querer vengar a alguien tan importante como su pareja.
James siguió sus instintos y Victoria siguió su corazón, Izzie y yo solamente nos cruzamos en su camino ¿Verdad?
Reflexionar sobre lo que en verdad sucedía se sentía tan extraño, tal vez era el ver las cosas de diferentes maneras. Había aprendido a hacer eso. Gracias a Leah, Emily y Sam aprendí a tener que ver todas las versiones para entender en verdad la historia. Allison se estaría riendo de seguro, Marina estaría orgullosa...creo que estaba verdaderamente madurando o cambiando.
Suspiré sintiendo el rostro algo endurecido por las lágrimas secas y me reincorpore para tratar de buscar a Draco en el cielo estrellado. Eso hubiera hecho si mi celular no hubiera sonado. baje la mirada dispuesta a colgar pero ví que era Izzie. Necesitaba a mi hermanita, así que contesté.
-Hola -salude, aclarando mi garganta por lo baja y rasposa que había salido. El llorar un largo tiempo afectaba.
Nunca pensé que escucharía lo que me dijo. Cuando contesté, volví a romper mi celular por cuarta o quinta vez, me transforme y salí corriendo en dirección a la casa Swan.
Saliendo por primera vez de la reserva desde la llegada de los Cullen.
El teléfono de Isabella sonó, ella se estiró sobre su cama con flojera. Había tenido un tranquilo día dónde disfrutaba de estar con Edward, aún que también debía aguantar su mirada insistente. Su novio no decía nada, pero Bella sabía lo que quería preguntar:
¿Hablaste con Leona?¿Me odia tanto?¿Ya arruine la amistad que habíamos conseguido?¿No preguntó por mí familia?¿No los extraña?¿No le duele como a ellos?¿Sabe que están sufriendo como nunca antes lo habían hecho?
Bella ignoraba todo eso, sabía que si insistían iba a tener que decir algo, pero le había prometido a Leo no decir nada. Incluso si debía ocultarlo de Edward.
-¿Hola? -preguntó confusa, ya era tarde.
Otra cosa nueva, el no tener a Leona en casa había sido extraño, más que nada el ir a la reserva sabiendo que la mayoría no la quería ahí, inclusive Paul, pero ella estaba recuperando su relación con su hermana. Así que estaba casi siempre sola, ya que Charlie también trabajaba.
-Bella -escuchó un suspiro aliviado, pero notó preocupación y se enderezó en su cama atenta -no puedo salir del trabajo, tenemos una buena pista de las desapariciones, pero Billy me llamó. Draco, el conejo de tú hermana, escapó y lo encontraron en el bosque... Al parecer se metió en terreno de cacería.
Llevo una mano a su rostro, despeinado luego sus cabellos, no podía creer eso. Draco era su sobrino, a pesar de ser un animal, pero sabía lo importante que era para Leona. No era solo una mascota, era de la familia. Draco pudo haber roto sus libros atrás, pero eso no implicaba que no le dolería enterarse de lo ocurrido.
-¿Podrías ir a ver cómo está Leo? Llegaré cuanto antes posible -le pidió su padre, más bien le rogó.
-Si, si. Ya estoy yendo -Susurro antes de colgar. Se colocó rápidamente sus zapatillas pensando en el estado de Leona.
¿Pero en verdad fue lo que le pasó al conejo? La duda corrió por su cabeza, sacudió sus pensamientos pensando en luego preguntar bien la situación, pero primero consolaría a su hermana mayor. Tendría que estar para ella, después de todo lo que pasaron, era lo menos que podía hacer.
Tomó las llaves de la mesa a un lado de su cama y vio el cactus que había traído a Forks, ya estaba mal, pero miró detrás una foto donde salía con Leona, René, Phill y Draco en brazos de su hermana. Se limpió su ojo izquierdo antes de que alguna lágrima de tristeza se escape y camino veloz hasta bajar las escaleras.
Pensaba en el indefenso animal y el estado de Leo, se sintió de una manera pésima al pensar en todo lo que le sucedía a su hermana ¿Cuándo la vida dejaría de darle golpe tras golpe? Pensó en parar en el camino para comprarle coca cola, tal vez unas de sus galletas favoritas o yogurt.
Cerró su casa detrás de ella y corrió un poco para ir más rápido hasta el asiento de piloto en la camioneta. Se subió y colocó las llaves para arrancar el vehículo. Escuchó el intento del coche por arrancar sin embargo no lo hizo. Su entrecejo se contrajo, confusa con la situación, recordaba que estaba bien. Volvió a intentar aguantando un suspiro ansioso por ir a ver a Leo, respiración que soltó de golpe cuando, al segundo intento, su camioneta no prendió.
-ahora no, por favor, maldita chatarra -Se quejó golpeando el volante mientras dejaba caer su espalda contra el respaldo.
