Agosto 17 del 2019

-Rebe, eres lo bastante madura y grande para afrontar tus problemas- comenta Mar mientras van llegando a las instalaciones del Chelsea.

-No entiendes...

-Qué? Que no te quieres encontrar a Olivier? Es más que obvio. Por eso estoy aquí porque sé que me vas a hacer entregarle estas cosas- revela Mar haciendo que Rebe ruede los ojos ante el ausente apoyo de su hermana.

-Por favor, Mar. Jamás te pido favores y el único que te pido no lo quieres hacer!- insiste la española.

-Esta bien.

-Gracias, Mar. Te amo- agradece Reb cuando su hermana baja del auto y se dispone a esperarla en el estacionamiento. Se empezó a desesperar pues Mar estaba tardando y según los cálculos de Rebeca los chicos ya habían terminado de entrenar. Lo único que su hermana tenia que hacer era ir con César y entregarle lo pedido. Qué mierdas estaba haciendo?

Y la cosa se puso aún peor cuando Rebeca logró reconocer a una chica en especial, atuendo elegante como siempre solía vestir cuando se juntaban, cabello rubio teñido, ojos claros y maquillaje leve pero resaltando su belleza que cualquier Giroud tenía pues era una de sus hermanas, específicamente Esmeralda Giroud.

-Mierda... donde diablos estas, Mar?- susurra Rebe un poco con la adrenalina que cargaba pues en cualquier momento Esme podría verla y se armaría un escándalo. Y justo como si tuviera que pasar Esmeralda logra reconocerla.

Reb no sabia que hacer pero de una cosa estaba segura: no pensabas en ir a hablarle, así que encendió el auto y salió del estacionamiento lo más pronto posible. Sabía que era muy irresponsable dejar a su hermana sola pero después recordó que César estaba ahí y que hasta cierto punto Mar se lo merecía al no querer ayudarla así que se va a la casa.

Mientras tanto Mar intentaba buscar a César pero el edificio parecía un laberinto que ya ni sabía por donde quedaba la entrada -Joder, estoy perdida...- se rinde pero a lo lejos un chico logró escucharla y va a ayudarla.

-Hey! Escuché que necesitas ayuda en algo. Quizá pueda servir de algo. Soy Christian- se presenta el futbolista del Chelsea.

-Hey, soy la cuñada de César. Me pidió que le entregara unas cosas- señala lo que cargaba en la mano.

-Oh! Debes ser la hermana de Rebeca!! Mar, cierto? Un placer- sonríe amigable.

-Mmh hehe. Sabes dónde lo puedo encontrar?- interrumpe Mar pues Christian se le quedó viendo provocando que Mar se sintiera incomoda y nerviosa, más nerviosa pues no lo negaría Christian era atractivo.

-Si! Claro! Sigue en los vestidores- Christian la guía hasta allá y traga saliva cuando ve la silueta corpulenta de cierto francés. Si Olivier se daba cuenta que Mar estaba aquí seguramente la seguiría para cuestionarla por Rebe y era lo que quería evitar.

-Sabes? Por qué no mejor tú se los das y dices que son parte de Rebeca de lo que le pidió?- apresura la española entregándole las cosas al americano cuando empieza a caminar de espaldas pero en eso se tropieza con sus propios pies y si no fuera por Pulisic ella hubiera sufrido una vergonzosa caída.

-Estas bien? Te noto algo pálida- Christian se preocupó y ambos al estar en tan corta distancia llama la atención de uno de los futbolistas.

-Ese Christian ya se consiguió ligue!!!!- Ben Chilwell alardea atrayendo los ojos de absolutamente de todos.

Olivier logra identificar a la pequeña Reynoso y Mar lo mira asustada. César logra identificar la situación y tanto el español como el francés salen corriendo tras Mar quien ya se había ido y cuando finalmente llega a la salida choca con otra chica. -Ouch! Quieres fijarte por donde corres?- se queja la rubia.

-Esme!!- exclama la voz de Olivier haciendo que Mar se quede pasmada.

-La conoces??- pregunta Esmeralda cuando la mirada de su hermano se posa en la española.

-Será mejor irnos- César intenta salvar a Mar pero Olivier se interpone.

-Mar, puedo hablar contigo?- pide Olivier.

-Ella no tiene porqué hablar contigo- César responde algo celoso al saber las intenciones del francés.

-Le pregunté a Mar no a ti, si mal no recuerdo- la tensión cada vez se eleva más y precisamente Mar quería evitar esto.

-César!- detiene Mar.

-Olivier!- detiene Esme. Ambos compañeros estaban a punto de iniciar una pelea sino fuera por Esme quien los separa -Basta, Olivier. Así no lograrás que Rebeca te perdone- recuerda llamando la atención de Mar.

-Será mejor irnos, Mar- ordena César más por su propio beneficio que el de Mar pues la pobre estaba aun desesperada.