Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[ ✦VEINTISIETE✦ ]


―Eso no te importa.

―Parece que alguien está de mal humor.

―Cállate.

―Primero dime, ¿a donde vas?, y luego me callaré.

―Tengo algo que hacer, ¿contento?

―Sí, pero, ¿en donde y con quién?

―Que chismoso.

―Sí, sí, pero dime.

―No, te quedarás con la duda.

―Oh, vamos, Yoongi― Pero el Alfa pelinegro ni siquiera le hizo caso y salió de la habitación. ―¡No me puedes dejar así...! Aishh, me ignoró.

―Ah, ordenas todo cuando te vayas.― Le avisó Yoongi, casi en una orden, asomando solo su cabeza por el marco de la puerta antes de volver a desaparecer sin esperar la respuesta del más alto.

Cuando abrió la puerta para salir de la casa se topó con su cuñado a punto de abrir la puerta desde afuera con un gran ramo de flores en las manos.

―¿Chanyeol hyung? Pensé que estabas con mi hermano.

―Salí para comprarle algo.

―¿Hiciste algo malo?― Preguntó Yoongi, señalando las rosas.

Chanyeol lo miró fingiendo indignarse. ―No puedo creer que tengas ese concepto de mí. Que cruel eres.― Dijo, negando con la cabeza. ―No, no hice nada malo, solo quise comprarle un regalo.― Añadió, sonriendo.

Yoongi asintió entendiendo. ―Bueno, pasa, yo estoy de salida.

―¿Irás con JiMin?

―Sí― Respondió de forma inconsciente. ―Espera, ¿cómo sabes? ¿Te dijo algo?

―No, solo lo suponía ya que estás más arreglado que de costumbre.― Respondió el mayor, ingresando.

―Como sea, me voy― Mencionó, haciendo girar las llaves de la casa pero ni siquiera alcanzó a salir por completo cuando escuchó un pequeño gran grito emocionado.

Volteó curioso viendo a su hermano mayor bajar las escaleras con rapidez y solo la diosa Luna sabrá como le hizo para no caerse en el proceso. Desde el último escalón saltó hacia Chanyeol siendo atrapado por este quién dejó un par de besos sobre su cabello.

―No bajes las escaleras corriendo― Murmuró el Alfa mayor. ―Se me va el alma cuando te veo hacerlo porque siento que vas a caerte.

Baekhyun sonrió adorablemente. ―No me voy a caer porque sé que tú siempre vas a estar ahí para atraparme.

―Sí, siempre voy a estar a tu lado para evitar que caigas.― Contestó Chanyeol con ese brillo único que aparecía en sus ojos cada vez que miraba a su hermoso Omega. Sus ojos desbordaban adoración, amor y ternura al tener a su compañero entre sus brazos.

Chanyeol entonces le dio un beso en los labios siendo correspondido por Baekhyun antes de soltarlo y extenderle el ramo de rosas.

―¿Para mí?― Preguntó el Min mayor de forma sonriente, tomando el ramo en sus manos.

―No hay nadie más aquí a quién podría darle rosas como estás más que a ti.

―Gracias Chanyi, están hermosas.― Dijo, antes de colgarse del cuello de Chanyeol y darle otro beso mucho más profundo que el anterior.

―No tanto como tú― Murmuró Chanyeol en medio del beso. ―No existe nada más bello y hermoso que tú en todo el mundo.

―Empiezo a sentirme ofendido...― Murmuró Yoongi en voz baja antes de retirarse ya de ahí, dejando sola a la parejita. Además, si no se apresuraba iba a llegar tarde a su cita.

Cita...

Aún no se acostumbraba por completo a esa palabra.

Cerró la puerta evitando hacer ruido y esperando que su amigo no vea nada inapropiado. Pues con esa pareja todo era posible. Si bien tenían muchas diferencias ambos combinaban a la perfección y estaba seguro que no había ninguna relación tan hermosa e increíble como la de ellos. A diferencia de sus padres donde su mamá hacía todo lo que su papá ordenaba, Baekhyun era libre de hacer y decir lo que quisiera y Chanyeol siempre lo apoyaba, escuchaba y entendía en todo.

Si tan solo su padre no tuviera la mente tan cerrada talvez ellos, más precisamente él, se habría evitado muchos problemas.

Yoongi se preguntaba si alguna vez podría llegar a ser tan efusivo con JiMin y mostrarse afecto tan libremente. Hasta ahora muy pocas veces habían estado en público pero eran personas que no los conocían así que no eran tan importantes pero de solo pensar que alguno de sus compañeros pudiera verlo le hacía sentir un miedo incontrolable. Además, estaba seguro de que su padre lo golpearía y le quitaría su apellido si se llega a enterar que le gusta otro Alfa.

Porque sí, le gustaba JiMin, eso era algo que ya no podía ni quería negar pero tampoco era algo que quería decirle a todo el mundo, estaba bien con que solo lo supieran ellos dos y, bueno, los más cercanos y de máxima confianza a ellos.

Al menos por ahora. 

