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[ ✦UNO✦ ]

Todos decían que éramos incompatibles pero yo no estaba de acuerdo con aquella afirmación.

¿Cómo podría estar de acuerdo con lo que ellos decían, si cada vez que lo veía, mi corazón se aceleraba, mis ojos se quedaban pegados a él hasta verlo desaparecer y lo único en lo que podía pensar era en besar esos labios que desde la primera vez que los bese me volvieron loco? Simplemente no podía estar de acuerdo con ellos, pero no podía decir absolutamente nada, no por que no quisiera, si no, por que lo había prometido. 

En ese momento no estaba pensando, ni siquiera había prestado atención a sus palabras, y todo por estar tan fascinado con el sabor dulce de sus labios, con esos adorables y excitantes suspiros que no hacían otra cosa más que hacer volar mi imaginación, pero no me quejo, pues mantener nuestra relación en secreto era bastante excitante y emocionante. Claro, a excepción de nuestros amigos más cercanos, por que ellos si sabían de lo nuestro. 

Pero no iba a negar que me moría de ganas de gritarle a todos que Min Yoongi, el bad boy más deseado de la Universidad, era mío, solamente mío.

¿Quién diría que terminaríamos así?

Realmente no me lo esperaba, jamás se me paso por la cabeza la idea de estar en una relación secreta con Yoongi, el bad boy más deseado y respetado de la escuela. Sobre todo, cuando después de cierto incidente, él parecía odiarme, pero no era que me odiara, solamente no sabía como expresar lo que sentía por mí, o mejor dicho, no sabía como expresar y aceptar el hecho de que le gustara un hombre alfa y no una o un omega como siempre se lo habían enseñado.

Y confieso que no actué de la mejor forma al inicio, pero mis impulsos e instintos me ganaron, y lo único que podía pensar en ese momento era en tocarlo y ayudarlo a disminuir su calor. Pero luego de eso, él no hacía otra cosa más que ignorarme cada vez que yo intentaba acercarme, así era hasta cierto día donde durante mi celo mi estúpido lobo tomó el control de mi cuerpo y se lanzo sobre él para besarlo desesperadamente. Joder, aún recuerdo el golpe que me lanzo después de eso, pero el haber probado sus labios, aquellos que durante mucho tiempo soñé con besarlos, lo compensaba.

Todo empezó hace un año y medio, cuando llegué a esta Universidad, era nuevo y no conocía a nadie en este lugar, así que mientas buscaba mi salón me perdí y terminé llegando a un jardín, iba a irme pero unos sonidos llamaron mi atención y la curiosidad fue más fuerte que yo así que me acerqué al lugar de donde provenía aquel sonido.

Me esperaba cualquier cosa menos encontrar a un chico en celo.

―Un alfa...― Susurré cuando a mis fosas nasales llegó un fuerte y dominante aroma a menta y café.

Por alguna extraña razón, mi vista no podía despegarse de aquel chico de cabello negro y piel pálida, no entendía que me pasaba, jamás había reaccionado así ni siquiera cuando me había encontrado un par de omegas en celo en el pasado.

Entonces, el pareció sentir mi presencia por que levantó la cabeza y me miró. Nuestras miradas se encontraron y mi lobo no dejó de aullar desde ese momento.

Él frunció el ceño, y aunque creí que me mandaría a la mierda, no lo hizo, al contrario, susurró algo que mis oídos no pudieron escuchar pero que mis ojos si pudieron entender.

―Ayúdame― Eso era lo que había dicho.

Se notaba que estaba sufriendo, pero no sabía como ayudarlo, pues no traía supresores en mi mochila y tampoco sabía donde demonios quedaba la enfermería.

―Debí haber venido para el tour― Me regañé a mi mismo. 

Con cuidado me acerqué hasta él, ahora que lo veía de cerca podía decir que era bastante atractivo, esa mirada penetrante y profunda le daba un toque sensual, esos mechones rebeldes que caían por su frente y tapaban una parte de sus ojos lo hacía ver más misterioso pero ese color marrón con las orillas de un color más fuerte en sus ojos me descolocó por completo.

Joder, tenía unos ojos realmente hermosos e hipnotizantes.

¿Pero que mierda, Park JiMin? Eres un alfa, un maldito alfa, pendejo.

―¿Puedo?― Pregunté cuando ya estuve junto a él. Él asintió, así que, lo sujeté y pase su brazo por sobre mis hombros para ayudarlo a caminar.

―¿Eres... Nuevo?― Preguntó con dificultad. 

El calor de los alfas es intenso y lo único que pasa por nuestra mente es follar con alguien, menos mal que ningún omega estaba por aquí por que de lo contrario este tipo se le habría lanzado para follarlo sin importarle las consecuencias de ello.

―Lo soy.

―¿Sabes.... donde esta... la enfermería?― Preguntó.

―Nop.

―Maldición.

―Calma lobito, te ayudare, talvez no sepa donde está la enfermería pero puedo ayudarte.

―¿Cómo se supone.... que lo harás?¿Me dejaras follarte?― Preguntó burlesco.

―No soy un delta cariño, pero puedo ayudarte ayudarte de otra forma. Después de todo, mis manos saben hacer un excelente trabajo.

―Somos alfas, idiota.

―¿Y eso qué? Estás en celo pendejo, si no te ayudo ahora, es probable que te lances sobre cualquier omega que veas.

―Mierda, más te vale... hacerlo bien... por que de lo contrario.... te matare― Amenazó.

―Créeme, vas a pedirme por más― Dije justo en el momento en que llegamos al baño de alfas. Abrí la puerta sin soltarlo, no lo iba a dejar irse, no iba a arriesgarme a que se follara a alguien en medio de los pasillos. Ante ese pensamiento, mi lobo gruñó enojado y a mí también me desagrado esa idea, pero... ¿por qué?

―Eso tendrás que demostrarlo― Dijo con sorna el idiota a mi lado justo antes de que lo empujara dentro de uno de los cubículos.

Me aseguré de que la puerta del baño estuviera con seguro, antes de volverme hacía él y responderle.

―Oh, cariño, te aseguro que después de esto no podrás olvidarme― Aquello lo había dicho en broma.

¿Quién diría que se volvería realidad?

Lo hize sentarse sobre el inodoro para luego desabrocharle el cinturón y bajarle el cierre del pantalón para luego bajar la prenda hasta sus rodillas. Su erección era grande y estaba claro que necesitaba de atención inmediata.

Había hecho esto un par de veces, pero nunca se lo había hecho a otro alfa, por lo que no sabía si le gustaría. Aún así, decidí intentarlo, envolví mi mano alrededor de su miembro y lentamente comencé a masturbarlo.

―Uff...― Jadeo.

Escucharlo jadear solamente hizo que me encendiera y me impulso a continuar. Quería escucharlo otra vez.

Podía sentirlo temblar conforme aumentaba el movimiento de mis manos, además, pude notar de reojo como se mordía el labio para no jadear otra vez.

Si supiera cuanto me encanto haberlo escuchado hacer aquel sonido.

Estuve un buen rato haciendo eso hasta que el alfa frente a mi empezó a pedir por más y mi lobo no hacia otra cosa más que aullar con satisfacción y cumplir con los deseos de aquel pelinegro. Se suponía que solo lo ayudaría a sentirse mejor allá abajo usando mis manos, sin embargo, ahora me encontraba apunto de meter la erección del pelinegro en mi boca.

―¿Qué hac...?― No pudo completar su pregunta por qué me adelanté al meter toda su extensión en mi boca. ―¡Ah, mierda!― Jadeo.

Joder, eso era música para mis oídos y me puso duro allá bajo, conforme avanzaba podía sentir mi erección crecer. Jamás pensé en hacer esto con otro alfa pero se sentía demasiado bien.

—Si haces eso... Uff.... ten cuidado de no morder.

Chupé y succioné todo lo que mi boca encontraba en su camino, cuidando de no lastimarlo, y unos minutos después pude sentir el espasmo que sufrió el pelinegro, y escuché el jadeo que soltó, lo que me dio más confianza para seguir.

JiMin comenzó a ascender mientras chupaba alrededor del miembro del pelinegro, y bajó haciendo lo mismo. Se quiso probar, y cerró los ojos, comenzando a bajar más, queriendo darle un mayor placer al contrario. Abrió los ojos cuando sintió su nariz chocar contra la piel del pelinegro, y jadeo al sentir todo ese gran pedazo de carne en su boca.

—¡Mierda!

Sintió el espasmo que tuvo por las vibraciones de su jadeo. Luego de unos segundos, subió hasta solo tener la cabeza en su boca y chupó el pre-semen que comenzaba a salir. Comenzó a subir y bajar rápidamente, chupando y llegando hasta su garganta, mientas que su otra mano se dedico a tocar y masajear los testículos del contrario, así que los chupó un poco más antes de volver a meter toda la extensión del Alfa pelinegro en su boca. Bastaron unos minutos para sentir al contrario tensarse. Sabía que ya estaba cerca, así que volvió a meter todo el miembro del contrario en su boca y jadeo, siendo eso suficiente para sentir al pelinegro venirse en su boca. Sacó el miembro del contrario de su boca antes de que el nudo terminara de crecer, pero aún dejó la punta en su boca para tragar el resto, miró directamente a los ojos del pelinegro mientras tragó lo último, y luego se levantó chupando sus labios. 

El contrario solo podía jadear mientras trataba de recomponerse del reciente orgasmo.

—¿Y bien?¿Qué te parecieron mis habilidades?¿Verdad que soy muy bueno?― Preguntó con la voz un poco ronca debido a la actividad recién realizada.

—No estuvo mal, pero más te vale que nadie se entere de esto por que entonces te matare, ¿te quedo claro?— Amenazó el pelinegro cuando ya se había recuperado de los espasmos ocasionados por su reciente orgasmo. 

―No tengo objeciones, y ahora que estás más lucido indícame donde está la enfermería para llevarte allí y que te puedan dar un supresor.

―Ugh, es por allá, y puedo ir solo― Dijo cuando ya estuvieron fuera del baño.

―No me arriesgare a dejarte solo. 

―Enserio eres molesto― Gruñó.

―Eso que acabas de decir no es lo que demostraste recién.

El pelinegro le dedico una mirada fulminante. Diablos, si las miradas mataran, JiMin ya estaría siete metros bajo tierra.

―Bien, no dire más, solo quiero saber tu nombre.

―¿Para qué?

―Vamos, hombre, ¿no me lo puedes decir?

Aunque el pelinegro parecía no querer decir su nombre, al final si lo hizo, sacándole una sonrisa al rubio.

―...Min Yoongi. 

―Park JiMin, un placer conocerte― Dijo guiñándole el ojo. 

Luego de eso, JiMin lo llevó hasta la enfermería donde se encontraba un doctor beta, que fue muy amable con él pero actuaba demasiado asustado y temeroso frente al pelinegro, aunque él no entendía el ¿por qué?.

Unos días después, descubrió que Yoongi no era un simple alfa, sino que era el bad boy más deseado y respetado de toda la Universidad, además era el capitán del equipo de baloncesto lo que lo hacía aún más popular.

Ahora entendía por que aquel doctor parecía tenerle miedo al pelinegro. Aunque para él, Yoongi era como un gato gruñón, bastante rudo por fuera pero muy blando y adorable por dentro.

Y hablando del rey de Roma....

Ahí estaba Yoongi, quién desde ese día no hacía otra cosa más que aparecer en sus sueños confundiéndolo y volviéndolo loco, entrando al comedor con esa seriedad que lo caracterizaba y ese ceño fruncido que casi siempre tenía, junto a sus dos amigos, Kim Seokjin y Jung Hoseok, dos alfas.

Y bueno, aunque sabía que eran sus amigos, tanto su lobo como él, no podían evitar gruñir con molestia cada vez que ellos lo tocaban o abrazaban. Se sentía celoso, pero no podía hacer nada, después de todo, ellos no estaban juntos.

La mirada del pelinegro se posó en él para luego mirar a otro lado y caminar junto a sus amigos hasta una mesa apartada de la suya. 

JiMin no entendía por que Yoongi actuaba de esa forma, ¿Acaso lo odiaba?¿Pero, por qué?, realmente no lo entendía.

―Esto es muy frustrante.

―¿Qué cosa?― Preguntó la persona sentada al frente suyo.

JiMin entonces recordó que no estaba solo en aquella mesa, pues su compañero y podría decirse que amigo, también estaba junto a él después de insistir en acompañarlo.

Se trataba de un alfa castaño, tez canela, ojos color chocolate oscuro y más alto que él, aunque lo último era algo que no quería admitir.

―Nada, cosas mías― Respondió. Aún no eran lo suficientemente cercanos como para contarle sus cosas.

―Uhm, bueno.

―Oye, Tae.

―¿Sip?― Respondió el castaño mirándolo mientras llevaba su bebida a su boca.

―¿Qué piensas de una relación entre dos alfas?― Preguntó JiMin con bastante seriedad.

―¿Qué?― El castaño parecía sorprendido.

―No me hagas repetirlo.

―¿Por qué preguntas eso?¿Acaso estás interesado en mí?― Preguntó con picardía moviendo las cejas.

―Ja, en tus sueños.

―Bueno, ¿quieres saber lo que pienso?

―Para eso te lo pregunté, genio.

―Pues, ¿Qué te puedo decir? Me parece algo complicado pero no imposible, también algo increíble pero si lo que quieres saber es si me desagrada, pues déjame decirte que no. Todos son libres de amar a quien quieran y eso no le debe importar a los demás, pero lamentablemente nuestra sociedad no piensa lo mismo por lo que probablemente reciban mucho odio y comentarios hirientes, pero creo que si se aman, entonces deberían luchar por su amor, para que puedan estar juntos.

―Eso es suficiente.

―Bueno, eso es lo que pienso. Ahora si, ya me voy, te veo mañana― Dijo el castaño cuando terminó de comer, poniéndose de pie, colgando su mochila en sus hombros y sujetando su bandeja para llevarla al lavaplatos.

―Ok, nos vemos Tae. 

El castaño se fue dejando a JiMin terminar su comida mientras a su mente regresaban algunos recuerdos de lo sucedido aquel día. 

―Maldita sea― Gruñó exasperado.

Esto definitivamente me está volviendo loco.


Holis, volví con una nueva historia recién salida del horno, obviamente dedicada a nuestros padres de BTS, el JIMSU.

Si, ya se que aún no termino las demás pero tenía que publicarla ya, no podía esperar para saber si les gusta o no.

Pero la verdad es que realmente espero que les guste y le den mucho amor a la historia.

No olviden que lxs quierx muchx.

Bye, bye.

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