Sintió el vehículo moverse bruscamente y su corazón dio un vuelco, ahogó una exclamación asustada pero se calmó en cuanto sintió el característico perfume de Edward y una presencia a su lado, dentro del vehículo. Se giró para ver al cobrizo que la miraba algo serio.
-Me asustaste -Murmuró calmando sus nervios, pero el cobrizo vió como sus pies golpeteaban el suelo repetidas veces, ansiosa. La miró en silencio unos segundos.
-Vas a la reservación -afirmó en vez de preguntar. Bella se sintió algo asustada, creyendo que podía leer sus pensamientos o que había escuchado la llamada con Charlie.
-¿Cómo lo supis...? -Iba a cuestionar, cuando su cerebro pareció reaccionar y nombró a cierta vampiro soltando un suspiro -...Alice
Miró al frente, deseando que no haya escuchado la conversación en la visión y solo que se iba. ¿Pero entonces...?
-¿Tú hiciste que no arrancará? -cuestiono señalando el motor del coche, se sintió herida y enojada, no tenía tiempo para eso en esos momentos.
-Bella, tienes que entender que tú seguridad es todo para mí -Se defendió el cobrizo, no quería que vaya a la reservación donde estaba infestado en cambia—formas.
-Si es por Jacob, él no me va a lastimar -Fingio enojo, cuando mentalmente agradecía que el cobrizo pensaba que era por Black y no por Leona.
-No a propósito pero los lobos no tienen control...
-¡Tú no sabes nada de los lobos! -recrimino interrumpiendo lo que estaba por decir, el cobrizo alzó las cejas sorprendido por su tono de voz -Edward, solo antes de la graduación podré ver a Jacob y a mí hermana, entienden. Luego seré una de ustedes y me odiarán para siempre -Bajo su tono en cuanto vio que le había gritado, nunca antes lo había hecho, pero en su pecho crecía gran desesperación por ir a ver a su hermana.
Edward se confundió, sabía que Leona no quería salir de la reserva por el tratado, que había descubierto el secreto de Jacob y la manada junto a Bella, pero pensó que ella ya sabía lo ocurrido en Volterra. Aún así, creyó que Bella defendía a los lobos por Jacob, no por alguien más.
-Lo siento -Se disculpó, no estando dispuesto a arreglar el auto.
-Necesito ir a la reserva -Bella repitió al ver que no se movía para arreglar la camioneta.
-No irás -Abrio la puerta para bajar del vehículo, escuchando a Bella bufar, perdiendo la poca paciencia que tenía.
-¡Debo ir! -Bajo detrás de él, cerrando de un portazo. El cobrizo negó sin querer discutir, dando por cerrada la discusión -Te perdone dejarme, que hayan herido a Leona, deje a todos para ir por ti a Volterra, estoy dejando todo por ti ¿Puedes hacer esto por mí? -Pero el vampiro no estaba dispuesto, no conocía el autocontrol de Jacob... Aún que él no sabía que Bella no se refería al Black, sino a Leo.
-No. No voy a dejar que te lastimen.
Suspiró sin creer lo que escucho y saco su celular. Marco un número dejando sin entender al vampiro que se acercó en un intento de evitar que llamara a "Jacob" Bella se alejó colocando el celular en su oído. Edward la miró sin expresión ¿Bella había cambiado o solo era que estaba teniendo más favoritismo en los lobos?
Pero se paralizó al escuchar quien había respondido el teléfono.
-Hola -Escucho la voz de Leona del otro lado de la línea.
Había extrañado la voz de, quien creía, su mejor amiga, su alma gemela pero no romántica, su única en verdad amiga. La extrañaba como no tenía idea, no obstante, ¿Por qué llamo a Leona cuando él hablaba de Jacob?
-Leo, iba a ir a verte por Draco, papá me lo dijo -Hablo Izzie veloz, viendo cómo Edward frunció su rostro sin entender -Pero... -Dudo en decir la verdad, aún así lo hizo. Debía arreglarse con Leona y eso iba a hacer -Pero Edward arruinó mí camioneta a propósito, no quiere que vaya a verte.
Eso fue la gota que colmó el vaso de la desastrosa vida de Leona. Ella ya estaba cansada y saber que el vampiro ahora era capaz de hacer algo así, solo para prohibirle algo a su hermana menor, como si fuera su dueño, había roto el fino hilo de cordura que quedaba en Leo.
Izzie escucho algo crujir y la línea cortarse. Miró a Edward algo insegura de lo que pensó que iba a suceder, el cobrizo la observaba aflijido y ambos escucharon un aullido fuerte en el bosque.
-No iba a ver a Jacob, iba a ver a Leona -Admitio Bella guardando su celular, manteniendo al distancia del cobrizo -No me molestaría que me impidas ir a ver a Jacob, pero no voy a dejarte prohibirme ver a mí hermana.
Edward se alteró al escuchar pasos fuertes provenir del bosque, acercándose amenazantes.
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