Una cuadra más allá se encontró a JiMin que vestía una camisa color celeste y unos jeans negros junto a unas zapatillas negras. Su Alfa rubio se hallaba mirando su reflejo en la ventana de su auto, que se encontraba estacionado, a la vez que acomodaba su cabello.

Una sonrisa inconsciente se le formó en el rostro al verlo.

―Lindo― Mencionó sin darse cuenta antes de que una sonrisa traviesa se hiciera presente en su rostro cuando vio la oportunidad de gastarle una broma a su Alfa rubio. Comenzó a acercarse a él sigilosamente, con pasos ligeros, con la intención de sorprenderlo al ponerle las manos en los hombros y darle algún susto.

Sin embargo, antes de poder hacer efectivo su plan, apenas alzó los brazos y fueron sujetados por el Alfa rubio que había girado sobre su propio eje en menos de un segundo sin darle tiempo de reaccionar cuando lo jaló e invirtió sus posiciones, dejándolo arrinconado contra el vehículo. Un hermoso y brillante auto blanco con lunas polarizadas. Así como el color que más caracterizaba a JiMin desde su punto de vista.

―Parece que atrapé un lobo travieso rondando por aquí.― Murmuró JiMin, sonriendo divertido ante la expresión que tenía Yoongi. ―Un lobo muy adorable, por cierto.― Agregó, acercándose peligrosamente al contrario.

―¿Es que tienes ojos en la espalda o qué?― Interrogó Yoongi, deteniendo las acciones del Alfa rubio. ―Hoy estoy usando inhibidor así que no hay forma de que puedas sentir mi aroma.

―Te vi desde que empezaste a acercarte como un ladrón hacia mí. Si venías a robarme algo déjame decirte que lo lograste, te robaste mi corazón en menos de un segundo.― Respondió JiMin, sonriendo encantador.

―Tonto― Murmuró Yoongi negando con la cabeza deteniéndose cuando sintió los labios de JiMin posarse sobre los suyos en un dulce beso que con gusto correspondió.

―Quería besarte desde que te vi― Mencionó JiMin al separarse. ―Me encanta el sabor de tus labios.

Yoongi no pudo evitar sonreír. ―A ti te encanta todo de mí.― Dijo muy seguro.

―No lo niego. Por cierto, te ves increíblemente guapo. Siempre lo eres pero está vez se nota más.― Comentó JiMin observándolo de arriba hacia abajo.

―Lo mismo digo, ese estilo te sienta bien.― Mencionó Yoongi.

JiMin sonrió. ―¿Nos vamos?

Yoongi asintió y el Alfa rubio le abrió la puerta del vehículo para dejarlo subir.

―Se te ha hecho costumbre hacer esto.

―¿Qué cosa?

―Abrirme la puerta.

―Solo trato a mí príncipe de la forma en que se lo merece.

Yoongi rodó los ojos sonriendo. No importaba cuantas veces le dijera a JiMin que no lo llame así, su Alfa rubio nunca dejaría de llamarlo de esa forma. Ya se había resignado.

JiMin puso el vehículo en marcha e iniciaron el recorrido rumbo a donde sea que JiMin quisiera ir.

Yoongi no podía evitar mirar el perfil de JiMin conduciendo, era realmente atractivo y vaya que de verdad le gustaba. Ambos eran dos Alfas y estaba seguro que muchos los juzgarían y exactamente eso era de lo que tenía miedo. Pero, por ahora, no quería pensar en eso. Ahora mismo solo quería olvidarse de todo y estar junto a su Alfa rubio.

De todo lo que Yoongi imagino para este día jamás se le pasó por la cabeza que terminaría, con unos overoles puestos, metido en una trinchera y con un arma en la mano a punto de jugar paintball.

Estaba muy nervioso y emocionado, se trataba de un juego por equipos de captura la bandera, tenían que llegar al lugar donde el equipo contrario la tenían para robarla y llevarla a su base.

Era la primera vez, en un buen tiempo, que Yoongi jugaba pero, lo hacía bien, ya había eliminado a 4 del equipo contrario. Ambos tenían la estrategia clara, Yoongi era tipo francotirador y JiMin lo cubría, al final del juego su equipo ganó y Yoongi terminó con casi la mitad del equipo contrario.

Yoongi sonrío cuando se despojaron de todo el equipo de protección con el que jugaron, se había divertido como nunca antes. Su cabello rebelde caía sobre su rostro y cubría parte de sus ojos, estaba sudando y aún sentía la adrenalina del juego. Se sentía como un adolescente nuevamente.

―¿Te divertiste?― Cuestionó JiMin, luego de haberse quitado el equipo de protección, acomodando su cabello.

Yoongi asintió. ―Fue divertido.

JiMin sonrió al escucharlo. ―Me alegra escuchar eso.

―Tu chico es increíble― Le dijo uno de los jugadores de su equipo a JiMin.

Yoongi se sonrojo ligeramente al escuchar aquello pero lo ocultó rápidamente. JiMin solo pudo sonreír encantado por la reacción del mayor.

―Lo es, eso es innegable.― Mencionó el Alfa rubio orgulloso.

―Es bastante hábil― Mencionó otro de los jugadores.

―Gracias chicos― Dijo Yoongi.

Era increíble la acogida que le dieron esos desconocidos tratándolo como si lo conocieran desde hace mucho tiempo.

―Para la próxima lo queremos en nuestro equipo.― Mencionó, refunfuñando, uno de los miembros del otro equipo haciendo reír a todos.

―Él viene conmigo― Dijo JiMin sujetando a Yoongi por los hombros. ―Si lo quieres a él entonces me tendrás a mí también.

―¿Un 2x1? ¡Genial!

―Quita tu brazo que me está dando más calor del que ya tengo.― Comentó Yoongi apartando el brazo de JiMin de su cuerpo.

―Si te calientas con solo mi brazo, me pregunto, ¿Cuánto lo haces cuando te beso?― Murmuró cerca de su oído para que solo Yoongi pudiera escucharlo.

―¿Por qué no lo compruebas tú mismo?

―No juegues con mi cordura, cariño.― Advirtió JiMin. ―No quiero perder mi autocontrol y tener una jodida erección aquí mismo.

―Creo que ya la tienes― Mencionó Yoongi, sonriendo con diversión.

―Príncipe...

―Bueno, nosotros ya nos vamos.― Habló el capitán del equipo contrario haciendo que el par de Alfas se alejaran un poco con un ligero sonrojo.

Se despidieron de todos y subieron al auto nuevamente para ir hacia otro lugar. El pelinegro se hallaba lleno de energía y es que jugar paintball le recordó a su bastante a su adolescencia.

―De verdad me sorprendiste príncipe, manejas las armas con tanta facilidad. De casualidad, ¿eres un asesino a sueldo?― Preguntó, juguetón.

―Oh, vaya, me descubrieron.― Respondió Yoongi, siguiéndole el juego. ―¿Cómo lo supiste?

JiMin no pudo evitar reír ante esa respuesta.

―Bueno, no es del todo mentira.― Agregó el Alfa pelinegro.

JiMin lo miró confundido. ―¿Ah?

―Talvez no soy un asesino a sueldo pero soy bastante bueno manejando armas ya que solía ir de caza con mi papá desde que era pequeño.― Explicó Yoongi, recordando aquello con una sonrisa. ―He aprendido a disparar desde que era niño, de hecho la última vez que lo hice fue hace dos años cuando fui a casa durante las vacaciones.

―Woow, talvez debería preocuparme.

―¡Oye!

―Es broma, príncipe. No te enfades.― Sonrió encantadoramente. ―De todas formas, me alegra que te hayas divertido.

―Eso ni que lo digas, fue realmente divertido.

―Bueno, ahora... ¿Qué tal algo de comida? Siendo sinceros, tengo hambre.

―Como desees.― Respondió Yoongi, recostándose en el asiento.

―¿Hay algo que quieras comer?― Preguntó JiMin con curiosidad.

―Uhm...― Yoongi lo pensó un momento antes de responder. ―¿Pollo frito con papas a la francesa...? No, mejor,... ¿fideos japoneses? Sí, eso, fideos japoneses.

JiMin asintió con una sonrisa. ―Si mi príncipe quiere fideos japoneses, fideos japoneses tendrá.

━━━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━━━

Yoongi estaba disfrutando de la comida con JiMin, de hacerse compañía y su entretenida conversación sobre el juego y como el rubio casi se cae dos veces mientras lo cubría.

―Al menos no me dieron.

―Eso te lo doy― Dijo Yoongi intentando no reír. ―Pero si fue bastante gracioso, eso no lo puedes negar.

―Bueno, en eso si tienes razón.― Aceptó el Alfa rubio. ―En mi defensa solo diré que no había jugado en un buen tiempo.

―Ese es un buen argumento.

JiMin sonrió. ―Te has manchado el labio.― Informó.

―¿Enserio?― Yoongi llevó la servilleta a sus labios para limpiarlos pero se equivocó de lado provocando que el Alfa rubio no pudiera evitar reír ante lo adorable que le pareció aquella escena.

―No de ese lado.― Mencionó antes de levantarse, estirar su mano y con su dedo pulgar limpiar el labio de Yoongi. ―Parece que no saldrá fácilmente así que no tengo otra opción.

―¿A qué te ref...?― Yoongi no pudo terminar de formular la pregunta porque los labios de JiMin sobre los suyos lo detuvieron, congelándolo en su lugar.

―Ahora sí― Dijo JiMin una vez se separó de los labios del Alfa pelinegro sonriendo satisfecho al verlo.

Yoongi parpadeó un par de veces sorprendido. ―¡Oye!, si vas a hacer eso al menos avísame. Se me detuvo el corazón por un momento...― Murmuró lo último. No iba a negar que le gustó aquello pero lo ponía nervioso el pensar en que alguien pudiera haberlos visto. 

―¿Y perderme estas lindas reacciones tuyas? No, gracias. Así me gusta más.

―Eres incorregible.

―Ya me lo has dicho muchas veces.― Dijo encogiéndose de hombros. ―No te preocupes, nadie nos está mirando. A nadie le interesa lo que hacen los demás, todos están concentrados en sus propios asuntos.

Yoongi lo miró intrigado, ni siquiera había mencionado nada pero JiMin ya sabía lo que le preocupaba.

―Puedo ver lo que estás pensando, pero te prometo que no dejaré que suceda lo que te preocupa.― Aseguró JiMin, tomando la mano de Yoongi, por debajo de la mesa, entrelazándolas. ―Si, no niego que me encantaría que todos sepan que me gustas pero, si tú no quieres eso entonces está bien, así será. Lo único que me importa es que tú estés cómodo y tranquilo. No planeo alterar tu vida.

Yoongi apretó los labios sintiéndose culpable. ―Yo... debería ser más valiente pero... ¡maldita sea! Es tan difícil deshacer mis miedos.

―Bonito, no digas eso, tú ya eres valiente así que no digas cosas así de nuevo. El decirle o no a los demás es decisión nuestra y no tiene nada que ver con ser valiente o cobarde.

―¿Por qué eres tan amable?― Preguntó entonces Yoongi. ―Me siento como un villano porque siempre haces lo que yo quiero o lo que es mejor para mí.

―Me divierto y me hace feliz hacerlo así que no es tan malo.― Respondió el Alfa rubio sonriendo. ―Pero ya no pienses en eso y termina de comer que aún tenemos que ir a otro lugar.

JiMin siempre se veía alegre y sonriente, muy parecido al sol de primavera, cálido y agradable. Una luz que atraía a cualquiera que lo viera y conociera. Brillante y radiante. Por el contrario, él era muy diferente. Él era como la oscuridad misma, como la fría y oscura noche al final del día, llena de sombras a su alrededor que no eran más que sus propios miedos. Ausente y carente de cualquier rastro de luz.

¿Cómo rayos... Por qué razón JiMin se había enamorado de él? ¿Qué tenía él de especial?

Realmente no lo entendía y, sinceramente, no quería pensar en eso. Si lo hiciera probablemente su cabeza se llenaría de pensamientos inútiles.

―Está bien― Aceptó, haciendo a un lado todo lo que rondaba su cabeza en ese momento.

Ambos terminaron de comer luego de unos minutos y, aunque Yoongi quería pagar por lo que había consumido, JiMin no le dejó hacerlo y pagó él mismo el total de la cuenta.

Luego, en el auto, se dirigieron a otro lugar donde se suponía que pasarían un buen rato juntos. O al menos ese era el plan que JiMin tenía en mente.

―¿Qué es este lugar?

―Un club― Respondió JiMin como si fuera lo más obvio.

―¿Qué se supone que haremos aquí?― Yoongi

―Es tu primera vez en un club, ¿cierto?― Preguntó recibiendo un asentimiento por parte de Yoongi. ―En ese caso permíteme guiarte y mostrarte todo lo que puedes hacer en este lugar.

―Permiso concedido.

La pareja de Alfas paseaban por las instalaciones del club, recorriendo y probando ciertas cosas que a Yoongi le llamaban la atención. Se estaban divirtiendo probando distintas actividades. Incluso practicaron un poco de tenis siendo Yoongi el que más se destacó pese a que era la primera vez que lo jugaba.

Era divertido. 

O lo era, hasta ese momento.

―Vaya, pero miren a quién tenemos aquí, nadie más que el grandioso capitán de los "Lobos Dorados".― Dijo una voz muy conocida para Yoongi quién se tensó de inmediato y apretó la mandíbula antes de mirar por encima de su hombre hacia atrás de él encontrándolo a solo unos pasos de distancia.

Choi Wooshik.

Aunque no estaba solo, estaba acompañado de otros 3 Alfas más, probablemente sus amigos pero a dos de ellos los había visto antes en el mismo equipo de baloncesto que el imbécil detrás suyo.

―¿Qué quieres?― Preguntó Yoongi, sin voltear.

―Oh, nada, solo quería saludar a un viejo amigo.

JiMin apretó los puños, la molestia reflejada en su rostro, recordando claramente a ese sujeto.

Yoongi, por su parte, apretó más sus puños y tensó la mandíbula. ―Tú y yo no somos amigos.

―¿Ya no te juntas con esos dos?

―Eso no es de tu incumbencia.― Respondió, su voz fría y siniestra, llena de odio mientras que sus ojos parecían matarlo lenta y dolorosamente con la mirada.

―Tienes razón― Dijo con voz burlona y altanera.

―Vámonos ya― Le dijo a JiMin pero apenas dio un paso cuando la voz de Wooshik lo detuvo.

―¿Ya te vas?

Yoongi volteó, sus ojos irradiando un profundo odio. ―Eso no es asunto tuyo.

―Vámonos Yoongi, no desperdicies tu tiempo hablando con él.― Dijo JiMin.

―¿Y tú quién eres?― Cuestionó Wooshik. ―Si no sabes nada no te metas.

―Cuida tus palabras si no quieres terminar mal.― Le advirtió JiMin de forma amenazante, acercándose peligrosamente a Choi. Parecía estar listo para atacarlo en cuanto Choi hiciera el más mínimo movimiento.

―Para, no vale la pena.― Yoongi lo detuvo, no quería iniciar una pelea dentro del club y menos que su Alfa rubio se metiera en problemas por culpa suya.

―Parece que tienes un nuevo defensor, ¿eh?― Pronunció Wooshik, con sorna, mirando a Yoongi.

Yoongi lo ignoró y sujetó a JiMin para irse pero Wooshik lo detuvo bloqueándoles el paso junto a sus amigos.

―Ni siquiera te despides, que malos modales.

―Tú no eres quién para hablar de modales.― Agregó Yoongi intentando pasar pero Wooshik no lo dejó.

―No te le acerques― Demandó JiMin cuando Wooshik le cerró el paso a Yoongi nuevamente.

―¿Quién eres tú para entrometerte? ¿Eres su perro faldero...? ¿O es que te gusta? ¿Eres un maldito delta?― Preguntó con desprecio.

Los hombros de Yoongi se pusieron rígidos al escuchar aquello. JiMin iba a contestar pero el pelinegro habló primero, deteniéndolo.

―El problema es entre nosotros, Choi. Así que, déjalo a él fuera de esto, no involucres a terceros.

―Él es quién está metiéndose solo.― Dijo, miró a JiMin de arriba a abajo antes de rodar los ojos y sin decir nada más se dio la vuelta y se fue de ahí junto a sus amigos.

JiMin estaba enojado, bastante enojado, su ambiente romántico había sido arruinado por culpa de ese maldito imbécil.

¿Por qué tenían que cruzarse con él? Verlo ya era bastante malo pero ese maldito comentario lo fue aún más.

―Ese maldito imbécil...― Masculló Yoongi, con odio y resentimiento.

―¿Estás bien?― Preguntó JiMin, mirándolo. ―Lamento esto, de haber sabido que nos cruzaríamos con ese tipo aquí te habría llevado a otro lugar.

―Está bien, no ha sido culpa tuya.― Dijo Yoongi para calmarlo. ―Ese imbécil tiene la costumbre de aparecer en los momentos menos oportunos y joder todo.

―¿Te parece si nos vamos a otro lado? No tengo ganas de seguir en este lugar y compartir el mismo espacio que ese imbécil.

Yoongi soltó una pequeña risita. ―Tú también lo odias, ¿eh?

―¿Existe alguien que no lo haga? Es un ser bastante desagradable.

―Lo es, es muy desagradable pero ya no hablemos de él.― Mencionó el Alfa pelinegro. ―¿A dónde quieres ir ahora?

―A cualquier lugar menos este. Entonces, ¿nos vamos?― Preguntó.

Yoongi asintió.

―Bien.

━━━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━━━

Después de un rato paseando en el auto por el centro de la ciudad, JiMin miró el rostro de Yoongi, se notaba aún tenso y lo entendía porque él también estaba así pero no dejaría que lo sucedido arruinara su día ni mucho menos que su príncipe fuera a casa en ese estado. 

Quería verlo tranquilo y cómodo.

Después de echar un vistazo encontró el lugar que a su parecer era perfecto para una cita y también para hacer que Yoongi olvide el encuentro con aquel imbécil.

―Llegamos― Anunció el Alfa rubio al estar frente al local.

―¿Aquí?― Preguntó Yoongi, mirando el lugar, confundido. ―¿Qué haremos aquí?

―Tendremos una clase de cerámica.― Respondió JiMin.

―¿Algo así como alfarería?

―Supongo, es una forma de decirlo.― Contestó JiMin recordando que una vez había pasado por aquí con su padre cuando iban a comprar ropa deportiva, y este le dijo que traería a su papá para una cita. Su padre era muy romántico al igual que él así que suponía que sería un buen sitio.

Después de pagar los dos boletos para los que afortunadamente no había que tener cita previa, entraron a la inducción del alfarero quien les explicó como funcionaba el arte de arcilla.

Yoongi no podía dejar de mirar a JiMin sorprendido, se veía muy concentrado en la explicación a diferencia de él que no entendía la mayor parte de lo que decía el instructor. Yoongi nunca había venido a un lugar como este, y tampoco creyó que su JiMin lo traería precisamente aquí pero al menos intentaría hacerlo, aunque termine haciendo un desastre, iba intentarlo.

―¿Has manejado arcilla alguna vez?― Preguntó JiMin al entrar.

―Solo cuando hice un volcán para una maqueta en primaria pero fue ya mucho tiempo y no recuerdo casi nada.― Contestó Yoongi arrugando adorablemente la nariz.

Mirando alrededor se dio cuenta de que no eran la única pareja que se encontraba en el lugar.

―Yo ni eso― Contestó JiMin. ―Es la primera vez que trabajaré con la arcilla así que, aprendamos juntos.― Dijo sonriendo. ―¿Prestaste atención a la explicación?

Yoongi asintió no muy convencido. ―Mas o menos.

JiMin sabía que eso significaba que no.

―Bueno, yo te ayudaré ya que recuerdo perfectamente lo que el instructor explicó.

Un rato más tarde, Yoongi estaba padeciendo bastante en lograr darle la forma que quería a la arcilla.

―¿Por qué tú taza se ve bien y la mía está torcida?― Preguntó Yoongi con el ceño fruncido.

JiMin no pudo evitar reír. ―Tienes que saber darle forma con tus dedos, no muy fuerte, pero tampoco tan suave, moldéalo.

Yoongi lo intentó de nuevo pero... ¡Era muy complicado!

A JiMin le parecía bastante adorable la manera en que su príncipe mordía sus labios tratando de concentrarse, sin embargo su taza seguía sin poder moldearse.

―Déjame ayudarte― JiMin puso sus manos sobre las de Yoongi y empezó a darle forma a la taza que el mayor estaba creando. ―Así se ve mejor.

―Eres bueno en esto.― Yoongi miró su taza con asombro. 

―Si hubieras prestado más atención también podrías haberlo hecho sin ayuda.― Mencionó JiMin. ―Ahora hay que dejar las tazas aquí para que las metan al horno. Estarán listas como en una hora, creo, y luego podremos pintarlas.― Explicó.

―¿Mientras podemos ir a los juegos?― Preguntó Yoongi mostrando el local del frente. Sí, sabía que parecía un adolescente al actuar así pero realmente amaba ese tipo de juegos.

―Por supuesto― Asintió JiMin, sonriendo al ver lo emocionado que estaba Yoongi. Su príncipe amaba todo lo que tenía que ver con la adrenalina y las motocicletas.

Lo entendía. JiMin era exactamente igual cuando se trataba de la música.

―Vamos entonces― Dijo Yoongi antes de arrastrar al Alfa rubio hasta los simuladores.

JiMin miraba con la boca abierta la forma de jugar de Yoongi, era realmente un experto en el simulador de carreras. Aunque era de esperarse ya que era un corredor de motos.

―¡Eso es!― Exclamó Yoongi luego de ganar por cuarta vez. ―No es como una motocicletas real pero sirve bastante para entrenar.

―Eres realmente bueno, príncipe.― JiMin lo halagó. ―Pero ya es hora de pintar las tazas.― Comentó. ―Volvamos.

―Okay― Respondió Yoongi bajándose del juego.

Regresaron al local donde ya sus tazas estaban fuera del horno y reposadas, Yoongi había querido dibujar un gatito de color negro en su taza pero no estaba quedando tan bien como él quería.

―No es justo, la tuya se ve increíble.― Murmuró Yoongi viendo cómo la taza que JiMin pintó solo con figuras simétricas y un arcoíris estaba perfecta a diferencia de la suya.

―Ese ratón se ve bien.― Murmuró JiMin, divertido.

―¡Es un gato!― Yoongi hizo un puchero de forma inconsciente.

"Adorable" Escuchó la voz de su lobo y JiMin le dio la razón. Yoongi se veía realmente adorable.

"Es increíblemente adorable en este momento, demasiado para mi corazón."

―Era broma, príncipe.― Dijo riendo antes de tomar la taza de Yoongi y con un pincel pequeño le dio una mejor definición al dibujo. ―Ahora si se parece más a un gato.

Yoongi lo miró entrecerrando los ojos. ―Te estás burlando de mí justo ahora, ¿cierto?

―¿Eso crees?

―Deja de burlarte de mí, niño rico.― Se quejó Yoongi, dejándole un mancha de pintura en la mejilla al Alfa rubio.

―¡Oye, no!― JiMin negó con la cabeza intentando mantenerse serio.

―¿Por qué no?― Yoongi se rió divertido y le puso un poco más de pintura en la nariz.

―Nos van a regañar.― Murmuró.

―Creo que alguien me dijo una vez: "Que no te importe lo que digan los demás, es tu vida no la de ellos."

―Sí, pero estamos en una clase.

Yoongi miró a todos lados para ver si alguien los estaba viendo pero no había nadie cerca y JiMin aprovechó aquella distracción para mancharle la mejilla también.

―¡JiMin!

―Tú empezaste― JiMin se encogió de hombros.

Yoongi entrecerró los ojos y llevó el pincel hasta la taza del Alfa rubio pero sin tocarla.

―No te atrevas, príncipe. De lo contrario, haré que tú gato parezca una rata.

―Tú no puedes hacerlo, porque te gusto demasiado.

―No me retes, príncipe.― JiMin entrecerró los ojos. ―Pero tienes razón, me gustas demasiado.

―Bien, tú ganas― Dijo Yoongi fingiendo rendirse antes de, en un rápido movimiento, ponerle el pincel en la frente a JiMin.

―Príncipe... Eres realmente un caso. Te aprovechas que me gustas demasiado para atacar en cuanto bajo la guardia.

―Por eso no es bueno distraerse.

Se habían pasado la tarde terminando de pintar sus tazas entre bromas de ponerse pintura en las mejillas y riendo cada que algo no les salía como querían, sobre todo a Yoongi. Luego de que el alfarero secara las tazas, ambos salieron del lugar y disfrutaron cada minuto sin preocuparse, ni siquiera notaron lo tarde que ya se había hecho. Olvidando también el desagradable encuentro ocurrido horas antes.

Ahora ambos se encontraban dentro del auto, camino a buscar un restaurante para cenar. Iban en silencio simplemente disfrutando la compañía del contrario hasta que Yoongi habló.

―Gracias.

JiMin lo miró confundido. ―¿Por qué?

―Sé que lo de aprender alfarería no estaba en tus planes pero lo hiciste por mí, para olvidar el encuentro con Choi. Y me divertí haciendo las tazas. Así que,... gracias.

JiMin emitió una sonrisa al escucharlo. ―Bueno, es cierto que no estaba en mis planes para el día de hoy pero definitivamente iba a llevarte a allí algún otro día, solo se adelantó. Y me alegra saber que te haz divertido, eso es lo que más me importa.

―No deberías ser tan amable...― Murmuró Yoongi.

―Me ha costado bastante hacer que me aceptes y enfrentes tus miedos, por supuesto que voy a ser amable contigo. Es lo mínimo que puedo hacer por haberme dado la oportunidad de estar junto a ti.― Dijo antes de dejarle un beso en la mejilla. ―Ya no pienses en lo que sea que estés pensando, solo piensa en mí y lo mucho que me gustas.

―Eso no es necesario que lo pidas, ya lo hago...― Murmuró solo para sí mismo.

Un rato más tarde, el par de Alfas se hallaba en un restaurante elegido por JiMin para cenar. Era elegante y bastante popular ya que había una gran fila de personas esperando para entrar. Hasta el nombre era elegante "Pierre Gagnaire". Como plato de entrada les dieron Mousse de chipotle con queso crema la cual iban probando mientras decidían que platillo pedir.

―Elige lo que quieras, el precio no importa.― Mencionó JiMin, probando un poco del plato de entrada.

―Privilegios de un niño rico.― Dijo Yoongi con diversión.

―Bueno, puedes comer lo que gustes así que vale la pena ser un niño rico, ¿no?

―Sí, vale la pena.― Asintió Yoongi, de acuerdo con las palabras de su Alfa rubio, antes de ordenar el plato que le llamó la atención. ―Quiero este, medallones de lomo de cerdo en crema de champiñones. 

―Si eso quieres, ese platillo tendrás.― Le dijo JiMin sonriendo antes ponerse serio y mirar al mesero. ―Preparen lo que quiere de inmediato y que sean dos platos porque quiero lo mismo.

―Sí, señor, ahora mismo se lo traemos― El mesero, aparentemente Alfa, tomó la orden y se fue de inmediato dejando a la pareja a solas.

―Esa fue una buena elección, príncipe.― Mencionó JiMin sonriendo nuevamente en su dirección. ―Si deseas algo más no dudes en pedirlo, yo lo pagaré.

―Con eso es suficiente para llenarme, no necesito más.

―Sabía que dirías eso...― Murmuró JiMin para sí mismo. ―Está bien, solo lo dije por si acaso quisieras algo más. Sabes que no me importa gastar lo que sea cuando se trata de ti.

―Si que te gusta desperdiciar el dinero. 

―Nunca será un desperdicio gastarlo en ti.― Dijo, seguro de sus palabras. ―Más bien, yo lo considero una inversión.

Al paso de unos minutos, el mesero volvió trayendo la comida y sirvió un poco de vino en la copa de ambos. Por supuesto, JiMin tomaría lo más poco posible ya que tenía que conducir. La cena paso entre pequeñas conversaciones y bromas entre ambos, disfrutando del platillo nuevo para ambos ya que incluso JiMin no había probado esa comida antes.

―¿Quieres... caminar un poco?― Preguntó JiMin, saliendo del restaurante, sin dejar de caminar.

―No soy muy fan del deporte... pero supongo que está bien, caminemos un poco.― Respondió Yoongi, sacándole una sonrisa al Alfa rubio.

―Genial.

―Oh, pero, ¿y el auto?

―Estará bien, tiene alarma y GPS activado.

―Entonces, supongo que no tengo que preocuparme.― Murmuró el Alfa pelinegro.

―¿Te preocupas por mí o por el auto?

―¿No pueden ser los dos?

―No― Negó JiMin inmediatamente. ―¿El auto o yo? Elige u...―

Yoongi sonrió levemente por el comportamiento de su Alfa rubio y, deteniendo sus pasos, sujetó el brazo de JiMin obligándolo a detenerse antes de dejarle un beso en la mejilla, interrumpiendo sus palabras.

―¿Eso te da una respuesta? 

JiMin lo miró sorprendido, una cosa era cuando él hacía estas cosas y otra muy diferente cuando Yoongi lo hacía. Hasta el corazón se le detuvo en ese momento antes de volver a latir con bastante fuerza, resonando en sus oídos. JiMin no podía creer que un simple besito en la mejilla lo hiciera sentir así después de que ya se hubieran besado y hayan hecho otras cosas juntos. Ese preciso momento fue como si el tiempo se detuviera y todo a su alrededor desapareciera, dejándolos solo a ellos dos.

―Me quieres dar un ataque al corazón, ¿cierto?― Preguntó, porque eso sentía ahora mismo.

―Talvez, ¿está funcionando?

―Siéntelo por ti mismo― Dijo JiMin, tomando la mano de Yoongi para colocarla sobre su pecho.

Yoongi, a través de esta acción, pudo sentir el palpitar acelerado del corazón de su Alfa rubio.

Era verdaderamente rápido.

―Late de esa forma solo por ti, ¿sabes?― Mencionó JiMin, mirando a los ojos de príncipe Alfa. ―Eres el único que puede acelerar mi corazón de esta manera.

―¿Estás seguro que no te has enamorado antes? Pareces acostumbrado a decir esas frases.

―Me salen de forma natural porque estoy verdaderamente y locamente enamorado de ti. Solo de ti.― Aseguró. ―Así que, espero que nunca dudes de lo que siento por ti, príncipe.

―No lo haré.― Respondió Yoongi, seguro. ―Entonces, ¿entendiste mi respuesta?

―No lo sé, esa respuesta no me convence de...― Y otra vez sus palabras fueron cortadas por un beso de su príncipe pero esta vez en sus labios.

―¿Y ahora?

JiMin emitió una risa más parecida a una exhalación. ―¿Qué voy a hacer contigo? Con cada segundo me enamoras más.

Yoongi sonrió y mordió su labio inferior inconscientemente. ―Eso no es novedad.

―Príncipe narcisista, me encantas más cuando actúas así.― Ahora fue JiMin quién besó los labios de su príncipe Alfa.

―¿Tenemos una carrera? 

―¿Por qué me cortas el ambiente romántico?― Preguntó, divertido.

―Porque sí.

―¿A donde?

―Hasta el parque de allá.― Yoongi señaló con su mano hacia el dichoso parque que se podía ver desde donde estaban.

―¿Qué obtendrá el ganador?― Cuestionó JiMin con curiosidad.

―No sé, ¿Qué quieres tú en caso de ganar?

―¿Qué tal un deseo?― Propuso. Yoongi lo miró confundido. ―El que pierda hará lo que el ganador desee sin refutaciones.

―Bueno, ¿entonces empezamos?

Ambos se miraron a los ojos y asintieron al mismo tiempo entendiendo claramente la respuesta del otro.

―A la cuenta de tres.

Uno...

Dos...

¡Tres!

Ambos empezaron a correr el mismo tiempo hasta llegar al parque que se hallaba a una calle de donde estaban. JiMin iba tomando la delantera pero Yoongi fingió caerse y JiMin al escucharlo quejarse volteó a verlo y fue inmediatamente con él, acción que Yoongi aprovechó para levantarse y adelantarse a él.

JiMin lo miró sorprendido y una risa escapó de sus labios mientras veía a Yoongi adelantarse a él, su príncipe sabía muy bien lo que tenía que hacer para ganar y, en lugar de sentirse ofendido o molesto por haber sido engañado, se sintió orgulloso de él.

No tardó mucho en alcanzarlo nuevamente y, pese al truco que Yoongi utilizó para tener ventaja, al final, JiMin obtuvo la victoria.

―¿Cómo puedes ser tan rápido?― Refunfuñó Yoongi haciendo un puchero de forma inconsciente.

―Estoy acostumbrado a hacer deporte así que mi cuerpo es bastante atlético y rápido.― Respondió, sin ser muy consciente de sus palabras, estando más concentrado en su príncipe Alfa y lo adorable que se veía haciendo pucheros.

―Bueno, tú ganaste.― Murmuró Yoongi, en voz baja, no le gustaba mucho el hecho de perder. ―¿Cuál es tu deseo?

―Guardaré ese deseo para otro momento.― Dijo JiMin. ―Por ahora solo quiero estar contigo. Es lo único que quiero en ahora mismo.― Mencionó, atrapando al pelinegro entre sus brazos, ocultando su rostro en su cuello para aspirar el aroma corporal de Yoongi. ―El aroma de tus feromonas es una cosa pero el aroma de tu cuerpo es otra muy diferente, realmente me encanta.― Su lobo también estaba encantado de tener a su compañero tan cerca. ―Es delicioso, todo en ti lo es.

―¿Cómo que delicioso?, ¿Soy un dulce o qué mierda?

―Príncipe, esa boca...― Lo regañó, juguetón.

―Es la costumbre― Se excusó el Alfa pelinegro, sin sentirlo mucho, las malas palabras estaban bien incrustadas en su ser y era parte fundamental de su vocabulario.

JiMin no pudo evitar sonreír al escucharlo. ―Te amo― Murmuró mientras depositaba un par de besos en el cuello del pelinegro.

Yoongi también sonrió y buscó los labios de su Alfa rubio para besarlo lenta y delicadamente, un beso de esos que te derriten el alma. Y así se sentía JiMin en este preciso momento. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro