Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[ ✦TRES✦ ]

―Ni me lo recuerdes, no puedo creer que haya perdido el control de esa forma― Dijo Taehyung agachando la cabeza totalmente avergonzado.

―Bueno, supongo que era natural que eso pasara debido a que Jungkook es tu destinado.

―Destinado...― Susurró. ―Aún me cuesta creerlo.

―¿Y ya pensaste que haras?

―¿Pensar qué? Si te refieres a Rose, pues lo nuestro ya llego a su fin, primero por que ella ya encontro a alguién que si le interesa de verdad y según parece, es su alfa destinada, y bueno, yo también encontre a mi omega destinado. Pero si te refieres a que haré con Jungkook, entonces no se que decirte― Respondió. ―Jamás creí que encontraria a mi destinado de esa forma, y agradesco que Rose me haya entendido y haya sido sincera conmigo, por que eso me deja más fácil las cosas para poder ordenar mi cabeza.

―¿No intentaras conocerlo?

―No lo se.

―Y si alguién quisiera acercarse a él, ¿te molestaría?

―No puedo impedir que el salga con alguién, después de todo es su vida y nosotros no tenemos absolutamente nada además de ser destinados.

―¿Y si ese alguién fuera yo?

―No te atreverías.

―Yo solo digo.

―Bueno, no puedo impedir que salgas con él, pero ¿de verdad ya no irás tras Yoongi? Se que dije que son incompatibles pero tú lo amas.

―¿Enserio te alejaras de él?― Preguntó está vez Namjoon, que recién llegaba, sentandose al lado de JiMin y dejándolo en el medio.

Namjoon era un beta pelinegro, tez morena, ojos de color marrón intenso y muchas veces era confundido con un alfa serio e intimidante debido a su altura y su cuerpo muy proporcionado, pero cuando lo conocías bien, descubrías a un muy amable y amoroso beta que siempre se preocupaba por los demás.

―Si....― Respondió. ―No volveré a molestarlo.

―Nuestro Minnie está sufriendo― Dijo Namjoon revolviendo su cabello.

―No hagas eso― Se quejó JiMin sabiendo que lo que Namjoon quería era desordenar su cabello.

―Ven aquí Minnie, necesitas un abrazo de tus amigos― Dijo Taehyung abrazandolo al mismo tiempo que Namjoon.

Habian pasado unas semanas, y durante ese tiempo, JiMin hizo todo lo posible por evitar a Yoongi pues no quería molestarlo. Además, ahora le gustaba pasar tiempo con sus amigos y Jungkook, quien era un chico muy agradable.

Pero más lo hacía para no pensar tanto en aquel pelinegro que se había adueñado de su corazón, cosa que le resultaba imposible, ya que Yoongi aparecía en su mente a todas horas.

Ahora se encontraba en un parque sentado sobre el pasto junto a Jungkook.

―¿Entonces?¿Te gusta?― Preguntó JiMin abriendo una gran caja y mostrándole un pequeño cachorro a Jungkook. Se trataba de un cariñoso y energético doberman marrón de gran tamaño.

―¡¡Es muy lindo!!― Chilló Jungkook, quién ahora tenía el cabello de color negro, emocionado, tomando al pequeño animal en sus brazos. ―Gracias, JiMin.

―Se lo mucho que deseas tener una mascota y quería ser el primero en cumplir ese deseo― Dijo acariciándole la cabeza al pequeño animal de cuatro patas. Luego miró al pelinegro. ―Feliz cumpleaños, Jungkookie.― Dijo mientrás observaba como el animal parecía adorar a Jungkook. 

Jungkook sonrió feliz abrazando al cachorro y acariciando su pelaje.

Pero esto habia sido observado por un alfa pelinegro que sentía molestia al verlos juntos, pero no lograba entender ¿por qué?, o mejor dicho, no quería aceptarlo.

―¿Qué demonios sucede conmigo?― Se preguntó a si mismo dándose la vuelta y alejándose de aquel par. ―Eres un estupido, Yoongi, realmente estupido― Se dijo a si mismo caminando con los puños apretados.

Horas más tarde, JiMin regresó a su casa encontrándose a sus amigos en ella, esperándolo para salir a pasear. Hubiera llevado a Jungkook también de no ser por que el ahora pelinegro ya tenía otros planes con su familia.

―Te estabamos esperando― Dijo Namjoon al verlo llegar.

―¿Estabas con Jungkook, cierto?― Preguntó Taehyung al notar el dulce aroma del omega pelinegro sobre su amigo.

―Sip. Era su cumpleaños así que fui a darle un regalo― Respondió. ―Y veo que recuerdas muy bien su aroma.

Taehyung solo desvió la mirada avergonzado y ligeramente sonrojado.

―Bueno, ¿nos vamos?

―Esperen para cambiarme de ropa, estoy lleno de pelos ahora.

―¿Acaso te haz transformado?― Preguntó Namjoon.

―Por supuesto que no, es solo que el regalo que le dí a Jungkook se trataba de un perro, por eso estoy así.

―Entonces ve a cambiarte rápido, la película empieza dentro una hora y todavía tenemos que comprar las palomitas, las bebidas y buscar nuestros asientos.

―No te preocupes Nam, llegáremos a tiempo.

Y así, JiMin se fue a bañar, se cambió de ropa y los tres juntos salieron de la casa del rubio rumbo al cine donde compraron palomitas y bebidas para poder disfrutar la película.

Pero JiMin no se imagino encontrarse con Yoongi en aquel lugar y menos que les tocara ver la misma película en la misma sala.

Sus miradas se encontraron perdiéndose en los ojos del contrario por un momento antes de que JiMin desviara la mirada y se levantara de su asiento dispuesto a irse de ahí.

Eso es lo que pensaba hacer pero al pasar por su lado, la mano de Yoongi sujetando su brazo lo detuvo.

―¿Qué haces?― Preguntó JiMin mirando la mano de Yoongi sobre su brazo.

¿Por qué Yoongi lo había detenido?

―¿Por qué te vas?― Preguntó Yoongi en respuesta.

JiMin bajo la cabeza antes de responder.

―No quiero molestarte.

―No lo harás. Bueno, siempre y cuando no te acerques demasiado.

―¿Estaras bien con eso?― JiMin aún no podía creer lo que estaba escuchando.

―Solo regresa a tu sitio antes de que cambie de opinión, además, tus amigos te están llamando.

―¿De acuerdo?― Respondió con algo de duda.

¿Esto era real?

¿Yoongi de verdad le había pedido que se quedara?

Si estaba soñando, entonces, que nadie se atreviera a despertarlo.

Aquel día fue realmente uno de los mejores para JiMin y no pudo quitar su sonrisa durante el resto del día.

Así pasaron los días hasta que un día, JiMin escuchó unos rumores sobre Yoongi, rumores que se negaba a aceptar por que sabía que si aquello era verdad entonces él terminaría con el corazón completamente roto.

―¿Escuchaste lo que dijeron?― Preguntó Namjoon.

―Lo escuhé Nam, no estoy sordo.

―Pero, no creo que sea cierto, osea, ¿Yoongi con pareja?― Preguntó para si mismo. ―Eso es imposible, a rechazado a todos y todas las personas que se le han declarado, ya sean omegas o betas, incluso alfas.

―Callense, por favor― Pidió. Se sentía confundido y dolido. Si eso era verdad, entonces él ya no tenía ninguna oportunidad con Yoongi.

Así que sin importarle sus amigos, comenzó a caminar con prisa buscando con la mirada a Yoongi hasta encontrarlo. Tardo como veinte minutos en hacerlo y lo que sus ojos observaron lo dejo helado y en shock. Ahí, a unos metros de él, se encontraba Yoongi siendo abrazado por una chica, omega.

Yoongi, quién no dejaba que nadie a excepción de sus amigos se acercara demasiado a él, había dejado que una omega lo abrazara.

Su corazón dolió y sintió como se iba haciendo añicos.

¿Por qué?

¿Por qué no podía ser feliz?

¿Por qué cuando por primera vez se enamoro de alguién, tuvo que sufrir?

¿Acaso era su culpa por enamorarse de un alfa?

¡Maldita sea!

¿¡Por qué enamorarse dolía tanto!?

Con rabia, celos y dolor recorriendo todo su ser, se dió la vuelta y caminó con pasos ligeros hasta la salida. Sus amigos que lo habían estado siguiendo durante ese tiempo también presenciaron la escena del alfa pelinegro con aquella omega y luego miraron a su amigo, se notaba que estaba sufriendo bastante. Por eso, al verlo irse lo llamaron pero este no les hizo caso, así que decidieron seguirlo. JiMin necesitaba alguién que lo consolara, que le diera ánimos y quien mejor que ellos para hacerlo.

―Minnie― Dijo Taehyung cuando el rubio detuvo su andar. Ahora se encontraban a dos cuadras de la escuela.

―Tenias razón, Tae― Murmuró JiMin al detenerse pero sin mirar a sus amigos.

Taehyung lo miró confundido.

―Yoongi y yo no somos compatibles― Dijo con la mirada triste, sus ojos estaban cristalizados por las ganas que tenía de llorar, su mandíbula estaba tensa y sus puños estaban tan apretados que sus nudillos se habían puesto blancos y estaban comenzando a doler.

―JiMin....

―Quiero estar solo, por favor― Pidió.

Ambos se miraron entre si y suspiraron, talvez era mejor dejarlo solo para que JiMin pudiera ordenar sus pensamientos.

Horas más tarde, después de caminar un buen rato por las calles completamente solo, JiMin regresaba a casa pero no esperaba encontrarse con Yoongi en el camino.

Vaya momento en el que decidió aparecer.

Trato de ignorar al pelinegro pero no pudo.

―¿JiMin?― Yoongi lo miró sorprendido. Talvez por el fuerte aroma que desprendía en esos momentos o por que no esperaba verlo. Sea cual sea la razón, hubiera sido mejor que lo ignorara tal como lo hacía casi siempre.

―Yoon.... ¡Mierda!― Jadeo al sentir su erección crecer, sus piernas estaban volviéndose inestables por lo que se acerco a la pared de una casa para sujetarse. La voz de Yoongi no habia hecho otra cosa más que encenderlo, su lobo y él querían lanzarse sobre el pelinegro para follarlo y marcarlo, pero no podía hacer eso. Así que reunió toda su fuerza de voluntad para no ceder ante sus instintos, haciendo un esfuerzo sobrehumano para controlarse.

―¡Ey! ¿¡Estás bien!?― Preguntó Yoongi acercándose a él. Parecía preocupado pero seguramente era su imaginación.

―N-No te a-acerques― Pidió el rubio sabiendo que si Yoongi se acercaba un poco más, entonces todo sus esfuerzos por controlarse habrían sido en vano.

Pero el pelinegro no le hizo caso y continúo acercándose a él.

¡Por favor no te acerques más!

Pidió JiMin internamente tratando de mantener el control de su cuerpo.

Pero el pelinegro se acerco hasta él sin importarle lo que anteriormente le había dicho.

―Oye...― Dijo tocándole el hombro, acción que hizo estremecer todo su cuerpo. ―Estás en celo...

―¿Recién te das cuenta, lobito?

―No puedes quedarte aquí― Dijo pasando el brazo del rubio por sobre sus hombros. ―Dime donde está tu casa para llevarte.

―P-Puedo hacerlo solo― Dijo JiMin intentando soltarse pero la fuerza empleada en el agarre de Yoongi se lo impedía.

―No me arriesgare a que te folles a algún omega en medio de la calle.

¿Omega?

¿Acaso Yoongi aún no se daba cuenta de que no le atraían los omegas?

Es cierto que antes había estado con un par de omegas pero solo había sido sexo y estando en sus cinco sentidos, por que cuando estaba en celo, en vez de querer follarse a algún omega, los aborrecía.

―Deberias tener cuidado de que no te folle a tí― Pensó. Solo que que lo pensó en voz alta provocando que el pelinegro lo mirara asombrado. ―No me mires así, lobito. Creí que ya lo sabias― No iba a retractarse de sus palabras.

―¿De qué hablas?― Yoongi realmente parecía no entender las palabras de JiMin.

―¿Enserio?― Negó divertido. ―Me gustas Yoongi, me gustas desde el primer día en que te ví, me gustas desde el momento en que mis ojos te encontraron, me gustas desde el momento en el que escuché tu voz, me gustas desde el momento en el que me dejaste ayudarte durante tu celo― Confesó por fin todo lo que habia estado guardandose para si mismo durante mucho tiempo. Se sentía bien decir la verdad, era como quitarse un gran peso de encima, como si se hubiera quitado aquella espina que por tanto tiempo estuvo lastimando su corazón. ―Estoy enamorado de ti, Yoongi. Me tomó un par de días aceptarlo pero ahora puedo asegurarlo, me gustas y mucho.― Afirmo. ―Pero duele, ¿sabes? Duele demasiado por que siempre me alejas, siempre me rechazas y ahora ya te conseguiste a alguién.... Se que nunca tuve oportunidad contigo pero eso no significa que no me duela el corazón cada vez que te veo con alguién más, cada vez que me alejas de ti.

―¿Qué demonios estás diciendo?

―Solo digo la verdad. Estoy diciendo la verdad de mis sentimientos y el porque intenté acercarme a ti desde aquel día.

―¿Te volviste loco?

―Si, probablemente, pero estoy loco de amor.

―¡Somos alfas, idiota!

―¿Y eso qué? Ni que el ser alfas fuera un impedimento para enamorarme de ti.

―Tú... ¿enserio te gusto? 

―¿Enserio me harás decirlo otra vez?― Lo miró a los ojos. ―Me gustas, Min Yoongi.

―¿Estás bromeando, cierto?

―Parece que te lo tengo que demostrar de otra forma― Dijo acercando su rostro al del pelinegro.

―¿Q-Qué estás haciendo?

―Perdón por lo que voy a hacer pero en mi defensa diré que es culpa de mi celo.

―¿De qué hab...― Yoongi no pudo terminar de formular su pregunta por que los labios del rubio sobre los suyos lo interrumpieron.

Yoongi se quedo estático pero eso no detuvo al alfa rubio, al contrario, continúo ahí moviendo sus labios sobre los del pelinegro hasta conseguir alguna reacción suya.

Cuando Yoongi pudo reaccionar, intentó apartarse, pero JiMin se lo impidió al rodear su cintura con su brazo pegándolo a su cuerpo cuando sintió que iba a alejarse. No iba a soltarlo, no ahora que al fin tenía la oportunidad de probar esos dulces, pequeños y carnosos labios que por tanto tiempo deseo. Desde aquel día había anhelado tanto poder besarlo, sentir el sabor de sus labios, tenerlo entre sus brazos, tocarlo, escuchar su respiración agitada otra vez, poder deleitarse con esa música increíble que eran sus jadeos, pero sobre todo, había anhelado tener su amor.

―No dejare que te vayas con alguién más― Susurró sobre sus labios sin soltar su cintura. ―No dejare que nadie se acerque a ti.

Sabía que era imposible pero no podía evitarlo, solo quería que Yoongi pudiera verlo a él de la misma forma en la que él lo veía, con ojos llenos de amor y deseo.

“No importa el tiempo, juro que me esforzare y al final seras mío.” 

Cuando creyó que Yoongi no le correspondería y pensó en soltarlo, se sorprendió al sentir como el pelinegro había comenzado a mover sus labios tratando de adaptarse al movimiento de los suyos. Se sorprendió y creyó que estaba alucinando, pero al comprobar que era verdad, aprovecho aquella oportunidad para poder besarlo sin miedo a ser apartado y cuando el pelinegro abrió la boca para obtener aire, JiMin aprovecho para introducir su lengua en la boca del contrario explorando cada parte de ella.

Joder, la sensación de besarlo era mucho mejor de lo que había imaginado.

¿Así se sentía besar a otro alfa?

Realmente no se parecía en nada a lo que le habían dicho, siempre escuchó a otros decir que besar a otro alfa era asqueroso y repugnante pero eso no es lo que ahora estaba sintiendo, por que lo que sentía era muy diferente. En este momento, JiMin se sentía en el mismísimo cielo drogado de placer.

Y todo hubiera sido perfecto de no ser porque se escucharon los pasos de alguién acercándose provocando que Yoongi se apartara rápidamente y le lanzara un golpe en el rostro tan fuerte que le hizo perder el equilibrio y caer al suelo.

―¡Idiota!― Yoongi se alejó de él con los puños apretados y dando grandes zancadas. ―¡Y no tengo pareja!― Gritó sin detenerse.

―Diablos, eso dolió― Se quejó JiMin llevando su mano hasta su rostro, exactamente donde Yoongi lo había golpeado. ―Pero ese beso lo compensa― Dijo tocando sus labios con los dedos de su otra mano sintiendo aún el dulce sabor de la boca del pelinegro en ellos. ―Por supuesto que sí― Sonrió. ―¿Y dijo que no tiene pareja?, pero entonces, ¿Quién era esa chica?... Argh, mejor no pienso en eso por que me da rabia recordar como tenía abrazado a mi Yoongi.― Se dijo a si mismo. ―Aish, ahora tengo que volver a casa solo... Bueno, es mi culpa después de todo― Habló para si mismo, sentándose en el suelo y recargándose en la pared de una casa sin dejar de sonreír.

Estuvo así un buen rato hasta que Taehyung apareció por ahí. Cuando el castaño lo vió y notó el estado en el que se encontraba su amigo, lo ayudo a ponerse de pie y lo llevó hasta su casa donde el rubio tomó un supresor para calmar sus deseos sexuales, sobre todo después de aquel beso que tuvo con Yoongi, y también para que su calor disminuyera.

Pero en ningún momento perdió su sonrisa, la cual ya estaba empezando a crear sospechas en su familia y en su mejor amigo. Además, Taehyung quería saber quién lo había golpeado para ir a darle una lección al que lo hizo, pero JiMin decidió no decirle nada por el momento. Lo dejaría con la curiosidad hasta el día siguiente.

―Vamos JiMin, dime quién te golpeo para ir a darle una lección a ese o esos sujetos.

―Ya te dije que no.

―Por favor.

―Aish, te lo diré mañana, ¿de acuerdo?― Dijo acostándose en su cama.

―¿Por qué mañana?

―Por que quiero que Namjoon también lo escuche. Ahora vete por que quiero dormir, ¿o acaso quieres quedarte a dormir en mi casa?

―Me quedare un rato más, tengo algo que decirle a tu hermano.

―¿A JiHyun?

―Tal y como escuchaste. Además, me aburro en casa ahora que Jungkook no puede pasar tiempo conmigo debido a que está de viaje con su familia y con Bam....

―Ah― Respondió sin interés hasta que su mente hizo click. ―¿¡Estás viéndote con Jungkook!?― Preguntó sorprendido sentándose de golpe en la cama quedando a la par de Taehyung.

―¿Jungkook? Yo no dije Jungkook― Dijo el castaño evitando la mirada del rubio.

―¿Me crees idiota? Osea, aveces lo soy pero no tanto. Además, soy tu amigo, Taehyung, y por ello se muy bien cuando mientes.

Taehyung suspiró antes de volver a hablar. ―Si, estoy con Jungkook desde hace unas tres semanas.

―¿¡Y no me lo dijiste!?― Lo miró llevándose una mano al pecho fingiendo dolor. ―La traición, la decepción.

―No exageres... Te lo iba a decir solo que no encontraba el momento indicado; además, tu estabas pasando por un mal momento debido a tu enamoramiento con Yoongi, así que no sabía como sacar el tema y decírtelo.

―No te preocupes, lo entiendo. Pero que bien guardadito se lo tenían, ¿eh?

Taehyung se sonrojó y desvió la mirada.

JiMin sonrió al ver a su amigo de esa forma, se le notaba realmente enamorado y feliz, y él estaba orgulloso de Taehyung. Su amigo al fin decidió darse una oportunidad con Jungkook, su destinado, el chico que lo amaba de verdad, sin importarle el pasado ni los temores que tenía.

―Felicidades. Espero que lo cuides y lo hagas feliz pero sobre todo espero que tú seas feliz.

―Gracias― Sonrió. Una sonrisa brillante, hermosa, pero lo más importante, una sonrisa sincera.

―Ven aca pequeño tigre― Dijo atrayéndolo hasta él para comenzar a desordenarle el cabello y sacándole algunas risas al castaño.

Sin duda, hoy había sido un buen día.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro